El pescador de sueños (5)

Al día siguiente miré en la cuenta corriente...

Al día siguiente miré en la cuenta corriente el ingreso de Julia y volví alucinar, no me podía creer que me pagaran tanto por pasármelo tan bien, Miriam se retrasaba, fui a llamar a la puerta de su habitación por si se había dormido, no se oía ningún ruido y abrí la puerta despacio, estaba encima de la cama sentada en pijama mirando por la ventana, me acerqué y me senté a su lado.

YO: ¿Te pasa algo cariño?

Me miró triste.

MIRIAM: No me llames cariño, no soy tú cariño, voy a decirle a mi madre que no puedo seguir llevándote la agenda, no quiero estar cerca de ti.

YO: Por favor Miriam no hagas eso, yo te necesito, hacemos un buen equipo.

Empezó a llorar apoyando la cabeza en mi hombro.

MIRIAM: Lo siento no puedo seguir.

YO: Pero ¿porqué?, si todo va bien, yo estoy muy a gusto trabajando contigo, por favor, levántate y vamos al gimnasio juntos como cada día.

MIRIAM: No, no quiero seguir con esto.

YO: Esta bien, dame una oportunidad, un último día, si mañana quieres seguir dejándolo, lo dejas, ¿vale?

Me miró a los ojos muy triste y aceptó, fuimos al gimnasio, no la miré ni un momento, le hablaba lo justo, sin bromas, todo serio, fuimos a comer a un sitio discreto, llegamos a casa y ella subió a su habitación, yo me cambie de ropa y me fui a la piscina a tomar el sol en pelotas, esperaba que ella bajara y no lo hizo, pero la pillé por el reflejo de un cristal de la piscina, estaba mirando desde su habitación, después de un par de horas me senté en el salón, ella bajó y se sentó a mi lado, estuvimos mucho rato sin decir nada cada uno a lo suyo.

MIRIAM: ¿No piensas decirme nada?

YO: No quiero que te sientas mal por algo que pueda decirte, prefiero callar y seguir trabajando contigo, si me tengo que aguantar sin hablar lo haré, pero por favor sigue llevándome la agenda.

MIRIAM: De acuerdo, lo haré, pero si me tocas los cojones te envío a la mierda.

YO: No te los tocaré, te lo prometo, ¿hoy no viene a verte tú novio?

MIRIAM: No, hoy no viene, le he enviado un mensaje que hoy no estoy de humor.

YO: Lo siento si es por mi culpa.

MIRIAM: No es tu culpa, es culpa mía.

Se levantó y se fue otra vez, me puse los cascos y escuché mi música preferida, nos vimos a la hora de cenar, yo no hice un puto comentario de nada, al acabar de cenar.

JULIA: Parece que hoy estáis más tranquilos, tengo noticias, en dos semanas tendréis que ir al Caribe a hacer unas fotos y un video de bañadores.

MIRIAM: No creo que pueda mamá, puede ir cualquier otro de la agencia.

JULIA: ¿Otro?, y si es otra hay algún problema.

Miriam dudo un momento.

MIRIAM: Puede ir quien sea.

Se levantó de la mesa y se marchó, Julia me miró.

JULIA: ¿Pero qué le pasa a esta niña últimamente?

YO: Déjame que hable con ella, vale.

Pasaron los días y yo me seguí comportando igual, casi sin hablarle para no importunarla, cuando se fueron acercando las fechas del viaje, un día bajamos del coche para ir a comer a un restaurante que íbamos bastante, en la puerta había tres chicas que me pidieron unas fotos y me dieron unos besos en la cara, al sentarnos en la mesa a Miriam le había cambiado la cara, se le notaba muy enfadada.

YO: Perdona si te ha molestado algo.

MIRIAM: ¿Qué me va a molestar?, ¿que a cualquier chica de la calle le des dos besos y a mí ni me hables?

