El placer de mostrar y de ver (3)
por fin se cumplen objetivos.
Ya pensaba que no habría continuación de mis relatos (el placer de mostrar y de ver 1 y 2, publicados aquí en julio) porque no recibí respuesta de mi socio y amigo Antonio, la verdad es que esto me decepcionó. Yo sabia, por el historial de su reproductor, que mi socio había visto el video de mi esposa Rosa. Yo había hecho un acto de gran generosidad y esperaba lo mismo de él, estábamos jugando a un juego y el rompió la baraja...
Nuestra relación se deterioró los últimos meses, yo no entendía el por qué. Había perdido la confianza en él, cuanto más pensaba en ello más me enfurecía.
Ya casi no tenia ninguna esperanza cuando a mediados del mes pasado me pidió la cámara, me dijo que sus hijos pasarían las navidades en casa de sus abuelos en Madrid y que estaba pensando en darle una sorpresa a su mujer.
Esto me devolvió la ilusión, quizás se había dado cuenta de que me había decepcionado o quizás sencillamente, no encontraba la forma de devolverme la pelota por la presencia de sus hijos en casa... pronto sabría como continuaría nuestro juego...
El día 29, se presentó en mi casa, mi mujer estaba de compras con mi hija Montse, me dijo que no le funcionaba el ordenador de casa y me preguntó si podía descargar lo que había grabado en mi ordenador para guardarlo en un CD.
Pasamos a mi despachito y descargó un solo archivo, no lo visionó, lo grabó en un CD, me dio las gracias y ya cuando se iba, en la puerta, me dijo que se había olvidado de borrar los archivos de la cámara, que lo hiciese yo mismo, se despidió con una sonrisa.
Sabía lo que todo aquello podia significar, mi corazón latía como nunca, los escalofrios del estómago y la presión en la cabeza no me dejaban pensar con exactitud.
Como un autómata llegue al despacho, el ordenador todavía estaba en marcha con la cámara conectada, torpemente abrí el archivo.
Apareció la habitación de Antonio y Rosa estaba en penumbra, fugazmente pasó Antonio saliendo de la habitación. Se oían voces y carcajadas cada vez más cerca, se abrió la luz, aparecen Antonio y Eva que se tiran encima de la cama y se quedan boca arriba en silencio. Torpemente mi socio se levanta... estaba bastante borracho!!!!
Llamó varias veces a su mujer, ella se incorporó y estalló en una gran carcajada... se la notaba totalmente bebida.
Eva, la mujer de Antonio, es una mujer muy interesante, aunque sus 43 años le han dejado huella en su piel, tiene la erótica de las mujeres maduras acentuada por unos ojos claros preciosos y unas curvas pronunciadas muy sexys. Ella es profesora de instituto, estoy seguro que sus alumnos le dedican buena parte de sus pajas. Lo que más me excita de ella es que siempre viste unas elegantes faldas a media pierna que pronuncian sus curvas y sus andares y esas blusas blancas que además de marcársele la ropa interior, por la presión de su pecho, se abre un espacio entre los botones que te permite ver siempre fugazmente unos sostenes de encaje blancos y el color de la carne de su pecho de fondo. Esto ha conseguido que su presencia me turbe y que me obsesione el poder acceder a este sitio tan prohibido pero a la vez tan característico de su persona..
Eva se incorporó de nuevo y agarró a Antonio por el cinturón empujándolo hasta tenerlo justo delante de su cara. Ella, fuera de si, no paraba de repetir que quería lo que era suyo mientras le bajaba los pantalones casi con violencia.... Antonio, mi socio, en una actitud desconocida para mi, le empezó a gritar a Eva lo zorra que se volvía cuando bebía, que perdía el mundo de vista y que se la podría follar cualquiera.
Eva, mientras, ya tenia la polla de Antonio en la boca y se la chupaba completamente ajena a su marido mientras gemía.
Antonio, torpemente y con mucha dificultad, la empezó a desnudar, le metía mano por todo su cuerpo, estaba completamente fuera de si
Era la primera vez que podia acceder a ver sus zonas más íntimas, varias veces habíamos ido a la playa, pero allí sólo viste austeros trajes de baño de una pieza, nada provocativos si no fuera por la redondez de sus curvas y la sensualidad de su rostro.
Mientras Antonio la desnudaba descubrí unos pechos generosos, bastante más caidos que los de mi mujer por el paso de los años y los hijos, pero con unas aureolas realmente espectaculares, muy grandes, enormes, exageradas, muy oscuras y sobresaliendo de la curva del seno, de una manera casi deforme.
