El precio de un amor (11)

¡Última entrega!

EL PRECIO DE UN AMOR 11

Sarahi contemplaba a Norma que seguía postrada a sus pies y sonriéndose le fue levantando un poco la cara con el pie hasta que Norma quedó de rodillas ante ella mirándola nerviosa.

¿Qué pasa Norma?, ¿Qué significa todo esto?— la interrogó Sarahi muy interesada en oír su respuesta pero Norma no contestaba se limitó de nuevo a inclinar la mirada.

¡Te estoy dejando libre al lado de tu madre!, ¿Por qué quieres quedarte?, explícamelo.

¡Por favor Sarahi, no me hagas mas preguntas!, solo permite que me quede— contestó suplicante Norma.

¿Cómo se que no me mientes?— respondió Sarahi cruzada de brazos— de seguro estás de acuerdo con tu madre y están pensando en una venganza.

¡Nooo, te juro que no!— gritó Norma desesperada abrazándose a los pies de Sarahi, pero ésta apartándose le dijo:

¡Sí, seguro es eso, será mejor que te eche!;

¡Nooo, Sarahi está bien trataré de explicarte pero promete no decirle nada a Pedro.

¡Jajajaja!— Sarahi se rió cruelmente— ¡yo no tengo por que prometerte nada, faltaba más!, después sin dejar de sonreír le dijo:

¡Pero bueno para que veas mi buena intención contigo, está bien, anda, habla!,

Sarahi, ¡no hay explicación para esto!, ni yo misma me la puedo dar pero he olvidado todo lo que me has hecho y necesito estar a tu lado, ¡en verdad lo necesito!— respondió Norma con voz temblorosa y sin atreverse a mirar a Sarahi quien la observaba de manera divertida y burlesca. Norma continuó— no me importa la manera en que me trates y tampoco lo hago por gusto, esto va mas aya de mi razón y ni yo misma me comprendo, ¡te lo suplico, no me eches!;

Sarahi le alzó la cara a Norma para decirle coquetamente:

Norma, ¿no te habrás enamorado de mí, verdad?; a lo que ésta aparto rápidamente la mirada a Sarahi diciendo muy nerviosa:

¡Nooo, eso no, no puede ser!;

Sarahi estaba dispuesta a divertirse con Norma, ya lo había echo humillando cruelmente a Rosa y ahora cerraría su día con broche de oro humillando a Norma y conteniendo su risa se puso seria y en un tono dulce y conmovedor le dijo:

¡Confiesa, créeme que sabré entenderte, además no sería nada raro tu padre y tu hermano me adoran por que no habrías de hacerlo tú!;

Norma no contestó pero su silencio hacía pensar muchas cosas,

¡Habla!— la presionó Sarahi— si en realidad lo que quieres es quedarte tienes que ser sincera conmigo y contigo misma, necesito tener claro por que te quedas, de otra forma no puedo permitir que sigas viviendo aquí;

¡No, no Sarahi!— contesto Norma sin poder resistir más y comenzando a llorar le dijo:

No puedo asegurar que te quiera, pero reconozco que tengo muy confundidos mis sentimientos, ¡por lo que mas quieras nunca le cuentes esto a Pedro, me muero de vergüenza pero quiero estar a tu lado!; Sarahi sonrió altanera y decidió humillarla.

¿Y que ha pasado con tu orgullo Norma?, ¿con tu dignidad con la frívola y arrogante Norma?,

¡Tuuu la mataste Sarahi!— gritó Norma, ésta vez mirándola y deshecha por el llanto— ¡tu aplastaste a esa Norma!, ahora no me apartes de tu lado y culmina tu obra, jamás podría volver a tener una vida normal como antes tu me has destrozado y por eso me he resignado a seguir a tu lado a ser solo una sombra tuya si es necesario pero te imploro ¡que tengas piedad de mi!,

¡Con gusto!— pensó Sarahi en silencio y enseguida se carcajeó frente a Norma y burlonamente le dijo:

¡O sea que cumplí mi palabra!, te lo prometí Norma doblegaría tu voluntad hasta hacerte tan sumisa como un perro, incluso mas que Pedro y creo también haberte dicho que terminarías por besar el suelo que yo pise.

¡Basta ya Sarahi!— gritó Norma arrojándose a sus pies a llorar aún mas fuerte— ¡me haces daño como no tienes idea!, estoy muy confundida con mis sentimientos, ¡que mas quieres!, has triunfado sobre mi y toda mi familia, ¡por favor, ya no me atormentes mas!, dijiste que sabrías entenderme ¡por piedad Sarahi lo dijiste!, no puedo creer que no logres compadecerte de mi sufrimiento. Mientras Norma se deshacía en llantos Sarahi se burlaba riéndose de ella.

