El primer fin de semana con mi sobrino (PutyPaty)

Este relato es la continuación de El inicio de mis travesuras (o puterías) y relato el primer fin de semana con mi sobrino, siéndole infiel a mi esposo. Agradezco a mi amiga Dulcezorrita por prestarme su cuenta, les aviso que los próximos serán con mi cuenta, ya que he tenido muy buenas respuestas.

Desde la hora de la comida, cuando recibí el mensaje de mi esposo (Raúl) avisándome que no vendría a la casa a comer y que se iría con sus amigo –como cada fin de semana- , empecé a imaginar en lo rico que cogería con mi sobrino, qué me pondría? En dónde cogeríamos? Que ojalá mis hijos se durmieran temprano, y sobre todo, se le habrán quitado las ganas a mi sobrino? No había ido a comer, pasaba la tarde y no llegaba; me dejaría con las ganas? A las 8 estaba en el cuarto de mis hijos para que se durmieran y como no llegaba mi sobrino empezaba a creer que con la cogida del miércoles ya se le habían quitado las ganas de “la tía” y que seguro se estaría tirando a alguna chavita de su universidad, pero a los pocos minutos de estar ahí lo oí llegar y enseguida me palpitó mi conchita. Cerca de las 9 ya estaban bien dormidos los dos, así que salí de su habitación y había una nota en la puerta de mi cuarto, decía: “Póntelo, te espero abajo”; no sabía de qué hablaba, pero entré a la recámara y en la cama había una bolsa, dentro un juego de ropa interior muy sexy con una batita transparente. Me calenté aún más!! Me lo puse y me veía muy bien, la verdad, me levantaba un poco las tetas; me veía súper cachonda! Bajé y ahí estaba mi sobrino en la sala tomándose una copa; “Hola”, le dije; “Guau, te ves increíble, tía”; “Te gusta cómo me queda?”; “Mejor de lo que pensaba”, caminé hacia él despacio para que se deleitara viendo a su tía en lencería y echando a volar la imaginación, él se puso de pie para saludarme, pero al llegar a él me hinqué viéndolo con cara de puti-traviesa, le acaricié el paquete, abrí el pantalón, lo bajé un poco, se la saqué, la olí y enseguida se la mamé; “Ya andas bien caliente, verdad, tía?”; “M-hm…mmmmmm”, qué rica la tienes; “Ay, qué boquita tienes, Paty…uy, no mames”; “Llevo pensando en esto desde el miércoles…mmmmmmm”, me incliné para que viera mejor mis nalgas mientras se la mamaba; después de unos minutos se hizo hacia atrás y se fue hacia otro sillón que estaba un poco más lejos, se bajó los pantalones, se sentó y me dijo que fuera hacia él; “Pero no te levantes, ven gateando, despacio…quiero ver cómo se bambolean tus tetas, tía”, le obedecía y cuando llegué hasta él se la volví a mamar, después lo monté dejándome caer suavemente en su verga, metiendo primero su cabeza haciendo un mete y saca cortito; “Ay, qué rico se siente, Paty, no mames”; “Te gusta, Fer?”; “Me encanta”; me dejé caer suavemente sobre su verga metiéndola toda, “Te gusta cogerme? Te gusta cogerte a tu tía Paty?”; “Un chingo, estás re buena y coges delicioso…no sé qué pedo con mi tío, pero yo sí te voy a dar cada que pueda”; “De verdad, sobrino? Te vas a coger a tu tía mucho”, yo estaba súper caliente, hacía mucho tiempo que no cogía con tanta pasión, con tanto morbo. Desde la carrera fui muy cogelona, pero desde que me comprometí con mi esposo prometí que ya sólo lo haría con él, pero él no me tocaba y ya me urgía coger, sentirme deseada y mi sobrino lo estaba haciendo muy bien; simplemente me dejé llevar por el deseo. Me  arqueé y le acerqué más las tetas a su cara, me las lamió y mordisqueó bien rico, así estuvimos unos minutos; hasta me dejó un pequeño chupetón. “Agárrame fuerte las nalgas, Fer”…ay, así, papi, así”, yo estaba ardiendo y sabía que no tardaría en venirme; “Estás bien buena, Paty”; “Sí? Ay, me voy a venir, Fer…te gusto?”; “Estás bien rica”; “Dime qué te gusta? Ay, Dios…qué rico…”; “Me encantan tus nalgas, tienes un culo delicioso, tía…”; “Sí…Sí…mmmmmm…dame, dame”; “Y