El precio de White Rhino

Primer relato de Javier Santos, un hombre gay que descubrirá cual es el precio de comprar marihuana a según que tipo de indivíduos.

Pasaban las 3 de la mañana, era un día normal para Javier Santos. Un hombre de 36 años, de muy buen ver, que en absoluto aparentaba la edad, que reflejaba su carnet de identidad. Javi medía 1,74, delgado y rapado, de aspecto hétero. Le gustaba vestir con chándal y zapas adidas.

Volvía tranquilo, en su mundo, algo colocado, después de haber fumado unos petas de maría con sus colegas del trabajo.  Cuando llegaba a su portal, sentados en la acera, vio a tres negros, riendo y hablando en voz baja. El silencio fue total cuando pasó a su lado. Javi, no pudo evitar mirar hacia el suelo, dirigiendo la mirada hacia uno de ellos, y pudo ver como este, le devolvía la mirada.

Javi intimidado, apartó la vista y continuó su camino hasta el portal de su casa. Buscaba sus llaves en los bolsillos, cuando algo le sobresaltó.  La voz del negro que acababa de mirar a los ojos, sonó justo a su espalda.

-          Oye tio, perdona tienes papel?

-          Eh… creo que sí.

Javi palpó en su bolsillo y al momento sacó un paquete de ocb.  Le ofreció al negro y este le dio las gracias. Mientras lo hacía, Javi repasó de arriba abajo al pedazo de negro que tenía delante.  Era un chico fibrado, africano, de unos 28 años, con rastas y debía medir  1,90, con pantalones marroquíes, y camiseta corta. A Javi siempre le habían gustado los chicos de color, le daba morbo su aspecto.

El chico de color, le miró y le dio las gracias. Mientras empezaba a liarse el porrito delante de él. No tardó más de un minuto en tenerlo liado, y antes  de que Javi abriera el portal, después de haber encontrado sus llaves, este le ofreció que lo estrenara.

Javi alargó su mano, y aceptó. Después de una primera calada que le supo a gloria, vino una segunda y una tercera.  Se sentía en la gloria, este porro era el mejor que había probado en mucho tiempo.  El negro le miró y le dijo:

-          Que tio, esta rico ¿eh?

-          Bfff, si muy bueno. Ya ves, oye no pasarás maría.

-          Jaja, normalmente no paso, pero como eres un tío enrollado puedo pasarte algo. ¿Cuánto quieres?

-          No sé tio, a cuanto la pasas?

El negro sonrió, y le dijo que no era el mejor lugar para discutirlo. Javi, comprendió al momento lo que aquel tío le decía y le invitó a pasar al portal. Abrió la puerta y el negro le dijo que le esperara ahí un momento.

Javi esperó en el primer rellano y el negro no se hizo esperar. Pero esta vez no venía sólo, venía acompañado de los dos colegas que estaban no hace mucho sentados junto a él.

El negro se acercó a Javi y se presentó.

-          Me llamo Ahmed, y estos son mis colegas Rachid y Brahim.

-          Yo soy Javi.

-          Encantado tio, pues nada cuanto quieres?

-          Una bolsita nen, con 20 euros ya tiro.

-          Jaja, ok, acabamos de pillarla, como has podido ver, es una maría muy buena, normalmente no hay de esta en España. Si quieres podemos pasar a tu casa, pruebas otro porrito y separamos una bolsita para ti.

A Javi no le sorprendió la proposición, y no era consciente de lo que se le venía encima. Era tal el efecto de buen rollo que tenía, que accedió al momento. Los cuatro subieron las escaleras hasta el quinto piso, un ático-estudio, en una escalera en la que sólo había vecinos en el primer y segundo piso, debido al alto precio de los alquileres y los estragos de la crisis.

Nada más llegar, Javi les ofreció algo de beber, coca cola, birras,  agua….

Rachid, sonrió y con cara de complicidad con el resto de colegas dijo:

-          Pues unas birras tío, estarán de puta madre.

Javi preparaba las birras, observaba a aquellos tres negros. Mirando esta vez a Rachid y Brahim. El primero era de aspecto africano también, no tan alto como Ahmed, pero sí  de 1,80 al menos, y más corpulento. Llevaba chándal y una camiseta sin mangas, que resaltaba los músculos de su pecho y brazos.  El segundo, Brahim, era posiblemente marroquí, moreno, de piel no tan oscura como los anteriores, 190 y delgado. Sus labios eran grandes y carnosos con una cicatriz en su cara. Eso, junto a una mirada profunda y pícara le daban un aspecto de macarra recién salido del “talego”.

