El primer hilo dental de Cindy
Una chica que al pasear por una plaza comercial ve en en aparador de una tienda de lenceria una tanga que le encanta, así que decide comprarla y llevarsela puesta, pero...
Hola, soy Cindy, soy una chica de 19 años y no es por nada, pero tengo un cuerpo que muchas mujeres me envidian, tengo unas bubis grandes, por lo que tengo que usar un sostén talla 32 b, a demás de que mis caderas son amplias, por lo que más de un hombre quisiera tenerme entre sus manos.
Les contaré que hace tres días me encontraba muy aburrida en mi casa y pedí permiso para salir a una plaza comercial de la zona, con la intención de encontrarme a alguna amiga con quien tomarme un café o un helado.
Bueno, el caso es que desde pequeña ha llamado mucho mi atención la ropa interior y a veces sin que mi madre me viera, me ponía sus tangas y sus sostenes y modelaba frente al espejo de su habitación; por lo que ese día, pasé frente a una tienda de lencería y al acercarme al aparador, vi una tanga liadísima, color café, de esas que al ponerte, de primera impresión parece que no traes nada puesto, era pequeñísima y en el pequeño triangulito que va en la parte de atrás del resorte tenía un moñito que la hacía ver muy linda, además de que la parte del frente era muy baja y tapaba únicamente lo indispensable.
Decidí entrar a la tienda para ver que mas había y una vendedora se acercó para atenderme, por lo que le pregunté si tendría una tanga como la que había visto en el aparador, pero de mi talla, me contestó: -¿aquella ajustable de color café?, claro, pasa al probador y en un momento te la llevo para que veas como te queda; yo entré al probador y en un momento la vendedora me pasó la tanga para que me la midiera, cerré la puerta del probador y la verdad es que no se explicar el porque, pero sentí un estremecimiento e inexplicablemente sentí como mi vaginita comenzó a mojarse de una manera increíble, decidí quitarme la ropa que traía y que consistía en unas mayas para hace ejercicio color blanco y un pequeño bikini color rosa, comencé a ponerme la tanga que me había pasado la vendedora y la verdad y al verme en el espejo del probador, se me veía increíble (no es por nada), hacía que mis nalgas se vieran mas grandes de lo que son, además de que solo cubría la línea divisoria de los labios vaginales que en ese momento inexplicablemente estaban muy hinchados.
Pensé que se me veía increíble y que tenía que comprarla, pero de repente pensé que si esta hacía resaltar mi cuerpo de una manera tan increíble, que pasaría si me probaba una de una talla menor a la mía, por lo que me la quité y le pedía la vendedora que me trajera una talla mas pequeña, por lo que la vendedora me preguntó si podía enseñarle como se me veía, yo abrí la puerta para enseñarle y ella me dijo que se me veía increíble, pero Yo le insistí en que me trajera otra prenda más pequeña, así que no le quedó otra cosa mas que llevármela y en cuanto tuve aquel calzón en mi mano, no pude evitar que mi vaginita comenzara a mojarse de una manera tremenda por un líquido transparente como baba que salía de mi vagina.
Comencé a subirme la tanga por mis piernas y aunque me costó un poco de trabajo por que era algo estrecha para mi, conseguí ponérmela y en ese momento, al acomodarme los bordes delanteros que cubrían mi vagina y acomodármela bien entre mis nalgas, no pude evitar un estremecimiento que me corrió desde mi vaginita, pasó por mi espalda como si me pasaran un cubito de hielo y me llegó a los hombros, convirtiéndose en un calor tremendo.
Me giré para verme en el espejo del probador y era increíble el tamaño de las nalgas que se me notaban, sentía como aquella tira de tela se clavaba entre ellas de una manera que hacía que la tela que cubría mi vagina abajo entre las piernas se clavara metiéndose un poco en medio de mi cuerpo, provocándome una sensación riquisima, además de que por la excitación mis labios vaginales se y por lo ajustado hacía que se delinearan encima de la tela; di dos pasos hacia el frente para verme mejor en el espejo y cuando me incliné para mirarme de cerca, sentí que aquella tanga se me metía un poco dentro de mi cuerpo, en mi vagina; esa sensación me encantó, así que sin tener que pensarlo mas, decidí comprarla, llamé a la vendedora y le dije: -señorita, si me quedo bien, me la llevo; la vendedora al ver como me quedaba me preguntó si no me quería llevar mejor la anterior, porque esa se me veía un poco apretada, pero yo insistí y le dije que me la llevaría puesta (además no me la habría podido quitar para que la empacara, ya que la había mojado increíblemente, cosa que no me sorprende que haya notado por el color de la tanga).
Me puse el mallón que traía, pagué en la caja y salí de la tienda, me sentía muy contenta y con mi compra, ya que era mi primer tanga, además sin saber porque me hacía sentir mas segura y sexy, y la idea de que todos en aquella plaza pudieran notar que traía puesta aquella tanga me emocionaba.
