El pescador de sueños (16)

Estábamos en verano con un calor tremendo...

Estábamos en verano con un calor tremendo, antes de ir a trabajar y después pasábamos el rato en la piscina, para sofocar el calor intenso y tomar el sol, siempre desnudos porque la orientación y la altura que estaba construida la casa nos lo permitía hacer con intimidad, estábamos tomando el sol en las hamacas y Miriam se incorporó mirándome pensativa, con cara un poco de pervertida.

YO: ¿Qué estás pensando?, que conozco esa cara.

MIRIAM: Sabes que nunca hemos follado dentro de la piscina.

YO: ¿Te gustaría hacerlo?

No dijo nada, sonrió y me cogió de la mano caminando directos al borde, sin dejar de dar pasos nos dejamos caer los dos al agua.

YO: ¿Te han comido el chichi alguna vez debajo del agua?

Ella me dijo que no, pero también pensé que si se lo habían hecho igual me lo negaba por cortesía.

MIRIAM: ¿Y a ti, te la han mamado?

Lo negué con la cabeza sabiendo que era verdad, de lo contrario me acordaría.

Me metí dentro del agua viendo su sonrisa y me dirigí directamente al coño aguantando la respiración, ya estaba con las piernas abiertas esperando mi lengua, lo lamí despacio de una punta a la otra mientras aguantaba sin respirar, salí a coger aire dejándole una mano acariciándoselo, para no dejarlo sin nada, la vi jadeando, mirándome fijamente a los ojos, me pasó los brazos por el cuello y me morreó con ganas, le metí un dedo en la vagina y con el resto de la mano seguí frotándoselo, se abrazó fuerte, moviendo su cuerpo al ritmo de mi mano gimiendo, me habló al oído susurrando.

MIRIAM: Como sigas así me corro en un momento mi niño.

Paré poco a poco y le saqué el dedo apoyando la espalda en la pared de la piscina a su lado, ella me miró, cogió aire y se sumergió, noté su mano agarrando bien mi polla, pajeándola dos o tres veces y se la metió en la boca hasta el fondo, no me podía creer que dentro del agua pudiera metérsela tan profundamente sin ahogarse, y menos que me pegara las succiones que me estaba haciendo en ese momento consiguiendo que gimiera, salió del agua con la cabeza mirando al cielo para que su pelo le cayera por detrás dejándole la cara despejada, me miró con aquellos ojazos claros riendo sin parar de hacerme una paja, la cogí por la cintura llevándola hasta unos peldaños que habían a un lado sentándola, abrió las piernas y me acomodé en medio cogiéndome el pepino, apuntándoselo a su agujerito y metiéndole la mitad de golpe.

Se estiró hacía atrás abriendo más las piernas, el agua me llegaba al pecho y ella mantenía la cabeza fuera, moví mis caderas comprobando que se deslizaba por su interior sin problemas, suavemente, acelerando el ritmo hasta hacerle gritar, me giró apoyando mi espalda en los escalones, mantuve el cuerpo recto para que ella se la pudiera meter todo lo profundamente que quisiera, dejó ir un pequeño gemido al metérsela y empezó a moverse despacio, de aquella manera sutil y delicada que sabía que nos llevaría a los dos a un orgasmo enorme, cerré los ojos para concentrarme en las reacciones de mi cuerpo y mi mente.

Notaba mi polla rozar con las paredes de su vagina, una sensación placentera me recorría el cuerpo, haciendo que se moviera como si tuviera vida propia y yo no lo pudiera controlar, me llegaba el placer a oleadas, subía la intensidad y volvía a bajar, cada vez las olas eran más grandes, arrastrándome como a la arena de la playa hacía su interior, la cabeza me daba vueltas, como si estuviera atrapado en una de aquellas olas, pudiendo ver como se acercaba una enorme poco a poco hasta chocar conmigo arrastrándome con fuerza, haciéndome gritar muy fuerte y que disparara varios chorros de semen muy potentes, y unos cuantos más débiles sin parar de gemir, escuchando de fondo los gritos de Miriam que cada vez se hacían más audibles, abrí los ojos de golpe y vi a mi chica mirándome muy enamorada acariciándome la cara.

MIRIAM: ¿Qué te ha pasado mi niño guapo?

YO: ¿No lo sé?, me he visto envuelto en una tela de araña de sensaciones que no me dejaba escapar, lo he disfrutado muy intensamente.

