El pescador de sueños (12)

Seguía simpática y dando una imagen de felicidad...

Seguía simpática y dando una imagen de felicidad, durante todo el día siguió igual, trabajamos un rato, tomamos el sol, comimos, descansamos cada uno en un sillón, esperamos para cenar a su madre y nos fuimos a dormir cada uno a su habitación.

Pensé que a media noche se cambiaría de cama, dejé la habitación muy oscura, puse dentro de la cama unos cojines para que pareciera que había alguien dentro, cuando escuché la puerta de su habitación abrirse me escondí, se abrió la puerta, entró ella desnuda caminando de puntillas, me acerqué por su espalda tapándole la boca con una mano apretándola contra mí, con la otra la sujetaba por debajo de las tetas, dio un grito insonorizado por mi mano.

YO: ¿Te gustaría poder dormir en esta cama conmigo cuando quieras, sin tener que entrar a oscuras como una ladrona?

Respondió moviendo la cabeza de arriba abajo confirmándolo, la apreté más contra mí contactando mi polla con su culo.

YO: ¿Estás dispuesta a hacer cualquier cosa?

La apreté más, noté como la polla se le metía en medio de la raja del culo.

Volvió a confirmarlo con la cabeza.

YO: Mañana serás mi esclava sexual, ¿Estás de acuerdo?

Noté en mi mano como sonreía, ella lo confirmó.

YO: Dormirás conmigo, mañana sobre las nueve y media me despertarás con la mejor mamada que hayas hecho nunca tragándotelo todo, después del desayuno te diré el resto de normas, ¿De acuerdo?

La giré de golpe mirándole a los ojos muy de cerca, confirmó con un leve movimiento de cabeza, la acompañé a la cama apartando la ropa para que se metiera, la tapé y me metí yo por el otro lado acostándome de espaldas a ella como siempre, me acarició la espalda como si dibujara algo con un dedo y me quedé dormido.

Me desperté de golpe sobresaltado, aparté de un manotazo la ropa de cama que tenía por encima, me encontré a Miriam metida entre mis piernas con mi polla tiesa en la mano, la mitad metida en la boca, mirándome, que excitante era aquella imagen, al ver que estaba preparado se la metió del todo dentro succionando con fuerza, con tanta fuerza que podía ver como su cara se estrechaba pudiendo sentir su boca alrededor de toda mi polla, como al subir la cabeza la base se estiraba para no desprenderse del cuerpo, un gran placer me recorría todo el cuerpo tensándomelo perdiendo el control, paró un momento en la punta pasándole la lengua, lamiendo, moviéndola sobre el frenillo dándome otro golpe de placer, se metió el capullo succionando con fuerza agarrándome la polla por la base, haciéndome saltar el cuerpo de la cama, cuando pensaba que no podía sentir más, siguió succionando con más fuerza subiendo y bajando la mano apretándola.

Me la notaba succionada y estrujada, subiéndome por todo el cuerpo un calambrazo que me hizo soltar chorros de leche que subían de mis huevos como un torrente sin freno, saliendo por la punta con una velocidad que no recordaba jamás haber notado, quedando toda apresada en la boca de Miriam, que tragaba sin parar, haciendo un ruido con sus labios y boca que me excitaban como nunca, no podía parar de correrme con un chorro detrás de otro, hasta quedar totalmente estirado, rígido, con la mano en la frente, relajándome muy lentamente, con Miriam sin dejar de chupar desde la punta hasta la base, muy despacio, tragándose las últimas gotas que debían de estar saliendo dejándome totalmente seco, siguió con las chupadas suaves hasta que mi polla quedó totalmente flácida, la aguantó un momento en su mano y antes de dejarla suavemente sobre mi cuerpo le dio un beso en la punta, levantó la cabeza y me miró a los ojos con una enorme sonrisa, cayéndole unas gotitas de semen por un lado de los labios.

MIRIAM: ¿Te ha gustado mi amor?

Me lo dijo excitada, relamiéndose las gotitas que le salían, hizo que me pusiera cachondo sin poder sentir vida en mi polla de cómo me la había dejado la cabrona.

MIRIAM: Quédate recuperándote, me voy a duchar y prepararé el desayuno para los dos.

