El poder de un relato

Una noche, mientras leía ávidamente algunos relatos eróticos, comencé a fantasear. Ideé un plan muy picante para ponerlo en práctica en el siguiente encuentro con mi novio y convertirle, de una vez por todas, a la cultura de las historias de sexo.

Una noche, mientras leía ávidamente algunos relatos eróticos, comencé a fantasear. Ideé un plan muy picante para ponerlo en práctica en el siguiente encuentro con mi novio y convertirle, de una vez por todas, a la cultura de las historias de sexo.

Comenzaré a contaros mi experiencia describiéndome. Me llamo Xana, no soy una Diosa, pero tampoco me quejo por falta de pretendientes. Soy rubia, de estatura media, delgada, tetas más bien pequeñas pero bien torneadas y que suplo con un culo que le quita el hipo a mi novio y, por lo que tengo entendido, a unos cuantos más.

  • Guapa, esta tarde me paso por tu casa a ver unas ‘pelis’, – era Kike, mi novio, al otro lado del teléfono- bueno, y a lo que toque.

  • Te espero impaciente.

La verdad es que no nos va precisamente mal en la cama. Nos compenetramos perfectamente, yo, imaginativa y muy caliente, él, más técnico pero eficaz, yo de relatos y él de fotos y videos.

Después de comer, comencé los preparativos. Me duche haciendo grandes esfuerzos por no masturbarme, pues mi mente ya volaba pensando en la tarde que me esperaba. Me puse una camiseta negra muy sexy casi transparente, unas diminutas braguitas a juego y unas medias de esas que llegan a la mitad del muslo, encima la ropa de andar por casa para no desvelar tan pronto el secreto, aunque en mis ojos ya se vislumbraba la luz del deseo.

A las 5 en punto llamaron a mi puerta, por supuesto, era Kike. Le abrí y sin dejarlo hablar le di un ardiente y apasionado beso.

  • Mmmmm, tenias ganas de verme.- dijo socarrón.

  • Ni te lo imaginas, ven a la habitación vamos a jugar a un rico juego.

Le llevé de la mano hasta la habitación como si nunca hubiese estado en mi casa. Le dije que se desnudara, se tumbara, que se relajara, y lo más importante que cerrase los ojos y que bajo ningún concepto los abriese. Mientras, yo saldría para ponerme cómoda y dejarle tiempo para prepararse. La situación le tenía tan caliente que no dijo nada, me contestó empezando a quitarse la camiseta.

Me quité la ropa en el salón, contiguo a la habitación, quedándome sólo con mi sugerente ropa interior. Tardé lo justo para que a mi chico se le bajase el calentón, lo quería bien relajadito y receptivo. Abrí la puerta y me quede en el umbral. ‘

-Guau, estás imponente.- exclamó

-Te dije que bajo ningún concepto abrieras los ojos.-le conteste con cierta autoridad en la voz. Cerró los ojos y el tema no pasó de ahí, pues me esperaba esa reacción.

Verlo tirado en la cama, relajado, indefenso, me volvía loca. Él también es delgado, pero con los músculos un poquito marcados, guapo no, guapísimo, pero en ese momento sólo me podía fijar en su polla, que sólo a media asta ya lucía esplendorosa.

  • Una última prohibición, - le dije sentada ya en una silla al lado de la cama y con el ordenador portátil en la mesilla- quiero verte las manos en todo momento a los lados de tu cuerpo, nada de tocarse.

  • Pero,

  • ¡Silencio!- su tono era ya suplicante y no le dejé continuar por si me convencía.

Comencé a leer: ‘Una noche, mientras leía ávidamente algunos relatos eróticos, comencé a fantasear…’. Mi voz sonaba sensual, calida, susurrante,…leía pausadamente deleitándome y saboreando cada uno de los sonidos que salían de mi húmeda boca. Muy a menudo dirigía la vista hacia el vientre de mi novio para vigilarle, y de paso mirar con deseo como su polla iba creciendo y creciendo hasta que quedo erguida hacia su vientre.

‘…Dejando la separación justa para que mi coño apenas rozara su verga a punto de estallar…’. Entonces Kike se llevo la mano a la polla.

