El primer paso de Alba
Las sensaciones que experimento Alba al inicio de su relación con su amo, explicadas por ella misma.
Se que a muchas os han gustado los relatos que he escrito de Alba, pero siempre los he escrito desde mi punto de vista, y quiero saber realmente como vivió ella nuestro primer contacto. Eso ha hecho que le pidiese, mejor dicho, ordenase que escribiese lo que había sentido en el momento en que Alba, pasó de ser una mujer "normal", como tú que lees esto, a ser mi sumisa. Espero que se esmere, en escribir algo digno.
Un saludo a todas mis lectoras.
Amo de perras.
Me siento un poco rara escribiendo esto, pero me limito a seguir las órdenes que me ha dado mi amo. Soy Alba, soy una mujer casada, tengo 48 años, y soy sumisa. Como he dicho antes, escribo esto porque mi señor me ha ordenado que explique quien era y en como me he convertido en lo que soy ahora.
Hace años que leo relatos de sumisión, la verdad es que siempre me han excitado, más de una vez contacté con algún amo, pero al final me entraba miedo y no me atrevía a dar el paso y satisfacer mis deseos. Mirando una página de contactos, leí:"Amo de Barcelona con experiencia, busca hembra, preferiblemente madura para iniciarla", la verdad es que no se ni como lo hice, pero envié un correo a la dirección indicada, diciéndole que me gustaría hablar con él. Durante unos días, no podía creerme lo que había hecho, no podía sacarme de la cabeza el anuncio, y cada día miraba varias veces mi correo electrónico esperando una respuesta que nunca llegaba. Me atreví a volver a escribirle, le rogué que contactase conmigo y finalmente aquella misma tarde llegó el mensaje esperado, en el que me citaba en el msn a las once de esa misma noche. Estuve toda la tarde nerviosa, impaciente, mirando un reloj que no dejaba pasar el tiempo, no tuve ni ganas de cenar, solo deseaba que pasasen los minutos. A las once menos diez entre en el msn, no quería hacerlo esperar, ese rato se me hizo eterno. Eran ya las once y el no aparecía, tenía un nudo en el estómago, la verdad es que más de una vez estuve tentada a apagar el msn y a olvidarme del tema, pero de golpe oí el sonido que me anunciaba que alguien había entrado en el msn, era el. La verdad es que no sabía muy bien que hacer, mi corazón latía con más fuerza, sentía una sensación extraña en el estómago, inspiré profundamente y me presenté, diciéndole que quería experimentar lo que siente una sumisa. Me pidió, mejor dicho, me dijo que conectase la web-cam, que quería verme, la verdad es que temblaba, la puse en funcionamiento, y pude imaginarlo a él mirándome fijamente, analizándome. Unos segundos después me dijo que quería que me desnudase. La verdad es que no sabía que hacer, por un lado quería irme, desaparecer acabar con esa locura en la que me estaba metiendo, pero por otro pensaba en que era una oportunidad quizá única de vencer mis miedos. Me levanté de la silla, y me quité primero la blusa, luego deje deslizar mi falda hasta el suelo. Me quedé así, mirando a la cámara, cuando una orden me dijo que debía desnudarme del todo, nunca lo había hecho, pero sin darme cuenta me quité el sujetador y las bragas, me ordenó que me alejase un poco para poder verme, la situación, el sentirme completamente expuesta ante alguien del cual, ni tan solo había visto el rostro y no conocía, hizo que mi entrepierna se mojase, la situación me parecía increíblemente erótica, aumentando cuando me dijo que a partir de ese momento debía llamarlo amo o señor, y cuando me llamó por primera vez perra. Me ordenó ir a por un yogurt a cuatro patas, como una perra, no lo pensé, me puse a cuatro patas sobre el frío suelo y me dirigí al refrigerador, allí lo tomé, no podía llevarlo más que como una perra en la boca, cuando llegué ante la cam, me ordenó abrirlo y untarme los pechos con el yogurt y masajearlos, estaba frío, mis pezones completamente tiesos, y mi coño completamente palpitante y mojado, deseaba masturbarme, necesitaba hacerlo, pero mi amo no me lo decía, de repente, con lo excitada que estaba, me ordenó que me limpiase y que me arreglase para salir y me prohibió que me tocase, me había preparado de manera que me había dejado muy caliente, con unas ganas locas de masturbarme, pero el me lo había dejado bien claro, "tienes prohibido tocarte, y te masturbarás cuando yo te lo indique".
La verdad es que no sabía donde iría a aquellas horas de la noche, pero pensé que tomar un poco el fresco me iría bien. Me miré al espejo, que me mostró un rostro sonriente y unas mejillas sonrojadas, me vestí, me lavé, y salí a la calle. El portero me saludó, supongo que se extraño al verme salir sola a aquellas horas, me dirigí a un opencor, una tienda de esas que están abiertas hasta la madrugada, no había mucha gente, pero imaginé que cada una de esas personas sabía lo que había hecho, y lo que era. Compré un par de productos y volví a dirigirme a mi casa, cruzándome de nuevo con el portero, al cual ya no le extrañaría mi salida al ver la bolsa de la tienda.
De nuevo entré en el baño, y no pude reprimir una carcajada al verme, me había atrevido a dar un paso, que jamás creí poder dar.
Gracias, Amo.