El placer de observar y ser observada

Muchas veces me he preguntado que se siente más rico, ¿hacer el amor o el erotismo que se vive con el voyerismo o exhibicionismo? Lee algunas de mis experiencias sobre estas desviaciones y saca tus propias conclusiones.

El placer de observar y ser observada.

Muchas veces me he preguntado que se siente más rico, ¿hacer el amor o el erotismo que se vive con el voyerismo o exhibicionismo? Con este último, no llegas al climax... Pero cuando haces el amor o te masturbas pensando en esas visiones observadas con anterioridad, obtienes deliciosos orgasmos. Claro, para sentir esto debes ser voyerista o exhibicionista.

Otra pregunta que me hago continuamente es ¿En qué categoría entra el gusto de que te repeguen un pene excitado (caliente y duro)?. Muchas de mis amistades o conocidas, dicen que les molesta o les asusta (Que se lo repeguen), no les causa excitación el ver el órgano sexual masculino y si llegan a ver una película pornográfica, la ven por curiosidad más no por morbo y es anormal la chica que vea dos o más veces una película de este tipo, ya que una vez satisfecha su curiosidad, no les vuelve a llamar la atención... ¿Estaré enferma? ¿Seré una ninfómana frustrada? Como una vez una amiga psicóloga me dijo (Porque me excita todo; ver, oir, sentir; porque no tengo zonas eróticas sensibles, ¡todo mi cuerpo es eróticamente sensible!... Y frustrada porque mis principios tanto religiosos como sociales frenan e impiden que de rienda suelta a mis instintos sexuales)

No sé si este mal de la cabecita, pero si lo estoy, espero nunca curarme, jaja. Me excita ver el órgano sexual de los hombres, ya sea a través de su ropa o al desnudo y vaya que si he observado una gran variedad, he visto grandes, chicos, gruesos, delgados, rectos, curvos... Todos me parecen hermosos (No nada más me gusta el pene he? De los hombres me gusta todo su cuerpo, pompis, piernas, boca, ojos, en fin, todo)

¿No sé por qué tengo tanta suerte de ver esas hermosas maravillas o será por mi naturaleza voyeur? En el porche de la casa tengo varios juegos electrónicos y es frecuentado por muchachitos de entre 15 y 20 años. Mi hermano (de 15 años) es el que esta a cargo, pero a veces me gusta salir y estar con ellos, así que me siento en una mecedora y descanso un rato, cuando no estoy cruzada de piernas, me gusta poner un pie en cada base para mecerme, pero al hacerlo quedan mis piernas muy abiertas, así que cierro un poco las rodillas para no parecer tan descarada, algunos le despistan otros son mas aventados, pero la mayoría me miran las piernas o los calzones. Yo aparento que no me doy cuenta de lo que ven, empiezan a cuchichear y voltean insistentemente hacia mí, me fijo en su entrepierna y veo como poco a poco les empieza a crecer su hermoso pene. En muchas ocasiones, sobre todo los sábados y domingos, visten con shorts y camisas de fútbol, y cuando se sientan lo hacen de tal forma que yo desde mi lugar les puedo ver el bulto que se les forma.

Hay como 5 chicos que desde hace varias semanas no usan calzón (No sé si será por el calor que se esta sintiendo últimamente), a ellos les he visto todo, jiji. Ya que cuando se sientan, flexionan una de sus piernas y la otra la tienen estirada y en sus shorts se les hace un hueco que se les ve todo su hermoso pene y sus bellos testículos, mmhh, a veces quisiera tenerlos cerca, deleitarme con su olor, saborearlos con mi boca... Algunas veces me ha tocado la suerte de verles su miembro excitado, y ¡guauu! Que belleza, me pongo colorada de la excitación y hasta la cabeza me empieza a doler cuando por mis venas fluye descontroladamente mi sangre caliente. Ellos son muy descuidados, ni cuenta se dan que les miro su cosa hermosa; así que en agradecimiento, abro un poco más mis piernas para que puedan observar con deleite mi entrepierna.