Seguí caminando por la plaza y cuando pasé frente a los aparadores de las otras tiendas, note que la malla que traía se pegaba mucho más a mi cuerpo que cuando traía mi bikini rosa, pero no solo eso, sino que conforme iba caminando sentí como si aquella tanga comenzara a hacerse mas pequeña y comenzara a clavarse aun mas entre mis nalgas, provocando que se me metiera entre los labios de mi vagina, provocándome un estremecimiento que hizo que me temblaran las piernas y me mojara muchísimo, por lo que instintivamente llevé mi mano a mi zona púbica y noté que estaba mojadisima, viendo que la tela blanca de la malla se veía mojada como si me hubiera hecho pipi; me dio mucha pena e intenté caminar hacia un baño público con la intención de entrar y quitarme aquella prenda por lo que me había provocado.
Seguí caminando, solo que no contaba con que la excitación que me provocaba aquel calzón tan ajustado me haría muy difícil o casi imposible el llegar hacia el baño, pues a cada paso que daba me provocaba temblores que avanzaban por todo mi cuerpo, desde mi vagina hasta mi cabeza. Aquello era muy difícil, pero no importaba, tenía que llegar al baño y quitarme aquella prenda, pero a cada paso, las piernas dejaban de responderme, además de que mi pulso se aceleraba y comenzaba a temblar involuntariamente, era un suplicio maravilloso y hubiera sucumbido ante el, hubiera querido llevar mis dedos hacia mi vagina, pero no podía, me encontraba en una plaza comercial llena de gentes, de extraños, aunque tal ves nadie lo notó, pero en aquel momento sentía que todos notaban mi excitación.
Seguí caminando temblorosamente hacia los baños que se encontraban en el piso de arriba, por lo que tendría que subir las escaleras que afortunadamente eran eléctricas, con los siguientes pasos comencé a jadear contra mi voluntad, sentí un calor inmenso en todo mi cuerpo y comencé a sudar, en aquella plaza había muchas palmeras de adorno, por lo que cuando pasé cerca de una, mis piernas no me pudieron seguir sosteniendo por todas las sensaciones en mi cuerpo y me abracé a una cayendo de rodillas, al levantarme me apoye primero en una pierna, cosa que hizo que la tanga se introdujera completamente en mi vaginita, sintiendo claramente como escurría abundantemente por la excitación, mientras yo notaba como la humedad en la malla era cada vez mayor y ya evidente para cualquiera.
En aquel momento sentí que alguien me tomaba por la cintura, provocando que me asustara, pero que volviera a estremecerme por el contacto; al voltear, noté que se trataba de un vecino que al verme tan mal, me preguntó qué me pasaba, por lo que al verme toda sudorosa y temblando, pensó que me había sentido mal y se ofreció llevarme a casa, sin que pudiera oponerme, pues de haber hablado, lo único que habría salido de mi boca habrían sido gemidos.
Mi amigo me ayudó a levantar y me llevó a mi casa que no estaba muy lejos de ahí; él me tomaba de la cintura mientras hizo que pasara mi brazo por encima de su hombro para apoyarme. Mientras caminábamos me preguntaba que cómo me sentía y que si necesitaba algo, a lo que yo trataba de hablar lo menos posible y solo le decía que me sentía mal. Cuando estábamos a dos cuadras de mi casa, atravesamos una calle donde hay un semáforo y cuando íbamos a la mitad del cruce el color verde cambió, por lo que mi amigo, casi cargándome hizo que corriera para que no nos atropellaran, sin imaginarse que aquel movimiento me haría soltar dos fuertes gemidos de placer que indudablemente escuchó al estar tan pegado a mi.
Yo me moría de la pena por lo que acababa de salir de mi garganta, además de que por el tipo de gemido (que era un quejido de placer), volteó hacia mi entrepierna y notó lo mojada que estaba mi licra, que más que blanca parecía transparente. Yo sentía cómo aquel mallón se metía por la parte de atrás entre mis nalgas junto con la tanga que se ajustaba cada vez mas a mi cuerpo, provocándome cada vez mas placer, y veía por el frente cómo se notaban mis labios vaginales hinchados y palpitantes, a través de la tela que se había vuelto invisible por mis jugos y que como si estuvieran hambrientos devoraban aquella diminuta tanga.
Mi amigo no me dijo nada y volvió a abrazarme, diciéndome que casi llegábamos, que sólo eran 2 cuadras, yo pensé que era muy considerado y amable el no comentarme nada, así caminamos aproximadamente 6 metros, cuando me dijo: -veo que ya necesitas llegar, así que con un brazo rodeo mi cintura, con el otro me sujeto fuertemente del otro brazo y comenzó a correr, diciéndome: -vas a ver que rápido llegas así.
El muy infeliz se dio cuenta de lo excitada que estaba y que no tendría fuerzas para oponerme, así que me hizo correr, a lo que yo sentí que mi cuerpo se tensaba, y me volvía loca de placer, pero eso no evito que siguiéramos corriendo, al contrario, el maldito me hizo correr cada vez más rápido viendo lo que provocaba en mi cuerpo, por lo que sin poder contenerme comencé a gemir fuertemente mmmm ahhg ahhag ahhg; por más que trataba de callar mis gemidos salían cada vez más fuerte.
