El polvo de mi vida
Una tarde de sexo para no olvidar, aquella tarde en la que se despertó el instinto...
Aquel día Javi llegó como de costumbre, a las 5 de la tarde, esa era nuestra hora, nuestro momento, la hora del día que esperaba con mayor ilusión .
Desde que nos conocimos hacía un año, habíamos conectado perfectamente, el ambiente se caldeaba si estábamos en la misma habitación, después de meses de conversaciones que nos ponían a mil, sólo bastaba una mirada para desatar toda esa pasión que teníamos acumulada, ya había pasado muchas veces pero ese día fue diferente, ese día teníamos un deseo animal que nos movía por instinto .
Nada más entrar pasamos a la acción; me cogió por la cintura, y empezamos a besarnos frenéticamente, las lenguas jugando, entrelazadas, las manos empezaron a volar .acariciando su entrepierna me calentaba aun más, y él lo notaba, dejándose hacer. Mientras, él sobaba mis tetas con ternura, sabía perfectamente cómo tocarme, cómo acariciarlas para hacerlas reaccionar, al momento estaban excitadas, duras, agradeciendo tanta atención .y en ese momento su lengua dejó mi boca para pasar a lamerlas lamía suavemente, rozando apenas .no podía más de placer .después su boca empezó a chupar algo más fuerte, intensificando las sensaciones. Entre tanto, yo ya había desabrochado su pantalón y tenía su polla en mi mano, con un suave movimiento .arriba y abajo sabía que eso le gustaba.
Pasamos al salón, a ese sofá que tantos momentos de placer ha soportado. Me tumbó suavemente sin separar su boca de la mía, me quitó la poca ropa que me quedaba, quedando totalmente desnuda, totalmente expuesta a él, y , tras chupar sus dedos para no hacerme daño, comenzó a tocar mi clítoris delicadamente, mientras seguía besándome y mirándome, con esa mirada lujuriosa que me volvía loca, que hacía que fuera suya por completo. Al notar que me estaba mojando, aceleró su ritmo, y se dispuso a introducirme un dedo .me estremecí al notarlo dentro, me encantaba estar así ..lo movía dentro y fuera, mientras seguía acariciándome el clítoris, introdujo otro dedo, mi coño se iba abriendo e hinchando de placer otro más, no podía más tres dedos estaban penetrándome con fuerza, pero yo lo que quería era sentir su polla dentro de mi .se lo pedí "por favor, fóllame ya, no puedo más" ..pero no era esa su intención, aún no. Retiró su mano de mí, sin dejar de mirarme directamente a los ojos, con esos ojazos verdes .y comenzó a bajar besando todo mi cuerpo; mis tetas, mi barriga, mis muslos y llegó a su destino empezó a lamer suavemente, haciéndome separar las piernas instintivamente, para recibir todo ese placer, me encantaba cómo me chupaba, estaba excitadísima, no sabía cuánto podría aguantar así .pasó a chupar con fuerza, sintiendo toda mi calentura, y yo empecé a gemir descontroladamente .
Entonces le cogí del pelo, tirando de él hacia arriba, le supliqué que me penetrara, que me follara como él sabía ..me miró, sonrió y decidió que ya era el momento. Colocado encima de mí, separándome bien las piernas, puso su polla en la entrada de mi coño, mojadísimo. Empujó lentamente, penetrándome poco a poco, sentí entrar esa polla enorme centímetro a centímetro, sintiendo una ola de placer que me recorrió entera, mientras me acostumbraba a su presencia .me encantaba ese momento. Entonces empezó a entrar y salir de mi con fuerza, sin dejar de mirarme y besarme, me cogía las manos detrás de mi cabeza, haciendo que me sintiera poseída, dominada, agarrándome el pelo y tirando, a la vez que levantaba mi culo un poco, acercándolo a él. Estaba follándome como a mi me gustaba, de esa manera animal que me hacía perder el control el calor nos invadía, empapados en nuestro sudor, ese sudor del sexo tan agradable, ese sudor que te incita a follar con más fuerza su polla entraba y salía rápidamente de mi coño, golpeaba con fuerza, los gemidos se confundían con el sonido de los cuerpos al chocar a cada embestida ..
El sofá se nos quedaba pequeño, decidimos tumbarnos en el suelo .tumbada en el suelo, sobre varios cojines, esperaba totalmente expuesta a ser penetrada nuevamente. Entonces me metió la polla con fuerza, de un solo empujón, haciendo que temblara de tanto placer. Cogió mis piernas y las subió a sus hombros, y continuó metiendo y sacando violentamente. Notaba cómo su polla entraba completa en mi coño, hasta el fondo, y cómo él se volvía loco de placer al tenerme así, completamente suya, disfrutando como una loca del sexo con él. Tiraba de mi pelo a la vez que me lamía toda la cara, marcándome como suya, me tenía entera para él Follamos de una manera animal, con fuerza, con violencia, en el suelo .yo, totalmente abierta a él, notando cómo la humedad de mi sexo resbalaba hacia el suelo, disfrutando de cada embestida, sin poder moverme .él, cegado por el deseo, encima de mi, agarrándome fuerte, dándome fuerte, mordisqueándome las tetas, lamiéndome, follándome con un ritmo frenético, cada vez más fuerte, cada vez más rápido, más, más, los cuerpos se estremecían, el orgasmo iba a llegar .Y estallamos en un enorme orgasmo sin poder controlar los gemidos, las lenguas, los gritos, los mordiscos Los dos a una, compartiendo ese momento tan íntimo
Tras los momentos de recuperación, agotadísimos, nos dimos una ducha juntos, que no sirvió para relajarnos, sino para ponernos peor, acariciando todo nuestro cuerpo, besándonos, abrazándonos .
El polvo de mi vida