El pescador de sueños (3)

Al día siguiente entró Julia en la habitación...

Al día siguiente entró Julia en la habitación, prepárate con la ropa deportiva que te van a venir a buscar, estate atento y no te duermas, yo me voy, nos vemos por la tarde, me dijo. Desayuné y al poco abrió la puerta una chica morena guapa con buen tipo.

Chica: Hola Yul, soy Clara, la nutricionista que te voy hacer hoy de acompañante.

Salimos y subimos a su coche, me acompañó al gimnasio presentándome a Jon, un monitor que estaba fuerte como el vinagre, me ayudó a hacer varios ejercicios de pesas y me enseñó la rutina que tenía que hacer cada día, cuando acabé me dolía todo el cuerpo, yo de deporte la verdad es que no había hecho casi nada. Después de la ducha me esperaba Clara para darme una vuelta por el centro de la ciudad, para que me ubicara por si algún día tenía que ir a la oficina de Julia, me llevó a comer el menú que ella tenía preparado.

CLARA: Necesitas comer muchas proteínas, para recuperarte del esfuerzo y hacer crecer el musculo, en pocos días empezarás sesiones más duras para acelerar el proceso.

YO: ¿Mañana también me vendrás a buscar para acompañarme todo el día?

Le dije mirándola a los ojos, ella me miró fijamente moviéndolos nerviosa.

Clara (voz nerviosa): Claro, estos primeros días será mejor que no vayas solo.

Yo (sonriendo): Gracias, es que me gusta tú compañía.

Se quedó mirándome sin decir nada con la boca un poco abierta, de golpe reaccionó, cerró la boca y disimuló cambiando la conversación, más tarde me dejó en casa y se despidió un poco nerviosa hasta el día siguiente, a mí me entraba la risa floja cuando las chicas se comportaban así conmigo, entré y después de dejar la ropa usada en el gimnasio para lavar me cambié. Me puse a escuchar música en el salón con los cascos de mi móvil, sentado en el sillón que estaba sentada Miriam la noche anterior esperando que llegara alguien, al rato se abrió la puerta y entro Miriam acompañada de un chico bien parecido, me levanté para saludarles, ella puso mala cara pero nos presentó.

MIRIAM: Este es Jorge mi prometido, y este es Yul el último capricho de mi madre.

Nos estrechamos la mano cordialmente.

JORGE: No seas tan dura con tú madre mujer.

YO: Me voy a mi habitación y os dejo con más intimidad.

MIRIAM: No, no hace falta.

JORGE: Tranquilo, puedes seguir haciendo lo que hacías que nosotros no te vamos a molestar.

Me senté de nuevo siguiendo con la música y ellos se sentaron en el sofá hablando y riendo, no se tocaban, no se besaban, no se abrazaban, yo me los miraba disimulando, pensaba que si yo tuviera la oportunidad de estar con una persona como Miriam, no me la pararía de follar nunca, de abrazarla o de estar en contacto con ella, que relación más rara tenían aquellos dos, al rato él se despidió saludándome con la mano y se fue, Miriam subió las escaleras sin mirarme, seguía siendo una mierda en la calle para ella, al poco bajó cambiada con una camiseta larga por encima de las rodillas que le transparentaban las bragas, me puse cachondo al momento, cogió una manzana y se sentó en el sofá lejos de mí, ya veía que acercarme a ella iba a ser imposible, me concentré en la música hasta que llego Julia y cenamos, hablamos de cómo había ido el día con Miriam a su puta bola como si no estuviera con nosotros.

Al día siguiente me volvió a pasar a buscar Clara, cuando llegó la saludé con dos besos y la puse muy nerviosa, me acompañó al gimnasio, me pegó otra paliza de pesas el cabrón de Jon que me dejó baldado, dimos otra vuelta con Clara y fuimos a comer juntos de nuevo, ella me miraba a los ojos y me apartaba la vista avergonzada rápidamente.

YO: Y tú Clara, ¿tienes novio o marido?

CLARA (nerviosa): Sí, tengo novio desde hace tiempo pero…

YO: ¿Pero?

CLARA (dudando): Pero no es tan guapo como tú.

Se puso roja, yo la miré bebiendo agua, dejé el vaso mirándole a los ojos.

YO: No creo que eso sea lo más importante ¿no?, hay otras cosas, si tú eres feliz con él no creo que tengas de preocuparte.

CLARA: Sí, feliz me hace mucho, es una persona muy atenta y nos queremos mucho.