No sabía lo que era tener sexo, lo conocía porque mi educación siempre fue abierta, pero solo eso, nunca había tenido experiencia alguna. Ya sin poder contenerme ni evitar que siguiéramos corriendo me abracé a él muy pero muy fuerte, comencé a gemir y decir: -si, si, que rico, mas, si así, más rápido, sin tener conciencia de lo que hacía estiré mi cabeza hacia él y chupe su cuello, lo que hizo que se diera cuenta que me tenía en sus manos así que seguimos corriendo y llegamos al edificio donde vivimos, me hizo subir corriendo, así que imagínense lo que sentí, quería tirarme ahí mismo y pedirle que me hiciera el amor, pero seguimos subiendo. Yo pensé que subiríamos al tercer piso que es donde vivo, pero me hizo en cuanto iba a subir la ultima escalera, me jaló hacia su departamento, él abrió mientras yo me sujetaba a él con todas mis fuerzas jadeando y gimiendo como desesperada, además de que parecía que me había hecho pipi en mi licra, entramos y me abracé a él mientras lo besé con todas mis fuerzas, él me dio un fuerte apretón en mis nalgas, terminando de meter entre ellas la licra (si es que se podía más); yo me encontraba casi sin fuerzas, así que me jaló hacia su cuarto, yo quise reaccionar, pero no tenía fuerzas y entre gemidos le pedí: -no me hagas nada, por favor, no quiero esto, por favor, pero él puso su mano en mi pubis, sobre el pantalón y me dijo: -cómo es que no quieres nada y mira que mojada estas. Me arrojó sobre su cama, yo caí como una muñeca, sin fuerzas para nada, mientras él me volteaba boca abajo y me bajaba la licra, cuando vio mi tanga la jaló hacia arriba para que se me metiera más, subió mi blusa y mi sostén, me sujeto por atrás y comenzó a manosear mis senos, yo pedía que no lo hiciera mientras lloraba, pero igualmente gemía por la sensación que aquella tanga me producía y sentía que los pezones me dolían y se ponían durísimos contra mi voluntad.
De repente soltó mis senos, me separó mis nalgas y sentí algo duro entre ellas, creo que era su pene, porque soltó mis nalgas para que lo atraparan y lo apretó con ellas, yo no quería eso, pero mi cuerpo no tenía fuerzas para oponerse y sin que yo lo deseara, mi cuerpo sentía riquísimo.
Hice un gran esfuerzo para zafarme y me despegué de él, pero entonces, así boca abajo como estaba, me jalo la tanga hacia abajo, sacando la tela de mi vagina, puso su pene en la entrada que estaba mojadisima y lo metió dentro de mi sin hacer ningún esfuerzo. En ese momento supe lo que era un pene y me volví loca, mientras el comenzó a moverse dentro de mi, yo me convulsioné de placer, agitándome fuertemente contra la cama. Sin pensarlo comencé a pedirle más, mientras él se abrazaba fuertemente a mi y me chupaba el cuello sobando mis senos, pidiéndome que sacara mi lengua para que me la chupara.
Me saco el pene de repente y me giró boca arriba, terminó de quitarme mi licra y mi tanga y volvió a meterse en mi, mientras yo me abrazaba fuertemente a él y gemía como loca aaahhhh aaaahhhh siii sii aaahhhh más más.
Inesperadamente sentí como eyaculaba dentro de mi, yo me agité contra él, arqueando mi cuerpo intentando sentirlo más adentro. Me sacó el pene y siguió eyaculando sobre mi, me giró y me abrió mis nalgas para terminar de eyacular entre ellas.
Yo no tenía fuerzas para moverme, así que aún con su esperma entre mis nalgas y escurriendo de mi vagina, jaló la tanga y me la puso de nuevo, la jaló y me volvió a meter la tela en la vagina porque dijo que quería que no se saliera de ahí. Luego me puso mi licra y me la metió entre las nalgas llenas de semen, para que se mojara también. Mientras yo descansé y me recuperé, mi vecino siguió chupándome los senos todo lo que quiso, hasta que se le puso duro otra vez y se masturbó con mis senos, poniéndolo en medio de ellos y luego apretándolos. No creí que fuera a pasar, pero comenzó a eyacular entre mis senos y terminó de hacerlo en mi cara, cuando terminó, retiró el semen de mi cara con sus dedos y me lo puso en la boca hasta que me lo comí todo.
Mi vecino terminó de vestirme y casi sin fuerzas me ayudó a subir a mi casa, antes de despedirse me abrazó fuertemente mientras sobaba mis nalgas descaradamente, aunque no se porque, de una manera que me pareció muy rica, me daba un beso apasionado y me decía hasta pronto, aunque no digas nada, se que es lo que querías y lo disfrutaste, sino, porque saliste a la calle con una tanga tan apretada y te la metiste en la vagina. Se dio la vuelta y regresó a su departamento, dejándome afuera del mío, todavía temblando y con mi primer tanga mojado metido en mi vagina.
Hola amigos, este es mi primer relato, se que tiene defectos, pero intenté escribirlo lo mejor que pude, espero que les agrade y puedan hacerme comentarios a: mtzfernanda@yahoo.com.mx , gracias y espero que hasta la proxima.