El polvazo de mi vida
De cómo un fin de semana perdido en la montaña se convierte en el mejor fin de semana de mi vida
Era un fin de semana de julio en la montaña, en un pueblo perdido en el que vivían no más de 30 personas. Mis padres habían decidido ir al pueblo de unos amigos y quedaron que los hijos también irían, así se pondrían al día después de algunos años sin verse y tendríamos la oportunidad de hacer amistades los hijos. Pues ahí estábamos, 5 jóvenes de entre 17 y 24 años "haciendo amistades".
Natalia: era la mayor. Una tia potente. 24 años, rubia, ojos verdes, labios carnosos, cuerpo de infarto, CULAZO... Si no es porque tuviera novio, le hubiera tirado la caña.
Roberto : 22 años, recién graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, adicto al gym y al mundo fitness, un caramelito.
Neus : 21 años, 1,77m de tía. No era especialmente una modelo, pero su personalidad arroyadora y su actitud positiva le hacía muy atractiva.
Alejandro : 17 años, acabando Bachillerato, deportista nato: hacía natación, calistenia y judo. 1,80m, rubio, ojos verdes, barbita, grandecito y con pelo... mi debilidad.
Yo, Rubén: 20 años, 1,78, oso, regordete, pero me considero guapo, quizá no tenga el cuerpo de Roberto o Alejandro, pero creo que soy atractivo, por cuestiones de personalidad.
Una vez realizadas las correctas y cordiales presentaciones, el padre de Alejandro nos invita a los jóvenes a ir a la caseta de la piscina, una casa prefabricada en el jardín al margen de la casa principal. La usaban de "casa de invitados" y contaba con todo lujo de comodidades: 2 habitaciones, cocina-comedor, 1 baño y 1 pequeño porche que daba a la piscina.
Natalia y Neus hablaban de algo sobre los estudios, mientras yo observaba a Roberto cambiándose para ponerse el bañador y a Alejandro hablando con su "novia" por teléfono. Llegaba la hora de empezar a entablar conversación.
Le pregunté a Roberto, que parecía ser el menos ocupado en ese momento y el más simpático de los 4, que si estaríamos aquí todo el día o pasaríamos la mañana como mucho. Sonriéndome me dijo "Chaval, creo que nos quedamos a dormir. ¿Tus padres no te han contado nada?" Y se echó a reír. Me quedé sorprendido... había quedado con mi amigo Javi para ir de copas a un sitio a ver si ligábamos y follábamos con dos maromos esa noche. Había que abortar misión. Le mando whatsapp y me responde algo molesto. Lo dejo pasar Para seguir hablando con Roberto.
Él me sigue informando sobre los planes de los padres mientras se cambia delante de mi sin ningún tipo de reparo. Se quita la camiseta y puedo ver marcados todos y cada uno de los músiculos de su torso bronceado de color dorado tostado intenso, resaltando su pecho esculpido y sus abdominales divinamente colocados en su sitio. Se me debe de notar cómo babeo, porque Roberto me mira y me invita a mirarle a los ojos. Yo, rojo como un tomate, me río de forma nerviosa y asiento, pero no puedo dejar de mirar y admirar su cuerpo atlético. Él se gira para seguir cambiándose. Se baja los pantalones y deja entrever un buen culazo redondo y trabajado en esos bóxer grises ajustados que lleva hoy. ¡Qué piernas! Se gira y me deja ver su paquete: parece ser que gasta buena herramienta. ¡Qué bulto! Se ríe mientras me mira, me guiña un ojo y se los baja. "JODER", pienso yo, creyendo que es en mi mente donde me sorprendo, pero no, lo he dicho en voz alta. Neus y Natalia se giran y se empiezan a reir, abandonan la habitación ya cambiadas con su bikini puesto. Alejandro sigue hablando con su "chica" por teléfono.
Acabo de verle el rabo a Roberto y, sin estar duro, se atisba una buena polla, gruesa y de unos 9-10 cm. "Cuando crezca deberá medir unos 18cm" pienso yo, ahora sí en mi mente. Yo, que me estoy cambiando también, se me empieza a notar el calentón y la erección. Mis humildes 16cm se están poniendo duros mientras que a un buenorro de gimnasio le hace gracia que me ponga nervioso por verle su estupenda polla. Me pongo más mervioso y más cachondo... ¡Qué día más duro me espera!
