El pescador de sueños (17)

Empezamos de nuevo los horarios habituales...

Empezamos de nuevo los horarios habituales, a mitad de semana nos citó Julia en su despacho, para decirnos que teníamos un buen trabajo en el Caribe, como el de la otra vez pero sin promesas que cumplir.

JULIA: Miriam, tienes que decidir si quieres ir con él, es una semana, si quieres no  hay problemas, tú decides.

Me cogió fuerte de la mano y miró a su madre.

MIRIAM: Claro que voy a ir con él, tenemos algo pendiente en el Caribe.

JULIA: Hay madre mía.

Nos hizo mucha ilusión aquel viaje, lo preparamos todo hasta el último detalle, sabíamos cuando salimos de aquí los horarios de trabajo, las horas que podríamos estar en la playa tomando el sol, hasta las mejores horas para follarnos bien follados.

Llegamos y el primer día fue todo perfecto, en los descansos Miriam conoció a una de las modelos más jóvenes, parecía que podía tener un buen futuro, intentaba convencerla de que su primer gran contrato lo hiciera con la agencia, por la noche estábamos en la habitación con Miriam los dos en pelotas, yo estaba de pie y la tenía sujeta con mis brazos por debajo de sus rodillas, las manos puestas en su culo sujetándola con fuerza, la empotraba sin miramientos mientras ella se sujetaba con sus brazos alrededor de mi cuello, los golpes de nuestros cuerpos cada vez que se la metía eran terribles, intentábamos ahogar nuestros gritos para no dar mucho espectáculo, pero nuestras caras reflejaban la excitación que iba aumentando por momentos, llegó ella primero a un orgasmo que  le hizo dejar de ahogar los gritos y soltarlos a pleno pulmón, se debió de enterar medio país que alguien se estaba corriendo, con aquellos gritos mi polla empezó a disparar semen dentro de su coño sin parar, acabando por rebosar cayendo al suelo algunos chorritos, sin sacársela la llevé hasta la ducha, después limpié con una toalla las manchas de nuestros flujos en el suelo, nos estiramos en la cama.

YO: Esa chica con la que estás hablando es realmente buena.

MIRIAM: Lo sé, mañana le propondré llevar su agenda esta semana, sin coste alguno para que vea como trabajamos y acabar de convencerla.

YO: Vale, mientras a mí no me dejes de lado.

MIRIAM: A mi niño guapo no le dejaré más de lado en mi vida.

Nos abrazamos y dormimos, al día siguiente después de la sesión Miriam vino a verme, para decirme que fuera de momento yo solo a la playa, que ella quería esperar a Lois, que era como se llamaba aquella chica, para hablar con ella y que vendría después.

Estaba tomado el sol con un zumo en la mano, las vi venir a las dos en bikini, cogidas de la mano, vaya par de diosas que se estaban acercando, levanté la mano para avisar al chico de las hamacas para que colocara una tercera, cuando llegaron el chaval no les podía quitar la vista de encima, ellas le dieron las gracias, él se alejaba sin dejar de mirar y casi se come una palmera que tenía en el camino, las chicas rieron disimuladamente y se sentaron, yo me levanté para saludarlas con dos besos a la modelo y un pico a mi chica, estuvimos hablando de lo bien que trabajábamos, que la cuidaríamos mucho, en fin, vendiéndole la moto para que firmara con nosotros, por la noche cenamos juntos y la acompañamos a su habitación, se despidió abrazándonos y nos fuimos a la nuestra.

MIRIAM: Yul, creo que ha esa chica le van los chichis.

YO: ¿Qué ha pasado algo para que me digas eso?

MIRIAM: No, pero cuando la he acompañado a su habitación para que se pusiera el bikini, se ha quedado en pelotas delante de mí para ponérselo, mirándome con una cara que creo que si hubiera querido nos hubiéramos enrollado allí mismo.

YO: ¿Ha pasado algo cariño?, me gustaría que fueras sincera conmigo siempre.

MIRIAM: No mi niño por favor, no ha pasado nada, y si tuviera que pasar tú tendrías siempre la última palabra, hablaré contigo antes de cualquier cosa.

YO: ¿Me estás diciendo que te gusta?, ¿qué le comerías el coño si no estuvieras conmigo?

Bajó la cabeza siendo consciente que había respondido demasiado rápido sin medir su respuesta.

MIRIAM: Lo siento cariño, claro que me gusta, es un bombón, tú mismo la has visto, ¿no me dirás que a ti no te gusta?

YO: Claro que me gusta verla, como a cualquier chica guapa, pero no he pensado en ningún momento en metérsela coño.