YO: Joder Miriam, no me lo puedo creer, te vas a enfadar por eso, lo hago para que estés tranquila, pero si quieres que te salude cada mañana con dos besos lo haré, y si quieres que te hable también.

MIRIAM (riendo): Sí, quiero que lo hagas.

YO: Vale, pues hablo, ven conmigo al Caribe por favor.

MIRIAM: Joder, si lo sé no te digo que me hables, no puedo Yul, sabes que si vamos pasará algo que luego me arrepentiré de haber hecho.

YO: Te prometo que no pasará nada, haré mi vida, no te molestaré para nada que no sea de trabajo mientras este posando o grabando.

MIRIAM: Me lo puedes prometer como quieras, pero después soy yo quien no puede aguantarse y te ataco haciéndote caer.

YO: Si lo intentas te rechazaré.

Me miró sonriendo, no se creía lo que le estaba diciendo.

MIRIAM: ¿Me rechazarías?

YO: Si me lo pides a partir de ahora lo haré siempre.

Ella me sonrió, comimos y nos fuimos a casa, estuvo toda la tarde sentada a mi lado con una camiseta que le llegaba muy cortita y unas bragas que me enseñaba cada dos por tres, me estaba poniendo enfermo, pero me aguanté porque sabía que la muy cabrona me estaba provocando, pasé la prueba y al día siguiente me confirmó que vendría conmigo de viaje.

Llegamos al Caribe a un hotel de ensueño, con una playa paradisiaca, nos presentaron a todo el equipo y al día siguiente empezamos a trabajar, nuestra relación era correcta hasta la última noche que hicieron una fiesta de despedida, después de cenar fuimos a tomar unas copas, estábamos juntos y uno de los productores quiso hablar con Miriam apartándola con un grupo de personas, yo me quedé un momento solo, pero se puso a mi lado una de las modelos que también salieron en el anuncio, hablándome muy animadamente, pasamos un rato hablando y riendo muy agradable, sonó una música lenta y romántica y le dije de bailar un rato, Miriam me miraba desde la otra punta del salón, cada vez con más cara de mala ostia, cuando nos juntamos para bailar yo le pasaba una mano por la espalda, de los ojos de Miriam salían rayos, ella se pegó bastante a mi cuello, para hablarme y preguntarme si quería acompañarla a la habitación, en esos momentos Miriam se despedía de la compañía que tenía, lanzándome otra mirada asesina marchándose caminando rápido, me disculpé con aquella modelo guapísima, quedándome con las ganas de meterme en la cama con ella corriendo detrás de Miriam, cuando la alcanzaba estaba a punto de llegar a su habitación, se metió rápidamente cerrando la puerta, llamé varias veces pidiéndole que me abriera, no quería pero al fin accedió y me la abrió.

YO: ¿Pero qué te ha pasado?

MIRIAM: No te vas con esa a follártela, te lo estaba poniendo a huevo.

Yo estaba en la puerta sin acabar de entrar.

YO: No quiero follarme a nadie si tú no estás bien.

MIRIAM: Vamos hombre, si no te controlara te las follarías a todas, si te follaste hasta a mi madre.

Me pareció que Miriam estaba desvariando mucho, le di las buenas noches y me metí en mi habitación, me cambié poniéndome algo más cómodo, una camiseta con un pantalón corto y me estiré en la cama, al poco rato llamaron a la puerta, pensé que debía ser Miriam y que si se me tiraba encima le tendría que decir que no, vamos que me tenía que ir del Caribe con un dolor de huevos de una manera o de otra, después de estar viendo durante cinco días unos cuerpazos increíbles, incluido el de Miriam tomando el sol a mi lado, me tenía que volver sin hacerme una triste paja, abrí la puerta y estaba ella con una botella de vino y dos copas.

MIRIAM (sonriendo): ¿Hacemos las paces?

Acepté y nos sentamos en una terracita a tomarnos el vino, nos fuimos poniendo contentillos, yo pensaba que eso no iba a facilitar nada aguantarme las ganas de saltarle encima.

