El precio de un amor (8)

Norma no se lo podía creer, estaba libre de pies y manos y muy cerca de ella todas las fotos que la comprometían con sus padres y con otras amistades que aún no sabían su penosa situación.

EL PRECIO DE UN AMOR 8

Sarahi disfrutaba de lo lindo humillando a Norma por que ésta siempre se le rebelaba, nunca le ocultaba el odio y el rencor que le tenía y esto a Sarahi le divertía; ahora había llegado el momento de acabar con eso de no dejar en Norma una sola gota de orgullo y dignidad. En una tarde en que Sarahi regresaba de la escuela mandó a Pedro a que limpiara en la cocina, entonces se jaló a Norma por el cabello y bruscamente la empujó al piso con fuerza haciendo que ésta se golpeara en plena cara.

¡Rápido, estupida!, ¡descálzame, cada día eres mas lenta y mas bruta!— dijo Sarahi mirando burlesca y con desprecio a Norma mientras se acomodaba como siempre en su mueble.

Norma estaba a punto de llorar pero se contuvo y miró a Sarahi llena de odio y con esa mirada retadora iba a comenzar a descalzarla con la boca cuando ésta le soltó una tremenda bofetada gritándole:

¡No me mires a la cara de esa forma cerda!, muéstrame el respeto que me merezco, si no quieres llevarte una paliza. Norma de nuevo la miró desafiante y ésta vez Sarahi sujetó una de sus sandalias y con la suela le dio un tremendo golpe a Norma en la cara para provocarla y hacerla caer en su juego; Norma cayó al piso y llorando gritó furiosa para desahogarse:

¡Puedes golpearme, matarme incluso si eso quieres! y la verdad no te lo reprocharía— ¡eres una puta muy astuta!, demasiado astuta y lo reconozco, supiste aprovechar muy bien a mi hermano y ¡es cierto!, el te adora y te ve como a una diosa y no lo culpo yo también me he aprovechado de el toda la vida de ese carácter dócil y sumiso que tiene pero ¡claro!, muy cierto somos hermanos y como tales tenemos limites y no puedo ofrecerle lo que tu si puedes, supiste seducirlo muy bien Sarahi, pero a mi ¡jamás podrás doblegarme!, no se por cuanto tiempo me vas a tratar de ésta forma pero me queda el orgullo;

¿Orgullo?, jajajaja— se rió irónicamente Sarahi,

¡Si, Sarahi!, orgullo— contestó Norma fuerte y segura— el orgullo de saber de que todo lo que me haces es a base de golpes y mas golpes, puedes humillarme y te obedeceré para evitarme sufrimientos físicos pero nunca lograrás domar mi voluntad me oyes bien ¡nunca!, si me humillo ante ti es por que me veo obligada a hacerlo y por que estando como me tienes amarrada tienes que golpearme para doblegarme de otra forma ya te hubiera pateado el trasero.

¡Oh!, ¿eso crees?— expresó Sarahi burlona, pues que si te digo que ¡estás de suerte!, te voy a dar la oportunidad que seguro has estado soñando todo este tiempo, a ver Norma en concreto— me estás diciendo que si estuviéramos en igualdad de condiciones ¿tu lograrías vencerme?, ¿es así?, teniendo en cuenta que cuando me golpeaste y humillaste lo hiciste con ayuda de otras a lo que yo imité apoyándome en Pedro y en inmovilizarte para poderte tomar las fotos pero tú me dices que solas sin intervenciones de nadie tu podrías vencerme ¿es eso?;

¡Por supuesto!— contestó Norma, ni siquiera te imaginas como me muero por golpearte y hacerte daño hasta que llorando no te de lo que te queda de vida para arrepentirte por todo lo que me has hecho pasar.

Sarahi sonrió altanera — ¡muy bien Norma!— pues ni hablar; en eso que Pedro aparecía— Pedro ¡desata a esa zorra!; tanto Pedro y Norma quedaron sorprendidos mirando a Sarahi a lo que ésta insistió:

¿No es lo que querías?

¡Eres una puta mentirosa!— contestó Norma indignada pues pensaba que Sarahi solo se seguía burlando de ella;

¿Ah no me crees?, ¡bah, que diablos!— vamos a hacerlo interesante, Sarahi corrió a su cuarto y enseguida regresó con su cámara y con todas las fotos que le había tomado a Norma y las dejó en la mesa.