MIRIAM: Tranquilo mi niño, no va a pasar nada, solo quiero que firme con nosotros.

YO: ¿Y si para eso te tienes que acostar con ella, lo vas a hacer?, puto Caribe de los cojones que cada vez que venimos la estamos liando coño.

Ella siguió hablando pero yo cerré los ojos durmiéndome, al día siguiente fuimos a desayunar un poco mosqueado por la conversación, ella intentaba disimular que todo iba bien, nos juntamos con la modelo para hablar del día y me empecé a fijar en todas sus reacciones, pude comprobar cómo miraba mucho a los ojos a Miriam, en algún momento incluso tuvo el coño de limpiarle la comisura de los labios con su servilleta cuando a Miriam le caía un poco de café, me levanté y me fui a preparar para la sesión, Miriam me miró preocupada pero se quedó con Lois, durante el día el contacto fue correcto como siempre, porque nos concentrábamos en el trabajo, intentando dejar las cosas personales a un lado aunque costase, cuando acabé me fui a duchar y me puse el bañador para ir a la playa, el hamaquero me preguntó cuantas harían falta.

YO: Pues no estoy seguro si una, dos o tres, no sé cuantos vendremos hoy.

Sabía que Miriam estaría con Lois, para no dejarla un momento sola y alguien intentara quitarle el futuro negocio, por lo que pude comprobar por la mañana la nena no se iba a cortar en tirarle los trastos, no me acababa de estirar cuando aparecieron las dos todavía vestidas de calle.

MIRIAM: Hola cariño, ¿quieres venir con nosotras por favor?

YO: ¿Me necesitáis para algo?, os puedo esperar aquí en la playa.

LOIS: Por favor, yo no quiero que tengáis problemas por mi culpa, se os ve tan felices, desde que estoy yo parece que estáis picados.

Me levanté y nos fuimos los tres, me quedé unos pasos atrás con Miriam.

YO: ¿Qué pasa?, le has dicho algo.

MIRIAM: Ha sido ella, cuando ha acabado le he propuesto de ir a ponernos los bañadores, para venir contigo un rato, y me ha preguntado si todo iba bien entre nosotros, he intentado darle una excusa diciendo que estábamos acostumbrados a trabajar solos, que al repartir el tiempo con ella había salido algún roce entre nosotros, pero es lista y esta mañana se ha dado cuenta de algo más.

YO: Podías haber sido sincero con ella.

MIRIAM: Y decirle que discutimos porque tú estás celoso de que le pueda comer el coño en algún momento, hombre un poco de tacto.

Entramos en la habitación de Lois, nos sentamos y ella se quedó de pie.

LOIS: Sé perfectamente lo que os pasa, no hace falta que disimuléis, soy joven pero no idiota y me gustan las cosas claras, Yul, tú novia y espero que la futura propietaria de la agencia que me represente, porque espero poder firmar con vosotros, es un bombonazo, bueno creo que tú eso ya lo tienes claro, Miriam se levantó alegre por la confirmación y se abrazaron, y allí las tenía a las dos, dos “bombonazos” abrazados en medio de aquella habitación, se estrechaban con sus brazos como algo más que simples amigas, se notaba en el aire una tensión sexual que intentaban reprimir, se separaron y Lois se dirigió donde estaba yo.

LOIS: Tú también eres propietario, ¿no?

Abrió los brazos, yo me levanté y me abrazó con fuerza, puso su boca al lado de mi oído y me habló flojito para que Miriam no se enterara.

LOIS: Dale permiso por favor, si no ella no va hacer nada.

Sabía perfectamente de que me estaba hablando, se separó de mí y volvió con Miriam cogiéndola de la mano, las dos se me quedaron mirando, ¿quien era yo para impedir a mi amor que hiciera lo que quisiera?, me acordaba de mi desliz del viaje con Jaime, las miré sonriendo y les confirme con la cabeza, las dos rieron mirándose.

YO: Mejor me voy a la playa a tomar el sol, si queréis quedamos allí.

Caminaba para la puerta y vinieron las dos cogiéndome una por cada brazo.

MIRIAM: No quiero que mi niño esté solo.

LOIS: No le dejes Miriam, que en este hotel hay mucha lagarta suelta, como lo vean solo se te lo follan antes de que te des cuenta.

Me entró la risa por la respuesta.

YO: ¿Entonces qué hago?

LOIS: Quedarte tonto, o prefieres ir a la playa aburrirte que vernos a nosotras.