Yo la miraba todavía con la mano en la frente, como comprobando si tenía fiebre con la boca medio abierta, estaba alucinado de la corrida que me acababa de regalar aquella mujer, al rato me levanté, me duché y bajé, me estaba esperando con la mesa de la cocina ya preparada con un desayuno muy completo y una sonrisa enorme en la cara.

MIRIAM: Hoy he preparado un desayuno especial, creo que tendrás hambre y ganas de recuperar fuerzas, si quieres algo más me lo pides y te lo traigo.

Estaba totalmente metida en el rol de agasajarme y hacer todo lo que yo le dijera, dudaba si era por la ilusión de meterse en la cama cada noche conmigo o que el juego que le había propuesto la ponía cachonda, o las dos cosas.

Acabamos de desayunar, me fui a mi sillón preferido y esperé que ella saliera de la cocina, llevaba puesta una camiseta larga hasta los muslos, con un dibujo de la lengua de los Rolling Stones grande delante, le hice una señal para que se acercara, le ofrecí una mano para que me la cogiera y la senté encima de mí, de lado, como si fuera una niña pequeña, con una mano sujetándole por la espalda y otra por fuera del muslo, ella dejó caer su cabeza en mi hombro, pasándome los brazos por el cuello dando un pequeño suspiro, estuvimos un rato sin decir nada, acomodándose con la cabeza pegando sus labios a mi cuello, dándome algunos besos suaves y tiernos, tener a esa chica tan bonita encima transmitiéndome tanto cariño me descuadraba, si no la conociera y supiera que es totalmente imprevisible hubiera caído en sus redes sin remedio.

YO: Hoy hasta las doce de la noche tendrás que hacer todo lo que yo te diga, tranquila que no te pediré ninguna animalada, esta mañana has cumplido muy bien con lo que te pedí anoche.

MIRIAM: ¿Y si lo cumplo, podré dormir cada noche que quiera contigo?

YO: Sí.

MIRIAM: Con derecho a abrazo.

No tenía pensado ceder en nada con ella, pero tenerla tan cariñosa me hizo pensar que en toda negociación siempre se tiene que ceder en alguna cosa.

YO: De acuerdo.

Me volvió a besar en el cuello con más fuerza.

YO: ¿Tienes vaselina?

MIRIAM: ¿Vaselina?, ¿para qué quiero yo tener vaselina?

YO: Pues lo primero que vas a hacer es vestirte con una minifalda muy corta que tengas y ponerte guapa para ir a comprar a la farmacia.

MIRIAM: ¿Tanga, braga o nada?

YO: Braga sexi de color claro.

Se levantó sonriéndome acariciándome la cara de pasada, subió a su habitación y bajó muy despacio por las escaleras, para que la viera bien, llegó donde estaba yo, dando una vuelta delante de mí para que le diera el visto bueno, llevaba una blusa que si te fijabas bien se le transparentaban los pezones de unas tetas impresionantes, una faldita que le llegaba justo por debajo de las bragas y unos zapatos bonitos de tacón, se había arreglado el pelo y con un poco de pintura le resaltaban más los ojos claros y los labios, estaba para saltarle encima en aquel mismo momento, intenté aguantar la cara de póker, aunque creo que no lo conseguí por la manera que ella me miraba orgullosa de haberme impresionado, se fue y yo pude respirar profundo, pensando cómo me estaba poniendo la cabrona y casi no había empezado el día. Volvió con una bolsa sacando de dentro un buen bote de vaselina.

YO: Lo has comprado bastante grande.

MIRIAM: Para que no te falte, puedes hacer servir toda la que quieras, por cierto, (dijo con voz inocente como si no supiera para que servía), ¿para qué la quieres?

YO: Para lubricarte el culo y follártelo.

Me miró sorprendida por la respuesta directa haciendo una pequeña sonrisa de deseo.

MIRIAM: ¿Qué quieres que haga ahora?

Me levanté y me senté en uno de los sofás grandes.

YO: Que vengas al sofá de aquí delante.

Se sentó viéndole las bragas al agacharse cruzando una pierna rápidamente para taparse.

YO: No, así no, quiero que te pongas apoyada con las rodillas en el asiento y el cuerpo en el respaldo sacando el culo.

Se colocó, se le subió la falda dejándome una panorámica de su culo con las bragas metidas, no sé que cara debía hacer yo, pero por su sonrisilla mirándome me la puedo imaginar.

YO: Ahora quiero que te toques el coño hasta que pueda ver las bragas mojadas.