¡Claro Norma, por supuesto que te entiendo!— le dijo aún entre risas— solo que como también te dije antes ¡me importa una mierda lo que pienses o lo que hagas! y si eso sientes por mi ¡pues que lástima!, siento desilusionarte pero mis sentimientos hacia ti no han cambiado aunqueee, bueno no se— dijo Sarahi haciendo una pausa y muy sonriente miró a Norma para continuar— ¡déjame probar, anda sígueme! y se dirigió hacia su habitación la que alguna vez lo fue de Norma ahora era la habitación de Sarahi, Norma fue tras ella gateando, ya dentro Sarahi se quitó la falda y las bragas mostrándole su sexo a Norma que estaba de rodillas observándola y mas nerviosa al ver lo que Sarahi hacia.

¡Anda, acércate quiero sentir tu lengua aquí!— le dijo Sarahi burlona señalándole su sexo— pero primero quiero sentir tu aliento así que acércate y huélemelo hasta que yo te diga lo contrario.

¡No Sarahi por dios!— respondió Norma temblando y al mismo tiempo sin poder evitar quitar la mirada hacia Sarahi— te lo ruego nunca he hecho algo así y no me siento capaz de hacerlo ahora ¡por favor no me hagas hacerlo!;

¿Qué pasa, te da asco?, pues mucho mejor para que te vayas acostumbrando, jajaja, anda ¡que esperas!, que si voy por ti no va a ser precisamente para que te tome de las manos.

Norma caminó lentamente de rodillas y llorando tristemente se acercó y pegando el rostro respiró profundamente hasta embriagarse de la esencia del sexo de Sarahi para enseguida separar su rostro pues no pudo evitar sentirse ofendida y terriblemente humillada por lo que acababa de hacer.

¡Jajajaaja!— se rió cruelmente Sarahi al ver la cara de asco y repulsión de Norma— ¡vaya contigo! y sujetándola del cabello acerco de nuevo su rostro hacia su sexo para decirle:

¡Ahora lame, lámeme puta lámeme como si se te fuera la vida en ello!,

¡Norma lloraba de humillación!— algo que Sarahi no notó pues solo sintió la lengua de norma que la empezaba a pasar suavemente por su bello sexo para irla lamiendo cada vez mas rápido; Sarahi estaba excitadísima por la situación y la forma tan humillante como la estaba tratando y sin soltarla del cabello se restregó por unos instantes el rostro de Norma sobre su sexo mientras le dijo:

¡Sabes Norma, lo siento pero tu también me sigues dando asco!— y para que sepas Pedro sabe lamer y satisfacerme mucho mejor que tú y al decirle esto la separo y al alzarle el rostro se carcajeó al ver la cara de Norma bañada en lágrimas y manchada de sus fluidos.

¡Jajajaja!— pero que cerda te has vuelto Norma, lo dicho ¡que asco me das!, pero anda deja de llorar démosle otro uso a tu boca ya que para darme placer seguiré usando a Pedro.

Norma permanecía de rodillas llorando y Sarahi se acercó a ella y le ordenó:

¡Abre bien la boca y no se te ocurra apartar tu sucio y feo rostro!; Norma obedeció y Sarahi tras acomodarse se dispuso a orinar en su boca. En instantes Norma tragaba por completo el caliente chorro de orina mientras Sarahi se carcajeaba de lo lindo.

¡Lo ves no estés triste de esta forma también me estas dando placer!— le dijo Sarahi sonriéndole con desprecio— anda trágatelo todo no quiero que desperdicies ni una sola gota; Norma haciendo un verdadero esfuerzo se iba bebiendo toda la orina de Sarahi y mientras lo hizo ésta no dejó de humillarla.

¡Ay, Norma que feliz me haces!— sabes ¿para que quiero a Rosa?, si tu puta cara me la recuerda a cada momento ¿te dije que me dabas asco?, ¡no importa creo que podré acostumbrarme a tu presencia!, así estuvo hasta que al terminar se limpió su sexo de nuevo con la cara de Norma y la empujó bruscamente tirándola al piso.

¡Espero que te haya gustado!, ¿a que ya extrañabas el sabor verdad?— le dijo con unas palabras que iban cargadas de desprecio y una burla absoluta hacia la infeliz de Norma. Sarahi se puso de nuevo su ropa mientras Norma estaba derrumbada moralmente en el piso con un llanto incontrolable, se sentía morir no podía creer que justo cuando pensaba que Sarahi ya no podía hacerle mas daño ésta le demostraba lo contrario y la hacía sentir de nuevo el ser mas miserable y justo cuando así lo pensaba Sarahi se lo confirmaba de nuevo.

¡Por cierto Norma!— le dijo Sarahi con esa cara de burla a la que Norma luchaba por acostumbrarse— te aviso que a partir de hoy he decidido que mis orines serán el único liquido que pruebes todos los días así que te prohíbo que ingieras algo mas ¿entendido?, ¡ah, igual no se te ocurra probar alimento!, guarda tu apetito que ya te avisaré cuando tenga ganas de defecar ¡jajajajaja!;

Antes de salir de la habitación Sarahi se le acercó a Norma y levantó un pie dejándole cerca de su cara la suela de su zapato, Norma controló el llanto y sin que se le dijera algo mas empezó a pasar la lengua por la sucia suela del zapato de Sarahi quien le dedicó una de sus hermosas sonrisas aunque llena de desprecio.