Miriam reía y confirmaba con la cabeza, mirándome a los ojos como siempre, con amor y dulzura, me senté otra vez subiendo los pies encima de la mesita estirándome en el sofá, me miraron sonriendo, se miraron entre ellas y se dieron un beso separando los labios, captaron toda mi atención, no había visto nunca montárselo dos chicas en vivo y en directo, se fueron a la ducha desnudándose por el camino, antes de entrar al cuarto de baño se bajaron las bragas las dos a la vez y riendo se giraron para tirármelas encima, vi como dos cuerpazos desaparecían por la puerta, miré las bragas y me las puse en la nariz instintivamente, primero las de Miriam que hacían el olor que tanto conocía y tanto me excitaba, mi polla empezó a moverse dentro del bañador, después las de Lois, hacían un olor suave a coño como esas colonias que huelen a fresco no demasiado fuerte, pero se te meten hasta el cerebro de lo te gustan, escuchaba el agua de la ducha caer y a ellas reír, poco tiempo después cerraron el agua, seguía escuchando sus risas, salieron secas, Miriam con el pelo de su chichi rubio bien recortadito como sabía que a mí me gustaba, Lois lo tenía moreno y con los pelos más largos.

MIRIAM: ¿Estás bien cariño?

YO: ¿Cómo quieres que esté mal viendo lo que estoy viendo?

Rieron otra vez mirándose, juntaron sus cuerpos despacio y se besaron, empezaron rozándose solo los labios, poco a poco fueron abriendo más la boca sacando la lengua para convertirlo en un morreo de puta madre, sus manos se acariciaban suavemente, las caderas, el culo, la espalda y se entretenían en los pezones haciéndolos crecer y endurecerse, poco a poco mi polla me iba avisando que aquello le gustaba y me la iba acomodando dentro del bañador para disimular, aunque en ese momento no estaban pendientes precisamente de ella, sin separarse se acercaron a la cama dejándose caer, Lois se puso encima y sin perder mucho el tiempo mientras la seguía besando le apretó un poco más una teta, Miriam gimió y la mano bajó hasta su chocho acariciándolo por fuera, entonces vi salir por entre las piernas de Lois unos dedos de Miriam, le estaba sobando el coño a base de bien, gemían las dos y a mí me estaban poniendo cardiaco perdido, sin atreverme a sacarme la polla y cascármela como tenía ganas de hacer, Lois bajó su cuerpo deslizándolo por encima del de mi chica para amorrarse al coño chupándolo y lamiéndolo.

Miriam empezó a moverse como una lagartija del gusto que le daba aquella lengua, gritando, cuando pensaba que se iba a correr se giró de golpe, colocándose encima abriéndole bien las piernas, se puso en medio apoyada en las rodillas, metiéndole la boca en medio de los pelos morenos, levantando el trasero, dejándome una visión de su culo en pompa con su chocho abierto que no me levanté y se la metí de milagro, Lois gritaba como una posesa, mi polla estaba a punto de romper el bañador de lo tiesa que la tenía tocándome por encima, para acabar se pusieron una al lado de la otra mirándose con las piernas abiertas, ahora me dejaban la panorámica de dos coños abiertos hinchados y mojado a más no poder, yo sudaba como si estuviera corriendo una maratón.

Se pusieron las manos encima del coño, metiéndose dos dedos frotándose con el resto de la mano, subieron los gritos, se oían los roces de sus manos con la humedad que me ponían a mil, se corrieron casi las dos a la vez un buen rato, cuando acabaron se dieron un pico y se quedaron mirando para el techo, recuperándose, volviendo a dejar a mi vista los dos coños abiertos saliéndoles flujo por el agujero, Miriam levantó la cabeza mirándome riendo, ya me imagino la cara que debía de tener yo en aquel momento, Lois también me miró, se miraron entre ellas y Miriam me dijo que me acercara, me levanté tapándome con la mano la polla tiesa como la tenía, me acerqué despacio y mi novia me señaló el medio de la cama entre ellas, me dejé caer suavemente boca arriba, Miriam me besó con sabor al coño de Lois, me miró sonriendo, me bajó el bañador y se metió mi polla en su boca chupándola, Lois me acariciaba suavemente el pecho, Miriam se la sacó un momento.

MIRIAM: Lois, ¿te gustaría besarlo?

Miré a Lois y ya tenía su lengua dando vueltas en mi boca con sabor al coño de Miriam, notaba como mi chica me estrujaba la polla succionando el capullo, se la sacó y se puso a mi lado sin dejar de hacerme una buena paja, Lois le hizo el relevo pajeándome ella mientras Miriam me volvía a besar, me habló al oído.

MIRIAM: Córrete mi niño, córrete.

La besé y le hablé también al oído.

YO: Hazme tú la paja cariño, me quiero correr con tú mano.

