El Poder de la Sociedad III (FINAL)

1.3. Delírium-. Trilogía que nos adentra en la sociedad actual desde la visión de Ethan un sobrio joven de 17 años con problema para las relaciones sociales, marcado por un oscuro pasado debilitante.

-       Deberías venir a comer, te sorprenderás con lo que estoy preparado -. Max se acerca a la puerta con un corto delantal color blanco, para ser la única prenda que llevaba se veía muy bien. No entendía cómo se podía ver así de sexy acabándose de levantar.

Habíamos despertado hace menos de media hora. La noche anterior fue una completa locura, ahora mi trasero estaba sufriendo la dolorosa consecuencia.

Al levantarme de la amplia cama pude percibí mi cuerpo en el espejo, se evidenciaban algunas marcas producto de anoche, para disimularlos busque la primera prenda que estaba a mi vista, su camisa, me quedaba excesivamente grande, pero tapaba muy bien mis partes. Intente caminar con mucho cuidado a la cocina donde al entrar pude percibir un delicioso olor, en serio empezaba asustarme Max, no podía ser tan bueno en todo lo que hacía.

Al verme me recibió con una intensa sonrisa, se notaba tan bien con el cabello alborotado que no podía dejar de mirarlo. Para sacármelo de la mente, empecé arreglar  la mesa. Coloque los dos platos, jugo de naranja y los cubiertos. Cuando finalizo me senté a esperar que Max terminar y en poco tiempo ya estábamos comiendo.

Acabamos rápidamente el almuerzo y nos dirigimos a la alcoba, Max comenzó a besarme muy despacio hasta que un fuerte ruido nos hizo separarnos. Intentó asomarse por el pasillo sin hacer mucho ruido luego lo vi volver asustado.

-       Por dios, mi padre ha venido, se suponía que se iría de viaje esta mañana. Ethan agarra tus prendas, vístete en el baño y no salgas hasta que te diga.

Le asistí con la cabeza, rápidamente busque mi ropa y me encerré en el baño. Puede escuchar como Max salía de la habitación y se dirigía hablar con su padre. Los gritos retumbaron el lugar, escucho algunos vidrios romperse  y eso bastó para asomarme a la puerta. La imagen me dejo petrificado, no podía creer lo que mis ojos veían.

-       No te basto con liarte a mi mejor amigo, ahora vienes por mi padre, maldita zorra-. Su mirada era de furia, las manos comenzaban a cerrarse formando los grandes puños que pararon justo en la cara de su padre.

-       Como te atreves apegarle a tu padre, maldito insolente-. Esta vez fue Maximiliano quien hablo intentado limpiarse la sangre que comenzaba a salirle por su nariz como resultado de los golpes.

-       Max, discúlpame, yo…yo de verdad lo siento… esto no es lo que parece-. Dijo Lea acercándose a Max lentamente.

Su cuerpo temblaba a medida que acortaba su distancia. En ese instante Maximiliano intenta arremeter contra su hijo, los veo forcejear y darse golpes. Lea intenta separar a Max pero con un fuerte empujón su cuerpo cae sobre una mesa de vidrio, lo cual le provoca una pequeña hemorragia. El accidente pasa inadvertido frente aquellos dos hombres  peleando. Nunca vi a Max tan enfurecido como en este momento, sus ganchos llegaban hasta el abdomen de su padre acortándole el aire.

No podía quedarme viendo la escena, entre sustos intento acercarme para ver cómo se encontraba Lea, lo cual se llevó una gran sorpresa al verme. Sus heridas no eran nada grave, coloque mis manos en sus axilas y la  levanté para luego sentarla en una silla. Al voltear  veo como Maximiliano tiene sus manos situadas en el cuello de Max. Sus ojos azules se posaron en mi cuerpo, puede entender que la rabia que sentía en unos instantes la había remplazado por la lastima, ya no tenían esa chispa que los hacia brillar, ahora estaban oscuros y pedían a suplicas mi ayuda.

Su rostro se estaba poniendo cada vez más rojo mientras intentaba con su mano agarrarle los brazos a su padre. Mis piernas se congelaron e intente buscar la manera de ayudar a mi amigo.

Todo fue muy rápido, mi mente quedó en shock al ver como su cuerpo caía bañado en sangre, por reflejo, mis manos soltaron la firme escultura de acero. Un fuerte grito emitido por  Lea me hace volver a la realidad, no vi más que el aterrorizado rostro de Max intentado separarse del hecho.