Metió una mano por debajo empezando a acariciarse, veía como sus dedos recorrían todo el coño por encima de las bragas, después metió la mano por dentro jugando con sus dedos, bastante rápido se empezaron a escuchar pequeños ruidos del contacto de sus dedos con la humedad, gemía muy suavemente, pasó un rato y sacó la mano para tocarse el agujero por fuera apretándolo y frotándolo, se colocó bien las bragas dejando una mancha en la zona, me levanté cogiendo el bote de vaselina, le puse un dedo en el culo por encima de las bragas y lo fui bajando lentamente, pasando por encima de la mancha de flujos llegando hasta el clítoris, ella gemía un poco más fuerte, le bajé las bragas hasta los muslos dejando a la vista un precioso culo y un chumino mojado que parecía estar gritando que se la metiera.

Me bajé el pantalón dejando libre mi polla, que estaba con una erección desde que ella empezó a jugar con sus dedos, puse la punta en el agujero y la metí un poco, moviendo ella todo el cuerpo de la excitación gimiendo fuerte, empujé con mis caderas metiéndole la mitad provocándole un grito, se la metí toda hasta el fondo gritando más fuerte, sacando el culo un poco más para que la penetración fuera más profunda, la moví en círculos restregándome bien contra su culo, ella gemía y gritaba sin parar, la saqué despacio hasta el principio, dejándole solo la punta dentro y de un golpe fuerte se la metí chocando mi cuerpo contra su culo, hizo que diera un grito desgarrador, abrí el bote de vaselina untándome dos dedos, le fui lubricando el ojete por fuera despacio mientras le follaba el coño, poco a poco le fui metiendo un dedo en el culo, ella movía cada vez más rápido sus caderas para que la follara más fuerte, la saqué y la metí unas cuantas veces muy fuerte metiéndole un segundo dedo, se corrió gritando como una loca, se relajó, le saqué la polla del chichi toda mojada y le metí la mitad en el culo, dio un grito levantando la cabeza girándola para mirarme.

YO: ¿Te he hecho daño Miriam?

Me miró con una cara medio excitada medio de dolor sin contestarme, se la acabé de meter hasta el final repitiendo el grito sin parar de mirarme, empecé a moverme dentro muy poco a poco casi sin sacarla, la saqué unos dos dedos y la volví a meter unas cuantas veces seguidas, después un poco más, y un poco más hasta llegar a sacársela toda y meterla toda, cuando comprobé que entraba y salía bien lubricada aumenté el ritmo dejando ir algunos gemidos, le iba dando más velocidad a mis caderas, chocando contra ella cada vez más fuerte, hasta correrme dentro sin poder parar de gritar, mientras ella seguía mirándome con una sonrisa de satisfacción, saqué la polla y le subí las bragas para tapar el semen que le salía del agujero, la cogí de la mano y subimos a la ducha de mi habitación, antes de entrar la desnudé a ella y me desnudé yo, miré como se duchaba enjabonándose y aclarándose.

YO: Ahora me vas a duchar limpiándome bien por todas partes.

Ella no paraba de sonreír pasándome la esponja por el cuerpo.

MIRIAM: ¿Te ha gustado?

YO: ¿El qué?

MIRIAM: Metérmela y correrte en mi culo.

YO: ¿Te he hecho daño?

MIRIAM: Me lo has dejado dilatadito.

YO: Mejor, igual más tarde te la vuelvo a meter.

MIRIAM: Lo que tú quieras, hoy es tú día.

Me decía sin parar de enjabonarme por todo el cuerpo con la sonrisa en la boca.

MIRIAM: ¿Qué querrás hacer ahora?

YO: Ponte unas bragas limpias y una camiseta, me vas a hacer un buen masaje.

Me puse un pantalón de deporte con una camiseta y la acompañé a su habitación, abrió un armario y sacó una camiseta, se la probó y me miró, yo le dije que no con la cabeza, se la quitó y sacó otra más corta, se lo confirmé y se la dejó puesta, abrió un cajón sacando unas bragas desplegándolas enseñándomelas, negué con la cabeza, sacó varias negándoselo, vi unas que me gustaron y le confirmé, se las puso y le extendí la mano para bajar juntos a la habitación de los masajes, entramos parándola al lado de la camilla, le quité la camiseta y las bragas dejándolas encima del mueble, me desnudé yo dejando la ropa al lado de la suya y me estiré en la toalla que ella había puesto encima de la camilla, me hizo todo el masaje sin prisas, cuando acabó con la cabeza.