¡Bien Norma!, es sencillo ¡te reto a golpes!, si me vences podrás largarte de aquí con todas las fotos ¡o lo que es mejor!, ahí está la cámara no solo podrás recuperar las fotos sino que además podrás hacer conmigo lo que quieras pero para eso tienes que dejarme noqueada, pues solo así sin poder moverme permitiré que recuperes las fotos y tú podrás vengarte de mi haciéndome lo que quieras, por Pedro no te preocupes el no intervendrá ¿me oyes bien Pedro?, ¡no quiero que intervengas pase lo que pase!;

¿Qué te parece Norma?— la oportunidad que soñabas solo quedaría en deuda contigo por la humillación que te hice pasar en el receso pero ¡que se le va a hacer!;

¡Anda Pedro!— desátala; ante la duda de éste Sarahi le repitió una vez mas que la desatara a lo que éste obedeció.

Norma no se lo podía creer, estaba libre de pies y manos y muy cerca de ella todas las fotos que la comprometían con sus padres y con otras amistades que aún no sabían su penosa situación,

¡Venga Norma!— mueve esos músculos que deben estar entumidos y demuéstrame que tanto tienes para mi, aunque la verdad me das mucha pena y algo de lástima, mira que muy a mi pesar tener que demostrarte que no eres nada para mi en ningún aspecto, en unos instantes vas a estar llorando, ¡implorándome que me detenga de golpearte! y ésta vez no vas a tener pretextos para justificarte— éstas últimas palabras de Sarahi dichas sarcásticamente encendieron a Norma;

¡Que estupida eres Sarahi!, pero gracias a eso voy a acabar con esta maldita situación— sentenció Norma,

¡Bueno ya!— dijo excitada Sarahi— pierde la que pida perdón o implore rendición y tú Pedro ¡no te metas!,

¿Qué esperas zorra?— dijo Sarahi— es que ya te lo pensaste y prefieres seguir lamiendo mis zapatos o ¿mis bragas?— concluyó Sarahi riendo.

Al decir esto Norma se lanzó como una fiera sobre Sarahi pero ésta iba esquivando los golpes hasta que Norma arrinconó a Sarahi y comenzó a jalarla fuertemente del cabello y enseguida le metió un puñetazo en el estomago que Sarahi no se esperaba haciéndola caer; Norma se precipitó creyendo que había sido suficiente y quiso ir por las fotos a lo que Sarahi como pudo jaló de los pies a Norma tirandola al piso, ésta logró levantarse mientras Sarahi se dolía todavía del puñetazo que había recibido a lo que Norma la levantó por los cabellos y le empezó a dar de cachetadas que para sorpresa de ella y de Pedro Sarahi se sonreía, parecía disfrutar con los golpes que Norma le daba a lo que ésta furiosa le dio una cachetada mas con todas sus fuerzas a Sarahi haciéndola sangrar en los labios, entonces Sarahi decidió actuar y darle una lección definitiva a Norma.

No era que Norma no pudiera hacerle daño a Sarahi, era que se había metido a sus terrenos y ahí ella no tenia nada que hacer, habían llevado una vida muy distinta, Norma repleta de comodidades y mimos por parte de su familia solo sabia agredir y escudarse en su familia o amigas de turno, siempre había estado consentida y si había algo que no tenia eso era la rudeza de Sarahi quien se había enfrentado desde muy pequeña a la cruda realidad de la vida y estaba mas que acostumbrada a trabajar duro para progresar; en concreto esa era una gran diferencia entre Sarahi y Norma y era justamente lo que Sarahi quería hacerle comprender a Norma hacerla conciente de que no podía superarla en nada, con su nueva situación, Sarahi la superaba en todo en belleza, en carácter y si Norma pensaba que a golpes podía doblegarla y vencerla estaba muy equivocada y de esta forma Sarahi pensaba hundirla, humillarla al hacerle ver que no había forma alguna para que ella saliera de esta situación y si había algo que Sarahi disfrutaba como pocas cosas era hacer llorar a Norma golpeándola y humillándola.

Sarahi en una expresión totalmente sádica se relamió los labios que le sangraban producto de la cachetada de Norma quien estaba sumamente nerviosa al ver el extraño comportamiento de Sarahi y sin darse cuenta ésta se le fue encima haciéndole daño al hundirle prácticamente la cabeza en el estómago, sacándole el aire; fue un golpe fatal para Norma, un dolor como nunca había sentido sin tiempo a reaccionar cayó al piso, Sarahi la contempló por unos instantes y se dejó caer sentándose sobre su estómago y entonces comenzó lo que seria el final de una lección de humildad para Norma.