Su padre se encontraba tirado en el suelo, la oscura alfombra absorbía toda la sangre que salía de su cabeza. ¿Qué he hecho? Me salió del subconsciente. Esta vez ya no estaba en condiciones para poderme controlar.

-       Max tienes que escucharme-. Mis manos se permanecieron en su cabeza, pero él seguía en trance, sentado justo al lado de Lea.- Tu padre es un hombre malo, él y todas las personas que lo rodean han estafado a muchas personas.

No tuve ninguna respuesta, por dios, esto tenía que ser un maldito sueño. Sentía como mis lágrimas caían por todo el lugar, las palpitaciones aumentaban y mis piernas comenzaban a fallarme, caí en el piso poniendo mis manos a la cabeza, tenía que ver una maldita solución. A mi vista estaba Lea quien lloraba en los hombros de Max y este me miraba de manera extraña. Mis dientes chocaban con mis labios y el sabor metálico no se hizo esperar. Emitía algunos gritos intentando que Max me escuchase, le implore que me perdonara, pero igual seguía sin recibir respuesta alguna así que como pude me levante y hui intentando olvidar el inconsciente cuerpo de Maximiliano

No sé cuánto tiempo ha pasado, algunos días creo saber, de los cuales no he salido en ningún momento de mi casa, hable en pocas ocasiones con Johanna y otras veces con mi alcohólico padre intentando buscar alguna orientación, además de mantener un equilibrio con la desenfrenada jaqueca, maldita sea, hasta cuándo va seguir atormentando mi cerebro.

Mi habitación era un desastre, todas las memorias, disco duros y cualquier rastro de hardware de almacenamiento estaba regado en el piso. Cuando intento recoger cada una de las partes veo como Max entra por la puerta.

-       Ethan que haces así, estas hecho un asco, sigues con la misma ropa y esta ensangrentada-. Su cara era distinta, ya no era el Max de la última vez, su rostro estaba intacto, como siempre lo llevaba.- Veras mi padre se encuentra ya estable desde hace varios d….-.

-       Déjame solo-. ¿Qué estoy diciendo?.- vete, no quiero volver a saber más de ti, déjame en paz.

-       Pero Ethan, ¿qué demonios hablas? Veras, lo que paso con mi padre fue provocado por el mismo, al decir verdad se lo merecía. Solo había perdido la conciencia tras el golpe, se encuentra en buen estado-. sus manos apretaron mis hombros.- Bueno aunque tiene toda la cabeza vendada.

-       No…me toques, aléjate-. Estoy perdiendo el control, ¿Qué me está pasando?

Mi mente se nublo de repente, el delicado rostro de Max se fue borrando al paso que sentía como mi cuerpo hacia contacto con el sucio suelo… Volvía a pasar.

Desperté en el auto de Max, quien iba conduciendo con la mirada fija en la carretera, mi cabeza daba vueltas me costaba mantenerme consiente. De pronto el carro rápidamente se estaciona al frente de un hospital. Max sale del auto y en pocos instantes me está llevando entre sus manos hasta la sala de emergencia.

Me coloco en uno de los bancos y se dirigió hasta donde se encontraban unas enfermeras, preguntaba por la doctora Reven. Después de hablar con el grupo de chicas, se acerca cerciorándose de que mis signos vitales estén en la normalidad, angustiado se sienta y comienza acariciarme la mano.

-       ¿De dónde conoces a Johanna Reven?-. le dije muy débil intentando no volverme a desmayar

-       No la conozco, antes de que perdieras la conciencia me dijiste que viniera hasta aquí y pidiera su ayuda-. Max recostó mi cabeza sobre sus piernas y empezó acariciarme el cabello.- ¿cómo te encuentras?

-       Un poco débil.

-       Si pequeño, se te nota en la cara, ya las enfermeras se comunicaron con la doctora, solo queda esperar.

Minutos después me trasladaron a una pequeña habitación, con la ayuda de la enfermera y Max, me colocaron en una fría camilla mientras sentía como una sustancia entraba por mis venas. Mis movimientos se tornaron cada vez más lentos, todo se veía borroso, solo podía escuchar claramente la angustiosa voz de mi compañero hablando con la enfermera.

-       Oye no sabes cuánto tardará la doctora en llegar.

