El primer trio de Betsy

Gimnasio, yoga o encuentros angelicales siempre la gordita queda satisfecha...

Mi primer trío.

Conocí a Marie en el gimnasio… síííííí… soy yo Betsy y siempre peleando con esos kilos de más. Resulta que me invitó a buscar una ropa que tenía en la costurera luego de una sesión algo aburrida de aerobics. Como siempre lucíamos nuestras lycras muy ajustadas y remeras deportivas ajustaditas a nuestros senos. Lástima que a mi me brotaban unos cauchos de grasas horribles pero que había aprendido a vivir con ellos y no sentirme acomplejada por eso (Primera lección del sicoanalista).

Llegamos y nos quedamos conversando con una agradable señora que nos brindo café cuando sonó el beeper de Marie. Al leer el mensaje puso ojos de encanto y se despidió rápidamente y me dijo que la acompañara a conocer un ángel. En esta oportunidad no me comentó a donde íbamos. Llegamos a un bonito conjunto residencial y llamó a un apartamento, de donde le abrieron la puerta sin preguntar. Quién abre la puerta es un ser especial que requiere un párrafo para él solo para describirlo

Su nombre es Alberto, mide 1,84 mt, pesa 78 kgs, ojos marrones, abundante pelo negro cogido en cola atrás, su rostro muy varonil, lampiño o depilado pero con una nariz grecorromana y unos labios pulposos y rojos, su pecho es un ejemplo de escultura en donde puedes identificar cada uno de los músculos del pecho. Los cuadritos del abdomen están tan bien definidos que puedes jugar damas en ellos, sus nalgas son dos rocas musculosas y paraditas, sus piernas par de torres de marfil tallado como dioses romanos o atletas de Atenas, en conclusión es un encanto y además se cotiza muy caro. Conclusión: un ángel.

Mis ventas de los instrumentos financieros no han estado malas pero no como para darme este lujo. Marie lo conocía de la infancia y tenía un arreglo especial con él que rayaba en el chantaje. Lo bien cierto es que cuando nos abre la puerta se encontraba vistiendo solo un short muy amplio y nada más. Se notaba tranquilo y sereno como si hubiese estado meditando y nos invito a pasar. Para mi sorpresa Marie me dice que él es para nosotras dos y que podemos disfrutarlo como quisiéramos. No entendía pero mientras tanto ella se quitaba las lycras quedando solo con la pequeña tanguita que apenas le cubría el pubis y no cubría nada sus nalgas y la ajustada remera deportiva. Pedí disculpas y dí media vuelta para retirarme cuando él me abraza por la espalda y me susurra al oído que quiere que me quede. Su contacto fue electrizante, su voz hipnotizante y su aroma excitante. No podía creer que a mi me estuviera pasando esto, que este hermoso ángel me estuviera suplicando. Me tomó de la mano y me llevó hasta donde estaba Marie parada.

Él se monto en una mesa pequeña de manera que sus caderas estuvieran casi a la altura de nuestras caras. Marie comenzó a acariciarlo y me pidió que la imitara. Era fascinante su cuerpo y para mis adentros pensaba que jamás tendré la oportunidad de compartir un cuerpo tan perfecto y bello como ahora. Tímidamente adelanté una mano y rozaba su abdomen que era lo que más me sorprendía. Sus músculos perfectamente definidos sin ser grandes y obscenos como los de un físico culturista me atraían y viendo como Marie se lo devoraba a besos, la imite lamiendo con placer su abdomen. Me sentía sumamente extraña cuando chupaba sus pezones rígidos, coronados en sus hermosos pectorales y sus manos me acariciaban el pelo y la cara. Su piel era suave y aún con la aspereza masculina característica. Estando al frente podía ver como su verga iba creciendo dentro de la delgada tela del short y deleitarme con su aroma fuerte que emanaba de su entrepierna. Marie metiendo las manos en la banda de los shorts se los baja hasta los tobillos dejando que su verga prácticamente brinque frente a mi y su único ojo se me quede mirando suplicando atención. A estas alturas, estaba perdida en un soponcio de caricias y situaciones nuevas y decidí hacer lo que me provocó. Agarre su polla y comencé a acariciarme la cara con ella. Cerré los ojos y me concentre en la suavidad de su glande y como su tallo crecía y sus venas se marcaban gruesas y saltonas. Marie se había colocado a mi espalda y comenzaba a desnudarme en el momento que me metía su polla en la boca. Dude entre seguir con la mamada o evitar que me desnudara y prevaleció lo primero. En un instante solo tenía puesta la remera la cual pidiéndome disculpas por separarme me la quito rápidamente para que yo siguiera deleitándome con la verga de este hermoso niño.