Sarahi se esperó a que ésta recupere un poco el aire y comenzó a darle de cachetadas una tras otra con ambas manos, la cara de Norma solo giraba de lado a lado a cada golpe que recibía y Norma quiso oponerse, trató de defenderse ¡pero fue imposible!, el temible impacto de cada cachetada que Sarahi le daba fue mayor a cualquier reacción que hubiese podido tener, pasando unos minutos Norma empezó a llorar cada vez mas fuerte hasta que pronunció lo inevitable:

¡Basta!, ¡por favor Sarahi detente, me rindo ya, ya no mas!;

Sarahi se sonrió pero no se detuvo la siguió cacheteando y burlándose de ella le decía:

¿En serio te rindes?, ¡No te oí bien!,

¡Siiiiiii!— gritó Norma — ¡ya no me pegues!— concluyó llorando tristemente. Sarahi se detenía y la miraba burlona.

¡Repítelo!, di que te rindes, ¡ruégame que no te golpee!— le decía Sarahi sonriéndole cruelmente a Norma,

¡Te lo ruego!— decía Norma entre llantos— ¡ya no me golpees!; pero Sarahi le soltaba otra fuerte cachetada gritándole:

¡De nuevo, ruégame mas!— hasta que me sienta satisfecha de tus suplicas me detendré.

Norma se hizo y se deshizo en súplicas, humillándose y aceptando todos los degradantes comentarios que Sarahi le decía, pero no fue suficiente, Sarahi se detenía por momentos para ver y disfrutar el rostro de derrota de Norma llorando no por el dolor sino por la humillación propia sabiendo que se había enfrentado a Sarahi y ni todo el odio y el rencor que sentía por ella fueron suficientes para acabarla, lloraba de impotencia por que poco a poco ahora sí su orgullo iba muriendo; en cuanto menos se lo esperaba Sarahi le soltaba otra cachetada lentamente Sarahi le daba otra y otra mas en cuanto Norma no metía ni las manos, ya ni siquiera suplicaba a Sarahi que se detuviera, aceptaba su derrota y aceptaba ya todo lo que viniera de Sarahi y ésta se pasó un buen rato destruyendo de ésta forma a Norma, le daba de cachetadas y le ordenaba abrir la boca para escupirle dentro a lo que Norma obedecía sin poner resistencia y aún faltaba el final para Norma.

Pedro en un rincón observaba llorando en silencio como siempre lo hacia, Sarahi se levantó y arrastró a Norma por el cabello llevándola al baño ahí la tiró al piso y después de hundirle la cara en el inodoro hasta casi ahogarla la dejó tirada, llorando para enseguida quitarse falda y bragas y matar a Norma moralmente lo que de orgullo y dignidad si acaso le podía quedar; se acomodó quedando su trasero a centímetros de la cara horrorizada de Norma y con una sonrisa de triunfo Sarahi defecó sobre su cara dejándola hecha un asco al igual que el piso del baño, se levantó, se limpió y le arrojó a la cara a Norma el sucio papel higiénico, se acomodó la ropa y al salir como si nada hubiera pasado secamente ordenó a Pedro:

Limpia el baño y a esa perra la amarras de nuevo y ¡te prohíbo que la limpies!— quiero que se quede así de asquerosa y sucia hasta que se me de la gana.

¡Si, Sarahi!— respondió Pedro, una respuesta seca y cortante que hasta la misma Sarahi sorprendió.

A partir del siguiente día Norma estaba muerta moralmente, no tenia un solo indicio de dignidad y obedecía ciegamente a Sarahi sin reprocharle por mas degradante que fuera la orden; en el desayuno Sarahi le escupía pedazos de alimentos ya masticados y enseguida Norma se los comía del piso sin una sola mueca de reproche, repetidas veces de nuevo Sarahi se orinó y defecó en la boca de Norma y esta lo aceptó totalmente resignada; tal parecía que en Norma hasta se había despertado un nuevo sentimiento hacia Sarahi por increíble que pareciera, quizás ¿de admiración?, ¿de miedo?, incluso ¿de amor?, el asunto era que Norma estaba muy confundida y en su mente solo tenia grabado que Sarahi era mejor que ella y que no tenia otro camino mas que obedecerla y admirarla por lo perfecto que había manejado toda ésta situación.

