El primer anal que me gusta
En este relato hablo de un anal que me dejó encantada
Me presento, soy de México, tengo 25 años, me considero ninfómana y me gusta encontrar hombres que me den placer. Tengo un cuerpo muy bonito y nunca me han faltado hombres que quieran coger conmigo, solo es cuestión de mandar algún mensaje cuando ando caliente o sino prefiero masturbarme y estar sola.
Es mi primer relato y espero les guste. Esta historia es verídica y se dió porque invité a un amigo a que pasara unos días de visita conmigo en mi casa. Nos la pasábamos teniendo sexo todo el día. Como yo no puedo acabar con penetración, me masturbaba antes o después de que él terminaba para terminar yo también.
Desde hacía tiempo ya me había dicho que quería hacerlo por atrás y yo le dije que sí se me apetecía pero ya sabía que me dolería mucho pues ya lo había hecho antes por atrás y no me había gustado.
Estábamos acostados en la cama, de cuchara y él estaba penetrándome desde atrás pero por la vagina, yo paraba el culo para que la penetración fuera más profunda. A él le encantaba, me pedía que parara el culo y me abrazaba fuerte para darme más duro.
Como eran muchos mis fluidos, los aprovechó para lubricar su pene y empezar a introducirlo por mi ano. Comenzó a meter su miembro despacio, solo metió la cabeza. Me empezó a doler muchísimo y le dije que parara. Él se quitó y me dijo que si me dolía mucho entonces no lo haría, pero que lo dejara masturbarse con mis nalgas. Yo le dije que sí. Él empezó a frotar su pene con mis nalgas pero a mí me seguía doliendo mucho porque toda esa zona había quedado muy sensible. Le dije que me dolía y se quitó.
Dejamos de hacerlo, los dos nos volteamos, separándonos y quedamos acostados boca arriba.
Entonces le dije que me lo tenía que hacer a la fuerza aunque yo dijera que no. Él me dijo que no podía forzarme pero yo le dije que me forzara. Porque también me prende muchísimo que me lo hagan a la fuerza y que me traten mal en la cama.
Yo me refería a que se masturbara con mis nalgas aunque yo no quisiera, pero él me volteó poniéndose detrás de mí otra vez de cuchara y me lo introdujo de un solo golpe por atrás. Fue un dolor insoportable pero a la vez un gran placer. Estuvo bombeándome un buen rato aunque no lo introducía completamente porque mi orificio estaba muy cerrado, le dije que lo metiera bien pero no lo hizo. Yo estaba gritando como loca del dolor pero a la vez no quería que parara. Le dije que se viniera adentro y así lo hizo. Cuando terminó lo sacó, yo me limpié porque me dolía y tenía sangre. Nos quedamos acostados besándonos, después me masturbé para terminar yo también y en un rato más, cuando él ya se había recuperado, le pedí que me lo volviera a hacer por atrás porque me había encantado.
Desde ese día creo que me volví adicta al anal. Sueño con que me lo vuelva a hacer así, él o alguien más.