Mi pene al ver aquello alcanzó su máxima tensión, tenia que conseguir como fuera tocar esos pechos.
Antonio la empujó de mala manera encima de la cama y la magreó por todo el cuerpo volteándola y empujándola como si fuera una muñeca. Ella completamente desorientada sólo decía fóllame, fóllame...
Eva tiene un trasero bastante grande pero no se le aprecian deformidades en la piel, dan ganas de tocarlo. Su sexo es bastante peludo pero recortado lateralmente, no pude apreciar bien sus labios por la mala calidad de la imagen sólo aprecié un rosado que se apetece húmedo y sabroso
Antonio le puso una almohada debajo del estómago para levantarle el trasero y se la clavó sin miramiento. La follada fue salvaje casi a base de espasmos, tanto de ella como de él, parecía que llevaran años sin mojar.
Antonio se levantó un poco, sin salir de su interior, abrió el cajón de la mesita y sacó un frasco. Lo abrió torpemente y vertió un buen chorro de liquido sobre el trasero de Eva. Luego le metió lentamente el dedo en el ano mientras Eva se volvía loca, empezó a mover la cabeza de un lado a otro y a gemir fuertemente casi gritando... parecían animales....
Antonio se salió y apuntando esta vez en el ano empezó a empujar mientras le gritaba a Eva, eres una guarra, cualquiera te podría estar follando el culo, eres una zorra reprimida....
Yo estaba perplejo, completamente empalmado, me sorprendía la violencia de la situación, las reacciones de ambos que siempre se habían mostrado una pareja muy equilibrada, casi aburridos
Antonio cayó encima de Eva después de varios espasmos que indicaban su orgasmo, los dos quedaron en silencio y Antonio cerró la luz mientras Eva parecía estar profundamente dormida.
Acto seguido aparece en pantalla la luz del día, Eva se levanta desnuda, se sienta en la cama, y se toca el sexo y el ano. Despierta a su marido y le empieza a echar una bronca increíble recriminándole que se la hubiera vuelto a follar borracha, y por el culo. (por lo que se ve no era la primera vez).
Le recriminó que no soportaba que hiciera eso, que él ya sabía que no se acuerda de nada y que se sentía utilizada i vejada. Antonio le recriminaba a ella que él también estaba borracho y que era ella el que la provocaba y así siguieron un rato mientras Eva se preparaba para el baño mientras se acariciaba el culo que seguro le dolía.
Antonio ya había encontrado la oportunidad de ofrecerme y mostrarme a su esposa, esto volvía todo a su sitio, estábamos en paz, yo completamente excitado me hice una paja fenomenal y guardé el archivo en sitio seguro junto con el resto de mi colección particular.
La noche de fin de año fué la noche de la victoria, nosotros la solemos celebrar en casa, y nos vamos a dormir pronto para poder ir a correr en bici por la mañana siguiente y así poder hacer la primera marcha del año.
Eran sobre las tres de la mañana cuando suena el teléfono. Rosa, mi mujer, se levantó sobresaltada, pensaba que le podía haber pasado algo a Montse, nuestra hija, que estaba de fiesta con la pandilla. Cogió el teléfono, era Antonio, mi mujer se sorprendió y al mismo tiempo se alivió. Me pasó el aparato, estaba medio dormido y no entendía nada... Antonio me pidió si lo podría ir a buscar, estaban en un restaurante, habían bebido mucho y no se atrevía a coger el coche. Hacía media hora que no pasaba ningún taxi...
Un subidón de adrenalina me despertó de inmediato... le dije a mi mujer que Antonio estaba en un apuro y que debía ir, ella de mala gana, se giró y continuó durmiendo murmurando cosas ininteligibles.
Me puse la bata y los zapatos y salí corriendo de casa, os puedo asegurar que si se hubiera puesto fuego no hubiera corrido tanto...
Llegué al sitio indicado y allí estaban, Antonio sentó a Eva a mi lado y él se sentó atrás, durante el camino Eva balbuceaba tonterías ininteligibles y se reía, Antonio estaba callado detrás, sin decir nada, no sabia si dormía o no, no me había parecido que estuviese muy borracho, quizás sencillamente observaba. Eva se inclinó sobre mi mientras aumentaba el ritmo de su respiración, empezó a reclamar un beso, mientras me acariciaba el pecho por la solapa del batín. Me empezó a besar el cuello, supongo que Antonio lo estaba viendo todo desde atrás... al fin y al cabo, este era el juego no?
