El primer anal sin dolor

Sólo iba a chupársela, pero me puso cachondo y me folló bien follado.

Rellené mi perfil en la web de contactos esperando que le interesara a alguien, pero no esperaba tener resultados tan pronto. Estaba repasando los datos cuando me llegó el primer mensaje:

  • Hola. ¿Qué buscas? - Me preguntó un tío que respondía al nick penetrarte18.

  • Comerme una buena polla. - Le dije yo.

  • ¿No follas?

  • Lo he hecho solo una vez, pero me duele bastante.

  • Bueno, no pasa nada... Pero... ¿Te lo tragas?

  • Sí, me lo trago todo.

Me pasó una dirección sin piso y un número de teléfono, para llamarle cuando estuviera en el portal. Así que me fui, como siempre algo nervioso por encontrarme con alguien que no conozco de nada. Llegué al portal e hice una llamada. "3º B", me respondió.

Subí en un viejo ascensor y allí estaba el tío. Unos 40 tacos, buen cuerpo, barbita. Por la casa se notaba que estaba casado, había fotos suyas con una mujer. Nos dimos la mano y pasé adentro.

Sin preámbulos, me arrodillé y le dije:

  • Bueno, vamos a ver esa polla...

Empecé a sobarle el paquete por encima del pantalón, que era de tela, como de traje y noté cómo iba creciendo. Bajé la cremallera y le bajé los pantalones lo justo para ver su polla bien marcada en los calzoncillos, luchando por salir. La sobé un poco más, lamí los calzoncillos y, por fin, le saqué la polla.

No era muy grande, pero sí gorda. Tenía mucha piel y se la eché hacia atrás, dejando su capullo libre frente a mis ojos. Levante la vista y le miré con cara de puta mientras sacaba la lengua y la golpeaba con su polla. Él gemía mientras yo tenía el control. Me pasé la polla por la cara un par de veces y entonces, cuando le noté que tenía ganas de que me la comiera, me la metí en la boca, entera, de un tirón, hasta la garganta, todo lo hondo que pude, hasta que mi nariz topó con su vientre y me costaba respirar.

  • Joder... Así, qué bueno... Enterita, tío, cométela enterita.- Me dijo.

Comencé entonces la verdadera mamada, lenta, sacando su polla de mi boca por completo, para volver a metérmela hasta el fondo de la garganta, despacio, dejando que disfrutara. Cada vez que entraba en mi boca, yo apretaba bien los labios para que lo notara... Y el me recompensaba con un gemido o una frase del tipo:

  • Joder, cómo la comes, tío.

Paré de mamar porque me dolía un poco la boca del esfuerzo y aproveché para lamerle los huevos mientras le pajeaba un poco.

  • Espera, espera, que quiero verte, ven.- Me dijo mientras tiraba hacia arriba de mí. Me puse de pie, a su altura, agarró mi cara y empezó a meterme la lengua en la boca. Yo notaba esa lengua jugar dentro de mi boca, su olor a colonia de hombre, su barba... Me puse (aún más) cachondo.

Me palpaba el culo y me decía "Menudo culito tienes, cabrón. Anda, déjame verlo". Me puse de espaldas a él y empecé a desabrocharme los pantalones. Me bajé los calzoncillos y empezó a sobarme las nalgas, mientras me decía al oído:

  • Qué bueno estás, cabrón... Vaya culo... Anda, ven, vamos al cuarto.

Me llevó al cuarto, andando com patos, porque teníamos los pantalones bajados hasta las rodillas.

  • Desnúdate y túmbate conmigo, anda.- Me pidió. Nos desnudamos a la vez y nos metimos en la cama. Se puso encima mío, con todo su cuerpo y tengo que confesar que era una sensación extraña, pero al msimo tiempo me ponía muy cachondo tener a un tío desnudo encima mío. Nuestras pollas se rozaban mientras nos besábamos. Comenzó a bajar lameindo mis pezones, mi vientre y, curiosamente, saltó mi polla. Colocado entre mis piernas, me hizo levantarlas hasta que le ofrecí todo mi culo. Sin decir nada, noté su lengua jugar en mi ojete.

