El primer suspiro de amor es el último de la razón
Y volver a empezar.... Espero que les guste
Nadie sabe cuanto fue mi dolor.... perder al amor de tu vida en un aparatoso accidente, es lo peor que puede pasar
¿Quién soy?... Pues, mi nombre es Lucia… ¿les platico mi desgracia?... Bueno pues…
Hace 5 años conocí a Israel, el más amable, cariñoso, noble y con el sentido del humor más puro, el amor de mi vida. Después de 1 año de conocerlo, formalizamos nuestro noviazgo. Tiempo después por problemas nos separamos, pero pasados unos meses nos dimos cuenta que no podíamos estar el uno sin el otro… Nos volvimos a unir para que la vida me lo arrebatara, el avión en el que iba se desplomó, no hubo sobrevivientes, y hoy cumplo 4 meses desde la desgracia. Perdí vida, perdí ganas, perdí todo.
Es increíble lo que uno no aprovecha, 4 años y los recuerdos ruedan en mi mente, en especial los momentos de discusiones que no convertí en besos, las lagrimas que no hice sonrisas, los suspiros que eran de amargura y no de amor… Pero por otro lado, fui la más feliz.
Recuerdo el día que intentamos hacer el amor, me moría de miedo y terminamos jugando serpientes y escaleras. Cuanto hubiese dado por haber sido su mujer, pero ya no hay marcha atrás.
Total… conseguí un trabajo de secretaria en una empresa que apenas comienza a crecer e inicio el lunes… la tristeza me pesa, pero tengo que salir adelante, como él decía “La vida no se detendrá”… Y tenía la razón, por más fatalidad que a uno ataca, los días transcurren, las estrellas no dejan de brillar, las horas no perdonan, no se paran, y uno solamente no hace nada más que malgastar la vida. No por nada suceden las cosas…
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Bueno pues, las cosas han cambiado un poco…. Llevo 4 meses meses de mi trabajo y he progresado y con el paso del tiempo ascenderé a ser secretaria personal de la Lic. Liliana, quien también es la presidenta de ésta pequeña empresa, no sé como lo he logrado, pero mis conocimientos y desempeño me ha sido de ayuda.
También he conocido gente, y aunque me sigue doliendo la perdida y las pesadillas me ataquen por las noches, me he despejado, mi mente está más serena, y mi estado de ánimo ahora es neutral. Me he hecho muy buena amiga de Liliana, y de dos chicos más, Rafael y Eduardo. Uno de ellos, Eduardo, me insiste en que salgamos en plan de amigos para reanimarme y acepté salir, pero no le he dado fecha.
Llegué a casa, y sonó el teléfono. Veo el registro y reconozco el número, es Eduardo.
- ¿Hola?
- Hola Lucy, ¿Cómo estás?
- Pues bien, te acabo de ver hace 20 minutos deberías de saberlo. Como te gusta molestarme.
- Si, la verdad sí. Pero en fin, no hablemos de lo que te molesta.
- Jajaja, de acuerdo, dime que se te ofrece.
- Salgamos hoy amiga, ¡vamos anímate! Paso por ti a las 7:30 y no me digas que no.
Ok, si salgo hoy con él me dejará de molestar. Mejor que haga esto de una vez por todas. Le tengo aprecio, pero me está desesperando este asunto.
- De acuerdo, Está bien. Aquí te espero...
- ¡Perfecto! Me alegra mucho que te hayas animado por fin. Te veo a esa hora, ni un minuto más ni uno menos.
- Ok, ok ya entendí. Gracias por la invitación – Aunque en realidad no me animaba mucho.
- Gracias a ti, por aceptar de una vez. Hasta más tarde amiga, Besos
- Besos, bye.
Ahora debo de ducharme, y arreglarme. No tengo muchas ganas de ir, pero bueno, 2 horas o 3 a lo máximo pasarán rápido.
Se dieron las 7:30 y efectivamente, sonó el timbre. ¡Vaya que es puntal! Me apuro, tomo el celular, dinero, llaves, un poco de brillo labial y ¡listo!