YO: Ves, eso está muy bien, yo te aseguro que de atento no lo soy nada, llevo tanto tiempo viviendo solo que no se si sabría compartir con otra persona.

Me miró atentamente pensando y seguimos comiendo, cuando me dejó en casa, bajé y cuando aparcó él coche le abrí la puerta para que saliera cerrándola detrás de ella, llegamos hasta la puerta de la casa.

YO: ¿Te gustaría entrar y tomar algo?

Me miró brillándole los ojos y aceptó subiendo y bajando la cabeza, entramos, cerré la puerta, nos miramos y nos enganchamos en un morreo juntando nuestras lenguas durante una eternidad, le cogí la mano y subimos a mi habitación, nos volvimos a besar desnudándonos el uno al otro, yo ya estaba en pelotas y me arrodillé para quitarle los pantalones, le besé el coño metiéndole la nariz para oler sus bragas, ella dio un gemido, se las bajé tirando de ellas hasta quitárselas, le metí la lengua en la rajita dándole unas cuantas vueltas haciéndole gemir con más fuerza, abrió las piernas un poco más, dejándome acceso a su interior, pudiendo llegar a lamerle el agujero metiéndole la lengua un poco, no paraba de gemir ahogadamente aguantándose para no gritar fuerte.

Cuando noté que tenía todo el chichi muy mojado, me levanté, la volví a besar con sabor a su coño y la levanté de la cintura, envolviéndome ella con sus piernas para sujetarse, se la metí poco a poco haciéndole gritar, cuando le llegó al fondo la apoyé contra la ventana, subiendo y bajando las piernas ayudándole con mis manos, para que subiera y bajara con fuerza su cuerpo clavándose en mi polla, empezó a gritar como una loca con sus brazos alrededor de mi cuello, me dolían los brazos, las piernas y todo el cuerpo del puto gimnasio de los cojones, pero mi excitación estaba por encima de esas cosas, caminé con ella enganchada y me estiré de espaldas en la cama, dejándola a ella arriba que se empezó a moverse como un demonio, mientras le acariciaba las tetas sin parar de gritar, acabando por correrse apoyando sus manos en mi pecho saltando sobre mi polla a lo bestia.

Se dejó caer apoyando la cabeza en mi pecho jadeando, me miró a los ojos y me besó delicadamente, la dejé recuperarse un poco y la volví a besar pasándole mi lengua por sus labios, muy despacio, metiéndosela buscando la suya dándole vueltas poco a poco, empezó a dejar ir algún gemido con mi lengua dentro de su boca, pensé que estaba preparada para otro asalto, me salí de debajo suyo y la puse a cuatro patas encima de la cama, le pasé la lengua por el agujero del coño un par de veces haciéndole gritar un poco, le metí la polla muy despacio hasta el fondo, bajó la cabeza tapándose la boca con la almohada ahogando sus gritos, aumente paulatinamente el ritmo metiéndosela y sacándosela del todo, ella cada vez apretaba más la almohada con sus manos gritando más fuerte, aceleré los golpes de caderas todo lo que pude, haciendo que se corriera conmigo a la vez juntando los gritos, quedamos los dos estirados en la cama recuperándonos, estuvimos un ratito, ella se incorporó, me dio un beso en los labios, se vistió y se fue sin decir nada.

Yo me duché, me cambié y bajé a escuchar música, al rato llegó Miriam, ni me saludó subiendo las escaleras, pasaron unos minutos y volvió a bajar cambiada, cogió una manzana de la cocina, me miró con cara de mala ostia mientras se la comía en el sofá lejos de mí, me levanté y fui a donde estaba ella parándome delante.

YO: Oye Miriam, ¿tú tienes algo en contra de mí?, que yo sepa no te he hecho nada para que me mires con esa cara de mala ostia.

MIRIAM (enfadada): He pasado por delante de tú habitación, he tenido que abrir la ventana para que se ventilara del olor a sexo que habéis dejado tú y la guarra con la que debes de haber estado, apártate de mí anda.

Me giré y caminé hacía el sillón.

YO: Si tú eres una amargada que no folla no es culpa de los demás.

Se levantó de golpe y me tiró la manzana dándome en la espalda, caminó hacía las escaleras subiéndolas.

MIRIAM (cabreada como una mona): Ojala se te caiga a trozos la polla de alguna enfermedad que te pegue alguna puta con las que te acuestas cabrón.