-Eh, eh, eh.- dije en voz alta. Le cogí rápidamente las manos, se las puse apoyadas en la cama por encima de la cabeza y coloqué cada pierna a un lado de su cuerpo dejando la separación justa para que mi coño apenas rozara su verga a punto de estallar. Entonces le susurre al oído:

  • ¿Qué pasa semental, no decías que estas cosas no te ponían cachondo, prohibido tocarse o se acabo el juego…del todo?-le di un mordisquito en el lóbulo de la oreja y apoyé mi peso y me levanté rápidamente, dejando por un segundo que mi coño, ya deshecho en fluidos, se pegara a su polla y arrancándonos a los dos un suspiro de placer.

Me recuperé al momento, debía hacerlo o mi plan fracasaría,

  • Y ya te he dicho que no abras los ojos, se acabó, lo voy a arreglar…- cogí un pañuelo que tenía preparado, porque tenía claro lo difícil que iba a resultarle mantener los ojos cerrados, y le vendé los ojos.

Estaba llegando al clímax del relato, y la cara de Kike era de auténtico sufrimiento, incluso le daban escalofríos, pero estaba tan impregnada de la situación, del relato, que no me daba cuenta de lo cruel que estaba siendo. Él necesitaba contacto, que él mismo, o yo, o hasta la sábana le tocará su rebosante verga. "Comenzó a cabalgarme tan salvajemente que me hizo llegar al mejor orgasmo de mi vida casi al instante"… Me había metido tanto en el papel que los gritos de placer salieron de mi boca como si de mi orgasmo se tratase.

-Ahh, aahh, aaaaaahhhh.

En ese momento dos chorros de semen salieron despedidos de la polla de mi novio cayendo en su vientre y en su pecho. No se podía decir que se había corrido hablando con propiedad, pero si había desprendido el suficiente semen para que su polla, sin quedar en completa relajación, quedará a media asta de nuevo.

-Vaya, me he pasado tanto con el jueguecito que se ha vuelto en mi contra, esto lo arreglo yo –afirme con cierta ironía. Pero Kike no estaba para ironías, más bien estaba cabreado, me eché a su lado en la cama- lo siento de verdad, cariño.

Me acerqué a el para darle un beso pero cuando apenas le había rozado los labios bajé por su cuerpo para lamer lentamente el semen que había caído sobre él. La sensación de mi calida lengua sobre su piel le debía encantar porque se estremeció.

Cuando estaba bien limpio continué bajando, pero rodee su verga, que ya había vuelto a su estado de erección. Pase mi lengua por sus ingles, lo que turbó su cuerpo de nuevo y me concentre en sus cojones, los lamía, los chupaba, me los metía en la boca, jugueteaba con ellos dulce y fieramente a la vez. Hasta que me decidí a ir al plato fuerte. Levanté levemente la cabeza para darle dos lametones a su capullo y seguidamente engullí su polla como si me fuera la vida en ello. Deseaba esa polla y la deseaba ya, fuera como fuera. La sacaba y metía en mi boca primero lento, y después más rápido, y más, y más

  • ¡Quiero follarte!- gritó, y sin dejarme reaccionar me tumbo bruscamente en la cama puso mis piernas en sus hombros y me penetró sin miramientos.

-Aaaaahhh- mi grito no era de dolor, estaba demasiado cachonda para ello, era de placer, de puro y mágico placer.

No hubo tiempo de mucho más. Comenzó a cabalgarme tan salvajemente que me hizo llegar al orgasmo casi al instante.

  • Ahh, aahh, aaaaaahhhh

Y justo en el momento en que el placer del orgasmo invadía todo mi cuerpo sentí su grito acompañando a la leche que irrumpía en mis entrañas. ¡Que sensación más maravillosa!

Kike se quedó recostado a mi lado y creo que por un momento, agotados y felices, perdimos la noción de donde estábamos.

  • Me has hecho sufrir mucho Xana, esta te la tengo que devolver. El próximo día prepárate…- me dijo pícaramente.

  • ¡Vaya! Veo que he conseguido lo que quería, imaginación al poder, cariño, sobre todo en la cama.

  • Si, ahora te enseñare a ti la técnica, guapa- bromeó entre risas.