Un día que iba con mi esposo, paramos en un deposito (expendio de cerveza), que estaba enfrente de una gasolinera. Mi esposo bajó y se tardó un buen rato ya que se puso a platicar con el dueño del local, En esta gasolinera, el baño de los hombres quedaba justo enfrente de donde me encontraba, un muchacho se me quedó viendo y entró al sanitario, no cerró la puerta y se puso a orinar, le valió que lo pudiera ver y por supuesto que lo vi, es más, se estaba exhibiendo, ya que en segundos se le paró, se puso de lado para que se la pudiera ver mejor y se la empezó a sacudir cadenciosamente, tenía una bella verga hasta donde alcanzaba a ver. Así estuvo un buen rato, yo me mojaba los labios ya que los sentía resecos por la excitación, y frotaba continuamente las piernas. En eso llegó mi esposo, y él rápidamente se guardó su pene, me dio risa el susto que se llevó el muchacho y mi esposo no se enteró de nada, pero de haberlo hecho, tal vez le agradeciera porque toda la noche estuve muy cariñosa con él, jaja.

Una noche, estaba solita en casa (snif), mi esposo estaba trabajando. Había apagado todas las luces, solo tenía el televisor encendido; en eso escuché un ruido en el barandel del porche, me asomé y vi a una pareja besandose. Cuando me iba alejar de la ventana, vi como el muchacho le levantaba la falda a la chica (de unos 15 años) y le amasaba las pompis con desesperación, al voltear la muchachita, vi que era la hija de una de mis vecinas, que se la da de muy recatada y religiosa.

"Mira, quien la viera tan seriecita" pensé. y me quedé observándolos (Si ya sé, que me vi mal, pero ya saben como es la curiosidad de la mujer, jaja) y la estuvo manoseando un buen rato, le besó los pechos y le metía la mano por debajo de su calzón... Me recordaron mis tiempos de juventud, jaja. Al principio miraba por curiosidad, pero después me empecé a excitar cuando el muchacho (tendría alrededor de 18 años) se sacó su miembro y le decía que se lo tocara (bueno eso supongo, ya que no los escuchaba) ella tímidamente lo sujetó y él le movía la mano, duro unos segundos, ya que ella se asustó y ya no quiso tocarlo, pero mientras lo hacia, los dos volteaban hacia todos lados, para ver si no los observaban, también volteaban continuamente hacia mi ventana, pensé que me habían visto, por eso la chica ya no quiso agarrárselo, pero no; ya que siguieron en sus manoseos un buen rato Yo como les dije al ver el pene del muchacho me empeze a excitar, y sin pensarlo me empecé a tocar, primero mi conejito, despues me pelliscaba el pezón de una de mis bubis, y luego intercambiaba, ya que la otra mano la tenía ocupada sujetando la cortina para ver bien el espectaculo.

Cuando la hija de mi vecina se fue, pensé que se había acabado la función y pensé en retirarme, pero algo me detuvo, y fue la mirada del jovencito, que volteaba hacia todos lados, como cuando vas a hacer algo malo, y pensé "¿y ahora, este que se trae?", volvió a mirar hacia todos lados y luego a donde me encontraba, en eso que se saca su pene y se empieza a masturbar. Yo me quedé de a cuatro, "vaya que lo dejó caliente la novia" pensé. Y como no me podía perder semejante panorama, le acompañe, me volví a tocar mis partes sin despegar la vista de esa hermosura, no estaba muy oscuro, así que lo podía ver, aunque no claramente como yo quisiera. Duró como quince minutos jalándosela, miraba hacia todos lados, se la sacudía, miraba hacia mi ventana y se la volvía a jalar, así estuvo hasta que se vino, y el muy ca.. nijo lo hizo adentro de mi porche. Cuando se fue, me dieron ganas de salir y recoger del suelo el semen desperdiciado, olerlo, sentirlo... Pero me contuve, así que me metí en la cama y me masturbe furiosamente, pensando en que era yo, la que masturbaba a tan jugoso pene. Cuando llegó mi esposo en la mañana, todavía caliente, me lo cogí con unas ganas locas que se quedó sorprendido.

