El primer encuentro

Ahí estaba yo, parado en la puerta mirándola con lujuria, desnudandola con la vista, me fui acercando poco a poco hasta llegar a la cama donde ella estaba recostada

Ahí estaba yo, parado en la puerta mirándola con lujuria, desnudandola con la vista, me fui acercando poco a poco hasta llegar a la cama donde ella estaba recostada, se veía en sus ojos que me deseaba con ansias, así que no lo pensé dos veces y me lancé, comencé besándola lenta y cariñosamente en sus rojos y hermosos labios, para luego ir bajando lentamente hacia su cuello donde se mezclaron los besos y chupones, me centre en él alrededor de 5 minutos para después bajar con un camino de besos hasta sus tan preciados pechos, sin duda los mejores que he visto en mucho tiempo, los masaje, bese, mordí, apreté, succione y acaricie, ella ya estaba fuera de sus casillas y solo quería que se lo metiera lo antes posible, pero seguí con el jugueteo y llegue hasta su sexo, depilado con esmero, partí dando leves besos por sus piernas, fui rodeando sus labios pero aún siquiera tocandolos, ella se retorcía de la excitación, pedía a gritos que se lo lamiera y así lo hice, lentamente partí con un vaivén de arriba abajo, sus labios estaban húmedos con ese néctar que tanto me gusta, comencé a hacer círculos con la punta de mi lengua alrededor de su clítoris mientras mis manos subían hasta sus pechos para jugar con ellos, ella estaba a punto del orgasmo así que me esforcé para que lo lograra y me entregara mi premio, que se corriera en mi boca, al rato los espasmos se fueron haciendo cada vez más presentes, se podían escuchar sus gemidos con claridad desde la otra habitación, el momento se acercaba y yo lo esperaba con ansias, hasta que de un segundo a otro inundo mi boca con sus jugos que tanto deseaba, fue una sensación increíble, verla a ella exhausta tirada en la cama, y todo gracias a mi y a mi lengua, me excitaba de sobremanera, a pesar de su estado me pedía a gritos que le introdujera mi miembro, lo quería sentir dentro de ella, con fuerzas la tome y la acomode al borde de la cama, con sus piernas en mis hombros, una mano en sus senos y otras apretando su cuello, se la metí bruscamente y sin previo aviso, se escuchó un grito de dolor y placer, enseguida comencé con unas embestidas rápidas y salvajes, ella solo gozaba, me pedía más y más fuerte, al tiempo en esa posición le saque mi miembro para cambiarla de posición, la tomé en brazos y la puse en cuatro al borde de la cama, con una mano le agarre ambos brazos en la espalda y seguí con la penetración, cada vez más fuerte, ella ya estaba casi en su segundo orgasmo, saqué mi miembro de ella y empecé a lamer frenéticamente su vagina para que se fuera en mi otra vez, esta vez centré mi lengua solo en su clítoris e introduje dos dedos los cuales metia y sacaba rápidamente para poder lograr ese orgasmo en ella, esta vez ella captó mis intenciones y me aviso justo antes de que lograra el éxtasis para que yo pudiera disfrutarlo de igual manera, esta vez su orgasmo fue mucho mayor al anterior, sus jugos llenaron mi boca, se desparramaban por mi mentón, caían y bajaban lentamente hasta mi pene, empapandolo con su néctar tan preciado, esta vez me tocaba disfrutar a mi, la agarre de su cabello e hice que se arrodillara a un lado de la cama, ella automáticamente limpio todos sus jugos de mi miembro, después lentamente fue lamiendo desde la base hasta la punta, terminando con un pequeño beso para luego empezar a introducirlo en su boca, partió lentamente y solo podia hasta la mitad, cuando lo tenía dentro jugaba con su lengua haciendo movimientos circulares sobre la cabeza y eso me encantaba, yo estaba a punto de llegar al orgasmo y ella lo notó, de mi boca salían tímidos gemidos los cuales a ella le encantaban, comenzó a hacerlo más fuerte, salían suspiros, gemidos, espasmos, ya era inminente, ella también quería su premio, por lo que tanto trabajó, me pidió que me fuera en su boca, así lo hice, salieron abundantes chorros de semen los cuales ya no cabían dentro de ella y empezaban a salir por la comisura de sus labios, ella saco mi pene de su boca, limpio lo que se había escapado y lo trago, me miraba fijamente mientras lo hacía y eso me volvía loco, nos acostamos desnudos los dos en la cama, y nos quedamos dormidos, a la mañana siguiente desperté pero ella no estaba ahí, vino en mi una sensación de rabia y pena, pero al voltearme me encontre con una carta que decia, " Fue el mejor sexo que he tenido y sin duda se volverá a repetir " al reverso aparecía una fecha, hora y dirección, sin duda esto no me lo perdía. (continuará)