El primer cliente
No sin temor, le confesé a mi pareja mis correrías del último día, tuvimos una larga conversación, hablamos largamente respecto de la felicidad, de la aceptación y del amar no como uno quiere que sea la persona amada sino tal como ella es,
No sin temor, le confesé a mi pareja mis correrías del último día, tuvimos una larga conversación, hablamos largamente respecto de la felicidad, de la aceptación y del amar no como uno quiere que sea la persona amada sino tal como ella es, si alguien cree poder mantener una relación con la esperanza de cambiarla, resulta estar equivocado pues esa persona podrá durante un tiempo ocultar su ser, pero tal ocultamiento significará falta de libertad y esta llevará al resentimiento y en definitiva al fin de aquello que creían amor, en consecuencia me dijo que si él no estuviera dispuesto a aceptarme tal como yo era, entonces sencillamente no estaría conmigo, de tal forma que decidimos seguir juntos.
Al día siguiente, llamé a Angélica, nos juntamos los tres, ella se sorprendió al ver a mi pareja, le contamos nuestra relación y mis deseos, discutimos largamente, al final por mi seguridad decidimos en arrendarme un departamento para mi, de lo cual se encargaría mi pareja, Angélica estaría siempre conmigo, como una chaperona, elegiría a quienes podrían visitarme y compartiríamos ganancias, por último mi pareja podría entrar libremente al depa y definitivamente viviríamos juntos, así fue como salí de la casa de mis padres.
Angélica se encargó de sacarme unas fotos y publicarlas en un portal de las llamadas scort.
Llegue temprano, incluso ese día no fui a la U., me encontraba nerviosa, sabía que había quedado de ir al departamento después de los estudios, pero la ansiedad no me dejaba concentrarme en otra cosa, Angélica ya estaba ahí, me calmo y comenzó a desvestirme, me duche y aproveche de alisarme el pelo, Angélica me maquilló, absolutamente recargada los ojos con sombras azules, harto delineador, labios rojos, como decía ella “rojo maraco intenso” , un cola less sostén negro y sobre ello un vestidito muy corto, calado, ajustado al cuerpo que apenas llegaba al final de mi culito y dejaba ver absolutamente y sin dificultad alguna toda mi ropa interior.
Mi primer cliente llegó a las 17 horas, sentí el timbre y escuche a Angélica pedirle que subiera, mi conchita se humedeció en el acto, me fui a la habitación a esperar, sentí abrirse la puerta y Angélica me llamo, le pidió al cliente dar su aprobación y frente a la aceptación de este le pidió pagar y hecho esto me dijo que podíamos ir a la habitación. El Cliente dijo llamarse Pedro, era de unos 40 años quizá un poco más, si bien no era gordo tenía una prominente panza.
Apenas cerramos la puerta de la habitación me tomó y me dio un beso de lengua el cual respondí dejando me introdujera la suya en la boca y chupando la de él, en tanto sus manos recorrían inmediatamente mi culo, y subiendo por mi cuerpo apretaba mis tetas, me tiró a la cama y me dijo que venía por mi culo, que quería hacerlo sólo por ahí, no dije nada más que por una hora mi cuerpo era suyo así que podía hacer con él lo que antojase, me tomo de los hombros y me llevó hacia abajo, en tanto sin desvestirse abrió su pantalón y sacó su miembro, no era un pene largo pero si muy grueso y venoso, me tomo de la nuca y me empujó a él, abrí mi boca y comencé a chuparlo, lo miraba mientras me penetraba la boca, lo sacaba y refregaba por mi cara mientras no dejaba de masturbarlo, escucha sus jadeos y mi concha parecía llover, chupé sus huevos mientras mi lengua subía lamiendo su tronco hasta llegar a su cabeza y se detenía a jugar en ella masajeando su orificio, para luego introducirlo entero en mi boca y seguir chupando, estuve así largo rato hasta que pidió me pusiese en la cama a cuatro patas, lo hice moviendo mi culo provocativamente mientras sabía que él me miraba y escuchaba decirme como me comería el culo.
Se acercó mientras yo le miraba hacia atrás y metió su dedo gordo en mi culo, lo pasaba desde mi concha a mi culo y lo metía profundamente abriéndolo, acercó su pene a mi orificio y comenzó a presionar sobre él, mis respiración estaba agitada, sentía su mano en mi culo y con la otra llevó una de las mías a mi nalga y me pidió que me abriera el culo, lo cual hice, sentí su verga deslizándose a mi interior, respiraba con dificultad y mis grititos de dolor parecían excitarlo aún más, su pene era realmente grueso y me estaba partiendo en dos, grite de dolor cuando sentí que de un golpe sus huevos jugaban en mis nalgas, empezó a bombear a un ritmo que no era rápido, tampoco lento, pero si cada embestida llegaba profundamente en mis intestinos, apretaba las sabanas con mis manos, a estas alturas sólo quería sentir su leche en mi culo, movía mi culo en círculos y empujaba hacia atrás tratando de marcar un ritmo más rápido, pero él se tomaba su tiempo, estaba realmente gozando mi culito y yo estaba gozando aquella verga gruesa que me hacía sentirme dividida, dividida entre el dolor y el placer, de pronto lo sacó y acercándose al borde de la cama lo llevó nuevamente a mi boca, le chupe la verga mientras le rogaba que volviera a meterlo, que me reventara el culo, fue nuevamente hacia atrás y de golpe perforó mis intestinos, afirmado de mi cintura comenzó un mete y saca infernal, que sacaba lo más puta de mí, levantaba cuanto podía mi culo para recibir sus envestidas que sentía un derecho mío, sentía en vaivén de mis tetas al ritmo de su penetración, me tomó de los hombros y me empujaba hacía el cada vez que empujaba hacia a mí, tomó mi pelo y me obligaba a levantar mi cabeza mientras seguía penetrándome, lo veía por el espejo su cara de placer al verme totalmente entregada, mi boca abierta buscando aire en tanto su fierro horadaba mi cuerpo sin contemplación alguna, se echó sobre mi cuerpo con todo el peso del suyo, yo aplastada sobre la cama sólo levantaba mi culo buscando darle el mayor placer que mi cuerpo en general y mi culo en particular podía darle, sin dejar de penetrarme llevó sus manos por debajo de mi cuerpo hasta tomarme de las tetas y seguir penetrándome, no aguanté más y le rogué que me reventara el culo, que no parara, que iba acabar, sentía sus bufidos en mi oído mientras me decía que era la mejor puta que había cogido, hasta que con un largo respiro que en verdad fue un gruñido acabó llenando mi culo de leche, permaneció un rato con su pene en mi interior hasta que ya flácido lo sacó, se levantó y acostó a mi lado, me dijo que era excelente que nunca lo habían aguantado tanto dado el grosor de su verga.
Me pidió el baño, nos duchamos juntos, al salir me pasó dinero y al señalarle que ya había pagado me dijo que era una propina, me agache rebajé un poco su calzoncillo y bese nuevamente su miembro colocando el billete en el calzoncillo, lo miré y le dije que era propina ya que nunca me habían partido tan bien el culo. Se rio me dio un beso y salimos juntos al living donde nos tomamos un trago con Angélica, prometiendo Pedro volver nuevamente.
Ese día atendí otros dos clientes. Definitivamente ya había logrado mi primera profesión, Puta.