-       Estuvimos conversando con ella, pareció reaccionar con mucha sorpresa, pero no dijo en que tiempo iba estar aquí. Por ahora quédese con su amigo que cuando tenga alguna novedad le estaré avisando.

-       Está bien, gracias-. Sus manos se sienten cálidas, las tenía entrecruzadas con la mía.

Con mucha delicadeza intente mover mi brazo y estaba empezando a responder mis estímulos. De pronto escucho como la puerta se abre y ante ellos una exclamación de asombro.

-       ¡Por dios! No lo puedo creer. Esto debe ser una confusión-. Se escuchaba muy sorprendida y un poco agotada.

-       ¿Es usted la doctora Reven?

-       La misma joven.

-       Pues creo que Ethan ha estado en algunas terapias con usted, según él, eres la única persona que lo puede ayudar.

-       Estoy muy sorprendida, después de tanto tiempo, no salgo de mi asombro. Ahora te recuerdo… eres de quien él hablaba, su amigo, su vecino.

-       Si soy Max, encantado, veras la enfermera lo ha sedado. Creo que está teniendo los mismos problemas de hace algunos años.

-       Max me temo que el problema nunca se ha ido. Hace ya tiempo atrás vino un amable señor  junto a su pequeño para mi consulta, poco a poco fue abriéndome su mente y descubrir que su cerebro era como un difícil rompecabezas, Ethan no estaba solo Max. El pequeño narraba como una vocecilla se introducía en su mente y le ordenaba hacer cosas fuera de juicio. Fue poco tiempo después que al descubrir su enfermedad funcional, supe de la muerte de su madre, Ethan había perdido el control, arrojo a su madre por las escaleras. Su padre fue el único espectador, quiso mantener todo el incidente al margen, solo pocas personas sabíamos lo que había pasado.

-       No puede ser, tiene que estar inventado todo esto.

-       Joven, Ethan Carter sufre trastorno de ansiedad generalizada y fobia social, como consecuencia lo hace tener una mente muy imaginativa y no poder socializar con las personas. No solo eso, poco después la verdad se fue descubriendo. Las personas comenzaron a desconfiar de su familia, lo que le hizo a su padre hundirse en el alcoholismo. El señor Carter fue despojado de su cargo político, detrás de ellos vinieron muchas demandas. Las personas a su alrededor le dieron la espalda, para ellos los Carter daban una mala imagen a la sociedad y la política.  Tiempo después Ethan fue recluido en un centro de acopio para personas con trastornos mentales, yo estaba a cargo de su supervisión. Pasó cinco años de los cuales se nutría de conocimientos, socializaba; aquellos trastornos psicológicos se habían enterrados. Siempre me hablo de ti, me decía que la primera acción hacer cuando saliera era reencontrarse contigo y recuperar esos años perdidos.

Maldita habladora, tengo que encontrar la forma de salir de este lugar, ahora que me puedo mover intentaré salir sin hacer ningún ruido.

-       La evolución de Ethan fue sorprendente y en pocos años empezó a vivir con su padre, no supe más de ellos, sabía que se habían mudado para Londres en busca de mejores oportunidades, no fue hasta hace dos años y medio que recibí una llamada de auxilio de Ethan, se le escuchaba muy agitado, entre lágrimas me dijo “lo he vuelto hacer” yo intente tranquilizarlo, dios, era tan despertante no poder estar ahí, solo me respondió “Mi padre, lo he vuelto hacer”. Max, Ethan debe enfrentar a la justicia, es un inadaptado social, todos los que están a su lado terminan muy mal. Cuando supe que estaba aquí llame al Centro de Rehabilitación Mental de Reino Unido, están por llegar solo tenemos que mantenerlo vigilado y sedado ya que podrían cometer alguna locura.

Me había escapado por una puerta trasera mientras hablaban entretenidamente, aún estaba débil por el sedante, así que trate de caminar lo mejor posible hasta llegar la entrada.

No sabía a donde ir, Johanna me había hecho recordar todo el pasado, ahora entendía que las jaquecas eran aquella expresión de mi cerebro queriendo salir. Y en este titubeo de aliento y agonía empiezo a correr lleno de penas.

¿No oyes caer las gotas de mi melancolía? ¿Me quieres ver acabado, hundido entre esas malditas cuatro paredes como hace años?