Me la agarró con fuerza, haciéndome una paja brutal que me hizo correr muy rápido, saliendo chorros blancos como fuegos artificiales.

Nos fuimos a nuestra habitación agarrados para ducharnos.

MIRIAM: No sabes lo que te llego a querer mi niño, estás cosas que haces por mi me vuelven loca.

Nos arreglamos para ir a cenar con Lois, a partir de aquel momento el trato con ella fue totalmente profesional, la tensión sexual de los primeros días desapareció y nos movíamos juntos por todos sitios como un equipo, acabó la semana y volvimos a casa con el contrato de Lois firmado en la maleta, Julia nos vino a recoger al aeropuerto, abrazándonos contenta de vernos y del negocio que habíamos conseguido, una vez en casa nos estiramos un rato para descansar del viaje, Miriam estaba a mi lado cogiéndome una mano y con su cabeza apoyada en mi hombro.

MIRIAM: Una vez me dijiste que te gustaría verme con otro hombre, ¿sigues pensando lo mismo?

YO: No cariño, lo siento pero te quiero solo para mí.

MIRIAM: Mejor, con una chica me siento cómoda, con otra polla no me acabo de ver.

Nos quedamos en silencio durante mucho rato sin movernos, ella levantó la cabeza preocupada.

MIRIAM: Cariño, ¿te hace daño verme con otra chica?

Yo le miré los ojos en silencio durante un buen rato, a ella se le notaba impacientarse esperando una respuesta.

YO: Me pones cachondo como un gilipollas, me pones la polla a punto de estallar, te follaría como un animal mientras le comes el coño.

Miriam sonrió ampliamente y me abrazó con fuerza.

Pasó el tiempo y una noche cenando Julia nos dio otra noticia.

JULIA: Nos han invitado a una importante pasarela de moda, llevamos dos modelos nuestras que desfilaran para unas marcas importantes, creo que deberíamos ir los tres, para conocer gente y hablar con algunas modelos que tengo contactadas para que trabajen con nosotros, allí estará lo mejor del mundillo y no podemos despistarnos.

Estuvimos toda la semana viendo diferentes desfiles, hablamos con mucha gente, comprobamos que nuestra imagen como agencia era seria, el último día los organizadores hacían una fiesta donde estaría todo el mundo que era alguien en la moda, era impresionante, una alfombra estilo los Oscar de Hollywood nos recibía, con muchos periodistas haciendo fotos de todo dios que pasaba por allí, estábamos dentro hablando con unos, nos desplazábamos un poco nos parábamos a hablar con otros, pasábamos entre medio de un montón de gente cogidos de la mano con Miriam, le di con un hombro a una chica que estaba parada, se giró, yo me iba a disculpar.

YO (sorprendido): Bea, ¿Qué haces aquí?

Bea (sorprendida): Me han invitado a la fiesta, como a ti supongo.

Nos miramos sin saber muy bien qué hacer, noté la mano de Miriam apretarse con la mía nerviosa, reaccioné y le di dos besos a Bea.

YO: Bueno, ¿y cómo va todo?

Bea tocó en el hombro a un hombre que tenía al lado girándose, era el típico australiano, alto, fuerte, rubio de ojos claros.

BEA: Es mi marido.

Nos lo presentó mirándome a los ojos. esperando mi respuesta con cara un poco preocupada, yo sonreí y le estreché la mano, Miriam me soltó y le dio dos besos, se dirigió a Bea para disculparse.

MIRIAM: Bea, yo siento…

Bea le respondió sin dejarle acabar la frase.

BEA: No te tienes que disculpar de nada, ha pasado mucho tiempo y ya no tiene importancia.

Nos despedimos sin tener nada más que decirnos, Miriam volvió a cogerme de la mano fuerte mirándome.

MIRIAM: ¿Estás bien cariño?

YO: Sí, simplemente no me esperaba verla, eso es todo.

Pero la verdad es que en aquellos pocos minutos que habíamos estado hablando con ellos, me vinieron a la cabeza un montón de recuerdos de nuestra relación y todos eran bonitos, la distancia y Miriam me habían hecho olvidarme de ella, pero al verla se me removió el pasado dejándome triste, Miriam que de tonta no tenía un pelo lo notó.

MIRIAM: Ven conmigo, vamos a tomar algo.

Me llevó hasta una barra y me pidió un vodka solo, nos sentamos y me lo hizo tomar de golpe.

MIRIAM: Cuando lleguemos a casa hablaremos cariño, este no es el momento ni el lugar para hacerlo con tranquilidad.

Me sorprendió la serenidad con la que me habló.