- ¡¡¡Wooooooow!!! ¡Lucy! Te ves increíble, no pensé que te podrías ver más…. ¡Wow! ¡Qué guapa!
- Muchas gracias Eduardo – No supe que más decir, en verdad es que hace mucho que nadie me hacía un cumplido. Eduardo es muy guapo cabe decir. Me hizo sentir bien que me lo dijera.
Él se quedó mirando como bobo e interrumpí…
- mmjjjjj – Emití con la garganta - ... ¿Nos vamos ya?
- Si, sí, claro – Me abrió la puerta y subí a su auto
Llegamos al lugar. Un restaurant bar, muy moderno, en realidad de mi agrado.
- Bueno muñequita, hay algunos amigos y amigas dentro… Te caerán bien – Me dijo con una sonrisa.
- Ok está bien, me sabré adaptar. Aunque tengo miedo, hace mucho que no “socializo” –
- Tranquila, son buenos.
Entramos al lugar y efectivamente había un grupo de amigos dentro. Eddy saludó a uno por uno y luego me presentó.
- Bueno miren, ella es Lucy, compañera de trabajo.
- ¡HOLA! – Respondieron casi en coro, y muy sonrientes. En especial una chica, Karla. Era muy linda, cabello oscuro, ojos grandes y profundos, sonrisa conmovedora, un cuerpo escultural, casi podía adivinar sus medidas, 90, 60, 90… Me embobe unos segundos mientras sonreía.
- Hola chicos, mucho gusto.
Anocheció, y el tiempo se me iba volando, creía que sería aburrido, pero esa chica en verdad que me robaba la mirada, no lo entendía, no me gustaban las mujeres, pero ella tenía ese toque especial que me hacía sonreír, era muy dulce, muy tierna. De pronto el tiempo se fue volando, eran las 2:30 de la madrugada. Eduardo ya estaba muy tomado, al igual que otras 2 amigas que iban con su respectiva pareja.
- Creo que será mejor que me lleve a Eddy – Dijo José, un amigo de él – Esta demasiado intoxicado por el alcohol, me lo llevo en su auto y pues yo tomaré algún Taxi. ¿Quieres que te deje antes en tu casa Lucy?
- ¡No! – Intervino Karla, la verdad me sorprendió – Yo la llevo.
- ¿Segura? No quiero ser molestia.
- Para nada, relájate, por cómo dijiste hace rato al resto, tu casa me queda de pasada.
- Bueno, gracias.
Los novios de las otras dos chicas optaron por llevarlas a casa. José cargó con Eddy. Y Karla se quedó conmigo.
- Y bien, ¿qué edad tienes?... – Estaba entablando una conversación conmigo, después de que la mire demasiado, su voz suave se dirigía a mí.
- Tengo 23, estoy por cumplir 24 dentro de 2 meses. Y tu?
- Tengo 21. Pensé que eras más joven, eres una traga años de seguro.
- Claro que no… jaja…
Estuvimos platicando, hasta que nos dijeron que tenían que cerrar. Las 5:00 am… Se nos fue el tiempo como agua… Ella tomó su bolso, pagó las bebidas que pedimos extra y salimos rumbo al departamento. Realmente las dos ya estábamos un poco ebrias, pero muy conscientes.
- Bien aquí es.
- El edificio se ve muy bien. ¿Te molesta si algún día te visito? – ¡Oh Dios mío! Ella quiere venir.
- Claro que sí. Mi casa es tu casa.
- ¡Genial! ¿Te parece el otro viernes? A las 4:00pm, así nos damos tiempo de platicar, y hacer cosas juntas.
- ¡Perfecto!, el viernes será…
No explicaba porque me sentía tan contenta, su sonrisa en verdad me hacía feliz, sólo quería que se llegara el viernes y tenerla solo para mi.
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Bueno pues, mi seudonimo es Low. Mucho gusto.
Espero sus comentarios y mas que nada que les guste éste mi primer relato (:
Espero sigan la historia.
Un beso.