Otra de las cosas que me encanta es excitar a los hombres, ¿porqué? Pues para ver como se les va parando poco a poco su pene hasta alcanzar dimensiones que les hace, abochornarse, jiji. Me encanta como ponen la cara toda colorada tratando de ocultar su excitación, aunque algunos son muy descarados, jaja.

El otro día, en una reunión familiar (Ya están acostumbrados a mi forma de vestir, así que ya no me dicen nada, pero en años anteriores, uf!) Iba con un vestido negro con florcitas, de tirantes, holgado y corto, de amplio escote. Traía un bikini de hilo, color rojo y andaba sin sujetador. Estaba haciendo un poco de aire, así que nada más bajar del auto, el vestido, se me subió hasta arriba de mi cintura, "Aaaayy" grité, todos voltearon, aunque trataba de bajarlo, el aire hacia que se me volviera a subir, con trabajos, logré bajarlo de adelante y cubrir mi conejito, pero de atrás era imposible, así que todos me vieron mis casi desnudas pompis.

En el transcurso de la reunión, todavía muchos hacían cometarios jocosos sobre el incidente. Mientras yo andaba muy hacendosa, a cada rato iba al segundo piso (que es donde estaban comiendo) a llevar y traer platos, cucharas, servilletas, y todo lo que se necesitara; así que fácil subí como unas veinte veces... ¿Y saben porqué estaba tan colaboradora? Pues porque el asador estaba justo debajo de las escaleras y es donde estaban todos los hombres (las mujeres estaban arriba o en la cocina) así es que cuando subía contoneándome sexy e ingenuamente, cualquiera que levantará la vista (que fueron muchos) me podía ver mi nuevo bikini rojo, pero estoy seguro que lo que más vieron fueron mis pompis y no el bikini, jaja.

En esa misma reunión, me acerque a José Luis (de cuarenta y tantos), el papá de uno de mis sobrinos políticos, que no quería que su hijo estudiara en la facultad de derecho, espere la oportunidad de estar casi solos, me senté frente a él en cuclillas y agarrándome de sus piernas le dije:

  • Haber, José Luis, ¿porqué no dejas que Javiercito estudie Derecho cuando salga de la Prepa?

-Porque es una carrera en la cual no va a encontrar trabajo, ya le dije, que estudiara otra cosa.

-Ah! Entonces quieres que trabaje en algo que no le gusta...

Algo así iba la platica, mientras lo hacíamos, veía que no me quitaba el ojo de mi escote, yo con mis manos poco a poco me iba acercando a su pene. Le miraba directamente a los ojos mientras hablaba y podía ver que se estaba poniendo rojo como un tomate, hasta que claramente sentí como dio un pequeño brinquito su pene al rozarlo con la punta de mis dedos. Yo lo tocaba como si no me diera cuenta de lo que estaba agarrando y él estaba en una situación que no sabia como reaccionar, cuando deje de hablar con él y se paro pude notar como se le formaba un tremendo bulto en su pantalón, ya que casi siempre usa pantalón de vestir y en esos se marca mas claramente el pene, parecía la carpa de un circo, jaja.

Un viernes hubo una fiesta familiar en Allende, N.L. Ese día todos tomaron mucho, y un primo de mi esposo nos dijo que tenía una cabaña a un lado de su casa, que podíamos quedarnos en ella el fin de semana. Era una cabaña muy bonita, y no la pasamos de maravilla. El único inconveniente es que tenía un boiler muy antiguo, utilizaba leña. El primo de mi esposo nos comentó que cuando quisiéramos bañarnos, que le avisáramos, para prenderlo.