MIRIAM: No me puedo creer que te hayas aguantado todos estos días sin hacer nada.

YO: Te lo prometí y así lo he hecho.

MIRIAM: Quiero bailar contigo, igual que hacías con aquella.

YO: Miriam por favor, ¿crees qué es necesario?

Ella ya se había levantado y puesto música, estiró un brazo pidiéndome que me levantara y bailara con ella, la cogí por la cintura con suavidad manteniendo una cierta distancia.

MIRIAM: Con aquella guarra no bailabas tan modosito cabrón.

Se me enganchó al cuerpo poniendo su boca en mi cuello, yo le pasé la mano por la espalda, seguíamos bailando, estaba tan a gusto notando su cuerpo y el contacto de sus labios en mi cuello que nos íbamos estrechando más, me habló con su boca en mi cuello.

MIRIAM: De verdad me rechazarías ahora si te pidiese algo.

YO: Depende de lo que me pidieras.

MIRIAM: Un beso en la mejilla.

Acerqué mis labios a su mejilla y le di un beso manteniéndolos quietos sin moverlos.

MIRIAM: Y si te pido que me abraces muy fuerte.

YO: Por favor Miriam no me martirices más, sabes que te lo prometí y tengo que hacerlo, si no lo hago no volverás a confiar en mí y yo quiero que sigas trabajando conmigo.

Se separó enfadada.

MIRIAM: ¿No me vas a follar aunque te lo pida de rodillas?

YO: Me muero de ganas, pero no puedo hacerlo, y tú lo sabes.

MIRIAM: Pues también sabrás que tienes que hacer todo lo que yo te diga.

YO: Te prometí que no lo haría y no pienso hacerlo.

MIRIAM (gritando): Me cago en tus promesas de mierda.

Me cogió de los cojones apretándolos dejándome doblado.

MIRIAM: Ahora te vas a estirar en la cama y si tú no me quieres follar te follaré yo a ti cabrón.

Le aparté de un golpe la mano de mis huevos.

YO: Escúchame, si quieres hacerlo me parece bien, yo también me muero de ganas porque estoy enamorado de ti como un imbécil, pero luego no me vengas con gilipolladas de arrepentimientos ni pollas, y ahora decide, quieres follar conmigo porque tú también estas enamorada de mí, o prefieres esperar al pescado hervido de tú novio que ni te toca el imbécil.

Me miró con una cara de enamorada que flipé, me acarició la cara y acercó sus labios a los míos.

MIRIAM: Estoy enamorada de ti como una cabrona pero no quiero aceptarlo, me pongo histérica cuando veo a otra tía a tú lado, ¿si estamos enamorados uno del otro te puedes saltar el juramento?

YO: ¿Y con el pescado hervido que hacemos?

MIRIAM: Que se lo coma otra, yo antes de venir contigo ya corté con él.

Nos enganchamos los labios, bajé las manos por debajo de la falda subiéndosela poniéndolas en el culo encima de las bragas, haciendo fuerza y levantándola, ella rodeó mi cintura con sus piernas, sin dejar de besarnos la llevé hasta la cama estirándome encima de ella.

YO: ¿Cómo has podido ser tan cabrona de no decirme nada hasta el último día?, con lo bien que nos lo hubiéramos pasado desde el principio.

Me volvió a besar y me miró brillándole los ojos.

MIRIAM: Por dos motivos, primero, tenía que saber si serías capaz de aguantarte respetándome, y lo has hecho, hasta poniéndome el bikini más pequeño que encontré por casa, y segundo, tenía que saber si realmente estabas enamorado de mí, por fin de una puta vez me lo has dicho.

YO: Tú tampoco me habías dicho nada hasta ahora.

MIRIAM: Si te lo vuelvo a decir me follaras de una vez, estoy enamorada de ti desde hace mucho tiempo, muy enamorada.