Me moría de gusto, el notar como intentaba meterla dentro de mi ano, separando mis nalgas con sus manos. Llevé mi mano a mi polla para masturbarme, pero el me la quitó.

  • No, no espera...

Se acercó a la mesilla de noche y sacó un botecito de lubricante y un preservativo de una caja. Me iba a follar, estaba claro. Yo lo había intentando una vez, pero me dolió mucho.

  • Tío... Con cuidado, que me duele mucho.

  • No te preocupes, verás cómo te gusta...

Se puso el condón y me pidió que volviera a subir las pienras y le ofreciera mi culo, cosa que hice. Con el dedo untó un poco de lubricante en mi ano, primero por fuera, luego metiendo un dedo.

  • Joder, qué apretadito lo tienes.

El dedo me estaba poniendo a mil y el meido quedóa aun segundo plano, porque yo quería su polla dentro.

  • Fóllame ya, despacio...

Puso mis piernas sobre sus hombros y dirigió su polla a mi culo. Le ayudé a apuntar y le pedí que empujara, insistiendo en que lo hiciera despacio. Empujó un poco. Me dolía, pero era soportable. De repente, como si algo hubiera cedido, noté que mi ano se abría y su polla entraba. Dolía, pero las ganas de que entrara me superaban. Lo malo es uqe yo tengo com oun doble esfínter y una vez superado el primero, hay que abrir el segundo.

  • Así, despacio, métela despacio...- Le rogaba. Me hizo caso y siguió metiendo, despacito, dejando que mi ano cediera poco a poco. Noté como se iba abriendo y pronto el segundo esfínter cedió. Me dolió un poco, pero la impresión de tener el culo lleno me hizo olvidarme.

  • ¿Está entera?- Le pregunté - Hasta el fondo, tío, la tienes enterita. -

Agarré su culo y empecé a guiarlo, lo alejaba despacio de mí y luego empujaba para que volviera a entrar.

  • Joder, qué rico tío, qué apretadito lo tienes.

El bombeo se hizo un poco más fuerte. El culo apensa me dolía, solo cuando llegaba al fondo de mi culo notaba algo de dolor, pero el gusto que estaba teniendo lo suplía con creces. Mi ano ardía, me subían como espasmos de placer cada vez que enterraba su polla en mi culo. Un placer nuevo, diferente.

Quité una mano de su culo y me la llevé a la polla, mientras el tío ya me follaba bien fuerte, haciendo que sus huevos chocaran contra mí mientras gemía. Otra vez quitó mi mano de mi polla y me dijo que no, que esperara. Yo estaba muy, muy cachondo, el culo me mataba de gusto y necesitaba correrme, pero el tío no me dejaba. Me jodía, pero en cierto modo me daba morbo ser su puta y hacer lo que él dijera.

Su ritmo se aceleró, me follaba bien follado y yo me moría de gusto sintiendo su polla reventarme bien reventado en mi ya dilatado ano. Pensé que me iba a correr de gusto cuado el tío sacó su polla de mi culo y quitándose el condón se acercó de rodillas a mi cara y, poneindo su polla en mi boca, me dijo:

  • Cométela toda y pajéate, quiero ver cómo te corres mientras te tragas mi leche.

Joder, eso era el remate perfecto para el polvo. Me puse a pajearme mientras le comía la polla bien comida, de lado.

El tío lanzó un gemido y noté el primer chorro de leche en mi boca. Me masturbé como un loco y mientras iba tragando su leche espesa, me iba corriendo. Creo que solté dos litros de leche y él otros dos. Tragué absolutamente todo, notando mi boca pegajosa y disfrutando de su corrida.

Cuando terminó, pasó su polla por mi vientre, recogiendo mi leche con ella y acercándola a la boca, para que también me la tragara.

Cuando ya la tenía flácida, la recogía con sus dedos y me los llevab a la boca, y yo los lamía mirándole con cara de puta.

Nos aseamos un poco y me vestí para irme. Me acompañó desnudo hasta la puerta y yo me despedí de él, poniéndome de rodillas y chupando su polla flácida.