tus tetotas…para comerlas todo el día, tía”; “Dame, papi…dame…síguele…”; “Eres una puta, tía”, me dio una nalgada, todo junto me excitó muchísimo, hacía años que no me decían groserías mientras tenía sexo o que me daban nalgadas, todo junto hizo que me viniera en ese momento y fue un orgasmo increíble!! “Aaaaaaaahhhhhhh”, “Vente, vente, Paty…vente, putita”; “Ay, no mames, qué rico!!!”, yo vibraba, temblaba de lo delicioso del orgasmo. Lo abracé después de mi orgasmo, él me quitó la bata, se volvió a mover poco a poco bombeándome y me dijo que me pusiera de perrito, así lo hice, él se quitó toda la ropa, se me acercó; “Qué rica te ves así, tía, con tu culo esperándome”, me incliné un poco más para que viera mejor mis nalgas, “y que bien te queda la ropita que te compré”, me acarició las nalgas, hizo a un lado la tanga; “Te gusta cómo me veo, Fer”, y en ese momento me la metió; “aaahhh”; “ay, qué rico…mmmmm…qué rica la tienes”, “Te gusta, Paty?”; “Me encanta, Fer”, me vuelve loca tu verga, papi”, me dio una nalgada…otra, “mm”; “Eres mi tía putita, verdad?”; “Sí, soy tu putita, papi”, no podía creer lo que estaba pasando, lo que estaba haciendo, pero era delicioso!!!! “Me voy a venir, tía…me voy a venir”; “Vente en donde quieras, papi, no te preocupes no hay peligro…échame tu lechita”; Me voy a venir adentro, Paty”, “Vente, papi…dame tu lechita hasta adentro…”, “La quieres adentro, putita?”, “Sí, papi…échamela adentro, quiero sentirla adentro…dame tu lechita, papi…vente adentro de tu putita”; “Ahí va, ahí va, tía…aaaaaahhhhh”, “Ay, qué rico, papi…”, sentí delicioso cómo su semen me llenaba, me mojo de recordarlo, era mucha lechita…Cuando acabó volvió a moverse lentamente hasta que fue perdiendo la erección. Nos quedamos platicando un rato ahí en el sillón, prácticamente desnudos (yo traía mi conjunto de lencería), pero me había quedado con un antojo, así que me recosté en sus piernas y empecé a juguetear con su verga; “Quieres más?”; “Me quedé con antojo de algo y como eres mi sobrino, me obedeces”, cuando fue recuperando su erección se la empecé a mamar; “Antojo de qué”, me agarró las nalgas y me dio un par de nalgadas suaves; no le respondí, simplemente seguí mamándosela, después de unos minutos, su mano derecha buscó mi conchita para dedearla; “Mmmmmmmm, qué rica verga tienes, sobrino…mmmmmm”; “Y tú la mamas delicioso, tía”; sentía bien rico cómo sus dedos hurgaban dentro de mi, de repente me rozaba el culito y lo majaba, yo seguía saboreando esa rica verga. Mi sobrino y yo en mi sala, mi esposo con sus amigos tomando y yo mamándosela a su sobrino. Se la jalaba y se la mamaba, le lamía toda la verga desde la base hasta la punta y se la mamaba otra vez. Después de unos minutos me dijo; “Mtma, vas a hacer que me venga otra vez, Paty…”, “M-hm, eso quiero”, “No quieres que te la meta otra vez?”, negué con la cabeza, “Me la quieres seguir mamando?”, asentí, “Quieres mi lechita?”, lo ignoré y sólo seguí mamándosela y masturbándolo, “Mmmmmm…mmmmmm…mmmmm”, pocos minutos después me advirtió que se iba a venir, lo volví a ignorar, quería que se viniera, pero en mi boca, quería saborearla; “Me voy a venir, Paty…ay, güey…mta madre…me voy a venir, tía”, seguía sin hacerle caso, sólo quería su semen en mi boca; dejó mis nalgas y me agarró la cabeza, sentía su verga palpitar en mi boca, en mi lengua, sabía que no tardaría en llenarme la boca de semen; “Ya no aguanto, tía…me voy a venir”, aceleré un poquito mi ritmo y en pocos segundos me inundó la boca con su semen calientito…mmmmm…fue delicioso, jugué con su semen y su verga en mi boquita, luego me los tomé. “Qué rico…ese era mi antojo, sobrinito…gracias, estuvo delicioso; te gustó?”; “Ay, no mames, qué pinche delicia!! Qué pedo con mi tío, de veras”; le dije al oído, “Si te recuperas antes de que llegue tu tío…dejo que me la metas otra vez…en tu cama” y le lamí la oreja.