El pescador de sueños (18)

Llegamos a casa tarde y cansados metiéndonos en la cama...

Llegamos a casa tarde y cansados metiéndonos en la cama, al día siguiente después de desayunar Miriam me pidió que nos sentáramos en el salón, me senté en un sillón y ella movió el suyo para ponerse delante de mí, los dos sentados echados hacía delante, ella cogiéndome una mano en medio de las dos suyas mirándome a los ojos.

MIRIAM: Cariño, sé que cuando viste a Bea algo se removió dentro de ti, no sé exactamente que fue, solo quiero decirte que si necesitas estar solo para pensar y aclarar tus ideas lo entenderé, lo único que te pido es que recuerdes que te quiero más que a mi vida, que sin ti no puedo vivir y que te necesito a mi lado.

Empezaron a caerle unas lágrimas que se secó rápidamente intentando levantarse, la agarré para volver a sentarla.

YO: La relación que tuvimos con Bea fue muy bonita, muy intensa y fuimos muy felices, se terminó y no fue por una discusión o porque se acabara el amor, simplemente por motivos de trabajo nos fuimos alejando y se fue apagando la llama, aquello se acabó y ahora estoy contigo punto.

MIRIAM: Pero yo quiero saber si conmigo también lo ves bonito, intenso y eres feliz o te conformas porque no pudo ser con ella.

La abracé sentándola encima de mí.

YO: Contigo tenemos algo más importante que todo eso.

Me miró sin saber de qué le hablaba, le quité las lágrimas de las mejillas.

MIRIAM: ¿No te entiendo?

YO: No sé si decírtelo, porque te vendrás arriba y me putearas, que te conozco.

MIRIAM: Por favor, por favor, dímelo, necesito que me digas algo bonito, tengo un nudo en el corazón por miedo a perderte terrible.

YO: Las demás habrán sido muchas cosas, pero solo contigo…

Dudé un momento si decírselo, ella abría mucho los ojos esperando el final de la frase.

YO: Solo contigo, mi amor, me veo pasando el resto de mi vida.

Pegó un salto poniéndose de pie que aluciné, se llevó las manos a la boca empezando a llorar como una madalena, me levanté abrazándola y ella todavía lloraba más fuerte, estuvo tanto rato que pensaba que se iba a deshidratar, me apretaba tan fuerte con sus brazos alrededor de mi espalda que me ahogaba.

Se tranquilizó un poco, tenía toda la cara roja y llena de lágrimas que resbalaban cayendo sobre su camiseta, la cogí de la mano y la llevé a la bañera de burbujas, le quité la camiseta y las bragas, me desnudé yo y nos metimos con el agua calentita, le pasé la mano mojada por la cara para lavársela limpiándole aquellas lágrimas, ella me besaba la mano cuando la pasaba cerca de sus labios, me puse delante besándola suavemente, me volvió a abrazar con una fuerza bestial.

YO: ¿De verdad hubieras dejado que me fuera a pensar?

MIRIAM: Por supuesto, lo que no sé es el tiempo que hubiera tardado yo en venirte a buscar, calculo que unos cinco minutos.

YO: Ya me extrañaba a mí, pero me ha gustado la serenidad y la madurez como has llevado el tema.

MIRIAM: Estaba muy asustada, creía que lo nuestro se acababa, que no podrías sentir por mí lo que sentiste por ella y que así no hubiéramos podido seguir, por eso he reaccionado de esta manera, me he visto de tenerte perdido a poder estar contigo toda la vida, mi cabeza no lo ha soportado, todavía estoy en shock.

YO: Pues no te vengas arriba que como te pases conmigo te envío a tomar por culo mi niña guapa.

Se puso encima de mí.

MIRIAM: No, no, no.

YO: ¿Cómo que no?

MIRIAM: Tú, tú eres mi niño guapo, si quieres llamarme de alguna manera de acuerdo, pero no me copies, estrújate la cabeza para buscar algo bonito.

YO: Ya lo tengo, té voy a llamar “Mi chochito cariñoso”.

MIRIAM: Que tonto eres, pues este chochito te va a follar hasta destrozarte.

Me besó con tanto amor que me confirmó que decírselo había sido una buena idea.

Se levantó como una diosa resbalándole el agua por el cuerpo, agua que volvía a caer en la bañera goteando como la lluvia, yo miraba para arriba pareciéndome el cuerpo de mujer más bonito que había visto nunca, con una carita que me clavaba una mirada de lujuria que me impresionaba, subió una pierna apoyando un pie al lado de mi cabeza, haciendo que mi vista se fuera a su coño, giró la rodilla separándola a un lado dejándolo abierto, me cogió con una mano por la nuca.

MIRIAM: Cómemelo con todo el apetito que puedas mi niño.