He caminado por más de cuatro horas, ahora me encuentro sentado en mi antigua habitación de aquella casa donde solíamos vivir, algunos  recuerdos vienen a mi mente. Ahora puedo recordar la dulce mirada de mi madre, como también  aquella mirada de terror que se convirtió en su última expresión.

¿Me he convertido en un mostro?

No, tu no, ellos lo son.

¿ Ellos ?

Si los que te dieron la espalda Ethan, hemos venido hasta aquí por una sola razón, la venganza. Hemos venido para demostrarles a ese grupo minoritario de personas quien tiene el poder de la sociedad.

¿Mataste también a mi padre?

Vamos, crees que lo hice, tú estabas ahí, trata de recordar.

¿Por qué me trajiste hasta aquí? ¿Por qué en las últimas noches has intentado entrar en mi cabeza?

No he intentado, he podido entrar perfectamente en tu cabeza Ethan, el problema es que tu subconsciente ha bloqueado los recuerdos, pretendiendo poder aparentar alguien que no es, alguien normal. Busca en el armario, ahí está un pendrive con toda la información a saber. Soy más inteligente que tu Ethan, por mí no supieses todo lo que sabes hacer, si yo no hubiera aparecido en el momento cuando te ibas a tomar todas esas locas pastillas, no estaríamos aquí.  Me debes la vida, lo mejor que puedes hacer por mis es dejar de confundirme con una tonta jaqueca y ponerte a trabajar, ya no nos queda mucho tiempo.

No puedo creer que esto esté pasando realmente.

A propósito te causas esa confusión, esa niebla o lo que sea, para olvidar lo que quieres olvidar, no intentes controlarte Ethan. Deja de pensar y dame el maldito control ahora mismo o terminaremos en ese asqueroso lugar que nos perturbo por cinco largos años.

No, no eres real. Debo estar soñando.

Demonios Ethan. Eres un estúpido subnormal psicópata de mierda, todo esto está pasando de verdad, ya hemos tenido esta discusión repetidas veces y creo que sabes cómo termina. Solo déjame trabajar tranquilamente y te prometo libertad. ¿Estás de acuerdo?

Solo si cumples con lo que me prometiste.

Está bien.

Tuve la brillante idea de guardar un portátil debajo de la cama. Si te preguntas por quienes viven aquí, son unas buenas personas, me hace recordar nuestra familia en tiempos atrás. Lastimas que la tuvieran que poner en venta por problemas financieros. Y hablando de dinero, no pudiste buscar un mejor lugar para vivir. Nuestras cuentas están repletas de dólares el cual nos has tocado ni un centavo, ¿acaso creías que las tarjetas en tu cartera era una alucinación? Al igual que creaste a esa Johanna Reven un tanto sicodélica que últimamente te daba consejos para hacerme desaparecer.

-       Sabía que te encontraría aquí Ethan, se toda la verdad-. Su voz era fría, al despegar la mirada del portátil, veo entrado a la persona que estuvo a punto de arruinar mis planes.

-       Si, Johanna te conto todo. Pues entonces sabes que soy un peligro o como sea que me catalogó.

-       No te tengo miedo, en el fondo esta ese Ethan que siempre me amo.

-       En parte tienes razón, no tienes que tenerme miedo, no soy tu enemigo, témele a ese grupo poderoso de personas de ahí fuera que secretamente dominan el mundo. Tipos que juegan a ser Dios sin permiso, creen tener el control, el poder de la sociedad, cuando no es así. Témele aquellas personas que acabaron con mi vida y la de mi padre por el simple hecho de ser diferentes.

-       ¿Que estas queriendo decir?

-       Hace más de un año supe de la relación de tu padre con Lea, la muy sínica iba a visitarte y esperaba el mensaje de tu padre para poderse encontrar en el garaje. Busque la manera de cómo decírtelo sin herirte en eso descubrí la competencia que tenías con Ben, él no era tu mejor amigo, sino tu rival, como dice el refrán a los enemigos hay que tenerlos cerca. Ben gustaba de Lea, así que aproveche para amenazarlo y buscarte la excusa perfecta para terminar con ella, sin que supieras todas las cosas que hacía con tu padre, intentaba mantenerte al margen en todo momento Max. como Maximiliano te engañó, así lo ha hecho con mucha gente. Ahora intento devolverle al pueblo todo lo que él ha robado, intento devolverle su poder-.  Su mirada era de incertidumbre, se acercó hasta colocarse a mi lado.