¡Así me gusta verte Norma!, mas sumisa y obediente que un perro y ¡mas te vale eh!— por que por cierto ésta conversación está grabada y al decirle esto le mostró su celular— si no te esmeras en servirme, si desobedeces una sola orden mía cualquiera o si se me da la gana se la mostraré a Pedro y a tu padre ¡será divertido ver como reaccionan! y dicho esto se marchó riendo mientras Norma se quedó llorando en el piso por la humillación y el engaño de Sarahi.

Había pasado tan solo una semana y ya se habían dado algunos cambios, Sarahi mantenía una relación un tanto estable con Rodrigo pues no tenia queja de el la obedecía en todo sin quejarse y lo mejor para Sarahi es que permitió que Rodrigo siguiera trabajando pues la entusiasmaba saber que todo lo que éste ganara era para ella y así cada vez su fortuna iba en aumento por lo que había decidido dejar la escuela y solo se dedicaba a flojear todos los días y a divertirse con Pedro y Norma pues Rodrigo mayormente no estaba en la casa por motivos del trabajo. El problema para Sarahi lo representaba Pedro pues le molestaba verlo aún afectado y dolido por la suerte que había corrido su madre, por lo tanto su relación con el dependía de el humor de ella, generalmente le permitía comer junto a ella, dormir juntos y en ocasiones hasta lo consentía y lo mimaba, después de todo si Sarahi tenía un punto débil ese punto se llamaba Pedro, se había acostumbrado y hasta cierto punto obsesionado con el y con su cariño y en el fondo le dolía que a veces Pedro se portara indiferente con ella justo cuando quería encontrar en el apoyo para justificar sus actos, entonces en esas ocasiones Sarahi se indignaba y era también Pedro quien lo pagaba pues lo hacía comer en el suelo a sus pies dejándole solo sus sobras y obligándolo a hacerlo directamente con su boca, le prohibía hablar haciendo que Pedro tenga que pedirle permiso para hacerlo besándole sus pies hasta que se daba por complacida.

En cuanto a Norma, ésta lucía verdaderamente enferma y débil pues a lo largo de esa semana Sarahi se había encaprichado en hacerla que se bebiera todos sus orines y solo la alimentaba con sus sobras y una que otra vez con sus heces; en esa semana Sarahi también se acordó de su padre al cual había abandonado y solo le había dejado una carta haciéndole saber que nunca volvería, después de todo ella le reprochaba que por culpa de el su madre la había abandonado pero todo eso ya había quedado atrás.

Sarahi cada vez lucía más hermosa y sofisticada y justo en una mañana normal para ella que se paseaba por su sala luciendo un elegante vestido rojo y unas hermosas sandalias cafés de tacón alto tocaron a la puerta, Rodrigo estaba de viaje por asuntos del trabajo y Norma y Pedro demasiado ocupados por lo tanto fue la misma Sarahi quien abrió la puerta y cual fue su sorpresa al percatarse de lo que vio al abrir ¡no se lo podía creer, era imposible pensó ella!, pero era real ¡era Rosa!, totalmente sucia y con el cabello desarreglado con el mismo y único vestido que se había llevado encima al marcharse y descalza, se veía en verdad tan mal que a cualquier persona le hubiese inspirado muchísima pena y lástima pero no así a Sarahi.

¡Rosa, pero por dios que eres tú!— le dijo Sarahi llevándose las manos a la boca para no soltar una carcajada— pero mira como estás, ¡vaya!, un vagabundo luciría mejor que tú, ¡oye, pero si pensé que al menos andarías de prostituta pero mírate con ese aspecto pues ya ni de eso te aceptarían!

Rosa hizo caso omiso de las crueles palabras de Sarahi y se arrojó a sus pies muerta de llanto quiso cubrirlos de besos pero Sarahi se apartó en verdad Rosa se veía tan mal que a Sarahi le dio asco que le besara los pies, pero Rosa no se dio por vencida y para intentar conmoverla se puso a besar el suelo ante los pies de la hermosa y cruel Sarahi y entre llantos le suplicó que la ayudara, le contó que desde que la había echado no había encontrado a nadie que la ayudara, todo lo contrario había malcomido dormía en la calle, la habían golpeado incluso hasta había pedido limosna le imploró compasión a Sarahi mientras permanecía postrada en el suelo a sus pies.

Y Sarahi hizo lo primero que nació de ella y eso fue burlarse de Rosa lejos de compadecerse sonrió perversamente al verla tan mal y a sus pies implorándole su compasión y sonriendo dejó caer un escupitajo sobre el cabello de Rosa quien permaneció inmóvil, no contenta Sarahi hizo un ruido con su garganta y en instantes había en el suelo un asqueroso salivazo.