YO: Te falta algo más por masajear.

MIRIAM: No, te he hecho todo el cuerpo como siempre.

YO: Te falta la polla y los huevos.

Me di la vuelta poniéndome boca arriba, sonrió, se echó aceite en una mano restregándoselo con la otra, me tocó la polla con las dos masajeando desde la base hasta la punta, con una pasaba los dedos por los lados, como intentando relajarla, y con la otra frotaba suavemente los huevos, cuando empezaba a notar que mi polla respondía queriendo crecer me levanté.

YO: Ya está bien, ha sido un buen masaje, vístete.

Me di una ducha rápida, para sacarme el aceite del cuerpo, me vestí entrando al salón de nuevo, ella esperaba la siguiente orden, yo cogí el móvil con mis cascos sentándome en el sillón a escuchar música, ella estaba delante de mí preciosa, con una camiseta corta apretada al cuerpo y en braguitas, mirándome sin saber qué hacer, esperé un poco y le hice una señal con la mano para que se acercara, la volví a sentar encima de mí como estaba por la mañana después de desayunar, ella cogió la misma postura dándome un sonoro beso en el cuello, apretándose todo lo que pudo, como me gustaba tenerla así abrazada, pero no podía demostrarle alegría ni estrujarla como me hubiera gustado, estuvimos mucho rato.

YO: ¿Has pensado que vamos a comer hoy?

MIRIAM: Sí claro, pero podríamos estar un poquito más así por favor.

La dejé cinco minutos más y nos fuimos a la cocina, ella sacó varias cosas de la nevera y empezó a cocinar, me puse detrás de ella a tocarle el culo, primero se lo masajeaba por todos lados suavemente, después bajé la mano metiéndosela por encima de las bragas cogiéndole todo el coño, gimió un poco, me arrodillé bajándole las bragas por los muslos para olerlas, le hice sacar el culo y le metí un lametazo en medio del chumino que le hizo dar un salto, le pasaba la lengua despacio haciéndola gemir, de golpe le pegaba otro lametazo haciéndole soltar un grito.

MIRIAM: Cómo me estas poniendo.

YO: ¿Cómo te pongo Miriam?

MIRIAM: Muy cachonda, muy excitada, con ganas de que me folles.

Me aparté, le subí las bragas y esperé a que terminara la comida y estuviéramos sentados.

YO: ¿Estás muy cachonda?, ¿follarías ahora mismo?

Me miró excitada.

MIRIAM: Sí, podrías hacer lo que quisieras conmigo ahora mismo.

YO: Pues baja debajo de la mesa y chúpamela.

MIRIAM: ¿Qué?

YO: Nunca me la han chupado mientras como y quiero probarlo ahora, baja y métetela en la boca.

Avancé un poco el culo en la silla, mientras ella me miraba sonriendo y se metía debajo, noté como me bajaba el pantalón para cogerla medio flácida y metérsela en la boca, le dio unos chupetones muy escandalosos que se podían oír, se la metió toda en la boca succionando poniéndola a tope, luego se la metía y sacaba chupando desde la punta a la base escapándosele algunos ruiditos que me ponían a cien, me estaba excitando demasiado y no me quería correr así.

YO: Vale, vale, ya puedes dejarlo.

Volvió a colocarse en su silla con una sonrisa malévola.

YO: ¿Te ha excitado, te gustaría follar después de comer?

MIRIAM: Sí, tengo ganas de que me la metas y correrme.

YO: Vale, pues después de comer saldrás y te traerás al tío que tú quieras para follártelo delante de mí.

MIRIAM (sorprendida): No por favor, no me pidas eso, eso no.

YO: ¿Por qué no?

MIRIAM: Por qué no quiero  hacerlo, no quiero follarme a otro, te quiero follar a ti.

YO: Necesitas una polla y quiero que te la busques.

MIRIAM (llorando): No, por favor, no quiero hacer eso, no lo voy hacer, seré tu esclava siempre que quieras, toda la semana, todo el mes, para siempre, pero no voy hacer eso.

La intentaba poner a prueba para saber hasta donde era capaz de llegar, y aquello estaba claro que no lo haría, me gustaba por una parte.

