El polvo de mi vida 3 final

Por fin, Rubén alivia tensiones

Tras seguir la tarde sin hablar de guarradas y de buen rollo, Alejandro consigue volver al grupo sin enfados. Roberto y yo nos dedicamos toda la tarde a mirarnos y coquetear en silencio, las chicas nos cuentan que han quedado con unos amigos de Natalia que viven cerca para esta noche y nos invita a ir. Alejandro accede, Roberto y yo nos miramos y ambos decimos a la vez "Paso". Todos nos reimos, sabemos qué va a pasar.

Ya por la noche, los padres deciden salir a dar una vuelta por el pueblo y tomar una copa en el pub. Natalia, Neus y Alex se van con los amigos de Natalia, así que Roberto y yo mos quedamos en el chalet. Evidentemente no tardamos más que 3 minutos en acabar uno encima del otro.

Roberto estaba sentado en el sofá y yo encima de él, mirándole a la cara. Yo dedicaba todos mis esfuerzos a rozar mi culo y paquete en el suyo, mientras él me metía mano bajo el bañador, separando mis nalgas, amasándolas firmemente. Yo estaba a mil. Él, también.

Roberto: me la estás poniendo durísima cabrón... cómo puedes ser tan morboso?

Yo: son años de practica con heteros como tú. De fachada tengo novia, pero en verdad me gustan los rabos.

Ambos reimos fuertemente. Nos comiamos la boca a saco, con muchas ganas. Yo quería rabo ya y no ina a esperar. Me puse de rodillas frente a aquel buenorro y empecé a lamerle el paquete por encima de la ropa. Se notaba caliente y dura... me esperaba una buen ración de rabo...

Yo: quitate la ropa, YA JODER! Que estoy cachondisimo. Dije mientras me desnudaba entero.

Roberto: a sus órdenes, mi señor - bromeó

Yo: A ver, que quede claro, qur la zorrita sumisa soy yo, así que dejate de historias e imponte o dejo de comertela.

Roberto: esto va en serio? MOLA!

Empujó con firmeza mi cabeza a su paquete, se bajó el bañador y ahí estaba, aquella polla de 18 cm y gruesa esperánde ansiosa. Era venuda y muy suculenta. Creo wue es la mejor polla que he visto en mi vida. Me dedico a tragármela entera desde el minuto 0 que la veo. Roberto tira la cabeza para atrás y solo resopla, gime y jadea mientras yo le engullo la hombría, me pajeo, pero levemente, quiero concentrarme en dsrle placer a semejante hombre. Nunca más tendré está oportunidad.

Después de 4 o 5 minutos comiéndosela, me levanta con sus manos mi cabeza, nos besamos y me indica que me dé la vuelta. Ya veo por donde vamos... Lo estaba deseando. Subo mi culo sobre sus piernas, quedando mi caneza y brazos en el suelo, como un 69, pero medio cuerpo mio en el suelo. Él sigue sentado en el sofá, hundiendo su cara en mi culo y dilantándomelo de forma virtuosa. Consigue follarme el ano con su lengua en menos de 3 minutos, lo tengo de par en par. Sopla con delicadeza en mi agujero, escupe suavemente, los restriega, me da un bocado en la nalga izquierda y me pide que me siente encima, como al principio. Obedezco como buen sumiso.

Me siento sin mucha dificultad para meterme su rabo y empiezo a subir u bajar levemente por él. Roberto no me quita ojo, con esa sonrisa pícara y esos jadeos y su respiración agitada. Vamos elevando el ritmo, hasta que sus huevos chocan contra mis nalgas y mi cipote sobre su abdomen perfecto a una velocidad más que considerable. Me separa las nalgas con sus fuertes manos mientras yo las tengo rodeándole el cuello. Nos comemos la boca de vez en cuando, a veces solo follamos frente con frente jadenándonos en la bcoa el uno al otro. Yo estoy a mil. Él a tres mil. Noto cómo honcha su cimbrel dentro de mi recto, dándole toques magistrales a mi próstata con la punta. Siento tal placer que sin tocarme estoy chorreando precum.

Roberto, cachondísimo, no para de decirme lo mucho qur le gusta follarme así. Yo, que no estoy lejos de su punto de éxtasis, sólo me da para sonreirle y gemir cada vez más alto. Cojo el precum de su abdomen con mis dedos y me lo llevo a la boca, mientras Roberto me lame el cuello follándome. Luego, me come la boca jugueteando con mi líquido preseminal. Esto me pone más todavía.

Ya nos aburrimos de estar así, así que me tumbo en el suelo y Riberto ensarta su rabo en mi culo en postura de misionero, mi favorita. Empieza a bombear más rápido y más profundo si cabe. Yo solo aprieto sus nalgas contra mi, quiero sentirlo birn adentro de mis entrañas. Noto cómo su polla se hincha más y más y palpita. El final está cerca. Roberto empieza a follarme a más velocidad, chupándome el cuello, pecho y abdomen, sin dejar ni un cenímetro por cubrir con su saliva. Estoy wue reviento y eso pasa, sin tocarme empiezo a correrme. 1, 2, 3... hasta 7 trallazos de lefa sobre mi cuerpo. Uno me llega a la mejilla derecha, así que Roberto, sin cesar en su bombeo rápido, recoje la corrida de mi cara con su lengua y la deja caer de ella a mi boca, nos besamos y le pido que me preñe. Acepta encantado, lo sé por si maligna sonrisa.

Yo no paro de gemir alto, me deben de oir en la casa de al lado. Roberto jadea, gime y gruñe alto y grave sobre mi cara mientras noto cómo inunda mi interior con su esencia. Yo le lamo el cuello, cosa que le hace tiritar. No para de follarme rápido, pero noto cómo la marcha decelera, acompasando nuestras respiraciones... estamos exhaustos, pero satisfechos.

el mejor polvo de mi vida.

fin.