MIRIAM: Ya, ya, tenías que haberte oído como gritabas, me has hecho que me corriera varias veces, yo acababa pero te veía a ti disfrutando tanto moviendo las caderas tan suavemente que me ponías cachonda de nuevo y repetía, era como una ola detrás de otra.

YO: ¿Una ola detrás de otra?

MIRIAM: Sí, me llegaba un orgasmo, bajaba, llegaba otro mayor, volvía bajar, así varias veces, hasta que me ha venido uno enorme que ha coincidido con el tuyo, ha sido algo muy especial que no había sentido nunca.

YO: Yo sentía esas olas que dices cariño, las sentía en mi mente, igual que tú dices.

Nos abrazamos un buen rato en silencio, creo que intentando encontrar una explicación a lo sucedido sin encontrarla.

Cuando llegó Julia nos dio una noticia.

JULIA: Me ha llamado tu prima Soraya, quiere venir a pasar una semana de vacaciones con su novio.

MIRIAM: Supongo que le has dicho que no.

La miré sorprendido de la respuesta.

JULIA: Que tonta eres niña, como coño le voy a decir que no a mi sobrina, os lo digo para que sepáis que el domingo llegarán.

Nos quedamos por la noche antes de ir a dormir tomando una copa en la terraza.

YO: ¿Qué pasa con tú prima que no quieres que venga?

MIRIAM (mala cara): Es una zorra de mucho cuidado.

YO: ¿No te pasas un poco?, que tú eres muy rara.

MIRIAM: No hace falta que te convenza, la semana que viene te va a estar tirando los trastos toda la semana, y te aviso, como te la folles te hecho de casa y no quiero saber nada más de ti, fóllate a quien quieras pero a esa no, por favor.

YO: Cariño, que yo no me quiero follar a nadie que no seas tú.

MIRIAM: Ya, ya, avisado estás.

La abracé para tranquilizarla y nos fuimos a dormir, el domingo por la tarde estábamos los dos esperando a la prima con el novio que había ido a buscar Julia a la estación de tren, Miriam estaba sentada seria con los brazos cruzados con una cara como un poema, yo intentaba distraerla.

YO: Tranquila cariño que no será para tanto, total solo es una semanita.

MIRIAM: ¿Una semanita?, no se me va hacer larga la semana de los cojones, nos vamos a ir a trabajar temprano y vamos a volver lo más tarde que podamos, vamos a hacer más horas que en nuestra puta vida en la agencia.

YO: Vale, vale, tranquila.

Llegaron y no me extrañaba que Miriam le tuviera manía, era guapísima, se parecía mucho a ella pero más alta, con unas curvas de infarto y vestida eso sí algo exagerada, una minifalda que tenía que ir bajándose cada dos por tres, porque se le subía por encima del chirri enseñando el tanga, y una especie de top que le marcaban todas las tetas y los pezones, el novio por su parte tenía, con perdón, una cara de panoli que no podía con ella, se acercó dando pasos pequeños moviendo las caderas a Miriam.

MIRIAM: Como siempre vistiendo tan discreta Soraya.

SORAYA: A que sí, ¿te gusta?

Y si no nos habíamos enterado bien se dio una vueltecita sobre ella misma enseñándonos el modelito y medio culo.

MIRIAM: Este es mi novio, Yul.

SORAYA: Que buen gusto tienes nena, es guapo de cojones.

Me acarició la cara antes de darme dos besos muy cerca de la boca, Miriam la fundía con la mirada, se giró para ir a buscar a su novio y Miriam me miro haciendo un gesto como diciendo, ves lo que te decía, volvió con el panoli cogido de la mano.

SORAYA: Este es mi novio Javi, ya ves que no es tan guapo, pero me divierto mucho con él.

Pensé que si una mujer alguna vez dijera algo parecido de mí la enviaba a la mierda en el minuto uno, él nos saludó educadamente y nos dio las gracias por poder estar una semana con nosotros, Julia les acompañó a una habitación al final de pasillo y les dejó solos para que se acomodaran, nos juntamos los tres en el salón sentados.

MIRIAM: Mamá, pero no has visto como viene vestida, por favor, es que no puedo con ella.

JULIA: Tranquila cariño, dale una oportunidad.