Me atrajo la cabeza y puso mis labios suavemente encima de su clítoris, lo chupé lentamente haciéndole gemir, aumentaba la presión de mi lengua, ella me apretaba más fuerte con su mano en la nuca gimiendo más fuerte, separó mi cabeza, mirándome como si fuera a morderme en cualquier momento, me pegó un tirón y me levantó, metió su lengua en mí boca besándome con una pasión que me devoraba, se separó, me cogió la mano y me hizo salir, agarró una toalla dándomela y con otra empezó a secarse.

MIRIAM: Vamos a nuestra habitación.

Lo ordenaba segura de sí misma, con una voz autoritaria y lasciva que me embrujaba, me acompañó cogiéndome de la mano, al pasar por la piscina me empujó para estirarme en una hamaca, me cogió la polla metiéndosela en la boca con ansiedad, chupándola y succionándola con una fuerza que me hacía gritar y no parar de moverme del gusto que me subía, se la sacó de la boca mirándome sin dejar de pajearla.

MIRIAM: Vamos que te voy a dejar seco.

Me levantó cogiéndome la mano y seguimos camino de la habitación, entramos al salón, al pasar por delante del sofá con el hombro me empujó haciéndome caer encima, puso una rodilla a cada lado de mi cabeza cogiéndome la cabeza con dos manos, se volvió a meter mi boca en medio del chocho.

MIRIAM: Vamos chúpamelo, lámelo, hazme gemir.

Yo sacaba la lengua, ella apretaba mi cabeza moviéndola, pasándose la lengua por todos los rincones gritando excitadísima, paró, se levantó tirando de mí para subir las escaleras, al llegar al final, me giró, se agachó y volvió a meterse mi polla en la boca apretándola con una mano estrujándola, me producía una mezcla de excitación y dolor que me la ponía que parecía que quería crecer más de sus posibilidades tensándose, se levantó de nuevo estirándome con fuerza, estaba totalmente desatada.

Me metió en la habitación enganchándose a mis labios, cogiéndome la polla con la mano volviendo a estrujarla en una paja lenta, yo le pasaba las manos por detrás del culo, bajándolas pasándole los dedos por el ojete siguiendo hasta su vagina, metiéndole lentamente un dedo dentro, pegó un grito poniéndome las manos en el pecho empujándome, mirándome a los ojos hasta estirarme en la cama, se subió apoyando una mano, después una rodilla, la otra mano, la otra rodilla, gateó hasta colocarse encima de mí, mirándome sacando la leona que llevaba dentro, me cogió el cipote que apuntaba para arriba dejándose caer metiéndoselo de golpe en el coño, me puso la mano en el pecho, como si quisiera inmovilizarme para descuartizarme.

Empezó un vaivén con sus caderas, lento pero muy profundo, la mano del pecho me apretaba un pectoral, con la otra me metió un dedo en la boca que yo apresé chupándoselo, dio un golpe fuerte de caderas al metérsela, sentí su dedo como si de mi boca bajara por la garganta llegando al estomago, tensando mis abdominales escuchado el primer orgasmo de mi amor, sacó su dedo cambiándolo por su lengua, la movía lentamente notando su respiración en mi boca, sus ojos se clavaban en los míos, la respiración se le aceleraba sin parar de mover sus caderas y de acariciarme el pecho y la cara, mis manos se movían entre su cintura y su culo.

Cerró los ojos volviéndose a correr gritando más fuerte, notaba como mi polla estaba dura como una piedra, el calor de mi cuerpo subía, haciéndome sudar cayendo de mi frente a la cama, ella volvió a apoyarse en mi pecho con las dos manos, acelerando sus caderas, levantando la cabeza, mirando el techo llegando a otro orgasmo brutal, bajó la cabeza fijándose en mis ojos, bajando el ritmo jadeando como un animal herido, apretó los dientes moviendo violentamente las caderas, lo suficiente para que el calor que notaba me subiera a la cabeza corriéndome tensando todo el cuerpo.

Siguió con su ritmo lento y profundo, mi polla parecía que entendía lo que ella pretendía y no quería desinflarse manteniéndose con una cierta erección, bajó y me volvió besar traspasándome la saliva que yo cogía en mi boca saboreándola, no sé de dónde salieron las fuerzas, pero notaba como volvía aumentar el tamaño de mi polla excitándome de nuevo, ella sonrió orgullosa de haber conseguido su objetivo, volviendo a aumentar el ritmo cerrando los ojos, se me volvía a tensar el cuerpo, agarrando con fuerza la sabana con mis manos, Miriam se corría una vez más con síntomas de estar cansada, cuando pensaba que aflojaría el ritmo, volvió a mirar el techo con sus bonitos ojos y lo aumentó, dejando ir una serie de gritos cansados corriéndose descontrolada, me miró con ojitos de cansada, pasándome una mano por la nuca levantándome el tronco, que sujeté en aquella posición clavando los codos en la cama, mirándome a los ojos empezó una última serie de golpes de cadera, bajando la cabeza para buscar fuerzas, haciéndome notar que de mis huevos empezaba a subir un torrente que lo arrasaba todo, levantó la cabeza mirándome, empezando un orgasmo que le descontrolaba todo el cuerpo, abriendo la boca que se le escapaba la saliva, que salía cayendo sin control sobre mi pecho, gritaba sin parar como una poseída, el torrente seguía su camino saliendo por la punta de mi polla, al entrar en su vagina le hizo tensarse, alargándole su corrida acabando los dos juntos perdiendo las fuerzas que nos quedaban, se juntaron los dos cuerpos sudados, mirándonos a los ojos cansados sin poder hablar, alargué un brazo para coger el edredón y taparnos quedándonos dormidos.