Desapareció, recogí la manzana y la tire, limpié con un trozo de papel de cocina el suelo y me puse de nuevo a escuchar mi música, no pasó mucho tiempo llegó Julia.

JULIA: ¿Dónde está Miriam?, tenemos que hablar.

YO: Creo que está en su habitación.

Julia pegó un par de gritos y Miriam bajó con la misma cara que se había ido antes.

JULIA: ¿Qué coño te pasa, que bajas con esa cara, has discutido con el tonto de tu novio?

MIRIAM: No te importa, ¿qué pasa?

JULIA: Que Yul ya tiene su primer trabajo, van a hacerle unas fotos y lo engancharan en postes publicitarios por toda la ciudad, de momento es algo muy local, pero es importante que la gente empiece a conocerle, mañana cuando salga del gimnasio vas a buscarlo y lo llevas al estudio para hacer las fotos.

MIRIAM: ¿Y es necesario que lo lleve yo, no puede ir con Clara?

JULIA: Tú eres mi mano derecha, mis ojos y mis oídos, tienes que ir tú por si hay algún problema, me cambio y bajo a cenar, y tú descansa que mañana tienes que estar al cien por cien.

MIRIAM: No te preocupes que está muy relajado hoy.

Me volvió a fundir con la mirada, cenamos y Julia nos hizo ir a dormir pronto a todos, al día siguiente Clara me paso a buscar y me llevaba al gimnasio.

CLARA: Prométeme que no volverá a pasar lo que pasó ayer.

YO: Te lo prometo, no te preocupes que no volverá a pasar.

Al salir del gimnasio me esperaba Miriam en el coche, me llevó al estudio sin decir ni palabra, me hicieron varias fotos con un producto, descalzo con unos pantalones y desnudo de la parte de arriba, me maquillaron todo el cuerpo, me fotografiaron en diferentes posturas y diferentes expresiones, yo miraba de vez en cuando a Miriam y ella me aguantaba la mirada sonriendo, vino una ayudante del fotógrafo para explicarme algunas cosas de las posiciones, yo le miraba los ojos atentamente escuchando, ella me tocaba el cuerpo posicionándome para las siguientes fotos.

YO: ¿Todas las ayudantes tenéis los ojos tan bonitos?

Ella me miró mordiéndose los labios.

AYUDANTE (gritando): Voy a darle unos retoques para que este perfecto, ahora volvemos.

Me cogió del brazo y me llevó a una habitación vacía que antes me habían maquillado, entró, cerró la puerta y se tiró a mis labios metiéndome mano en el paquete, me desabrochó con urgencia los pantalones sacándome la polla metiéndosela en la boca, me la puso dura a base de chupadas muy fuertes, se giró, apoyó las manos en una mesa y se levantó la falda bajándose las bragas, sacó el culo para que se la metiera, me la cogí haciéndome una paja rápida para mantenerla bien tiesa, me mojé la mano con saliva pasándosela por el coño para lubricarlo, pero me pareció que ya lo estaba de antes, puse la punta en la entrada de su agujero, y la metí bastante rápido, tapándose la boca para no gritar demasiado, follamos muy rápidos para no perder tiempo corriéndonos a la vez.

Ella se limpió con un pañuelo de papel y me dio a mí otro para que me limpiara yo, me dio unos retoques de maquillaje, un beso en los labios y salimos de nuevo para acabar las fotos, Miriam nos miró con mala cara, cosa normal porqué siempre hacía mala cara conmigo, así que tampoco le hice mucho caso, cuando acabó la sesión me duché y nos fuimos en el coche.

YO: ¿Qué te ha parecido la sesión?

MIRIAM (sería): Que eres un puto novato tío, no tienes ni puta idea de posar, en cuatro días volverás allí de donde mierda te encontrara mi madre.

YO: Pues me ha parecido ver que me sonreías.

MIRIAM: ¿A ti imbécil?, ya te gustaría.

Me callé y no dije nada más que ya veía que no estaba el horno para bollos, me dejó en casa y se marchó, me cambié y me puse en mi sillón, pasó un rato y llegaron otra vez Miriam con su novio, los saludé con la mano sin moverme y me quedé en el mismo sitio observando, disimulando para ver lo que hacían aquel par, hablaban y reían como el día anterior, pero en algún momento Miriam le cogía del cuello para besarlo mirándome, él le daba un beso rápido siguiendo con lo suyo, vaya calamar que está hecho este tío pensaba yo, si estuviera en su lugar haría rato que la tendría en la cama sin dejar de besarla con pasión, no esa mierda de besos que le estaba dando él, estuvieron un rato y él se marchó, ella lo acompañó a la puerta, entró y sin mirarme subió las escaleras, yo pensaba, ¿pero estos no follan nunca?, que relación más rara tienen.