-       Tienes que parar todo esto, yo te puedo ayudar a cambiar.

-       ¿Cambiar? ¡Ja!, Ves todos estos archivos, son pruebas de los fraudes que han cometido aquel grupo minoritario de personas que cree tener el poder, aquí están las pruebas de abusos contra personas indefensas, políticos ligados con el terrorismo.

-       ¿Todo esto es un sucio plan de venganza?

-       Hasta que das en el blanco. La doctora Raven tuvo algo de razón viéndolo desde su ambiguo punto de vista, pero falto contar una parte de la historia. Los días después a la muerte de mi madre estaba enojado conmigo mismo, me odie por haber hecho lo que hice. Entre aun asqueroso sitio de rehabilitación y tiempo después estaba viviendo en Londres con mi padre, él siempre me recrimino por haberle arruinado la vida, lo recordaba todo los días. Aun así lo quería, era mi única familia. Fue cuando empecé a idear el plan para poderle devolver parte de la vida que le había quitado a mi moribundo padre, pero murió ya hace algunos años, así que no me quedo más opción que vengarme y seguir con mi maravilloso plan. Entre al sistema y borré toda mi información, estaba limpio, sin identidad. Lo que me permitió moldear al nuevo Ethan, un joven que vive en los suburbios con un padre alcohólico y sin dinero. Registrarme en la preparatoria fue muy fácil y pasar de inadvertido mucho más. Unas semanas antes de volverte hablar me había creado un correo falso donde te envié toda la información de la relación de tu novia con Ben. Deje algunas pistas, pequeños rastros para que pudiera encontrar el emisor así terminarías de una vez por toda con Lea. Encontré el trabajo perfecto para finiquitar mi plan, nada más y nada menos que la empresa encargado de la seguridad en muchas empresas ligadas a mandatarios, políticos y economistas. Fue más fácil hackear sus cuentas estando adentro, así poco a poco tenía el control de sus finanzas, transfiriendo parte de ellas a una cuenta el cual va hacer donados en pocos minutos a centros de caridad, me permitió indagar sobre muchas personas, traficantes, violadores, terrorista…   .

-       ¿Dónde encajo en tu sucio plan?

-       Como te dije, siempre quise protegerte, como los viejos tiempos cuando se burlaban de ti. Has cambiado y mucho, pero en el fondo de esa imagen de niño seguro y autoritario todavía se asoma el Max del pasado.

Déjame hablar con él.

Para echar todo a perder, como lo has venido haciendo todo este tiempo.

Por favor…

-       ¿Recuerdas cuando me besaste aquella tarde?

Entonces me vino esa imagen a la cabeza, recuerdo que era jueves estábamos en el jardín de mi casa acostados en la grama mirando el ocaso, ya desde hace tiempo sentía cosas por Max, pero tenía miedo de decirle la verdad. Estuve día y noche intentando poder comentárselo pero no había forma de que pudiera mover mi garganta para contarle todo lo que me estaba pasando, la única forma era besarlo, así quedaba claro todo mi sentimiento. Pues esa tarde era el momento oportuno, Max estaba hablando de lo mucho que le gustaría ir al espacio, poco a poco me fui acercando a su cuerpo, como reflejo, nuestras miradas chocaron, ninguno emitió palabra alguna, al poco tiempo sentí mis deseosos labios acariciar los suyos, de una manera sutil, era la sensación más maravillosa que había podido experimentar en ese momento, me sentía vivo y alegre de poder al fin expresarle todo mis sentimientos. No fue hasta que escuchamos la voz de mi madre cuando nos separamos y se marchó sin decir más.

-       Claro que lo recuerdo, fue la señal que utilice para demostrarte mis sentimientos. Hubo un tiempo en el que me encargue violentamente de olvidarte, me obligaba a borrar todos esos recuerdo, día y noche me reproche que por mi estado no podía estar a tu lado. Hasta engañe a mi cerebro diciéndole que cuando creciera te iba a olvidar, que absurdo el pensarlo, absurdo porque contigo descubrí el amor verdadero, ese que crese desde muy adentro y se va apoderando de tus sentimientos, ese amor incipiente e infantil que nunca se olvida-. Max se acercó un poco más hasta que sus largos dedos se posaron en mis temporales levantando mi cabeza, para que nuestras miradas volviesen a chocar como aquella tarde. Sólo tenía que besarlo, desearle suerte y… agradécele por mostrarme que se puede amar más que nadie en esta vida.