Nos despertamos tardísimo, nos duchamos, quitamos toda la ropa de la cama que estaba hecha una mierda y pusimos la limpia, ella abrió la ventana.

MIRIAM: Vamos a dejarla abierta que aquí huele a choto.

Bajamos a prepararnos algo para comer, tirándonos en el sofá después, estábamos que nos dolía todo el cuerpo.

YO: Madre mía que paliza me has dado, me duele hasta el paladar cariño.

MIRIAM: Pues yo estoy fresca como una rosa, ya ves.

Me tiré encima metiéndole la mano por debajo de la camiseta tocándole el chichi.

YO: Si quieres te lo como para que te corras unas cuantas veces más.

Ella se descojonaba de risa.

MIRIAM: Mejor esperar a mañana, por hoy ya está bien.

Descansamos y esperamos a Julia para cenar, cuando estábamos en la mesa los tres sentados.

JULIA: ¿Cómo os ha ido el día?, ayer noté algo raro en vosotros.

MIRIAM: Muy bien mamá, estamos felices como nunca.

JULIA: Pues me alegro mucho por vosotros.

YO: Julia, has pensado alguna vez si en el futuro te gustaría ser abuela.

Ella y Miriam se quedaron a medio masticar mirándome con los ojos muy abiertos, se levantaron de golpe, yo también por la inercia supongo, Miriam se me tiró encima rodeando sus piernas a mi cintura besándome con locura, Julia se puso nerviosa dando vueltas sin saber qué hacer.

JULIA: Esto hay que celebrarlo.

Sacó una botella de champan que hacía siglos que estaba en la nevera brindando los tres.

JULIA: ¿Me vais a explicar que ha pasado?, ¿Estas embarazada cariño?

MIRIAM: No mamá, no estoy embarazada pero parece que alguien tiene ganas de dejarme.

YO: Hoy le he dicho a tu hija que es la persona con quien me gustaría pasar el resto de mi vida, supongo que tener hijos está dentro de los planes.

MIRIAM: ¿A que es un encanto mamá?, me tiene tonta perdida.

JULIA: Que té tiene tonta hace tiempo que ya lo sé, la que no lo aceptaba eras tú hija.

Cuando acabamos Julia se fue a dormir pronto como siempre y nos quedamos tomando algo con Miriam.

MIRIAM: ¿Por qué no me habías dicho nada mi niño?

YO: No lo sé, me ha venido a la cabeza cenando, la verdad es que me gustaría ser padre cuando afiancemos nuestra relación.

MIRIAM: Si tenemos muchas tardes como esta me parece que la afianzaremos pronto cariño.

Paso el tiempo, estaba en la playa, delante de mí casa en la calita, sentado en una toalla debajo de una sombrilla, la playa de toda mi vida, la que me había visto crecer y hacerme mayor, la que cuando miraba al mar me tranquilizaba y me revitalizaba, miré a un lado, vi a Miriam que venía en bikini, caminando con su cuerpazo, mojándose los pies con las olas, su carita preciosa y llevando de la mano a nuestra pequeña que era igual que ella.

Cuando llegó al mundo esa niña bonita nos trajo una estabilidad total en nuestras vidas, no podía ser más feliz, Julia apareció por mi espalda tocándome la cabeza con cariño, cuando llegaron las chicas, mi hija me abrazó riendo, una risa que me daba la vida, Julia cogió a su nieta en brazos entrando en casa, yo me levanté y mi mujer me pasó los brazos por el cuello.

MIRIAM: ¿Cómo está mi niño guapo?

YO: Feliz con mi familia, amor.

MIRIAM: ¿Sabes que me ha dicho tú hija?

YO: Tú dirás.

MIRIAM: Que le haría mucha ilusión tener un hermanito.

YO (riendo): ¿Te lo ha dicho ella o le has preguntado tú cariño?

MIRIAM (haciéndose la despistada): Pues ahora no me acuerdo como ha ido la cosa mira.

YO: Ya, y tú con ganas de ponerte a hacer un hermanito para ella.

MIRIAM: Esta tarde su abuela se la lleva hasta la hora de cenar.

YO: Y seguro que tú ya tienes planes para nosotros.

MIRIAM (riendo): Te voy a follar hasta destrozarnos mi niño.

YO: Que buena has sido siempre organizando las cosas.

Le pasé el brazo por el hombro a mi pareja, mientras ella me cogía por la cintura, nos miramos a los ojos con amor, nos dimos un cariñoso beso en los labios y entramos en casa.

FIN