En ese momento empezamos a oír unos gemidos y unos gritos que retumbaban en toda la casa, los cabrones se habían puesto a follar nada más llegar, y como follaban, no se podía ser más escandaloso, me levanté a coger tres vasos y el zumo de naranja, invitándolas a salir a la terraza, cerrando la corredera detrás nuestro bajando al momento el volumen de los gritos, aunque todavía se oían lejanos, nos sentamos con un vaso cada uno en la mano, mirándonos unos a otros sin saber qué coño decir de aquello, se nos quedó la misma cara de panolis que el novio.

MIRIAM: Lo ves mamá, no tiene arreglo.

Bebimos los tres a la vez. No calculé lo que tardaron, pero llevábamos mucho tiempo fuera y seguían con lo suyo, Julia paseaba alrededor de la piscina perdiendo el tiempo, nosotros estábamos con las piernas estiradas mirando para arriba el techo, con cara de aburridos cogidos de la mano, se oyeron unos cuantos gritos más fuertes y se callaron de golpe, nos miramos Miriam y yo, Julia levantó los brazos como si fuera Moisés abriendo las aguas, estábamos los tres hasta el coño de la situación, volvimos a entrar y Julia se fue a cambiar, bajando rápido metiéndose en la cocina para preparar algo para cenar.

La estábamos ayudando y bajó la parejita cogida de la mano, se habían cambiado y él llevaba un pantalón corto de deporte y una camiseta, ella una camiseta que le llegaba a medio culo enseñando las bragas, Miriam se la miró que no se lo podía creer, a mi me dio por reír ganándome un golpecito en la cabeza, entraron en la cocina.

SORAYA: Estábamos cansados y hemos dormido un poco antes de bajar.

MIRIAM (en voz baja): Que coño tiene la tía, encima nos trata de gilipollas.

JULIA (susurrando): Calla que te va a oír.

Nos sentamos a cenar, Soraya no paraba de hablar, Julia le contestaba alguna cosa y nosotros estábamos cayados escuchando aguantándonos la risa, el panoli solo comía, como si aquello no fuera con él.

JULIA: Si necesitáis algo esta semana, se lo pides a tú prima que estará todo el día por aquí.

Miriam dejó de masticar mirando a su madre con los ojos muy abiertos, Julia le hizo una señal con la cabeza confirmándoselo, que hizo que me empezara a reír sin poder evitarlo, noté una patada de Miriam en mi pierna que me provocó una carcajada.

Acabamos de cenar y nos fuimos a dormir dejándolos con una escusa, llegamos a la habitación y Miriam estaba indignadísima con su madre.

MIRIAM: Mira que sabe que no la trago, y la muy cabrona me hace estar toda la semana pendiente de las gilipolladas de esta tía joder, y no se te ocurra reírte más que la vamos a tener.

Me tapaba la boca, entrando al cuarto de baño para no reírme y cabrearla más, nos tranquilizamos metiéndonos en la cama abrazados, al poco rato oímos los pasos de ellos pasando por delante de la habitación, se hizo el silencio en la casa, estábamos a punto de dormirnos y nos despertó un gemido enorme, volviendo los gritos, Miriam se levantó de golpe.

MIRIAM: Me tienen hasta el coño estos dos, voy a llamar a la puerta y les voy a pegar una bronca que se van a cagar, ¿pero esto que es coño?

YO: Tranquila cariño que estas en pelotas, vamos a hacer otra cosa.

Nos pusimos una camiseta y unos pantalones, pasamos por la piscina cogiendo unos cuantos colchones de encima de las hamacas, nos metimos en la habitación de los masajes estirando las colchonetas, poniéndonos encima a dormir.

MIRIAM: Estoy desvelada coño, esta tía me va a dar la semana la cabrona.

YO: ¿Quieres que te relaje un poquito cariño?

MIRIAM: ¿Me vas a hacer un masaje mi niño?

La besé y le puse la mano en el muslo subiéndola hasta el chichi acariciándoselo despacio.

YO: No, me refería a otra cosa.

Me sonrió abrazándome, besándonos con pasión, follamos cariñosamente quedándonos relajados durmiendo hasta el día siguiente, subimos a la habitación a ducharnos y vestirnos, bajamos a desayunar y Julia estaba con una cara de sueño que no podía con ella, nos miramos los tres.

JULIA: ¿Vosotros habéis dormido?

MIRIAM: Nos hemos ido al gimnasio mamá, aquí dentro era imposible.