La besé de nuevo bajándole la cremallera por detrás del vestido quitándoselo, me quité la camiseta y los pantalones quedando en bolas, le quité los zapatos y las bragas, tirándome sobre sus tetas para comérmelas por los lados, de arriba abajo y centrarme en el pezón, subía a meterle la lengua en la boca juntándola con la suya, volvía a bajar a las tetas, bajé más abajo, me enganché al chocho, empezando a lamer por el vello púbico, bajando lentamente hasta el agujero, ella gemía sin parar levantando las caderas, me volvía loco chupando por todas partes, me hizo girar poniéndose encima, me agarró la polla chupándola metiéndosela en la boca sacándola muy mojada de saliva, me miró a los ojos y se sentó encima de mi metiéndosela de golpe, empezó a moverse muy rápida y fuerte corriéndose más rápido de lo que me esperaba, se dejó caer sobre mi pecho.

MIRIAM: No sabes las ganas que tenía, tener que esperar para saber si te aguantarías o no me ponía cada día más caliente.

La puse de lado en la cama, me coloqué detrás de ella y le saqué un poco el culo para buscarle el chichi, se la metí, ella gritó y yo le aumenté el ritmo poco a poco, hasta corrernos los dos amasándole la tetas, le pasé una mano por encima y la abracé muy fuerte, dormimos juntos. El día siguiente cogimos el vuelo de vuelta, por la noche en casa cenábamos con Julia muy sonrientes.

JULIA: Desde luego a vosotros dos no hay quien os entienda, un día os matáis y otro estáis riendo como tontos, parecéis una pareja de novios.

MIRIAM: Mamá, es que ya somos pareja.

JULIA: ¿Vosotros dos?, pero si no os podíais ni ver.

YO: Mujer tanto tan poco.

JULIA: Y con él, él…

MIRIAM: Pescado hervido.

JULIA: Eso, ¿qué ha pasado con él?

MIRIAM: Ya no está, ahora solo estamos este y yo.

Me cogió la mano y me la beso dejándome cara de tonto.

JULIA: Pues no sabes lo contenta que estoy de que tengas una buena polla con alguien que sepa usarla, espero que os vaya bien, pero no os despistéis en el trabajo o tendré que separaros, en el trabajo claro.

MIRIAM: No te preocupes mamá, vamos a estar más unidos y trabajadores que nunca, de hecho me lo llevo para unirnos un rato en la cama.

Nos metimos en la cama y nos abrazamos para dormir, estábamos cansados del viaje como para ponernos a hacer algo más. A partir de aquel momento los días eran mucho más divertidos, en el gimnasio no parábamos de mirarnos, íbamos a todos los sitios juntos y cuando tocaba trabajar era mucho mejor que antes.

Un día le propuse ir al gimnasio ya cambiados de deporte, para volver a casa a ducharnos.

MIRIAM: ¿Y por qué quieres hacer eso?

YO: Porque estoy hasta los cojones de verte en la cinta corriendo en mallas y top y no poder meterte mano, hoy quiero venir a casa, comerte de arriba abajo y después ducharnos juntos.

Ella reía de la idea y estuvo encantada de hacerlo, llegamos a casa entrando los dos corriendo subiendo las escaleras, entramos en su habitación, nos paramos y nos besamos, me separé un poco y ella se dio una vuelta entera muy despacio, para que pudiera verla bien, las mallas le hacían un culo espectacular, me acerqué y le puse la mano encima del top acariciándole la tetas, le metí la mano por debajo para quitárselo por la cabeza, se las acaricié muy despacio jugando con los pezones, cuando los puse bien duros, me arrodillé y le bajé las mallas y el tanga a la altura de los muslos metiendo la nariz para olerle el tanga, rió diciéndome que era un guarro pero a mí me encantaba su olor, se sentó en el borde de la cama y le quité las zapatillas y calcetines, bajándole las mallas y el tanga sacándoselas por los pies.