Pasaron unos días, cuando llegó Julia por la tarde yo estaba sentado y Miriam en la cocina, vino hasta el sillón que siempre me sentaba dándome un sobre.

JULIA (riendo): Toma Yul, tú primer sueldo.

Abrí el sobre y me puse de pie de un salto.

YO: Te debes de haber equivocado, aquí hay mucho dinero.

JULIA: No, está correcto, es tú parte por el trabajo, voy a redactar un contrato con las comisiones de tú representante y las mías, para que tengamos todos las cosas bien claras.

MIRIAM (cachondeándose): Mucho dinero dice, que desgraciado, mamá, ¿cómo puedes buscarle trabajo a este mediocre?

JULIA: Pues los clientes están muy contentos, les han encantado las fotos, mañana o pasado empezarás a verte por la ciudad campeón.

Me acerqué a Julia hablándole flojo al oído.

YO: Si quieres que lo celebremos, esta noche puedo pasar por tú habitación.

JULIA (riendo): Tranquilo fiera, descansa y dale fuerte al gimnasio que es tu trabajo, si quieres ir algún sitio se lo dices a Miriam para que te lleve.

MIRIAM (cabreada): ¿Yo tengo que hacer de canguro de este idiota?, por favor mamá.

JULIA: Es tú responsabilidad, te gusta cobrar a final de mes ¿no?, pues gánate el sueldo coño.

Unos días más tarde se podían ver un montón de carteles por la ciudad con mi foto, al final de la sesión del gimnasio, Clara me dijo que era el último día que comeríamos juntos, que ya conocía los menús para poder hacerlo yo solo, dimos una vuelta comimos y me llevó a casa.

YO: ¿Por qué no entras y tomamos algo para despedirnos?

CLARA: No me pidas eso, ya sabes que tengo novio y no quiero volver a repetir lo del otro día.

YO: Solo quiero que tomemos algo, hablemos un rato y ya está, ya quedamos en no volver a repetirlo.

La convencí, entramos, preparé un poco de vodka con zumo de naranja, así parecía que era más sano, nos sentamos en los sillones y estuvimos hablando un buen rato, hasta acabar las bebidas.

CLARA: Bueno, creo que ya hemos hablado suficiente, mejor me voy.

Se levantó, yo me levanté para acompañarla a la puerta, nos miramos a los ojos y ella me cogió la cara con sus dos manos enganchando sus labios a los míos, abriendo la boca metiéndome la lengua dentro, empecé a desabrocharle la camisa, levantándole el sujetador acariciándole las tetas, ella me desabrochó el pantalón bajándomelo junto con los calzoncillos, me empujó para que me volviera a sentar, se tiró por mi polla, metiéndosela en la boca chupando con una fuerza que me la puso a mil en un momento, siguió succionando haciendo que casi me corriese, la levanté subiéndole la falda, bajándole las bragas de un tirón, sacó un pie y le quedaron enganchadas en el otro.

Subió un pie encima del reposabrazos y me metí debajo de la falda buscándole el coño, lamiéndolo como un loco por todos lados, le metí la lengua dentro del agujero, ella no paraba de gemir muy excitada, me apartó la cabeza y se subió la falda para sentarse encima de mí buscándome la polla con la mano, para orientarla y dejarse caer metiéndosela hasta el fondo, me miró abriendo mucho los ojos y pegó un grito, movió sus caderas follándome a un ritmo muy fuerte, que me tenía al límite esperando que ella se corriera para poder hacerlo yo, paró de golpe levantando la cabeza, abriendo la boca cogiendo aire para mirarme a los ojos y empezar con un orgasmo, dejando ir el aire de sus pulmones gritando, que hizo que me corriera acompañándola gritando con ella sin parar, se dejó caer encima de mí recuperándose, le pasé el brazo por la espalda abrazándola.

Estuvimos así un ratito, se levantó poniéndose la mano en el chocho para que no le cayera nada, cogí un pañuelo de papel que tenía en el bolsillo y ella se pudo limpiar, en aquel momento se abría la puerta de la entrada, me subí rápido los pantalones y ella se metía las bragas por el pie que le faltaba, antes de subírselas apareció Miriam mirándonos sorprendida.