JULIA: Joder no lo he pensado, que tonta, de todas maneras hoy envío a la secretaria a comprarme unos tapones para los oídos, si tienen que estar así toda la semana yo no aguanto, ya veis que cara tengo esta mañana.

MIRIAM: La que no va a aguantar soy yo aquí todo el puto día con ellos.

Acabamos y ellos no habían bajado, nos pusimos el bañador y nos fuimos a tomar el sol, al rato salió Soraya con la camiseta y las bragas de la noche anterior rascándose el coño, Miriam se la miró levantando una ceja.

SORAYA: Buenos días parejita.

MIRIAM: Tenéis el desayuno encima de la mesa de la cocina.

SORAYA: Gracias, que bien, tengo un hambre.

Miriam bajó la voz mirándome.

MIRIAM: Cómo no va a tener hambre la hija de puta si no para de follar coño.

Yo me descojonaba de risa con las salidas de Miriam, al rato salieron los dos cogidos de la mano, él con una camiseta y unos bóxer holgados, nos saludaron hablando un rato de cosas tontas como el sol que hacía, se fueron a unas hamacas que estaban al otro lado de la piscina, orientándolas no al sol como sería normal, las pusieron con los pies mirando para nosotros, se despelotaron tan tranquilos y se estiraron con las piernas abiertas, a ella se le veía todo el coño abierto y a él unos huevazos y una polla enorme, Miriam levantó un poco la cabeza bajándose las gafas de sol.

MIRIAM: ¿Eso es normal, o soy yo que estoy gilipollas perdida ya?

YO: ¿Te refieres a la postura o al tamaño de la polla de Javi?, joder con el panoli que número gasta.

MIRIAM (riendo): A las dos cosas cariño.

Reímos y seguimos disimulando leyendo unas revistas de moda, con las gafas de sol puestas para que no supieran donde mirábamos, aquello era un espectáculo, se giraban, se volvían a girar, se ponían a cuatro patas en cada giro, a él le colgaban los huevos que parecían unas campanas enormes, a ella se le veían las amígdalas por el agujero del coño, se rascaban el chumino o la polla moviéndola de un lado para otro, nosotros nos aguantábamos la risa o disimulábamos como si el otro hubiera dicho algo gracioso, para que no sospecharan que nos reíamos de ellos, se levantaron y se tiraron a la piscina, no sin antes rascarse el coño ella y la polla él, que pareja por favor, nadaron un poco y se juntaron abrazándose, Miriam y yo nos miramos pensando lo mismo, nos levantamos cagando ostias metiéndonos para adentro.

Desde allí pudimos ver como se metían mano.

MIRIAM: Estos cabrones van a follar en mi piscina, que asco, tendré que cambiar el agua cuando se vayan, ¿aprovechamos para ir a la cama y descansar un ratito mi niño?

Subimos a la habitación , no pudimos evitar echar una ojeada por la ventana para mirarlos, se les oía gritar, miramos cada uno por un rincón para que no nos pillaran, estaban dentro del agua, él de pie y ella con sus piernas enrolladas en su cintura, no paraba de dar unos botes enormes metiéndose aquella polla tan grande, pegando unos gritos que por suerte nos llegaban amortiguados por la ventana cerrada, nos estiramos en la cama.

MIRIAM: Que coño debe tener la hija puta para metérsela de esa manera, puagg, prefiero no pensar, como te acerques a ella te la corto.

YO: Pero si no me hace ni caso, solo tiene ojos para la polla de Javi.

MIRIAM: Tú espera que ya veras, que la conozco como a la madre que me parió.

Dormimos un rato cómodos en nuestra cama, cuando nos despertamos ya no se oían los gritos, miramos por la ventana, ella le estaba pegando una mamada encima de una de las hamacas a su novio impresionante, parecía mentira que se pudiera meter aquel pedazo de polla tan adentro de la boca y a aquella velocidad, al momento él se empezó a correr, ella tragaba todo lo que podía, pero le cayó el semen por encima parando en la colchoneta de la hamaca.

MIRIAM: Voy a tener que tirar también la puta hamaca, con estos por aquí una semana no sé cómo vamos a acabar cariño.

YO: He pensado que si vas a estar más tranquila puedo ir a trabajar a la agencia.

MIRIAM: Si hombre, y dejarme aquí sola con ellos, a los cinco minutos la estoy echando de casa por los pelos.

YO (descojonado de risa): Entonces mejor me quedó.