Le abrí las piernas y le comí el coño, dando vueltas con la lengua hasta mojárselo, me puse de pie y me desnudé dejándole la polla delante de su cara, me la cogió pajeándola un rato mirándome a los ojos, se la metió en la boca chupándola muy despacio, metiéndosela toda y volviendo a sacarla succionando, me tenía loco de gusto, dejó el capullo dentro succionando y por debajo con la mano me hizo una paja con fuerza y velocidad, antes de poder reaccionar me empecé a correr como un loco dentro de su boca, ella se lo tragó todo y cuando acabó se la volvió a meter hasta el fondo dejándola bien limpia, me miró riendo.

MIRIAM: ¿Te ha gustado cariño?

YO: Me has vuelto loco, ahora me toca a mí.

Me enganché a su chocho estirándola en la cama, lamiéndole muy despacio subiendo y bajando, para quedarme al final dándole vueltas y chupándole el clítoris hasta que se corrió, nos fuimos a duchar juntos, no sé si sería por el contacto con el agua, el jabón, o el de nuestros cuerpos mojados besándonos, pero la polla empezó a cobrar vida de nuevo, los besos se fueron intensificando, las caricias aparecían por cualquier lado y cuando quise darme cuenta, tenía la polla otra vez tiesa como una mala cosa, ella reía tocándomela de nuevo.

MIRIAM: ¿Ya estás otra vez preparado cariño?

YO: Me parece que no estás acostumbrada a demasiado meneo, ¿pero que te hacían criatura?

MIRIAM: Calla tonto, tenemos que solucionar esto que tengo entre manos.

Reía de nuevo con una risa que me enganchaba, nos volvimos a besar acariciándole la cara, bajando al cuello pasando después por las tetas, cogiendo un atajo por la barriga para llegar sin incidencias a los pelos del coño, darles unas cuantas vueltas con un dedo y seguidamente meterlo en el inicio de la rajita, darle vueltas al clítoris bajando despacio hasta el agujero, comprobando que estaba mojado por fuera por el agua y por dentro por sus flujos, Miriam me miraba intensamente a los ojos, nos volvimos a besar enroscando nuestras lenguas, la giré delicadamente apoyándole las manos en la pared de la ducha, ella sacó el culo agachándose un poco, yo me cogí el pepino por la punta metiéndolo por debajo, con un dedo busqué el agujero de su vagina, cuando lo encontré lo aparté para dejar paso a la punta de mi polla que se fue introduciendo suavemente hasta el fondo.

Empezó a mover sus caderas adelante y atrás gimiendo, mientras las mías intentaban seguir su ritmo haciendo las penetraciones más profundas, sus movimientos fueron aumentando de velocidad, sus gritos fueron a la par junto con los míos corriéndonos a la vez, cayéndonos el agua por encima, ahora sí que nos quedamos relajados y con una sonrisa amplia en la cara.

Tomamos desnudos el sol un rato juntos cogidos de la mano, preparamos algo para comer y nos fuimos a la cama a descansar, estaba estirado con su cabeza apoyada en mi pecho y una mano cruzando mi cuerpo, yo le pasaba un brazo por la espalda acariciándola, ella dormía como un ángel y yo pensaba que estaba pasando más horas descansando que en mi puta vida, que hubiera pasado de una vida tan dura como la del pescador, a otra como la que vivía en aquellos momentos no lo había acabado de asimilar, encima ganando más dinero del que me podía haber imaginado nunca, y por si fuera poco tenía por primera vez en mi vida una relación estable con una chica como Miriam que me volvía loco, me sentía el tío con más suerte del mundo.

Poco a poco fue aumentando el trabajo, salíamos bastante de fiestas para estar al día y que me conocieran, mis representantes rechazaban algunos trabajos para no dañar mi imagen, si hubiese sido por mí los habría hecho todos, pero ellos eran los que entendían y confiaba en su opinión, Miriam estaba siempre a mi lado, explicándome los detalles que a mí se me escapaban, recordándome todos los pasos que tenía que ir dando, supimos separar lo que era nuestra relación personal de la laboral llevándolo todo muy bien.