YO: Sabes que no podrás dormir conmigo, un trato es un trato.

Se arrodilló en el suelo implorando, la levanté volviéndola a sentar en la silla.

YO: No te arrodilles, no te quiero sumisa, solo que cumplas con el trato.

MIRIAM: Si quieres eso, no lo voy a cumplir, lo siento.

YO: ¿Pero porqué?

MIRIAM: Porque te quiero a ti, estoy enamorada de ti y no quiero a ningún otro hombre joder.

YO: Venga que nos conocemos, no me tomes el pelo a estas alturas.

MIRIAM: Te lo prometo, te haré lo que quieras cuando quieras, pero no haré lo que me has pedido.

YO: Tú palabra no me sirve para nada, ya la creí una vez y me  traicionaste cuando estábamos muy bien juntos, o al menos eso creía yo, no deberíamos estar tan bien cuando desapareciste de mi vida sin ninguna explicación, así que ahora no me jodas, ¿lo vas a hacer o no?

Intentaba llevarla al límite, se le pusieron los ojos llorosos, me miró y empezaron a caerle lágrimas sin parar intentando ahogarlas cerrando la boca.

MIRIAM (llorando): No, no lo voy hacer, si quieres que no te moleste me lo dices, pero intentaré demostrarte que te quiero como sea.

Me pareció que había llegado al límite, me dio mucha pena haberla llevado hasta allí, me levanté, la cogí de la mano sin decir nada y la llevé hasta el sofá, me senté y a ella la estiré a mi lado, mirando hacia mí abrazándola apoyando su cabeza en mi hombro.

YO: Está bien, rectifico, es como si no te lo hubiera pedido.

Me abrazó pasando sus brazos por mi cuello y se apretó a mí como una lapa, respiró hondo y se tranquilizó.

MIRIAM: Gracias, gracias de verdad, hare lo que quieras.

YO: Porque no empiezas por explicarme qué coño te pasó para dejarme tirado como una mierda.

MIRIAM: Celos, son los celos, no pude soportarlos más, quererte tanto me hacía estar más celosa cada día de todo, me volvía loca, fui expresamente al Caribe para separarte de Bea, sabiendo que no estarías conmigo, pero los celos me podían, te pido perdón por todo, he pensado mucho en todo esto y quiero cambiar, no puedo seguir como hasta ahora, te juro que he intentado olvidarte pero no puedo, he salido con varios hombres pero como mucho me he besado con ellos y no he podido ir a más porque seguía pensando en ti, he sido una amargada hija de puta a conciencia para no pensar en el sexo, me hacía pajas pensando en ti, solo recordaba el tiempo que estuvimos juntos y lo felices que éramos, quiero cambiar, poder tener una relación feliz contigo, pero no sé cómo hacerlo.

YO: Lo que debiste llegar a hacer en ese tiempo.

MIRIAM: No hice nada, te lo juro, me fui con una amiga los primeros días, cuando mi madre me dijo que te habías ido volví a casa. No, no, no entiendo que me pasó, te he querido con locura siempre, en aquellos momentos no podía estar contigo ni sin ti.

YO: Si me querías, ¿cómo no ibas a poder estar conmigo coño?

MIRIAM: Ya te lo he dicho, por los celos, contigo cerca sufría, ya lo vistes, no te podías ni acercar a una chica sin que perdiera la cabeza, y si estabas lejos también sufría por no verte y abrazarte. Estuve a punto de ir al psiquiatra…

YO: Pues no te hubiera ido mal, estás como una puta cabra.

MIRIAM: Yul, por favor.

YO: Me llegaste a amenazar con echarme de la empresa.

MIRIAM: Lo sé, estaba enfurecida porque no volvías conmigo, me comportaba como una niña mimada, solo quiero que me des una oportunidad para demostrarte que soy mejor persona.

Me pareció muy sincera pero no me fiaba de ella, era demasiada retorcida.

YO: Sabes qué la relación con Bea ha sido lo más bonito que me ha pasado nunca.

La seguía poniendo a prueba.

MIRIAM: ¿Por qué, que te daba ella que no te pueda dar yo?

Me sorprendió la respuesta, pensaba que se enfadaría, pondría mala cara o los celos se la comerían, pero no, se mantuvo calmada y preguntó interesada en saber la respuesta.