El lucía impasible pero el tamaño de su erección reflejaba que le estaba gustando lo que hacía y me concentraba en apretarle los huevos, besarle el tallo, chuparle el glande, hacer círculos en su ojito ciego con mi lengua y simplemente excitarme con lo que estaba disfrutando. Perdida en un mar de sensaciones de repente sentí una lengua que quería meterse en mis labios vaginales ya mojados por mi propia excitación y me encuentro que es Marie quién se encuentra como yo, sumergida en lo que está haciendo. El sexo es increíble y cuando te desinhibes es mejor. Abrí más piernas e incline más mis nalgas hacia atrás para que pudiera tener mejor alcance con su lengua en mis pliegues. El olor a sexo, vagína y polla era fuerte y embriagador. Constantemente se sentía las respiraciones apuradas buscando aire o una mayor cantidad de ferohormonas que saturen nuestros sentidos. Cuando Marie introdujo un dedo en mi vagína y comenzó a frotarme el punto G no puede conservar la calma y sin control el orgasmo exploto en mis nalgas, o sería en mi cuquita, pero como haya sido se propagó por todo mi cuerpo dejándome casi sin aliento. Percibiendo mi estado, el bello niño nos toma de las manos y nos lleva a la gran cama que ocupa su habitación. Acuesta primero a Marie y me dice que me coloque entre las piernas de ella pero que no me acueste porque me va a coger en cuatro.

A pesar de lo grueso del comentario, mi excitación se dispara varios grados con solo imaginármelo dentro de mi. Ese niño tan bello con ganas de cogerme, fin de mundo para Betsy. Marie quién se encuentra bajo de mi de repente se da la vuelta y quedamos en una posición de 69 pero en su caso es testigo inmediato y presencial de cómo la verga del bello niño invade mis paredes vaginales y mis jugos fluyen de placer. La sensación de abandono es total y abriendo los ojos me encuentro con los labios totalmente depilados de Marie abultados y rojos y brillantes de sus propios jugos. Por primera vez iba a probar los jugos de otra mujer y por primera vez me iba a comer esa almeja roja y mojada. Iba a dudar solo que decidí repetir lo que a mi me gusta como me lo hacen. Enterré literalmente mi cara en su cuquita y sentí como separaba más las piernas para facilitarme el trabajo. Era difícil concentrarse cuando la verga está constantemente friccionando tus paredes y aumentando tu excitación y aproximando el orgasmo. Hice el esfuerzo y mi lengua y labios dedicados a chupar, lamer y morder hicieron que Marie gritara de placer con el orgasmo alcanzado.

El bello niño bello decidió participar activamente y sin haber alcanzado su eyaculación, decidió metérselo a Marie y eso ella lo esperaba ansiosamente y parecía que a mi me iba a tocar ahora ser la espectadora en primera fila de su penetración. Intercambiamos posición e inmediatamente sentí como su boca se devoraba mi cuquita. Pero lo que más me excitaba era esa visión muy de película pornográfica del close up de la verga del niño bello entrando y saliendo de la cuquita de Marie toda roja y abultada. Sus secreciones cubrían la verga del niño bello y mojaban sus labios completamente. Mi orgasmo no lo podía aguantar entre tanto sexo a la vez y me concentre en frotar mis dedos directamente en el clítoris de Marie y de agarrarle los huevos al niño bello que por cierto se depilaba sus partes y parecía la piel de un bebe. Trate de metérmelas en la boca pero con todo el jaleo no fue posible. UUYY que rico dejarse sentir y sufrir de placer con las contracciones y sensaciones de un buen orgasmo, en ese instante en que la vista se me nubla del orgasmo, el niño bello acaba sonoramente y al final termina metiéndome su verga en la boca para que se la deje limpia luego de su polvazo, cosa que hago con gusto y mucho placer. Marie no se ha quedado atrás y con mi dedo frotando su cuquita también explota en un poderoso orgasmo mientras muerde mi nalga rudamente. El gesto no me gustó mucho pero era su marca personal… ¿recuerdan la historia de O?

Como conclusión de esta experiencia solo les digo que Marie se despidió de mi con un dulce beso en la mejilla mientras me abrazaba y acariciaba una de mis nalgas. Mi atracción hacia ella es puro carnal y le agradezco sus atenciones a pesar de mis kilitos de más… bueno, así como viene lo tomo!!!

mariepablo@hotmail.com