¡Lámelo, no me gusta desperdiciar mi saliva!— dijo Sarahi con una sonrisa en su rostro y un desprecio imposible de describir. Rosa obedeció y sin ningún indicio de dignidad lamió por completo la saliva de Sarahi lo que hizo que la sonrisa de ésta fuera aún mayor y es que Rosa despertaba en Sarahi un odio y maldad inexplicable que a veces ni ella misma se lograba entender pero sentía que era lo único que podía hacer por ella burlarse y humillarla sin escrúpulos.

¡No Rosa, lárgate por donde viniste antes de que yo misma te saque a patadas!— fueron las palabras de Sarahi— créeme que me incomodaría hacerlo te ves muy mal— concluyó mirándola con asco.

En ese momento Sarahi sintió un ligero contacto en sus pies que la hizo dar un brinco; se trataba de Pedro que había escuchado todo en silencio y al ver que Sarahi echaba de nuevo a su madre y sabiendo que a ésta el solo escuchar el nombre de Rosa la ponía de malas había optado por arrodillarse y besarle los pies para intentar conmoverla y poder interceder por su madre.

¡Idiota, me asustaste!— gritó Sarahi a Pedro al mismo tiempo que le daba una brutal patada en plena cara haciéndolo rodar por el piso, éste se incorporó y tan pronto como pudo se limpió los labios al notar que sangraban y de nuevo se arriesgó postrándose volvió a besarle los pies a Sarahi.

¡Por piedad Sarahi permite que se quede!, ¡por piedad!— imploró Pedro rompiendo a llorar con todas sus fuerzas. Sarahi estuvo a casi nada de darle otra patada pero si había alguien que lograra conmoverla y despertar en ella algún sentimiento de compasión ese era Pedro pues a comparación de Norma siempre lo trataba mucho mejor aún estando de malas siempre le perdonaba algunos errores y al verlo a sus pies llorando tan tristemente se compadeció de el no de Rosa.

¡Tendré que pensarlo!— dijo finalmente Sarahi— de momento que pase el día aquí ya después decidiré pero amárrala de pies y manos ¡no quiero sorpresas!; Pedro en agradecimiento cubrió de besos los pies de Sarahi aunque no sabia que muy pronto se arrepentiría por haber insistido en que su madre se quedara.

Pasadas unas horas Sarahi almorzaba, Pedro le servía los alimentos, Norma estaba arrodillada a un lado de ella y al otro lado igual de rodillas se encontraba Rosa con las tripas chillándole ante el exquisito olor de carne asada; Sarahi prácticamente desperdició su comida y se preocupó mas en ir escupiendo trozos de carne ya masticados en un plato para que al final se quedara mirando el plato y con una mirada de asco lo dejó en el piso junto a Rosa.

¡Come, antes de que ame arrepienta!— le dijo riendo de una manera burlona para después dirigirse a Norma— ¡tu no Norma, tu ya sabes como me gusta alimentarte, aunque eso está a punto de cambiar!— concluyó entre risas. Norma no entendió las últimas palabras de Sarahi lo que si le quedó muy claro es que ese sería otro día mas en el que solo le tocaría comer las heces de Sarahi. Pedro que había estado observando todo hasta ese momento en silencio no pudo más y explotó al ver lo que Sarahi le había dado de comer a su madre y haciendo un ruido tremendo tiró al piso la olla con todo lo que quedaba de comida.

¡Sarahi, por dios había abundante comida!, ¡como coño eres capaz de darle a mi madre tus sobras y encima escupidas!, por todos los cielos ¡es mi madre!

Sarahi lejos de enojarse miraba muy divertida a Pedro quien la miraba de manera retadora pero poco a poco fue perdiendo el valor para enfrentarla al ver que Sarahi ni siquiera se inmutaba por su reacción hasta que tomándose su tiempo se le acercó y mirándolo mas seria le dijo:

¡Sabes Pedro tu actitud me está cansando!, ¿se te olvida que es mi casa? si se me da la gana los echo a todos y me refiero a tu madre, a tu padre y a la perra de tu hermana ¡menos a ti!, tu te quedas conmigo hasta que a mi se me de la gana y así me diviertas mas viendo como te vuelves loco al pasar los días sin saber nada ya no solo de tu madre sino de toda tu patética familia por que te aseguro que si los corro y tu vas tras ellos yo misma me encargaré de encontrarlos y entonces si que te vas a arrepentir. Estas palabras hicieron regresar a Pedro a su cruel realidad y lleno de impotencia sin nada más que decir o hacer hizo lo único que le quedaba: llorar; mientras que Rosa sin prestar atención se comía directamente con la boca los trozos de carne escupidos por Sarahi.