El sábado, mi esposo se baño con agua fría y después de almorzar se fue a la casa de sus otros familiares. Yo le dije que después lo alcanzaba, pues faltaba que me bañara y me arreglara.

Después de salir mi esposo, fui con el primo y le dije que si podría prender el boiler.

-¿Se van a bañar los dos? –me preguntó-. Para saber cuanta leña poner.

-Mi esposo ya se baño y se fue a la casa de Rocío (la de la fiesta), ahí lo voy a ver más tarde, solo yo me voy a bañar.

-Bueno, en un rato yo te aviso cuando este lista el agua.

Como a los 20 min. Me avisó que ya podía utilizar el agua caliente. Al entrar al cuarto de baño, solo estaba la regadera, una base en donde poner el jabón y la esponja y un espejo grande al frente. La cabaña al estar hecha de troncos de madera, tenía muchas rendijas, aunque no eran muy grandes, si eran lo suficiente como para observarte. En una de estas rendijas pude ver claramente que estaba una persona mirándome. Como el baño colinda al patio trasero del primo de mi marido, lo más seguro es que haya sido él, pero no estaba segura. Salí rápidamente de ahí.

Estuve meditando si salir de la cabaña y avisarle al primo que alguien me quería ver mientras me bañaba (Si era él, así sabría que lo había visto y si no, pues que investigara a ver quién andaba de mirón) o que me importe un comino quién sea, meterme a bañar y que se recreen la vista... Opté por esta ultima. Me desvestí y volví a entrar al baño, discretamente miré hacia la rendija y ahí estaba mi fiel admirador, tenía una buena posición ya que me observaba de frente y por el espejo me observaba por atrás. Abrí la llave y el agua empezó a acariciar mi cuerpo. El hecho de saberme observada por un hombre diferente a mi marido, me excitaba enormemente, sabía que me estaba viendo mi busto, los pelitos de mi conejito, mis pompis, mis piernas, cada parte que me enjabonaba, sabia que era observada con detenimiento y eso hacia que subiera mi calentura, quería masturbarme, que oyera mis gritos cuando me sobreviene un orgasmo, pero hacer eso, era comportarme con una mujer vulgar y yo debería ser siempre ante los demás una señora hermosa, sensual, pero ingenua e inocente. Duré en la regadera mas de lo que acostumbro, he hice que mi admirador se fuera contento por las diferentes poses que adoptaba.

Después de ese día el primo me ve con otros ojos, con ojos llameantes de deseo.

Ya para terminar les voy a contar mi ultima aventura en un camión urbano. Le hice la parada, iba súper-lleno, adelante ya no cabía ni un alfiler, solo se paró porque iba a bajar pasaje. Me dijo que subiera por la parte de atrás, le pagué y me fui a la puerta posterior, pero ahí también iba muy lleno, me hicieron lugar y me subí, pero me quedé atorada en el segundo escalón, en medio de dos hombres, a uno lo tenía de frente volteado hacia mí, y el otro atrás y por más que quería ya no podía avanzar, así que me resigné y me quede quietecita.

A los pocos segundos, se les empezó a parar, un pene lo sentía arriba de mi conejito y el otro duro y caliente en mis pompis, mis bubis se aplastaban al pecho del hombre que tenía enfrente, respiraba su aliento a cerveza, al de atrás lo sentía tan nítido que pareciera que andaba desnudo, aunque vestía con un pants. Sentía como se me incrustaba en medio de mis pompis, y se movían a cada rato dizque para acomodarse, lo que hacia que me repegara mas a sus calientes penes. Me asuste cuando empezaron a abrazarme y como pude, me abrí pasó mas arriba, apenas me acomode cuando sentí otra cosa dura y caliente en mi trasero, ya ni mire quién era, así se fue un buen rato, restregándome su cosota, y los hombre con aliento alcohólico se me acercaban por enfrente tratando también de repegarme sus penes, por lo cual me hacia para atrás, incrustándome al que tenia en la parte posterior; de pronto sentí que ya no me lo ponían, pero fueron solo segundos, nuevamente volví a sentirlo, pero esta vez, sentí la piel desnuda, ¡se lo había sacado!, sentí mucha excitación pero también mucho miedo, me quede quietecita, uno de los que estaba tomado me empezó a agarrar la pierna y el otro me tocó el busto, varios hombres que estaban alrededor se dieron cuenta pero no hacían nada, le dije que se hicieran a un lado, que si me seguían molestando le avisaría al chofer...