YO: Ella es amable, cariñosa, dulce, sincera, te habla directamente sin dar rodeos, estar con ella es fácil, si pasa algo se habla directamente y se busca una solución. Tú eres todo lo contrario, te gusta llegar a las cosas dándole mucha vuelta, no eres todo lo sincera que deberías ser, siempre tienes algo escondido. ¿A qué coño vino que me dijeras que te ibas a buscar un novio?, ¿querías darme celos?, a cosas como esta me refiero, ella nunca lo habría hecho, me diría a la cara lo que piensa y punto, eres muy retorcida y no puedo fiarme de ti.

Ya le había dicho todo lo que pensaba de ella sin dejarme nada en la manga, me daba igual, yo era así y no iba a cambiar por una niña mimada como ella, Miriam lloraba en silencio pensando, supongo que en lo que le había dicho, pasaba el rato y no decía nada, creo que tampoco sabía que decir, quise quitar tensión.

YO: ¿Estás bien como estamos en este sofá?

MIRIAM: Sí, quiero estar siempre así contigo.

YO: Pues aprovecha el momento que de aquí poco rato tendrás que hacer algo para mí.

Sonrió, me besó el cuello y se abrazó conmigo muy fuerte, seguía en silencio pensando con la mirada perdida.

YO: Chúpamela.

Me miró a los ojos recuperando la mirada y sonrió, bajó poco a poco su cuerpo para acomodarse bien a mi lado, me bajó el pantalón de deporte y sacó mi polla agarrada con una mano, la miró, levantó los ojos para mirarme a mí y sin quitar la vista de mis ojos se la fue metiendo despacio, toda en la boca succionando suavemente, abrí las piernas y con la otra mano me acariciaba los huevos, la sacó chupando con fuerza, sacándola totalmente mojada de saliva y erecta, la pajeaba lentamente mirándome de nuevo, puso sus labios suavemente sobre la punta lamiendo el agujerito, de golpe se la metió toda dentro succionando con mucha fuerza, haciéndome dar un par de saltos sobre el sofá, moviendo todo el cuerpo del gusto que me dio la cabrona, me miró riendo.

MIRIAM: ¿Te gusta así cariño?

YO: Súbete y fóllame.

Se levantó, se quitó la camiseta, las bragas y se sentó encima, metiéndose la polla hasta el fondo de lo mojada que estaba sin haberla tocado, me volvió a mirar a los ojos, levantó el culo sacándola y fue bajando muy despacio, notando el roce sobre las paredes de su coño, bajó una mano poniendo dos dedos apretándome la polla por la base, al subir el cuerpo subía los dedos también apretando, me estaba volviendo loco de gusto y deje ir un gemido, sonrió y bajó un poco más rápido volviendo a subir apretando mas los dedos, di un golpe de caderas del descontrol que me estaba provocando, su cara empezó a ponerse sería de placer, miró al techo aumentando el ritmo, yo no podía parar de moverme involuntariamente del placer que notaba por todo mi cuerpo, me estaba acercando a un gran orgasmo, ella no paraba de gritar moviéndose cada vez más compulsivamente, de golpe estallamos en una corrida juntos, moviéndonos los dos como animales salvajes, hasta quedar quietos con su cuerpo encima del mío, su cara en mi pecho y sus brazos rodeándome el cuello, la hubiera abrazado, besado, decirle lo bien que follaba y que si seguía así podía volver a enamorarme, pero me aguanté las ganas por miedo a que cambiara, que al sentir que podía conmigo se comportara de otra manera, pero como me follaba me volvía loco.

Cenamos los tres juntos como siempre.

JULIA: Hoy os veo muy bien.

MIRIAM: Es que hemos trabajado mucho.

YO: Y a conciencia, Miriam es muy buena cuando le sale del coño.

Julia rió girando la cabeza como pensando que con nosotros no había solución.

Se acabó el día y subimos juntos a la habitación, antes de entrar Miriam me miró sonriendo como pidiendo permiso para entrar.

YO: Has cumplido durante todo el día, te lo has ganado.

Levanté la mano señalándole la puerta, entró, se desnudó dejando la ropa por el suelo y se metió en la cama tapándose, me miró con una sonrisa, yo dejé la ropa en una silla y me metí a su lado mirándola, acercó su cuerpo al mío y me abrazó apoyando su cabeza en mi hombro, suspiró cerrando los ojos, dormimos sintiendo el contacto de nuestros cuerpos dándose calor.