Sarahi miro burlona a Pedro al verlo llorar y riendo le dijo:

¡Guárdate esas lagrimitas ya te servirán cuando sepas el destino que pienso darle a tu madre!; Pedro miró a Sarahi y sintió miedo al encontrarse con esa mirada sádica y perversa que no presagiaba nada bueno, la misma mirada que tenia justo después que la habían echado de la escuela y humillado y golpeado por Norma y ella empezaba a planear su venganza.

Sarahi se sonrió mas al ver que la miserable de Rosa todavía lamía el plato vacío habiendo tragado ya por completo sus asquerosas sobras, enseguida miró a Norma para decirle:

¡Estas de suerte, te permito comer todo lo que ha quedado en el piso!; apenas Sarahi terminó de hablar y ya Norma se encontraba devorando sin meter las manos toda la comida que el mismo Pedro había tirado.

Esa misma tarde Sarahi ya había decidido el destino de Rosa y a los dos días sin decir nada antes todo estaba listo ella misma llevó a Rosa arrastrándola por su cabello y aún amarrada de pies y manos seguida por Pedro y Norma hasta el baño y al entrar para sorpresa de todos el inodoro había sido modificado pues tenia un orificio al centro muy bien diseñado justo para acomodar la parte de la cara hasta el cuello de alguien de manera que traspasara hasta quedar justo por debajo del espacio en donde quedara el trasero de quien fuera a usarlo y por supuesto poder observar la cara del desdichado que estuviera ahí antes de usarlo y asegurarlo con unas esposas y cadenas a cada lado de manera que el cuerpo de la persona quedara extendido como en una cruz y así no solo sirviera para usarlo de inodoro sino también como alfombra pues quien lo usara podría cómodamente descansar sus pies sobre su cuerpo.

¡Les presento a mi inodoro humano!— dijo Sarahi sin poder evitar una fuerte carcajada— aunque para que sea humano ¡obvio!, necesita que alguien cubra el espacio que está al centro, ¡lo siento Norma!, pensaba dejarte ese gran placer a ti pero ya ves ¡tu madre te lo ha ganado!; ¡bien Rosa!, esto es sencillo, ¡verás!, desde que te fuiste quemé toda tu ropa y tus pertenencias o sea que no tienes nada que ponerte encima y como no pienso gastar un solo peso en ti todo esto lleva a dos cosas:

¡Andarás desnuda por completo!— al decir esto Sarahi sin ningún remordimiento con unas tijeras terminó de destrozarle el vestido a Rosa hasta dejarla como quería verla: completamente desnuda frente a ella y frente a sus hijos; y segundo te digo que no pienso gastar un peso en ti así que solo te alimentaras comiendo mis heces y bebiendo mis orines, permanecerás todo el día metida dentro del inodoro y solo hasta en la noche permitiré a tus hijos que te aseen— concluyó Sarahi con su mirada de burla y desprecio clavada en Rosa quien aceptaba su inhumano y cruel destino llorando de humillación y a empujones y patadas Sarahi la acomodó para después mirar a Norma y a Pedro al tiempo que se subía el vestido y decirles:

¡Pueden retirarse, a menos que quieran ver como orino sobre su madre!

Así transcurría el tiempo y cada día que pasaba Pedro se limitaba a obedecer a Sarahi pero lo hacía dolido y con indiferencia; Sarahi hacía como que no le importaba y también día a día se presentaba en el baño se subía sobre el cuerpo de Rosa y le acechaba para verle el rostro de terror mientras ella le sonreía y le escupía era su saludo de todos los días antes de que se dispusiera a defecar y a humillarla aún mas.

¡A que está rico verdad Rosa!, ¿Qué te gustan mas mis soretes o mis orines?— eran las crueles palabras que a diario escuchaba Rosa mientras se iba comiendo las heces de Sarahi o ingiriendo sus orines teniendo como fiel compañera las crueles carcajadas de ésta.

En uno de esos días después de orinar sobre Rosa Sarahi estaba de muy buen humor y se fue a la habitación en donde estaba Pedro y empezó a abrazarlo y a acariciarlo pero éste se apartó de ella, Sarahi se volvió a acercar y ésta vez lo arrinconó hacia la pared le bajó el pantalón y los calzoncillos y con una mano comenzó a acariciarle el pene y a morderlo suavemente en el cuello pero a pesar de esto Pedro solo actuaba automáticamente sin sentir ánimo de corresponderle; Sarahi se molestó y le dio una cachetada.

