El perro de mi amiga y yo...

Es la historia verdadera de como yo y mi perro llamado Rocko tuvimos una relacion zoofilica homosexual...

Hola amigos, espero que todos estén de lujo y disfruten leyendo mi historia la cual es completamente verdadera.

Ocurrió hace 4 meses y medio, y lo recuerdo como si fuera ayer, y la verdad es que cada vez que lo recuerdo me éxito y me pongo muy caliente.

Acababa recién de mudarme de casa de mis padres, había comprado un departamento muy grande, con preciosa vista y totalmente amoblado. Lo compre junto a una amiga mía llamada Lorena. La cual era muy sexy peor ella decía que no quería tener ningún tipo de relación porque podría arruinar nuestra amistad. La verdad era que yo siempre tuve fantasías con ella. La deseaba. Siempre que quedaba solo, iba a husmear al tiesto de la ropa sucia. Sacaba sus bragas del tiesto y me dedicaba a oler sus fluidos y sus restos de orina durante horas y horas. De echo, a veces, cuando hacía cosas sin pensar, sacaba mi verga, la pasaba por su ropa interior, y me excitaba, por lo que comenzaba a masturbarme. Muchas veces eyaculé en su ropa interior sucia. Era una experiencia genial. Siempre antes de hacer esto encerraba al perro en la terraza de ella.

Luego de indagar tantas veces en su ropa y oler sus riquísimos fluidos comencé a aburrirme de estas experiencias.

Un día, estaba chateando con una amiga, y de repente escucho varios gemidos desesperados de placer. Evidentemente era mi amiga en su habitación, teniendo probablemente el mejor sexo de su vida. Poco después de esto se despide de mí, y se va con la excusa de que va a juntarse a cenar con su madre. Me pareció muy extraño verla salir sola de la habitación.

Intrigado, rompí la mayor regla de todas entre los compañeros de piso, y fue entrar a husmear a su habitación. Dentro de esta, estaba todo normal. A excepción de que estaban todos sus cajones abiertos. Yo muy confundido, mientras buscaba una explicación de porque mi amiga gritaba tanto si no había nadie dentro de la habitación, me acerque a mirar que había dentro de los cajones. Dentro de uno, había un dildo de color rosado. Todo empapado y bañado en los fluidos de mi amiga.

Comencé a lamerlo, mientras me masturbaba. Estaba excitadísimo. De la nada, aparece Rocko, el perro de mi amiga. Como yo le tenía mucho cariño al animal y era obediente, le hice un cariño en la nuca y le dije que se fuera. El perro no obedeció mis órdenes. De hecho, hizo todo lo contrario. Comenzó a lamer el dildo que yo había dejado en la cama. Luego lo comenzó a morder. Yo sabía que ese dildo ya no tenía provecho para mí. Por lo cual me fui de la habitación.

Rocko comenzó a seguirme. Me acosté desnudo en el sofá, y sin imaginarlo, el perro de mi amiga se acercó y empezó a lamerme la verga como si fuera un experto. Era una sensación riquísima, mi pene se había convertido en un cohete a esa altura. Tenía miedo de que el perro me mordiera, pero valía la pena arriesgarse a cambio de esa sensación. Luego de cinco minutos más o menos, sentí que iba a eyacular, por lo cual alejé al perro, ya que no quería acabar. Esperé un tiempo a que mi erectado pene se relajara. Fue ahí cuando se me ocurrió una idea muy rara. Si el me había dado tanto placer era justo devolverle la mano. Por lo cual cogí al perro y lo puse sobre el sofá boca arriba. Su pene rojizo esta en su punto culmine de erección. Comencé a lamerle la pija al principio con asco. Perro luego comenzó a gustarme la idea. Luego de un tiempo deje al perro en paz. Y fui a por un poco de vaselina a mi recamara.

Traje la vaselina con un poco de agua tibia, y lubrique mi pene ahí. Luego, sujete al perro y hice lo mismo con su pene. Cogí un poco de vaselina también, y la puse en su ano. Introduje mis dedos por su recto, pareció no gustarle, pero luego se dejó.

Yo excitadísimo, quería que el perro me follara. Me puse en posición perrito en el piso, y puse a mi perro tras de mí. Desgraciadamente el perro no podía dar con mi ano. Por lo cual lo ayudé. Tras varios intentos al fin acertó. Y sentí como entraba esa exquisita pija por mi culo.

Estuvimos mucho tiempo en el mete saca mete saca. Yo me masturbaba por mientras. Cuando de repente empezó a entrar esa bolita, que al principio me dolió, pero aguanté firme, luego paso desapercibida. Luego de un tiempo, sentí que el perro se relajó, y noté que el animal estaba descargando en mí. Fue tiempo de agarrar al animal por las patas, y ponerlo delante de mí.

Folle con todo lo que tenía, hubo un par de minutos en que pude notar que el perro sufría dolor, pero luego ni se quejo. Estaba apunto de acabar cuando sacó mi verga de él y comienzo a masturbarme rapidísimo. En lo que me demoraba en acabar el perro lamía los fluidos que brotaban de mi culo. Sentía que estaba en el paraíso. Cuando sentí que el semen corría por mi pene me puse frente a el y eyaculé en su cara. EL perro encantado comenzó a limpiarme la verga por su propia cuenta. Yo no me opuse.

Terminado nuestro sexo le di un buen posillo de comida por sus servicios. Se lo merecía.

Mi amiga nunca se enteró de esto, y yo repetí 2 veces mi experiencia con Rocko. Estoy esperando que mi amiga vuelva a salir para atacar.