Me llamó varias veces Antonio, yo timidamente sólo alcancé a estirar un poco la mano y tocarle los muslos con suavidad... no eran los de mi mujer, eran los de la mujer de Antonio, no debía estar haciendo aquello, nunca me hubiera atrevido antes a tocar ese muslo, mi excitación era máxima... lo prohibido...
Llegamos a su casa antes de que las cosas fueran a mas. Antonio no parecía muy bebido, mas bien todo lo contrario... Entramos entre los dos a Eva a la habitación y me dijo que le esperara fuera... esto me contrarió un poco, al cabo de unos minutos salió él también de la habitación y me dijo:
Ya está descansando, yo voy a pasear el perro, la habitación esta en penumbra, no enciendas la luz, eres mi mejor amigo...
Antonio se volvió a poner el abrigo y salió de casa, yo entré inmediatamente en la habitación
Me costó varios segundos acostumbrar mi vista a la oscuridad, pero poco a poco pude ver el perfil de Eva desnuda encima de su cama, me acerqué, me pareció preciosa... empecé tocándole la espalda, acariciando suavemente, descubriendo poco a poco todo su cuerpo prohibido con el tacto y la penumbra, poco a poco cogiendo la confianza de no poder ser descubierto me fui atreviendo a más. Primero tocándole el culo y luego volteándola, subiéndole los brazos, tocandole y besando ese deseado y espectacular pecho o abriéndole las piernas y tocándole ya todo el cuerpo... cada vez con mas ansia... cada vez más confiado... triunfador...
Al fin logré encontrar sus flujos, su humedad, mordí los pechos y despertándo en ella por fin suspiros y un aumento de su respiración.
De pronto, ya con varios dedos en su interior empezó a balbucear fóllame, fóllame... primero me asusté, no debía ser reconocido por lo que la voltee, me bajé el pantalón del pijama que todavía llevaba puesto y le empecé a clavar mi polla lentamente, con el cariño de quien realmente quiere disfrutar a una mujer y quiere recordar para siempre algo que seguramente no volverá a ocurrir jamás.
Mientras le hacía el amor a Eva miré a la ventana y pude ver el reflejo de Antonio.
Estaba en la puerta de la habitación, mirando, sin hacer ruido, le dediqué una sonrisa de agradecimiento y volví a lo mio.
Eva gemía cada vez mas fuerte y me pedía cada vez más movimiento y mayor presión.
Había algo importante que no debía descuidarme esa noche, yo nunca había hecho sexo anal... alargué la mano hasta el cajón, saqué el frascó que vi utilizar a Antonio, le vertí un buen chorro encima el trasero y le froté el agujero con el dedo hasta hacerme paso en su interior.
Le saqué la polla para empezarle a frotar el ano y finalmente, a base de bastante presión pude entrar.... estaba completamente loco de lujuria, totalmente taquicardico empecé a bombear con fuerza hasta que no pude aguantar más y me corrí dentro de ella, me tumbé un rato encima abrazándola, lamenté el hedor de alcohol que desprendía y que era el precio a pagar por poder estar con ella en la cama. Me hubiera gustado provar esos labios.
Cuando ya la noté profundamente dormida me vestí rápidamente y salí de la habitación. Se oyó la puerta y Antonio balbuceo tímidamente un innecesario "ya estoy aquí"
Nos despedimos con un abrazo y le invité a venir a mi casa por la tarde del día siguiente a consultar el ordenador o a hacer gimnasia. Le dí una llave "por si todavia no habíamos llegado"
Al llegar a casa me fuí directo a la ducha diciendo que Antonio me había vomitado encima.
Esa noche la pasé despierto, con una excitación tremenda y recordando cada segundo de mi encuentro con Eva y planificando el encuentro que debía organizarle a Antonio mañana.
Me costó mucho levantarme, Montse se quedó a dormir en casa de una amiga y no volvería hasta por la noche.
Rosa se enfundaba su malla para ir a correr en bici... no sabía que tenía planeado que esta tarde fuera Antonio el que se lo sacase...
A pesar de mi cansancio dimos una buena vuelta y paramos a comer en un restaurante que frecuentan los ciclistas, hoy estaba bastante vacio. Durante la comida me insinué varias veces a Rosa diciéndole lo sexy que estaba, que toda la mañana viéndole el culo le tenia unas ganas tremendas y que al llegar a casa la ataría y vendaría como las otras veces (después del episodio relatado en la segunda entrega lo hemos repetido dos veces más).