Pasado un rato, ya en la piscina, las chicas toman el sol en el césped, Alejandro, Roberto y yo estamos en el agua, hablando sobre nuestras vidas en general, a lo que Alejandro propone un juego. Se llama "Responde o acto". El juego es para concerse más y consiste en responder preguntas que te dice otro jugador. Si no quieres responder puedes no hacerlo, con la condición de que tienes que realizar un acto que se te propone en consenso de los otros jugadores. Se pone interesante el día, comenzamos a jugar.
Las primeras preguntas son "control", banales y sin mucho contenido jugoso, pero en cuanto empieza a subirnos el alcohol de los mojitos del padre de Natalia, se anima la cosa.
Roberto: Alejandro, te toca. Qué prefieres, ¿chupar o que te chupen?
Alejandro: chupar. Rubén, te toca. Qué prefieres, ¿follar o que te follen?
Yo (Rubén): Depende, y absorbo mi mojito.
Roberto se echa a reir y se le ve animado a pedir explicaciones... ¿lo hará? Porque lo estoy deseando... A Alejandro se le ve interesado también, pero más despreocupado.
Roberto: A ver... explícate, chaval.
Yo: Pues eso, que prefiero que me follen, aunque me guste meterla, que me la metan me mola más. Suelto una carcajada y les miro a los ojos, a ambos buenorros.
Alejandro: Entonces, confirmamos. Eres gay pasivo.
Yo: No, te corrijo. Soy bi y versátil, con preferencia de hacer de pasivo. Es importante puntualizar con heteritos como vosotros, ya veo. JAJAJAJA
El mojiteo empieza a irse de las manos, todos estamos muy contentos y deshinibidos, las chicas se han unido al juego pero parece que responden mintiendo o con medias verdades.
Natalia: Rubén, te toca. ¿Te follarías al padre de alguien de aquí en esta casa hoy mismo?
Yo: No respondo, que estoy harto de las preguntitas. Me apetece acto. Roberto, ¿me explicas? ¿Qué tengo que hacer? No te pases de listo eh, que verás cuando me toque poner penitencia a mi.
Roberto: pues verás, es bien sencillo. Entre todos decidimos un acto o reto que debes hacer. Si o si lo tienes que cumplir, si no, esta noche te gastaremos una putada cuandl duermas.
Alejandro: se le ve cara de cagado. No va a hacer nada.
Yo: venga, acepto. Decidme, ¿qué hago? Yo ya me pongo en modo zorrón y con el piloto automático. Quiero jarana.
Roberto: Hemos decidido que debes ir a la habitación de los padres y robar una prenda de la maleta de alguno que no sean los tuyos.
Yo: ¡Hecho! Pensé que seríais más atrevidos, !mogigatos!
Salimos de la piscina y me fijo en Roberto. Está increíble, mojado, con el bañador bien pegado a su carne... con un paquete de impresión, pero Alejandro, sorprendentemente, muestra un bulto mayor que Roberto, seguro que está morcillona, pienso yo con mi mente ya calenturienta. Me dispongo a buscar una maleta en la habitación de los padres mientras el resto me mira. He de reconocer que estoy cachondo, así que me hago el despistado y me froto contra los bañadores de Roberto y Alejandro, como una gatita en celo.
Cojo la primera maleta que veo, la abro y cojo de su interior los calzoncillos de alguien. Neus se echa a reir y dice "SON DE MI PADRE!" Todos reimos, parece gracioso el juego a partir de ahora.
Yo: De acuerdo, reto conseguido. Alejandro, te toca. ¿Follarías o harías sexo oral con alguien de aquí?
Alejandro: ¡Qué cabrón! Jjaajaj Pues... a decir verdad... con Natalia, me fliparia que me la comiera JAJAJAJAJAJA
Natalia: Jajaja más quisieras... pero gracias jajaja Me toca preguntar. Neus, ¿te vienes a ver a unos amigos al chalet de al lado?
Y así es como las chicas abandonan el juego coronandose victoriosas.
Continuará...