-       Todas las noches de mi vida me reproche no haberte podido corresponder ese beso, Ethan tú fuiste la llama que encendió todo lo que soy en la actualidad. Mi corazón se llenó de rencor cuando te fuiste, nunca tuve el valor de decirte lo que sentía. Daría cualquier cosa por volver al pasado, todo a cambio de unos segundos juntos, porque cuando las cosas comenzaba a ir mal lo único que deseaba era tenerte a mi lado para que me aconsejases y apoyaras como lo hacías-. Mi cuerpo comenzó a temblar, lentamente sentí como mis ojos se empañaban y las lágrimas emergían sin parar.

-       Quier…

-       Por favor calla, solo escúchame, bien-. Sus palabras eran entrecortas, retiro sus manos de mi cabeza y entrelazamos nuestros dedos, veía su cálida mirada aguamarina empaparse.- Cuando te vi hace unos años atrás regresar  al instituto me volví a sentir como antes, intente saludarte el primer día alegremente y me ignoraste por completo, era como hablar con una pared, lo mismo hiciste todo el resto de los malditos días que me acercaba en la hora del almuerzo. Pensé que no querías volver hablarme nunca más,  mi corazón estaba muy dolido, aun así seguía latiendo cada vez que te veía; pero mi cerebro quiso tomar represalias en tu contra, jure hacerte pagar por hacerme sufrir así, esa la razón  por la que anduve todo este tiempo con Lea, buscaba observar algún sentimiento cada vez que nos veías juntos. Hasta que hace pocas semanas por fin me dirigiste la palabra y empecé a tratarte frio e insustancial. Fue difícil mantenerme distanciados de todos esos sentimientos que volvían a surgir en mi interior. Pero hoy Ethan antes de cometer la peor locura de todas, quiero decirte que te he amado durante tanto tiempo que ya no recuerdo lo que es no amarte; y no creo que eso vaya a cambiar. Amo cada parte de ti, cada pensamiento y cada palabra. La compleja y fascinante mezcla de todas las cosas que eres. Te amo de mil maneras diferentes. Amo como eres, te amo por ser la respuesta a todas las preguntas de mi corazón. Siempre estaré a tu lado no me importa el precio a pagar, no te volveré a perder.

Nos unimos en un apasionado beso, fundimos nuestras lenguas. Sus manos recorrieron todo mi cuerpo para terminar en mis glúteos, masajeándolos suavemente. Fue un beso apasionado, lento, deseosos; mi mente vuela a mil por horas. Su cuerpo se une al mío en busca de calor, no sé cuándo ocurrió pero ahora nos encontramos desnudos en la oscuridad del cándido cuarto.

-       No, no….no…Mátame, libérame de esta agonía Max. No te merezco soy un lunático…

-       Por favor, calla, Ethan. Amémonos en silencio, hoy no quiero palabras. Ámame despacito y sin ruidos. Hoy sólo quiero que nuestros brazos y nuestros besos sean los que hablen por mí mismos.

Guiado por las manos de Max fui colocando mi espalda en el frio piso. Su cuerpo me acobijaba a medida de que las carisias y besos se hacían más intensas. Mi lengua esta vez tomo el control y se adentró a explorar toda su asombrosa figura, quería probar cada musculo, cada gemido producido por el placer. Fui bajando hasta colocarme en sus rojizos pezones, los lamí como si mi vida dependiese de ello.  Baje hasta sus marcados abdominales dándole besos a cada uno, era sorprendente verlos a contra luz, mis manos se adentraron en su apretado bóxer  y con un fuerte empujón pude quitárselos. Max me veía con deseos, sus manos sujetaron mi cabello y elevo mi cara hasta juntarse con sus labios, estaba lamiendo sus orejas mientras que apretaba con fuerzas mi sexo. Sus manos bajaban y subían frenéticamente, mis jadeos no se hicieron esperar. Mi pene empezó a segregar gran cantidad de líquido pre seminal el cual recorría con su lengua.

-       Despacio, sino voy a llegar.

-       Eso aún no.

