El polvo mañanero
Pequeño resumen de un buen polvo mañanero que ha empezado mi pareja mientras yo dormia.
Esta mañana me he despertado con la polla muy dura, como casi siempre, pero esta vez dentro de la boca de mi novia que se ha despertado tan caliente y con tantas ganas de sexo que no ha podido esperar a que me despierte y me ha buscado el comerme la polla. Cuando he abierto los ojos se la estaba tragando hasta el fondo. Al verme ha empezado a chupar más y más, y a pasarme su lengua por toda la polla.
Me ha mirado y ha dejado de comerme la polla para meterla entre sus grandes y redondas tetas. Yo no estaba muy espabilado todavía pero si que he notado como me apretaba la polla con sus tetas y me pajeaba suavemente, le llegaba para poder chuparme la puntita con su lengua, rozármela jugueteando por todo el glande.
Más tarde se paso de nuevo a comérmela. Abría su boca y se introducía mi polla dentro hasta casi el punto de atragantarse. Estando así ,subía un poco la cabeza y me miraba con sus ojos un poco vidriosos debido al esfuerzo de meterse mi polla entera en la boca. Se la sacó y empezó a pajearme con sus manos, aprovechando la cantidad de saliva que escurría por mi polla. Ella estaba sin ropa, sentada delante mía con las piernas abiertas por encima de las mías, que también las tenia medio abiertas. Yo le veía su cuerpo desnudo, sus grandes pechos se movían acompasados al ritmo que me pajeaba, su coño se insinuaba al final de una línea de pelo cortito y entre las sábanas que también se movían según lo hacían sus manos. A ella le encanta hacerme pajas así porque del movimiento que tiene el colchón se restriega el coño por las sábanas y es como si se masturbara ella también.
Yo ya tenia la polla muy dura y quería metérsela, se lo dije, y ella entonces sin problemas se colocó para chupármela un poco y lubricarla bien para que entrara. Al levantarse vi como estaban mojadas las sabanas porque su coño ya había estado lubricando y chorreando un rato. No había llegado a chupármela, cuando la tumbé bocaarriba y le puse sus piernas sobre mis hombros.Le dije que se abriera el coño, porque tiene un coño muy cerrado y jugosito, y así le fui metiendo la polla lentamente por su coño para que ella fuera notando como iba avanzando mi polla con sus venas marcadas. Yo a medida que se la iba metiendo, notaba su calor interior y como se iba impregnando de sus fluidos vaginales. Cuando la metí entera, la cogí de las piernas y empujé lo más que puede para le entrara lo máximo y sintiera mi polla lo más posible. Sin hacerle nada más, empezó a suspirar y gemir de placer, solo con notar mi polla penetrándola profundamente. Así empecé a follarla, le sacaba un poco de polla y se la volvía a meter hasta que hacia tope así una y otra vez. No tardó en empezar a gemir más y más e incluso a intentar ella que fuera más fuerte el golpe de polla, porque se estaba excitando muchísimo pero no solo por la follada que le estaba dando sino también por la sensación de sentir como mis huevos rasurados chocaban contra su ano, ya que cada envite que le daba era un golpe donde el poco pelo que me quedaba en los huevos pinchaba la piel de su delicado ano.
No tardo en correrse varias veces en esa postura, y por cada corrida había más lubricante en el interior de su coño y eso hacia que fuera más fácil el penetrarlo hasta el máximo. Cuando ya me iba a correr, le saqué rápido la polla, le bajé las piernas y le acerqué la polla a su boca. Ella sacó fuerzas de flaqueza y me comió la polla como si se la estuviera follando porque le encanta el sabor de sus fluidos vaginales y al poco tiempo de comerme la polla y chupármela entera llegó el momento de mi corrida. Solté toda mi leche caliente en el interior de su boca, fue un placer sin igual porque mientras me corría no dejó ni un momento de comérmela, cuando la miré se le habían saltado las lágrimas de meterse la polla y tener que tragar tanta leche.