¿Qué pasa pedro?, ¡carajo!, por que no entiendes de una puta vez tu maldita realidad y me evitas ponerme de malas contigo,

¿Tú crees que es fácil?— dime ¿crees que es fácil?— contestó Pedro mirándola lloroso,

¡Supongo que no!— respondió Sarahi algo fastidiada de ésta situación— pero fuiste tú quién me dijo que estabas conmigo hasta el final que hiciera lo que hiciera solo te dijera que te tocaba a ti y lo harías y fuiste tú quién una vez me suplicó que no te importara lo que hiciera pero que no te apartara de mi lado,

¡Si, así es y lo he hecho!— contestó Pedro inclinado

¡Bien!— dijo Sarahi— entonces ¡bésame!, pero quiero sentir que lo haces con la pasión y con la locura con la que solías decir que me amabas. Pedro obedeció pero Sarahi se dio cuenta de que aún fingía y furiosa lo apartó de ella,

¡Eres un imbécil Pedro!— solo quería pasar un buen momento contigo y lo echas a perder— le reprochó Sarahi con la voz entrecortada a punto de llorar pues sentía que ya se había enamorado de Pedro y la indiferencia de éste la lastimaba pero aún así no estaba dispuesta a ceder ni a compadecerse de Rosa ni de Norma por complacerlo ¡no!, ella tenia que domarlo de nuevo y ganarle por completo la batalla hasta tenerlo de nuevo rendido de amor a sus pies.

¿Sabes Pedro?— ¡te quiero mucho!— y no negarás que comparado a tu madre y a tu hermana a ti te trato de maravilla, pero tu actitud me obliga a cambiar contigo, se que pensarás que miento pero dime ¿Qué tengo que perder si los echo a todos de aquí?, ¡nada!, ¿verdad?; todos los bienes de tu padre ahora son míos legalmente y si no te quisiera tan solo un poquito ya te hubiese echado pero me gusta tenerte a mi lado y por ti no echo a tu hermana ya ves la suerte que corrió tu madre en la calle en tan poco tiempo pero tu comportamiento me obliga a tomar una decisión— Sarahi hizo una pausa y continuó mirando muy seria a Pedro— ¡ya que compadeces mucho a tu madre me estoy pensando en darle otras ocupaciones y ponerte a ti en su lugar!,

¿Qué te parece?, ¿te gustaría ser mi inodoro?— tu única tarea sería comerte mis heces y mis orines ¿eso quieres?, por que a mi me dolería hacerlo pero no me dejas otra opción ¡hay tantas cosas que puedes hacer por mi que sería desperdiciarte teniéndote solo como inodoro!— pero te digo no me estás dejando otra opción.

Pedro quedó pálido al oír tales palabras y leer en la mirada de Sarahi que no estaba bromeando.

¡No Sarahi, perdóname!— respondió Pedro desconcertado dejándose caer de rodillas— ¡pensare muy bien todo lo que me has dicho!, ¡te juro que es la última vez que me porto así contigo.

¡Pues piénsalo muy bien!— le contestó Sarahi— ahora ¡largo de la habitación!, tu comportamiento me ha dado hasta ganas de cagar— concluyó esta vez mirándolo con desprecio a lo que Pedro se entristeció pues dedujo que todo el mal humor y enojo de Sarahi como siempre lo pagaría su madre.

¡Ah, por cierto ésta noche no asees a tu madre quiero que pase toda la noche saboreando mis heces y mis meados!, ¿sabes por que?, ¡por que me da la gana!— le dijo a Pedro antes de que éste saliera de la habitación y enseguida se le acercó lo sujetó del cabello y pegando su rostro al de el le sonrió de nuevo despectivamente y continuó— ¡bueno, no!, en realidad lo hago por que de ésta forma pienso castigarte cada vez que me reproches algo o que me rechaces ¡así es amor!, lo he pensado y he decidido que como no tolero hacerte sufrir físicamente y tampoco me gusta enojarme contigo cada vez que cometas un error haré sufrir aún mas a tu madre, ¡es fácil!, olvídate de ella y sufrirá menos, compadécela y haré su vida aún mas miserable hasta llevarla a la muerte ¿has entendido?;

¡Si Sarahi!— contestó Pedro mirándola con rencor algo que para ella no pasó desapercibido y a pesar de lo que le había dicho le soltó dos fuertísimas bofetadas.

¡No te he oído!, ¿has entendido?— le gritó al tiempo que le daba las bofetadas y le dejaba estirada la mano con que lo había golpeado cerca de su cara.

¡Si Sarahi!— contestó ésta vez Pedro en un tono humilde e inclinándose le besó la mano con que lo había golpeado.

¡Eso espero!— le respondió Sarahi al momento que Pedro abandonaba la habitación y empezaba ligeramente a llorar. Sarahi estaba furiosa y dolida, el llanto la quería traicionar ¡no soportaba golpear a pedro!, pero no pensaba ceder aunque en ese momento dudó por un instante en el trato que le daba a Rosa y a Norma pero enseguida se justificó pensando en que si ellas hubiesen tenido la misma oportunidad la tratarían de la misma forma o incluso peor y ahora que ella se trataba de refugiar en Pedro éste le salía con sus reproches, por un momento Sarahi imaginó estar en el lugar de Rosa o de Norma y llegó a sentir pena por ellas pero enseguida se sonrió agradeciendo al cielo que esa no era su realidad sino todo lo contrario y de nuevo despertó en ella ese inexplicable comportamiento de humillarlas y burlarse de ellas del cual sentía que nunca se cansaría y recordando lo que le había dicho a Pedro salió de la habitación dispuesta a desahogarse con Rosa.