Con fuerza tiro de mi cuerpo y se posicionó justo arriba, los dedos agarraron su pene y se acercó para introducirlo en mi boca, movía mi lengua al compás de sus caderas, quería introducírmelo todo. Poco a poco fui devorando cada vez más su mástil, sintiendo como mi musculo se movía entre las piel de su capullo. Max intensifico los movimientos y pude abrigar sus más de veinte centímetros de pene en mi boca, tenía la nariz pegado junto a su abdomen lo que me acorto la respiración y provoco unas fuertes arcadas. Con una mano retire su pene y empecé a lamer el jugoso glande, mi legua subía y bajaba por todo su falo.

-       ¡Aaah! Me encanta, sigue chupando Ethan, no pares.

Con cada palabra que decía me llenaba de deseos. Mis manos empezaron a recorrer su cuerpo, sin avísame sentí como cuatro fuertes chorros inundaban mi garganta, la sensación era extraña pero me gustaba el sabor. Max se acercó hasta fundirnos en un largo beso compartiendo sus fluidos, realmente un exquisito manjar.

-       Ha sido la mejor mamada de toda mi vida, eres el mejor.

-       ¿De verdad te ha gustado?

-       ¿Es broma? En serio haces esa pregunta, lo has hecho estupendo pequeño, ahora solo falta una cosa-.

Sus brazos me empujaron hasta hacerme colocar boca abajo, me besuqueo en la nuca, lo que hizo mi espalda arquearse de placer, sus besos eran acompañados por suaves caricias y el rose de su anticipada barba. Fue bajando lentamente hasta que llego a mis glúteos, el cual aparto delicadamente quedando al descubierto mi ano.

-       Es tan hermoso, muy rosado y prieto-. Me dice masajeándolo con ayuda de su saliva.

-       Quiero tenerte adentro Max, hazme tuyo….- fui interrumpido por un fuerte gemido, provocado por la introducción de sus dedos.

No le bastó con  uno sino que de inmediato introdujo el secundo y comenzó hacer tijeras en mi interior, la sensación era muy placentera, sentía como recorría mis paredes tocando algunas zonas de sensibilidad que me excitaban. Con ayuda de mis rodillas, levante aún más mi culo, lo que le permitió una mayor exploración. Un extraño fluido salía de mis entrañas y al percatarme ya no eran dos dedos sino tres los que dilataban mi esfínter.

Max retiro sus dedos y los llevo directo a mi boca, luego acercó sus manos llenas de saliva hasta mi raja, lubricándola. Mi esfínter pedía a gritos ser abierto y mi compañero no dudo en complacerme. Pero a pesar de la dilatación costo introducir su grueso glande, lo que me hizo cerrar los ojos y fruncir el ceño como muestra de dolor.

-       Relájate Ethan, por favor hazlo, así no te dolerá-. Dicho esto me brindo una sonrisa serena que me hizo transportarme y revivir todos esos momentos mágicos del pasado.

-       ¡Aaah duele! No sé si podré aguantar.

-       Lo sé solo cálmate respira profundo, si se intensifica el dolor podemos parar-. Mis manos se apoyaban fuertemente en el rudo suelo, el dolor no cesaba, sentía como su tranca rozaba cada vez más mi interior.

-       No… por lo que más quieras, no lo saque, te matare si lo haces. Solo déjame acostumbrarme como las otras veces.

Respiraba profundamente intentando aliviar el dolor, por suerte fue cediendo rápidamente, lo que le permitió a Max mover sus caderas, comenzaba a aumentar la velocidad de sus meneadas, sentía su abdomen chocar de mis nalgas, en un momento las comenzó apretar lo que le provocaba mas vitalidad para continuar penetrándome. No dejaba de bombear, su pene algunas veces se salía fácilmente de lo abierto que estaba mi esfínter, ahora yo estaba boca arriba y el me sujetaba las piernas, mientras se movía intentaba masturbarme, la sensación era tan placentera que no aguante mucho tiempo y me vine haciendo que toda mi leche se empozara en mi abdomen para luego deslizarse y terminar a un lado del suelo.

Max dejo de moverse por unos instantes y arrastró su caliente mástil hacia el fondo de mis entrañas, un grito de placer salió de nuestras bocas al unísono. Era agradable poder estar junto a él, después de tanto tiempo nos encontrábamos en un acto de pasión, no era violento, esta vez fue con calma ya no estábamos teniendo sexo sino haciendo el amor.