MIRIAM: Voy a llamar para que nos traigan la comida, yo a esa no le cocino ni un huevo frito.

Nos vestimos y bajamos, Miriam llamó para que nos trajeran algo para comer a los cuatro, me senté en el sofá con ella estirada abrazada, nos pusimos los cascos del móvil para escuchar música y no los gritos que venían de tanto en tanto de la piscina, los vecinos estarán contentos pensé, les llevamos unas toallas y una bandejita con unas cervezas y algo para picar, nos lo agradecieron sentándose en la hamaca al estilo indio, a él le quedó la cacho polla estirada sobre la colchoneta como un lagarto, y a ella se le veía un agujero del coño súper abierto y grande, pensamos que si tenían algo para picar y beber tardarían más tiempo en entrar en casa, cuando volvimos dentro.

MIRIAM: ¿Te has fijado que agujero tiene la cabrona?, si le cabe un melón dentro.

YO: Joder, si se está follando todo el día el pollón de su novio no me extraña.

Reímos un poco de lo cabrones que éramos y volvimos a tener un rato de paz.

Al medio día entraron con la ropa en la mano, nos saludaron  y subieron a su habitación.

MIRIAM: Como se pongan a follar otra vez cojo la puerta y me largo, te lo juro.

Un poco después llamaron a la puerta, nos trajeron la comida, Miriam se metió en la cocina para emplatarla y calentarla si hacía falta, yo preparé la mesa, le pregunté a Miriam si quería que la ayudara y me dijo que no, me senté en el sofá mirando la tele, bajó la pareja, él con un bañador y una camiseta, ella con otra camiseta más corta que la del día anterior, por suerte se había cambiado las bragas, Javi se sentó a mi lado, Soraya entró a la cocina saludando a gritos a su prima dándole un abrazo, Miriam me miraba con cara de asco dándole unas palmaditas en la espalda, la cocina era de estas americanas que se fundía con el salón, en su momento la diseñó Miriam como toda la casa y estaba muy orgullosa de ella, por eso le tocaba los cojones todo lo que le ensuciaban, Soraya salió al salón y sin más se me sentó encima colocándome el chocho encima del paquete, me abrazó, me sujetó la cara con las manos y me plantó dos besos que gracias a que giré la cara más de la cuenta no me engancha también los labios, Javi reía divertido, de fondo escuché un grito.

MIRIAM: Yul, ven a ayudarme por favor.

Entré en la cocina, Miriam estaba en un rincón donde no la podían ver desde el salón, con un rodillo enorme de amasar en la mano.

MIRIAM (cabreada como una mona): Se lo voy a meter en el coño y después se lo estampo en medio de la cabeza a la hija de puta esa.

La abracé para calmarla.

MIRIAM: No voy a poder aguantar la semana sin matarla cariño, déjame, cuanto antes lo haga mejor.

Nos separamos y nos descojonamos de risa llevando los platos a la mesa, Javi empezó a comer, era como si desapareciera, no estaba para nada ni para nadie, Soraya hablaba por los codos de cualquier cosa con la voz muy alta, de lo bien que se estaba en la piscina, de la casa, del buen día que hacía, de lo bien que se lo pasaban en el pueblo cuando eran pequeñas, no paraba, Miriam de tanto en tanto decía…

MIRIAM: Sí, sí.

Por fin se acabaron los postres, se miraron los dos, se dieron un beso en la boca y se levantaron largándose, sin quitar nada de la mesa los cabrones, Miriam se estiró en la silla mirándome.

MIRIAM: Que pesadilla.

Recogimos todo limpiando después, íbamos a subir a la habitación pero nos lo pensamos mejor, nos fuimos al gimnasio, tarde o temprano aquellos dos empezarían con su espectáculo y cuanto más lejos mejor, Miriam se desnudó, puso una toalla encima de la camilla y se estiró encima dejándome una panorámica preciosa de su culo.

YO: ¿Mi vida te doy un masaje?

MIRIAM: No cariño.

Me acerqué y le besé un cachete del culo.

YO: ¿Y qué te dé besitos por aquí?

MIRIAM: Eso si mi niño.