Sarahi mas que satisfecha, comenzó a fastidiarse de ésta situación, lo que ella disfrutaba era el ver que Norma se rebelaba y ponía en alto su orgullo al igual que le divertía la cara de repulsión y asco que ésta ponía ante sus humillantes órdenes, pero no poniendo resistencia para Sarahi no tenia ningún chiste humillar a Norma, aunque por el momento no se había percatado de los nuevos y confusos sentimientos de Norma hacia ella, pues seguro que eso la hubiera mantenido ocupada, pero por lo pronto ocupó su tiempo en alguien mas.

Estando Sarahi recostada en su cama prácticamente desnuda Pedro intentaba sin mucho éxito limpiar en el cuarto hasta que ésta risueña le dijo:

¡Deja eso Pedro!— ¿no quieres hacer algo mejor que limpiar?

Pedro tembló de pies a cabeza y se acercó rápidamente hacia Sarahi para complacerla empezando a pasarle la lengua suavemente en su sexo; Sarahi gemía de placer mientras que sujetaba a Pedro del cabello moviéndole la cabeza de lado a lado para su satisfacción hasta que se sintió complacida, entonces ágilmente y aún agitada empezó a acariciarle con las manos el pene a Pedro quién en instantes tuvo una erección; Sarahi se divertía jugando de esa forma con Pedro pues siempre le prometía que lo dejaría acabar o incluso que ella misma lo complacería como el quisiera, pero nunca le cumplía y ésta vez no fue la excepción en cuanto Pedro estaba a punto de reventar Sarahi como siempre le apretaba con fuerza el pene provocándole dolor y se lo prohibía mientras lo miraba burlona y lo dejaba frustrado y temblando de excitación a lo que Sarahi lo ignoraba por completo. Acomodándose empujó a Pedro fuera de la cama diciéndole algo fastidiada:

¡Venga pedro, ya tengo sueño!— otro día dejo que disfrutes mas.

Pedro quedó indignado pero resignado a esperar ese bendito día.

Pero antes de que te vayas ¡bésame los pies!— me gusta mucho como tu hermana me los acaricia con sus labios, ¡anda, que esperas!— y diciendo esto Sarahi le acercó los pies a la cara a Pedro quien obediente como siempre comenzó delicadamente a besarle los pies pero no pudo ocultar hacer una mueca de desagrado al empezar a besarle las plantas de los pies a Sarahi y percatarse que estaban algo sucias producto de que Sarahi había andado un buen rato descalza por la casa; ésta frunció la cara de enojo al darse cuenta de la expresión de Pedro y sin pensárselo le dio una tremenda patada estrellándole la planta del pie en plena cara al pobre de Pedro haciéndolo caer bocabajo al piso, éste intento levantarse pero ni vio de donde le llegó una segunda patada y ésta vez Sarahi le dejó la planta del pie en la cara a Pedro y empezó a pisársela con fuerza.

¿Qué significan esas muecas?, ¡que diablos te crees!— debería tratarte mas seguido como a la perra de tu hermana o incluso peor para que te comportes mejor; Sarahi en verdad estaba enojada y se sentía ofendida por el comportamiento de Pedro pues lo veía tan insignicante que no le toleraba que éste no obedeciera algún capricho de ella por degradante que fuera pues para eso estaba para obedecerla y divertirla.

Sarahi dejó de pisarle la cara a Pedro y se sonrió al mirarse las plantas y comprobar que estaban algo sucias, sin dejar de sonreír se sentó en un lado de la cama y levantando los pies le volvió a ordenar a Pedro:

¡Acércate gateando y lámelas hasta dejarlas limpias! y ni una sola mueca ¿eh?, por que te va a pesar— es solo polvo, pero si así fuera mierda ¡mierda lamerías si se me diera la gana!— le gritó Sarahi con toda la intención de humillarlo y sin dejar de reírse.

Pedro obedeció temeroso por llevarse otro golpe y por que en realidad no tenía la más minima intención de desobedecerla. Así se pasaron un rato hasta que Sarahi ya mas tranquila como sin darle tanta importancia le soltó a Pedro la siguiente parte de su plan: ¡Esclavizar a su padre!,

Pedro dio un brinco hacia atrás dejando de lamerle los pies a Sarahi al oír lo que ésta acababa de decirle.

Sarahi se levantó y buscó entre sus cosas unos papeles y se los arrojó a la cara a Pedro que eran copias de los documentos que ella había extraído de su casa y eran notas comprometedoras que demostraban que don Rodrigo había robado en la empresa y eran fuertes cantidades las que éste había estafado y esas notas lo comprometían y estaban en manos de Sarahi.

¿Qué sabes de esto?— preguntó muy seria Sarahi a Pedro pero este ni siquiera podía contestarle.

Continuara