Rosa estaba muy accesible y excitada por las tonterías que le decía. No tomamos siquiera café, montamos en las bicis y nos dirigimos directos a casa, por el camino, ya cerca, vi el coche aparcado de Antonio.
Entramos en casa y empujé a Rosa hasta el gimnasio, nos besábamos y tocábamos por todo, le vendé los ojos, le até las piernas a la bicicleta estática y le dije que apartir de ese momento era totalmente mia y que dispondria de ella como y cuando se me antojase.
Salí del gimnasio y fuí a mi despacho, allí estaba Antonio, el ordenador estaba cerrado, le noté muy nervioso y le dije que quería que fuese al gimnasio.
Antonio sin decir palabra se dirigió hasta allí, yo lo seguí a distancia y me quedé en la puerta para no perderme detalle.
Antonio miraba a mi mujer mientras se acercaba, ella estaba completamente vestida, con el traje de ciclista, no dudó en empezar acariciando el trasero por encima de la malla. Recordé la sensación que había tenido la noche anterior cuando toqué los muslos de su mujer por primera vez... lo prohibido...
Siguió acariciando la cintura, introduciendo su mano por debajo el maillón hasta apoderarse de los pechos. Antonio estaba rojo como un tomate de la excitación que llevaba dentro. Rosa que quería más guerra de la que le estaba dando Antonio por lo caliente que la había puesto y le espetó un "venga ya, hazme algo que no puedo mas" Antonio se transformó, se dió cuenta que tenia barra libre, le bajó los pantalones y las bragas brutalmente, incluso Rosa se quejó de la fuerza, dejando al aire su trasero y su sexo. Antonio se bajó sus pantalones y levantó el maillon de Rosa hasta la cabeza dejando sus pechos al aire. No dudó en empezar un magreo, unas lamidas y unos mordíscos brutales por todo el cuerpo que incluso me asustaron pero que a Rosa parecía gustarle. Le tocaba el sexo completamente húmedo, las tetas, le agarraba con fuerza la cabeza mientras le apretaba el pene por encima de su trasero, Antonio tenia cara de querer gritar "¡¡¡ahora te toca a ti zorra!!!" pero le agradecí el enorme esfuerzo que hacía por evitar emitir cualquier sonido.
Sin avisar le introdujo todo el pene de golpe en la vagina sacándole un grito, tampoco pareció que esto la hubiera molestado, Antonio se la follaba con rábia, agarrándole con una mano los pechos y con la otra acariciándole el clítoris. Rosa se convulsionaba estaba llegando a un intenso orgasmo.
Antonio, sin dejarle de frotar el sexo, se agachó y sacó de los pantalones un frasco de lubricante, me temí lo peor, Rosa es virgen por el culo y siempre que lo he intentado a reaccionado bastante violentamente. Antonio se puso un buen chorro encima de la mano y le empezó a masajear el orificio del ano. Rosa se empezó a quejar y a rogar que la dejara, Antonio le introdujo un dedo y Rosa pego un grito a lo que Antonio le respondió con un fuerte cachete en el trasero, Rosa estaba desconcertada, se quejo de nuevo y recibió otro cachete.
Antonio le volvió a masajear el clítoris y sus quejas fueron disminuyendo, hasta pasar a suspiros fuertes, venia su siguiente orgasmo. Antonio aprovechó para poner la punta de su pene en la entrada de su ano y empezó a introducírselo lo que provocó una cara de dolor intenso en Rosa pero no una queja
Antonio se movia de nuevo como un loco sin dejar de acariciarle el clítoris, yo estaba pasmado viendo el espectáculo con la polla en la mano. Por fin se corrieron juntos, los dos respiraban fuerte, estaban agotados. Antonio se retiró rapidamente, cogió sus cosas, pasó por mi lado, me dejó el frasco en mi mano y salió de casa sin hacer ruido ni decir nada.
Rosa me pidió que la desatara no sin antes insultarme por haberle follado el culo, yo la solté , me dió una bofetada impresionante y se fué sin decir nada a la ducha.
Esa noche cenamos los cuatro juntos, Eva no se hablaba con Antonio y Rosa no se hablaba conmigo, nuestra cara de satisfacción las enfurecia todavia más... y eso que realmente no sabían, ni sabrán nunca, lo que pasó esos días.