Le fui besando por todo el culo, saqué la lengua y se la metí en la raja por arriba, bajando lentamente, le di unas cuantas vueltas al ojete, ella respiro profundo y movió su cuerpo, seguí bajando, levantó el culo moviendo las caderas, con un dedo de cada mano le abrí el chochete metiéndole la lengua en el agujero, mojándolo con saliva dándole vueltas, gimió girando la cabeza para mirarme a los ojos, me arrodillé en la camilla y me bajé el pantalón liberando mi polla erecta, con la mano la dirigí a su vagina introduciéndola lentamente, Miriam suspiró, me dejé caer sobre su espalda hablándole al oído.

YO: ¿Y esto, te gusta mi amor?

MIRIAM (excitada): Es lo mejor del día cariño.

Empecé un ligero vaivén, ella levantaba suavemente su culo cuando la introducía para facilitarlo, sus gemidos empezaban a subir de tono cerrando los ojos, notaba como su humedad envolvía mi polla que resbalaba en su interior suavemente, haciendo audibles pequeños chasquidos, una humedad que poco a poco me envolvía a mí también en forma de sudor, Miriam empezó a gemir corriéndose, yo no podía parar de moverme notando que su humedad había aumentado, el ruido del contacto de mi polla con su vagina totalmente mojada subía metiéndose por mis oídos oyéndolo cada vez más fuerte, y más fuerte, a Miriam el cuerpo le dio como un espasmo corriéndose de nuevo gritando más alto, yo seguía escuchando el ruidito que cada vez era más fuerte, se apoderaba de mi cerebro no dejándome pensar en nada más, solo oía los orgasmos de mi amor y notaba un calor que me subía por la espalda, muy despacio, acelerándose al llegar a la nuca, quemándome el cerebro empezando a gritar por un placer inmenso que invadía todo mi cuerpo, escapándose en cada grito un chorro de semen que dejaba dentro de Miriam, que parecía quererlos recoger todos con sus espasmos vaginales, me apoyé con todo mi peso en su espalda, juntando los dos cuerpos sudados, abrí los ojos con mi boca besando su bonita cara.

MIRIAM (jadeando): Últimamente no se qué nos pasa que enlazo varios orgasmos en cadena de forma espectacular.

YO: Yo estoy relajado totalmente mi vida.

MIRIAM: Será ahora, porque hace un momento te movías dentro de mí volviéndome loca.

Nos duchamos y nos estiramos en las colchonetas desnudos, yo boca arriba y ella pasándome un brazo por el pecho apoyando su cabeza en mi hombro, me dormí con la voz de Miriam, “Mi niño guapo, como sabe satisfacerme”.

Después de la siesta nos vestimos, pretendíamos ir a la cocina a tomar algo, solo salir a la piscina oímos de fondo los gritos de aquel par que estaban otra vez con lo suyo, sin decir nada dimos media vuelta y volvimos a meternos para adentro.

MIRIAM: ¿Cómo coño pueden follar tanto?, es que no hacen otra cosa joder.

Me encogí de hombros tumbado boca arriba en las colchonetas, esperamos un buen rato más y salimos, había un silencio total, tomamos algo rápido y nos fuimos a duchar juntos, bajamos y ellos estaban sentados en un sofá, bueno sentados, era un amasijo de piernas, brazos y cuerpos, enredados entre sí que no sabías lo que era de cada uno, Miriam miró al techo abriendo los ojos y nos fuimos a sentar a nuestros sillones.

MIRIAM: ¿Tú crees que nosotros podríamos ponernos como ellos?

YO: Imposible, tendría que venir alguien a ayudarnos para deshacer el nudo, que flexibilidad.

En estas se levantó Soraya viniendo a buscar a Miriam, se la llevó para la cocina con una excusa, Javi las miró pasar y se levantó para sentarse a mi lado.

JAVI: Era una excusa para que pudiera hablar contigo.

YO: ¿A sí?, y que quieres decirme.

JAVI: Soraya me ha pedido que te preguntara si te la follarías, conmigo mirando claro.

Lo miré con cara de mala ostia.

JAVI: Si no quieres no pasa nada, no hace falta que te enfades.

YO: ¿Qué no pasa nada tío?, os invitan a venir una semana a cuerpo de rey, no ayudáis una mierda en nada, os pasáis el día follando como conejos, liando un escándalo que no hay quien este cerca de esta casa sin enterarse, y encima tenéis los santos cojones de querer ponerle los cuernos a su prima, en su propia casa, y os quedáis tan anchos. Mira, dile a Soraya que a partir de ahora, cuando folléis os vais a meter en la boca unas bragas para no hacer ruido, como os vuelva a oír gritando como animales, te juro que voy a convencer a Julia para que os envíe a tomar por culo, a Miriam no hace falta que la convenza porque os echaría ahora mismo de una patada en el culo.