¡Hola Rosa!— le dijo riendo al momento que le daba de patadas por todo el cuerpo— ¡como pasas otro día de tu puta vida!; Rosa se limitaba a quejarse débilmente con las pocas fuerzas que le quedaban y Sarahi mirándola con burla y asco como siempre le soltó un salivazo en la cara y defecó sobre ella.

¡Comételas con calma tendrás toda la noche para hacerlo gracias al comportamiento de Pedro!— dijo Sarahi aún molesta y observándola notó que el cuerpo y el rostro de Rosa estaban cada vez mas demacrados pero no le importó pensaba mantenerla así el resto de su vida y no le importaba si vivía años o días le daba igual era su cruel destino y no pensaba cambiar en nada con ella.

A partir de esa noche Pedro juró sacarse de su mente todos los recuerdos de su familia y enfocarse solo a Sarahi tal como se lo había prometido pero no lo tenía tan sencillo pues ya llevaba varias noches que tenía espantosas pesadillas en donde todos los miembros de su familia lo culpaban a el de la suerte que habían corrido, entonces se levantaba agitado y asustado y pensaba en Sarahi y en su loco amor por ella que había sido la causa de todo esto y esa noche no fue la excepción Pedro tuvo de nuevo esa espantosa pesadilla y despertó mas alterado que de costumbre y al voltear y ver a Sarahi durmiendo dulcemente a su lado su mente se sintió aun mas atormentada sentía dentro de el los gritos de su madre y hermana reprochándole y acusándolo y viendo a Sarahi durmiendo tan tranquila sin remordimientos con una sonrisa iluminando su rostro su mente ideó completamente una locura producto de lo confuso que se encontraba.

¿Y si acabo con ella?— pensó Pedro fuera de sí— ¡todo se terminaría!— y pensó en todo el daño que ésta le había echo a su familia y lo comparó con el amor que decía sentir por ella y en un momento donde la ira lo dominó decidió comprobar cuanto la quería. Pedro bajó de la cama y después de ir de lado a lado pensativo y nervioso lentamente se le acercó y alzando las manos ¡pretendía ahorcarla!, acabarla con sus propias manos le temblaba todo el cuerpo pero una parte de el le decía que era lo mejor, terminar con ella y con todos los problemas de su familia, tembloroso la sujetó del cuello con sus manos a lo que Sarahi se viró de lado haciendo unas muecas graciosas sin siquiera imaginar la locura que Pedro estaba a punto de cometer y siguió durmiendo profundamente, Pedro de nuevo la sujetó del cuello pero ésta vez al tener contacto con su piel no pudo evitar hacerle a un lado su cabello y contemplar su rostro así estuvo por un momento y en ese momento pasaron muchísimas cosas por su mente recuerdos de su familia, pero mas que eso recuerdos de todo lo que había vivido con Sarahi desde que la empezó a tratar, cuando lo hizo arrodillarse para sujetarle sus cordones a cambio de un beso y que posteriormente cumpliera su palabra permitiéndole que le besara los pies, "el método de enseñanza", único y exclusivo de Sarahi para aprender matemáticas, acompañarla a disfrutar de su helado después de comprárselo bajo una fuerte lluvia y así hasta llegar a la actual situación.

¡No!— pensó Pedro— ¡tú no tienes la culpa de nada!, fui yo quien accedió a todo quien te dio las pautas para que actuaras ¿Cómo podría hacerte daño?,

Sarahi seguía durmiendo y Pedro vio en ella un rostro angelical y sin más retiró sus manos, le dio un suave beso en el cuello y se dejo de caer de rodillas al piso llorando y pensando en lo que estuvo a punto de cometer, caminó de rodillas hasta acercarse a los pies de Sarahi y enterrando la cara en sus plantas rompió aún mas a llorar a todo esto Sarahi se despertó y apenas tras machucarse lo ojos y prender la luz se sorprendió al ver a pedro con la cara pegada a las plantas de sus pies cubriéndolas de besos, lo miro por un instante y enseguida con su mirada burlona que ya la caracterizaba le dijo:

¿Qué te pasa Pedro?, ¡que depravado te has vuelto mira que olerme los pies a altas horas de la noche!, ¡anda ya déjame dormir, te prometo que mañana te dejaré que me los huelas y me los beses hasta que te canses de hacerlo!,

Pedro se apenó y apartó un poco el rostro y al hacerlo Sarahi vio que lloraba y frunció la ceja fastidiada de esto.

¿Y ahora que?— le dijo Sarahi que empezaba a perder la paciencia,

¡Perdóname Sarahi, perdóname por todo por haberte despertado, por hacerte enojar por todo!— fueron las palabras de Pedro quien no paraba de llorar por la pena y el dolor que sentía por lo que estuvo a punto de cometer algo que Sarahi nunca sabría.

