El placer de una sumisa
Cuento mi experiencia con mi amo.
Quedo mi amo en pasarme a buscar a las 20.30 hs. Puntual como siempre lo espere en la puerta. Subí al auto, lo besé y arrancó hacia el hotel. Intercambiamos pocas palabras, solo las necesarias. Al llegar al motel, y subir a la habitación, me arrodillé a sus pies, bajé sus pantalones y comencé a mamarle la pija. Me la metí en la boca y poco a poco fue poniéndose bien dura como a él le gusta tenerla para someterme con ella. La tomé entre mis manos y la besé en todo su largo y ancho, le gusta que le pase la lengua y la recorra desde su ano hasta la cabeza, deteniéndome un largo rato en los huevos. Adoro la sensación que produce en mi boca la suavidad de la piel de sus bolas llenas de leche, de su verga tersa, venosa, inyectada en sangre.
Con un tirón de cabellos me indicó que me desnudara. Abrí mis piernas para que pudiera comprobar con sus dedos lo excitada que estaba. Nos acostamos en la cama. El boca abajo y yo arriba suyo ofreciéndole mi concha y culo para que sean usados a su antojo. Primero me dio unas buenas nalgadas, su mano grande y totalmente abierta golpea mi culo suave al comienzo y luego más fuerte. Eso me excita mucho, me pone a mil él para comprobarlo mete sus dedos en mi raja, la siente mojada, sus mano se escurre dentro de mi concha y juguetea en ella un rato. Mientras tanto yo comienzo nuevamente a mamarle la verga hasta recibir los primeros tragos de leche. Coloca un consolador en mi culo y comienza a dilatármelo, para dejarlo pronto para su uso y abuso.
La verga la tiene muy dura siento como se estremece bajo mi cuerpo y las primeras gotas de leche inundan mi boca luego un chorro largo y fuerte me ahoga trago ese néctar, le limpio la verga con mi lengua y me acuesto en la cama.
Se sienta sobre mi cara y me da pequeños golpes con su pija, le chupo nuevamente el culo, los huevos y su miembro se despierta mas bravío que antes los golpes se suceden cada vez más fuertes, como latigazos sobre mis mejillas, gimo de placer.
Me da vuelta y sin mediar palabra me mete toda su pija de una estocada en mi culo, grito de dolor, me da unas palmadas para que me relaje y comienza la jineteada como una yegua que va a ser domada me galopa fuerte, entra y sale de mi orto hasta ver que mi ano se abre como una flor para darle la bienvenida. Me pongo en cuatro para estar aun más dispuesta para ser cogida. Mete las bolas chinas en mi concha mojada el placer que me produce sentir esas esferas de metal frío contrastando con lo caliente de mi coño es indescriptible. Una a una se van introduciendo hasta solo dejar el hilo afuera. Mi culo es sodomizado por mi amo, entra y sale su verga a un ritmo frenético.
Cada vez que me penetra recibo una nalgada mi orgasmo es eminente, pero hasta que el no me lo permita no puedo acabarme.
Saca su verga de mi culo y me lo da para que le saque la leche empuja fuerte mi cabeza para que me meta todo en la boca y así no desperdiciar ni una sola gota. Trago como gata hambrienta toda esa leche tibia, espesa. Lo miro a los ojos y pido clemencia, que por favor me deje acabar.
Me cruza la cara de una bofetada y me grita "¡dale puta, acábate, muéstrale a tu macho lo caliente que estas!..de un tirón saca las bolas chinas y me mete el consolador ni bien lo pone me acabo Un grito de placer llena la habitación.
De rodillas me lleva al baño "abre la boca puta, que quiero mear" abro la boca y siento el liquido tibio de su orín caer sobre mi cara, la lluvia dorada baña todo mi rostro, mis pechos. Y me siento feliz.
Continuará..
Paula Poison
10.3.08