Se quedó con una cara de alucinado que todavía parecía más panoli, me levanté y fui a buscar a Miriam a la cocina, cogí dos vasos, puse hielo, un buen chorro de vodka y acabé de llenarlos de zumo de naranja.

YO: Miriam, vamos a la terraza a tomarnos esto.

SORAYA (haciéndose la graciosa): Hombre no nos cortes la conversación…

YO: Tú ves a buscar a tú novio que tiene cosas que decirte.

Algo me vio en la cara que se puso sería de golpe saliendo de la cocina, cogí a Miriam de la mano, le pasé un vaso, cogí el otro y estiré de ella para salir a la terraza, al pasar por el salón Javi seguía sentado con la misma cara que lo dejé, nos sentamos fuera.

MIRIAM: ¿Ha pasado algo?

YO: Dale un buen trago al vodka y te lo cuento.

Me miró con los ojos muy abiertos y le pegó un tiento al vaso que lo bajó casi hasta la mitad.

MIRIAM: Espera, que respiro profundo y me lo cuentas, que hace pinta de ser gordo.

YO: Ese par me han ofrecido follar con Soraya y el mirando.

MIRIAM: La madre que la parió, que hija de puta, la mato, te juro que la mato.

Se levantó de la silla como un resorte, la cogí de la mano y le hice volver a sentarse.

YO: Tranquila, ya le he contestado yo al panoli, como vuelvan a hacer un escándalo follando los echamos a la puta calle, y me importa una mierda lo que diga tú madre.

Miriam me miraba a la cara sonriendo, me tocó el pelo poniéndomelo bien.

MIRIAM: ¿Me has defendido mi niño?, cuando se vayan te voy a recompensar por lo que haces por mí.

Acabamos las copas y volvimos dentro, ellos no estaban en el salón, nos sentamos para tranquilizarnos esperando que llegara Julia para cenar, cuando bajó cambiada y se metió en la cocina llegaron ellos detrás, se ofrecieron a ayudar, Julia les pidió que pusieran la mesa, miró a su hija preguntando con la mirada que pasaba, su hija me miró a mí, en ese momento entró Soraya en la cocina con su camiseta cortita y en bragas.

YO: Soraya, a partir de ahora cuando bajes ponte algo más discreto vale, no quiero estar viéndote las bragas todo el día, sube y tápate un poco por favor.

Me miró sorprendida dando media vuelta subiendo las escaleras, miré a Miriam y ella miró a su madre, se taparon la boca para no descojonarse de risa, cuando acabamos de cenar ayudaron a quitar la mesa y se fueron a su habitación, se lo contamos todo a Julia y nos fuimos a dormir, al rato de estar en la cama oímos como un murmullo muy flojito.

MIRIAM: ¿Y ese ruidito?

YO: Les he dicho que si follaban se metieran en la boca unas bragas para no gritar.

Nos reímos y dormimos plácidamente hasta el día siguiente.

Por la mañana, igual que el día anterior los esperábamos en la piscina tomando el sol, salieron vestidos más tapaditos y Soraya se dirigió donde estábamos nosotros.

SORAYA: Perdona Miriam, ¿nos preguntábamos si podíamos tomar el sol desnudos como ayer?, Miriam la miró seria directamente a los ojos, Soraya bajó la cabeza sabiendo que estaba al tanto de todo lo que me dijo el panoli el día anterior.

MIRIAM: Tomar el sol como os salga de los cojones, pero por dentro de casa un poco más de decencia joder, y cuidado con las escandaleras, ya sabes a que me refiero.

Se fue con la cabeza baja rascándose el coño, el panoli la siguió rascándose la polla, se pusieron en las hamacas a tomar el sol en bolas volviendo el espectáculo.

MIRIAM: Que a gusto me he quedado niño.

YO: ¿Te has fijado que se rascan el higo y la picha al mismo tiempo, van sincronizados?

Miriam se moría de risa, pasó por fin la puta semana y Julia los devolvió al tren, nos quedamos por fin solos otra vez en casa, nos fuimos cogidos a la sauna, nos desnudamos uno al otro con tranquilidad, sudamos durante diez minutos, nos dimos una ducha fresquita y nos metimos en el jacuzzi, uno al lado del otro mirando el techo relajándonos.