Rápidamente Max comenzó acelerar su bombeo, estaba viendo los dioses, la sentía viva, palpitando, el placer era inimaginable; sentir como su gruesa y larga tranca rosaba mi orificio era lo más placentero que podía concebir. Su lengua recorría todo mi cuerpo y emitía algunos gemidos en mi oreja, me gustaba saber que lo estaba disfrutando. Poseído intenta meterme dos dedos, los cuales entraron con mucha facilidad, fue acariciando mi esfínter a medida que su pene bombeaba mi interior.

Su frente estaba repleto de sudor y sus ojos llenos de lujuria, de pronto se paralizaron, abrió su boca y tras ellos seis fuertes chorros de su delicioso néctar llenaron mi intestino. Max apoyo su cabeza en mi vientre escurrido de mi semen, con una suave sonrisa sus ojos se les llenaron de espesas lágrimas que salieron y se clavaron en mi piel.

Quisiera poder paralizar el tiempo, así quedarme con esa imagen para siempre. Max era toda una belleza, su nariz perfilada, sus carnosos labios que iban acorde con la impecable sonrisa y su dorada cabellera levantada lo hacían resaltar entre cualquier chico. No era parte de mi imaginación, esta vez era real, en mi cerebro no cabe espacio para maquinar tanta belleza…

El sol entro por la ventana de aquella habitación, reflejándose en mi ahora fundido ordenador y la extensa espalda de Max. Me gustaban las mañanas soleadas, hacían recordar aquellos días cuando iba con mi familia al parque, no muy lejos de aquí. Observo mi cuerpo en el espejo junto a la puerta a medida que me  voy vistiendo, agarro mi abrigo me coloco las botas y salgo dejando atrás aquel lugar, junto a ellos todos mis rancios recuerdos. En ese lugar fue donde todo empezó, no estaba mal terminar con mis planes en él. Oigo gritos y algunos festejos a lo lejos de estas paredes, pero si me percato hay otro sonido, el de la sirenas.

Apresuro al bajar las escaleras, abro la nevera y tomo un poco de agua. Me dispongo a salir no sin antes acomodarme el abrigo. En el instante que toco el pomo, giro la mirada hacia un antiguo reloj que marcaba las 2:46. Comenzaba a perder el sentido de la realidad y la invención.

¿Esto es real?

Completamente

Tú no eres real, solo te imagino en mis momentos de debilidad.

¿Qué y tu sí?  ¿Hay algo que sea real en todo esto?, estamos unidos en una completa mentira, nosotros nos encargamos de purificar este mundo.

No, yo lo hice.

Te crees capaz de hacer todo esto, por dios Ethan, solo eres un indefenso adoptado y acomplejado chico que empujo a su falsa madre por las escaleras mientras intentaba abusar de tu cuerpo. Admítelo, soy la creación de tu fantasioso cerebro para poder borrar esos penosos recuerdos.

¡Cállate!, ¡sal ya de mi cabeza!, todo lo que dices es mentira.

Soy la viva manifestación de todos esos pensamientos que dejaste aun lado. Soy la manifestación de ese miedo y esa culpa que se apoderó de tu cuerpo ese día Ethan. No temas más, te he liberado de todas tus perturbaciones, estas limpio.

No es ver….

Intenta recordar, gran parte de este movimiento es para desmantelar a las personas impuras, que se visten con la palabra falsedad. Políticos, pedófilos, violadores, traficantes, aristócratas, etc… Al salir por esa puerta serás libre, deja todo ese pasado atrás, ahora vive este nuevo presente creado por ti…

Cerré mis ojos y aspire muy profundo, hasta que cada rincón de mis pulmones se llenaran de oxígeno, mis dedos jalaron el pomo y ante mis ojos veía una renovada ciudad con un sol resplandeciente.

Las calles estaban abarrotadas de personas con pancartas, algunas corrían otras formaban pequeñas colas en los supermercados para comprar alimentos.

¿Esto está pasando en realidad?

¡Contéstame!

Fin

Hemos llegado al fin. Espero que le haya gustado y no haberlos defraudado con el final, fue un poco difícil ya que lo escribí sin extenderme demasiado para no fracturar la historia en dos partes. Quiero continuarla pero en otra ocasión, por ahora debo atender algunas prioridades en mi cabeza…Cualquier duda les dejo mi correo….  no se olviden de valorar y comentar. GRACIAS INFINITAMENTE a todos los que leyeron esta trilogía… Cuídense, nos vemos pronto!!!

*Matias Jones.***