No querían dejarme, hasta que el hombre de atrás me dijo en voz alta: "señorita, hágase un poco más para acá, para que no la molesten" al tiempo que uno de sus brazos rodeo mi cintura y me apretó más hacia él, tenía todo su pene metido en la rayita de mi colita, pero no le dije nada, ya que fue la única forma de que no me molestaran los que andaban borrachos, así duró todo el trayecto, hasta que el hombre que tenía a mis espaldas se bajó, se me hizo raro que se me quedaran viendo cuando se vació el camión, aunque no lo suficiente como para sentarme, cuando me bajé, me di cuenta que se me habían manchado toda mi colita de semen. Me llevé las manos hacia atrás y comprobé que estaba muy mojada, sentí la textura entre mis dedos y sin que nadie se dieran cuenta, inhalé su aroma y lentamente chupé mis dedos.

En anteriores relatos les dije que me gustaba tomar una siesta diariamente, y que lo hacia desnuda ya que me encanta sentir el roce de las sabanas por mi piel, es una forma sensual y exquisita de relajarme. Pues bien, un día que estaba profundamente dormida sentí un cosquilleo delicioso en uno de mis pies, a pesar de que tengo el sueño muy pesado. Poco a poco empecé a salir de la inconsciencia del sueño, hasta percibir claramente que mis pies eran acariciados de una forma sutil y delicada, la sensación agradable que sentía en la inconciencia pasó a dar paso al temor, ¿quién era el que estaba en mi cuarto? ¿Quién observaba mi desnudes y me acariciaba? Y mi temor aumento al pensar que tal vez era mi hermanito.

Yo continuaba con los ojos cerrados, pero mi respiración se empezó incrementar, no podía permitir que mi hermanito me tocara; hasta ese momento, a pesar de que varias veces me ha visto desnuda, jamás pasó por mi mente el hecho que yo le excitara. La mano iba ascendiendo pausadamente hasta llegar a mi rodilla, bajaba hasta mi tobillo y volvía a subir. Pero si abría los ojos y le recriminaba su proceder, ¿Qué pasaría después? ¿Cómo confiaría nuevamente en él? ¿Qué diría mi esposo, mi madre?... Sentí cuando se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, pasaron segundos interminables, ¿se iría? ¿Podría abrir los ojos ya? Escuché los pasos volver y como se movió la cama al sentarse, nuevamente las caricias, ahora eran arriba de mis rodillas... ¡No lo podía permitir, era mi hermano! ¡Estaba asustada! Nuevamente siento que se levanta y dirige sus pasos hacia la puerta, "es le momento" me dije, entreabrí los ojos y pude observar que no era mi hermano, sino uno de sus amigos, se asomaba hacía las escaleras para ver si no venía nadie, el saber que no era mi hermano me hizo respirar aliviada, al escuchar que regresaba, volví a cerrar mis ojos y me hice la dormida.

Se volvió a sentar en la cama, continuo con sus suaves caricias en mis piernas, me dio unos ligeros apretones, al ver que no despertaba, se dedico a tocarme los pelitos de mi conejito, estaba sintiendo riquísimo, pero también tenía miedo que nos descubrieran, ¿debería pararlo? ¿Debería despertar y armar un escándalo? Si mi esposo se enterara tal vez golpeara al muchachito insolente, pero me volvería a regañar por dormir desnuda, y ¿porqué lo dejó entrar mi hermano? ¿Estará de acuerdo con él?