¡Ah, está bien!— le contestó Sarahi bostezando para después dedicarle una sonrisa ya no de desprecio sino de compasión y pena al verlo tan confundido,

¡Oye, no quieres besarme algo más que los pies!— le dijo de pronto Sarahi risueña y recuperando su buen humor— ¡ven, acércate!, Pedro obedeció y al hacerlo Sarahi lo besó en los labios y comenzó a acariciarlo pero Pedro de nuevo comenzó a llorar a lo que Sarahi se apartó algo molesta diciéndole:

¡No otra vez, ya habíamos hablado Pedro!, pensé que habías entendido pero ya veo que no,

¡Sarahi te amo!— la interrumpió Pedro,

¿Qué?— dijo ésta sorprendida y sonriendo de nuevo,

¡Te amo eres el amor de mi vida y necesitaba decírtelo!,

¡Ah, bueno bien dímelo mañana!— respondió Sarahi mas interesada en besarlo y abrazarlo que en escucharlo,

¡No Sarahi necesito decírtelo en éste momento!— le dijo Pedro separándola de el y de nuevo acercándose a sus pies volvió a pegar la cara en sus plantas y conteniendo el llanto le dijo:

¡Todos mis recuerdos han muerto solo quedan los tuyos!, ¡eres todo lo que necesito y si hay algo que te implore es tu protección por que a partir de este momento me entrego indefenso a ti el resto de mi vida!,

¿Entonces ya no me reprochas mi comportamiento?— le preguntó Sarahi que había escuchado muy atenta Todo lo que Pedro le había dicho,

¡Hermosa Sarahi, si no te molesta te ruego que nunca mas hablemos de eso,

¡Como quieras!— respondió Sarahi quien después mirándolo coquetamente le preguntó:

¿Pero me quieres?, ¿aún me amas tanto como al principio?,

Pedro la miró por unos instantes mientras ella se acariciaba su cabello esperando su respuesta hasta que decidido dijo:

¡Si, Sarahi!, cada día que pasa te amo mas y nunca dejé de hacerlo aunque te confieso que lo intenté pero hoy te puedo asegurar dos cosas que han quedado tatuadas en mi mente y en mi corazón: la primera es que no puedo dejar de amarte ni siquiera enojarme contigo tengo muy claro que una batalla contigo es una batalla perdida y la segunda es que no me imagino estar sin ti y te juro que antes de odiarte primero me odiaría a mi mismo y de verdad te digo que he hecho a un lado a todo aquello que no tenga que ver contigo ¡solo viviré para adorarte!, sin mirar ni juzgar tus actos con nadie ni siquiera con la que alguna vez fue mi familia.

Sarahi escuchó atentamente a Pedro y después de pasar un instante callados y mirándose Sarahi le sonrió tiernamente con una de esas sonrisas de las que le habían robado el corazón a Pedro y también con esa sonrisa Sarahi expresaba su triunfo había recuperado a Pedro y lo había echo a su modo lo tenía de nuevo deshaciéndose de amor por ella y no había mas había triunfado totalmente.

¡Sabes Pedro te comprendo!— y lo único que puedo decirte es que todo en ésta vida tiene un costo ¿estás de acuerdo?;

¡Si!— respondió Pedro mirando embelesado a Sarahi;

¡Muy bien mi amor!— pues lo que a ti te ha pasado es muy fácil de explicar simplemente te ha tocado pagar un precio "el precio de un amor" y ese amor soy yo tu diosa Sarahi y al decirle esto último Sarahi ya no se contuvo la risa una risa sincera de alegría por que las cosas habían salido mucho mejor de lo que se hubiese imaginado y también de amor por Pedro pero un amor muy a su manera del pensar de ella y lo besó en los labios para que ambos se dejaran llevar con ese profundo beso.

FIN.

Estimados lectores de ésta manera es como ésta serie llega a su fin, solo me resta dividirla en dos partes ya que va dedicada a todos y cada uno de ustedes que invirtieron parte de su tiempo en leer y comentar ésta serie en verdad les agradezco sus comentarios al igual que agradezco a todos aquellos que me hicieron saber escribiendo a mi correo que la serie estaba siendo de su agrado; por otra parte también va dedicada a Sarahi "La Diosa De Oro", la cual con su orgullo, vanidad y belleza y a la fuerte rivalidad con Norma han sido la mayor inspiración para haber escrito esta historia en cuanto a ella solo resta decir que si alguna vez te topas con esta historia todo es producto de la casualidad y algunas locuras mías que se encargaron de complementarla, no se si se la muestre algún día por que me queda la duda de saber hasta que extremo se hubiera atrevido de llegar en la realidad en tratar tan cruel a Norma, pero bueno las cosas tomaron este rumbo y la historia ha quedado así. Lo dicho antes estimados lectores espero no haberlos cansado ya con todo este rollo pero necesitaba expresarlo y de nueva cuenta espero sinceramente que ésta serie haya sido de su agrado.

BLACK.