Brahim era el encargado de liar, tres enormes porracos,  empezaron a fumar. Los porros pasaban de uno a otro de manera que la rueda nunca paraba. Los tres negracos, mantenían al anfitrión siempre ocupado, no le dejaban que tomara otro aire que no fuera el mezclado con las inhalaciones de maría.

Mientras fumaban, Javi dijo que era la mejor hierba que se había fumado, con un colocón importante.

-Normal, esta hierba nos la traen de Argelía, es una maría muy potente se llama Arjan´s.  ¿La conoces?  Tenemos otra que es mejor aún pero que hay que tener cuidado al fumarla, es la White Rhino.

  • Pues no, la verdad, no soy muy entendido en el tema. A mí me gusta tomarla de buen rollito, con los colegas echar unas risas. O también follando jaja, porque me relaja y me pone como las cabras.

-Jaja, eso nos pasa a todos. Si fueras tía, para follar la segunda que tenemos.  Es algo más cara. En mi país algunos, se las dan a las turistas a probar y se ponen como locas. Se excitan y por lo visto algunas hasta mojan las bragas. Y acaban siendo folladas. Además lo mezclan con alcohol para que las desinhiba más. Así anulan más su voluntad y los que se las dan a probar, acaban follándolas,  sin que puedan poner resistencia.

  • Joder que fuerte. Y en tíos, entonces ¿qué efecto da?

  • Nunca lo he probado, pero supongo que el mismo, hay que fumar muy poco, a no ser que el tío quiere acabar abierto como una puta….jaja.

Se sentía algo mareado, como en una nube. Las voces de sus invitados cada vez sonaban más a lo lejos.  En muchos momentos, les miraba y le daba la impresión que estos le observaban y miraban con deseo, pero dejaba a un lado estos pensamientos, pensando que se trataba parte del “globazo” que llevaba encima.

En un momento Rachid se levantó y pregunto dónde estaba el lavabo, y Javi le acompañó. Sin esperar a que Javi saliera del lavabo, Rachid se sacó la polla y empezó a mear. Mientras lo hacía Javi, se quedó dándose cuenta que estaba mirando su paquete.  Así estuvo más de un minuto, hasta que se sacudió la polla.

Javi trató de disimular, pero era demasiado tarde, su lentitud de reflejos le había delatado. Rachid volvió junto a Javi al comedor. Ahmed y Brahim estaban hablando entre ellos. Esperando a Javi con otro porro, listo para que se lo fumara. Este aceptó, sin saber que en realidad iba a probar la White Rhino.

Javi comenzó a fumar, en medio de un silencio algo incómodo, sintiendo que los tres amigos se miraban y cuchicheaban entre ellos. De vez en cuando, uno de ellos reia. El silenció quedó interrupido de manera brusca cuando Rachid dijo:

-          Si alguno quiere ir a mear, el lavabo esta aquí al lado. Pero mejor que “este” os acompañe, que no veas al colega como le gusta mirar un buen cipote de negro.

Javi no sabía dónde meterse, realmente había dicho eso el maromo?

Ahmed, miró a sus colegas y en tono burlón dijo:

-          Jajaja, pues por mí no hay problema. Anda tío, acompáñame que necesito descargar.

Se levantó y Javi en actitud sumisa le acompañó hasta el baño. Una vez allí, Ahmed sacó su rabo y empezó a mear. Javi miraba para otro lado intentando disimular, una vez terminó, Ahmed miró a Javi y le dijo:

-          A ver tío, no era esto lo que venias a ver? Y le mostró su polla, no tan grande como la de Rachid pero si mucho más gruesa.

Ahmed dio un paso hasta Javi, que no sabía qué hacer, y cogió su mano, llevándola hacia la base de su rabo. Este notó que ni tan siquiera podía cerrar su mano para cogerla. Y sintió una enorme excitación. Al momento, notó que una enorme erección se apoderaba de él y era consciente que no podía disimular el morbo que aquella figura de ébano despertaba en él. Los ojos de Ahmed, le miraban fijamente, desafiándole, su miembro crecía por momentos en su mano. Javi, casi instintivamente, movía hacia arriba y abajo aquel pedazo de polla. Notando como su mano se humedecía, con restos del abundante meo que acababa de soltar.

Y fue entonces cuando notó que ya no estaban sólos.

Tras ellos, Rachid y Brahim miraban atentamente lo que estaba sucediendo, con sus miembros fuera, excitados, pajeándose ante esa imagen.

CONTINUARÁ…

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