El preparador de las estrellas iii

Mientras esperaba en la sala oí como me llamaba desde otra estancia. Cuando llegué a la habitación de donde provenía la voz, me encontré a Emily en la cama de espalda, con los gemelos en alto y un bote de crema en la mano.

Mientras esperaba en la sala oí como me llamaba desde otra estancia. Cuando llegué a la habitación de donde provenía la voz, me encontré a Emily en la cama de espalda, con los gemelos en alto y un bote de crema en la mano.

Procedí a empezarle un masaje en la zona, la verdad que la chica se retorció bastante de dolor, parecía que podía tener algo grave, aunque como supe después simplemente es que ella toleraba muy mal el dolor. Cuando llevaba ya unos cuantos minutos ahí dandole al tema. Le dije que ya estaba, le di una palmadita en el culo. Y me fui al cuarto de baño a lavarme las manos.

Cuando volví del cuarto de baño mi cabeza no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, la chica se había desnudad y me miraba de manera picarona desde la cama.

Es hora de devolverte el favor por ese maravilloso masaje que me has hecho- me dijo Emily.

Me acerque a ella que con una sonrisa y una mirada preciosa parecía desnudarme con la mirada. Me incliné un poco acercando mi cara a la suya, ella respondió a mi acercamiento y en menos que se chupa un espárrago estábamos besándonos y enredado entre las sabanas mientas nos toqueteábamos por todos lados. La chica tenía unas curvas espectaculares, a pesar de estar un poco flaca, pero todo en su sitio. Además con determinados detalles que a mi me vuelven loco. Completamente depilada, esos pezones erizados al máximo, como a mi me gusta.

Poco a poco me fue desnudando, mi erección era ya muy notable. Y con el calentón que llevaba ya no necesitábamos muchos preliminares. Aún así, no me pude resistir y procedí a descender por su cuerpo para darle un poquito de placer con mi lengua en su bonito sexo.

  • Ufff, que bien lo haces, me dijo Emily entre suspiros.
  • Esto no ha hecho mas que empezar, le contesté.

Seguí dándolo todo, jugando con su botoncito, masacrando su puerta trasera. Mientras mi lengua jugaba con su sexo. Emily no paraba de emitir suspiros y de arquear su espalda. De repente sentí como su mano aprisionaba mi cabeza apretándola contra su propio sexo, anunciando un inminente orgasmo.

  • Ahhhhhhhhhhhh, si!!!!!!!!!!!!!!!!, gritó Emily.

Seguidamente su cuerpo se relajó por completo, yo procedo a subirme a horcajadas sobre ella, con mi mano apunte mi polla en la entrada de su sexo y procedí a introducirlo de un golpe. Emily se tensó de nuevo y me suplico que le diera una tregua antes de continuar. Yo haciendo caso omiso seguí con el mete saca. Aquella preciosa chica parecía no estar en muy buena forma física, o quizás nunca le habían dado lo que realmente una preciosidad como ella necesitaba.

Después de un buen rato dándole al misionero , quería, me merecía un poco de descanso y tiré de ella y nos dimos la vuelta. procediendo ella a ser quien me cabalgara. Su pelo bailaba de un lado a otro y su mirada trasmitir erotismo y sensualidad. Su pechos se balanceaban y no hacían otra cosa que aumentar mi estado de excitación.

  • Estoy a punto de correrme, donde quieres recibir tu premio, le dije.
  • No tomo nada si que hazlo fuera, me respondió procediendo a levantarse.
  • Chupámela anda, que ya no me queda nada.

Emily accedió a mi petición, y procedió a meterse mi falo en su boca. No me sorprendió que no tuviera mucha capacidad de succión, no lo hacia mal, pero como ya había averiguado no estaba acostumbrada a que le dieran mucha caña.  Tras unos minutos realizando una buena labor, aunque no en su excelencia, no aguanté más y la avise de lo que venía a continuación. Se la saco de la boca y masturbándome me hizo terminar sobre sus pechos.

Exhausto nos tumbamos ambos sobre la cama, miré mi reloj.  Era ya la hora de comer. Le pregunté que si le gustaba la comida japonesa. Me contestó que si y procedí a llamar a un Japonés para encargar comida. Esto no había hecho más que empezar y quedaba mucho día por delante.

CONTINUARA…