MIRIAM: Que paz, que ganas de que se fueran.

YO: ¿Pasó algo en el pasado con tú prima que me quieras contar?

Dudó un momento, se incorporó, me besó y empezó a hablar.

MIRIAM: De pequeñas pasábamos todos los veranos en el pueblo, mi madre ya sabes cómo trabaja y me enviaba con mi tía, cuando fuimos adolescentes salíamos con un grupo de amigos de cada verano, a la que yo decía que un chico me gustaba la muy guarra se enrollaba con él delante de mí, pensé entonces en no decirle si me gustaba alguno, pero a la que me veía hablar con alguno un poco más de la cuenta ya me podía despedir de él, una vez tuvimos una discusión muy fuerte que nos estiramos de los pelos, mi madre no me envió más. Pasaron años sin vernos, un día trabajando ya en la agencia, mi madre me dijo que le había llamado su hermana, para ver si podía hacer algo por Soraya porque se estaba despendulando mucho, con buena fe le ofreció un puesto de trabajo en la agencia, ya te puedes imaginar cómo se presentaba a trabajar, a los cuatro días se había pasado por la piedra a casi todos los tíos, entre ellos a un noviete que yo tenía en aquel momento, mi madre se la acabó devolviendo a su hermana por los follones que estaba montando en la agencia, a partir de ahí nos hemos visto muy pocas veces, entiendes ahora porque no la trago mi niño.

La besé dulcemente y nos volvimos a estirar hasta que se apagaron las burbujas, la saqué en brazos colocándola encima de la camilla, la sequé y le hice un masaje relajante sin decir nada, cambiamos las posiciones y me lo hizo ella a mí, relajaditos nos fuimos a la habitación a ducharnos bien, me puse jabón en las manos pasándoselas por todo el cuerpo, sintiendo su fina piel sin dejar de besarnos, luego lo hizo ella, nos secamos y enganchados por los labios nos estiramos en la cama acariciándonos, Miriam se puso encima apoyando el culo en mis muslos, dejando caer saliva en la palma de la mano, me agarró la polla iniciando una paja muy lenta, esperando que se me pusiera tiesa, cosa que no tardó mucho tiempo, volvió a dejar caer saliva en la otra mano y sin dejar de pajearme se la pasó por el coño para lubricárselo, adelantó el cuerpo metiendo mi polla por debajo, dejándola entrar en su vagina lentamente hasta tenerla  toda dentro, dando un sonoro suspiro levantando la cabeza.

Apoyó una mano en mi pecho y con la otra me acariciaba la cara mirándome a los ojos, con el vaivén de sus caderas me fui metiendo en aquellos ojos azules que me miraban fijamente, parecía que toda la habitación se volvía de color azul, llegó un momento que aunque quisiera no podía apartar la mirada, empecé a notar con más intensidad los movimientos de Miriam sobre mi polla, mis huevos se movían solos endureciéndose, me llegaban sus gritos, que una vez más subían y bajaban de intensidad a medida que pasaba el tiempo, notaba en mis manos el tacto de su piel, de sus pezones duros como piedras, de su sudor, se había corrido varias veces sin poder contarlas, me pasó la mano por la cara para limpiarme el sudor despertándome de mi letargo, se levantó un poco sacándosela, yo miré para abajo para verla salir muy mojada y totalmente blanca de sus flujos, la apuntó un poco más atrás y se la metió en el agujero del culo volviéndome a mirar.

Volviéndome a atrapar con aquellos preciosos ojos, ahora notaba que entraba más estrecha, ella aumentaba el ritmo poco a poco, la mano que me acariciaba la cara se la llevo al chichi haciéndose una paja, se iba dejando caer cada vez más fuerte con el culo sobre mi polla, se movía cada vez más cambiando la cara indicando que le quedaba poco para volver a correrse, dio tres o cuatro culazos muy fuertes, empezó a correrse pegando unos gritos tremendos, se me volvió a aclarar la vista y me corrí dentro de su bonito culo acompañándola en los gritos, apoyó suavemente su cabeza en mi pecho.

MIRIAM: Cada vez siento más, los orgasmos son enormes y acabo más cansada.

Yo reía a carcajadas.

MIRIAM: ¿Te ríes de mi capullín?

YO: Es que me ha venido a la cabeza la imagen del panoli follando con unas bragas metidas en la boca.

Nos moríamos los dos de risa.