El perro de mi hijo
la separación de mi hijo me trajo a casa a yago, nunca pense que seria tan feliz con un perro.
El perro de mi hijo
Lo que les cuento es real como la vida misma, leyendo algunos relatos me decido amparada en el anonimato a revelarles mi secreto.
Me llamo Laura y en la actualidad tengo 58 años, estoy casada y con dos hijos, Pablo de 35 años y Sonia de 32, mí marido y yo siempre fuimos muy felices, y de jóvenes muy activos sexualmente, el es 10 años mayor que yo.
Nuestro hijo se caso con 26 años y se fue a vivir a las afueras de la ciudad, el y su mujer Rosa les encantan los animales así que al año de casados compraron un boxer precioso.
Mi hija Sonia hace unos 6 años que vive con su novio, así que nos quedamos mi marido y yo solitos, pero nos visitan muy a menudo.
Hace dos años nos anuncia mi hijo que si se puede venir para casa, ya que su matrimonio va de mal en peor, quieren darse un tiempo de recapacitación para ver si se solucionan las cosas, así que nosotros esperando todo se arregle dijimos que podía venirse.
Así que apareció mi hijo en casa con el boxer, ya tenia 6 años estaba enorme, pero como siempre muy cariñoso y obediente.
Pasaban los días y mi marido lo sacaba a pasear a diario, algunas tardes cuando mi marido se iba para el hogar a jugar al dominó con sus amigos, yo lo paseaba por el parque.
Una mañana mi marido se fue a arreglar unos papeles al ayuntamiento, así que después de hacer la casa le dije a yago (así se llama el perro).
.- Espera que me ducho y salimos a pasear.
Le hablaba como si realmente me entendiera.
Total que me metí en la ducha y una vez duchada, salí envuelta en la toalla para mi habitación a vestirme, como siempre yago detrás de mí con una pequeña pelota en la boca, me puse unas bragas y un sujetador y una blusa pero yago estaba intentando meterse debajo de la cama su pelotita se le había caído debajo.
.- Haber déjame que yo te la cojo.
Me agache y la pelota estaba muy adentro así que me arrodille para intentar cogerla, pero hay llegó mi sorpresa.
Cuando estaba de rodillas y agachada yago se me acaballo como un poseso, con su pene fuera dándome con fuerza en mi trasero, me quedé helada como pude me lo quite de encima.
.- Pero bueno, que es lo que intentas hacer.
.- Vete a tu sitio.
Yago como siempre muy obediente se fue a la cocina donde tenía su cama.
Me terminé de vestir y salí a pasear a yago, no me podía quitar de la cabeza lo sucedido, después de dar un buen paseo me dirigí a casa, donde ya estaba mi marido, yago le saludó como hacía siempre. Mi marido Andrés me dijo.
.- Que tal el paseo.
.- Como siempre, es muy bueno y obediente.
.- Si realmente es muy bueno.
.- Aunque hoy se portó un poquito mal.
.- Que paso.
Le conté a mi marido lo sucedido por la mañana.
.- Anda, sería casualidad.
.- No lo se, pero estaba encendido, si vieras como golpeaba las bragas con el pene, dirás que soy mal pensada, pero me da la impresión que esta acostumbrado.
.- Tu si que estas acostumbrada, te digo que sería una casualidad.
.- Tu mismo, pero sigo pensando lo mismo.
Me fui a mi habitación y una vez quitada la ropa me puse la bata, y volví a la cocina donde estaba Andrés leyendo la prensa y yago echado en su cama.
Andrés me dijo.
.- Haber vamos a hacer una prueba, ponte a gatas a ver que hace.
.- No seas tonto.
.- Así sales de dudas, ponte alejada de él.
Lo pensé unos segundos y le dije.
.-Vale
En la otra parte de la cocina me puse a gatas, cual fue nuestra sorpresa que yago nada mas ponerme a gatas de nuevo se me acaballo como un relámpago, y con su pene fuera de nuevo golpeaba con el pene en mi bata,
Me desembaracé de él y señalando su cama le dije.
.-A tu sitio.
Yago con la cabeza agachada se echo en su cama y me miraba con ojos de pena.
.- Ves, esta acostumbrado, lo que te diga yo.
.- Pues vas a tener razón, se levantó nada mas verte a gatas.
.- Me temo que este follaba a Rosa.
.- No se, todo es posible, hoy hay muchas mujeres que lo hacen.
.- Anda que nos reímos de los relatos, pero va a ser cierto.
.- Acaso lo dudabas, no serán muchos ciertos pero que algunas lo hacen sí.
.- Pablo lo sabrá.
.- Vete a saber, seguro, mira por donde vas a tener un amante callado.
.- No seas tonto.
Pasamos la tarde riéndonos y hablando de lo ocurrido, esa noche hicimos el amor en condiciones, no era muy frecuente por la edad de Andrés, pero hicimos como se dice una buena faena entre risas y comentarios.
Al día siguiente estábamos sentados en el salón viendo la tele y yago echado en una alfombra que teníamos para él en el salón, y me dice Andrés.
.- Hacemos una prueba.
.- Que prueba.
.- Ponte a gatas a ver que hace yago.
.- Que va a hacer, intentar montarme.
.- Ponte a ver.
Me levante, y lejos de él me puse a gatas, y yago ni se lo pensó, se abalanzo sobre mí.
.- Ves, es la señal, el ponerme a gatas es la señal para él.
.- Si no hay duda.
Lo hicimos varias veces y nunca fallo, yago nada más que me veía a gatas se me acaballaba.
Pasamos una semana entre risas que poníamos a prueba a yago, pruebas que nunca fallaban, Andrés esa semana había cambiado, hacia mucho tiempo que en una semana no hacíamos varias veces el amor, yago nos excitaba, continuamente hablábamos del tema, una tarde Andrés me dijo.
.- Ponte a gatas sin bata.
Me quité la bata, y observé como yago se puso de pie, me puse a gatas y me acaballo de inmediato, le dejaba estar un poco de tiempo, podía sentir su pene en mi trasero entre mis muslos, la verdad que me excitaba y también a Andrés.
Andrés me dijo un día.
.- Porque no te pones sin bragas.
.- No seas tonto, haber si me hace daño.
.- Anda cuando veas que te puede hacer daño te lo quito.
La curiosidad se adueñaba de nosotros, así que una tarde me puse a gatas con la bata en la cintura y sin bragas, el animal sabía lo que hacía, sentí su pene en mí culo y en la vagina, estuvo un rato empujando hasta que yo le dí facilidades, pude sentir como su pene entraba en mí, una vez dentro se acopló como una lapa y bombeo desesperado, realmente estaba corriéndome, cuando sentí dentro de mí su eyaculación, fue maravilloso.
Ese fue el comienzo, llevo unos dos años que follo como una posesa, Andrés se excita de lo lindo, y yago nada mas tengo que ponerme de rodillas.
Nos reíamos de los relatos pero aseguro que esto me esta ocurriendo a mí, a mis 58 años he resucitado sexualmente, por un perro, pero bien venido sea, no temo mas que mi hijo se reconcilie, ya que se marcharían y me quedaría sin yago.