Decidí seguir fingiendo, en caso de que alguien lo descubriera, nadie me culparía, ya que él es el que esta abusando de mí (ni yo me lo creo, jaja) Sujetó mis bubis con las dos manos, como midiendo su tamaño, como calculando su peso, las apretó delicadamente, hasta que sentí la humedad de sus labios cuando lamió uno de mis gruesos pezones. Yo hacía esfuerzos sobrehumanos para no delatarme, trataba de controlar mi respiración pero se me hacía imposible, sentí que me ardía la cara de excitación, mi conejito estaba empapado de mis jugos.

Se volvió a parar, se encaminó a la puerta para ver si no había peligro y regresó, sentí su aliento en mi conejito y me produjo una descarga eléctrica, mi respiración se hizo entrecortada, con unas cuantas caricias de un jovenzuelo estaba próxima al orgasmo, sentí un movimiento extraño en la cama, ¡se estaba masturbando! Con la otra mano seguía dando un masaje divino a mi pubis, uno de sus dedos se introdujo en mi vagina, y estaba tan mojada que se fue hasta dentro, lo empezó a meter y a sacar, primero lentamente pero después violentamente, es como si quisiera despertarme, sentía riquísimo, ya era imposible seguir fingiendo, pero no debía descubrir que me estaba gustando sus caricias, hice como que estaba despertando, el retiró sus manos, me di vuelta y con mis manos me cubrí la cabeza, mientras me mordía los labios para no gritar a causa del hermosísimo orgasmo que estaba teniendo, no pensé que lo lograría, pero lo hice, no grité y seguí fingiendo que dormía, él no sabía con seguridad si estaba dormida o despierta, pero lo que yo quería es que no siguiera tocando mi conejito, así que ahora tenía mis pompis a su disposición, pero tarde yo mas en pensarlo que él en acariciármelas, lo hizo un buen rato, después sentí como me besaba mis nalguitas, y como volvía meter su mano hasta mi conejito... Era un descarado, ya no le importaba si me despertaba... me sobrevino otro delicioso orgasmo, me volví a mover, si seguía en ese plan, tendría que dejar de fingir, despertar y reclamarle haciéndome la inocente. Pero no fue necesario, ya que al moverme me dejó de tocar, volvió a ir a la puerta cuando regreso sentí en mis labios su pene caliente, lo sentía húmedo, seguro era el liquido preseminal, empujo un poco y mi boca se abrió, entró un buen pedazo... "Pero esto ya es una insolencia" pensé.

Cuando estaba a punto de abrir los ojos para reclamarle, se escucho un ligero ruido, la saco de mi boca y se fue presuroso para las escaleras, fueron segundos eternos, yo estaba teniendo mi tercer orgasmo, en eso volvió, sentí como me separó las piernas... ¡Dios mío, me iba a coger!

Cuando se escuchó la voz de mi hermano.

-¡Javier! Órale cabrón, ya tardaste mucho.

Rápidamente bajó de la cama, cerró la puerta de la recamara y alcancé a escuchar que le decía,

-Es que traigo diarrea, cuando acababa de hacer, me volvían a dar ganas y volvía corriendo al baño.

-No manchaste nada, limpiaste bien la taza.

-Si, no te preocupes.

Yo me metí a bañar, y mientras lo hacía me volví a masturbar violentamente hasta alcanzar otros dos orgasmos y después de media hora bajé. Ahí estaba jugando mi espontáneo amante, tenia u bulto enorme en su pantalón, fruto de la excitación vivida, yo hice como si nada hubiera pasado.

Bueno creao que ya me extendí mucho con este relato

Pórtense mal y pásenla súper.

Martha.