El Permiso

Un encuentro casual, donde una inocente invitación a un café detonó sensaciones olvidadas que al ser evocadas hicieron una vivencia realmente explosiva.

Mi pareja y yo disfrutamos muchísimo del sexo, tenemos una relación sin complicaciones ni reproches, nos entregamos con toda la energía y pasión, pero tenemo un obstáculo que vencer y es la distancia. No vivimos en la misma ciudad, nuestros encuentros intensos son esporádicos, pero llenos de vivencias y anécdotas que plenaron el tiempo en que no estamos lado a lado

Hemos aprendido a llevar la distancia estoicamente, y recurrimos a variadas herramientas para hacer que nuestra sexualidad no decaiga.A pesar de esto, la necesidad de piel nos ha llevado en un par de ocasiones a desahogarnos con terceras personas, y tenemos tal nivel de complicidad que nos damos el lujo de confesarnoslo sin retaliaciones ni sufrimientos, obviamente que duele un poco, pero valoramos más la confianza y el respeto que ostentamos uno al otro y aprendimos que estar con otras personas es una válvula de escape que quizás solucione algo pero que no significa absolutamente nada en nuestra relación. Sin embargo  nos hemos mantenido monógamos por elección un tiempo hasta que lo que empezó con una broma se salió un poco de control.

Una mañana estaba muy necesitada de piel ajena y se lo hice saber a mi cómplice, empecé a referirme a una tercera persona con la que quería estar y que me volvía loca, pues ya lo conocía en  la cama, lo que provocó una incomodidad en el que noté de inmediato,lo que él no sabía es que me refería a él mismo, a mis ganas de estar con él y de querer salir a su encuentro antes de la fecha que teníamos estimada.Pero el me dió una lección que no olvidaré,le pregunté si me daba permiso para estar con otro y tras una pausa simplemente me dijo  “Si”. Me sorprendió y él continuó diciendo “Puedes estar con otro, no me des detalles ni nada, solo dime que saliste con otra persona y yo entenderé lo que sucedió, será un desahogo, como masturbarte con un dildo, yo creo que puedo entenderlo mejor así”

Yo no podía pronunciar palabra, no sabía si me disgustaba lo que me decía o en realidad sentirme halagada por ello . Me hizo pensar mucho, en muchisimas cosas, unas dolian otras me daban incluso risa.

El se convirtió en un maestro de mi mente, ese permiso, esa autorización que me dio , me lleno de dudas durante bastante tiempo  pero al mismo tiempo de deseo. A veces fantaseaba con esa infidelidad consentida, otras lo imaginaba a él en la escena de espectador y luego de participe en mi orgasmo. En ocasiones tuve la intencion de ejercer mi venia pero algo en mi se retractaba.

Hasta una tarde donde me encontré por casualidad con una persona muy especial.Siempre que nos veíamos nos generaba muchísima emoción y podíamos sentir aún como el roce de nuestra piel generaba chispas. Esa tarde las chispas se convirtieron en un volcán en erupción.

Un encuentro casual, donde una inocente invitación a un café detonó sensaciones olvidadas que al ser evocadas hicieron una vivencia realmente explosiva.

Llamemos a mi amigo X, porque siempre para mi el fue una incógnita.Tuvimos una relación divina, corta y tórrida, pero ya había quedado atrás.Esa tarde de tanto recordarnos como éramos, terminamos enredados en una sabana comiendonos a besos.

Nos encontramos en un centro comercial  muy concurrido, tras saludarnos fuimos a por un café en un pequeño pero bullicioso bar cercano. Estábamos tan emocionados por volvernos a ver que hablábamos casi al mismo tiempo,preguntándonos cosas para “actualizarnos”.  Pronto empezamos a recordar antiguos amigos y con ello vinieron remembranzas de cuando eramos pareja. “Nos divertiamos” me dijo, “Jamás hice tantas travesuras como cuando estaba contigo” Me reí ante tal aseveración. Realmente inventábamos cada locura para estar juntos que nos daría para escribir un libro.

Mientras él narraba todas nuestras antiguas andanzas yo le observaba.ya no era el chico aquel de cabello alborotado, eternamente en jeans y masticando chicle.Ahora era un elegante abogado que vestìa de traje y un peinado impecable que asomaba algunas canas.Sin embargo  en sus ojos podía descubrir a aquel chico algo timido que en una fiesta me robó un beso y me llevó al cielo bailando una canción. “Te digo algo?” dijo interrumpiendo mis pensamientos, “Eres uno de mis recuerdos más bonitos,más dulces” . Sentí que me sonrojaba,como cuando en aquella fiesta me beso. seguimos recordando anécdotas y de pronto extendió su mano y me acarició el cabello,diciendo :  ”¿Y tu pareja? te trata bien? Como te sientes con el?”

Le conté lo lejos que vivimos ahora,pero lo bien que nos llevábamos.Sorprendido me dijo “Y como haces tú,porque yo recuerdo que eres muy caliente y demandante” .“Tenemos muchos recursos” respondo “Y más ahora con tanta tecnología”.

“Y no te da celos imaginar que él puede estar con alguien más a tus espaldas? El es hombre L, yo se como somos, y no aguantamos mucho tiempo sin hembra”

Ese comentario me provocó una puntadita en la garganta, pero solo atinè a sonreír y empecé a explicarle que teníamos un pacto: si la necesidad y la oportunidad se daban,pues se salía adelante y nos lo contariamos sin miedo a retaliaciones ni venganzas.El me veía perplejo y al final solo atino a decirme:”Yo no podría L, de verdad que no podría, me moriría de celos”

Le expliqué lo difícil que fue para mí aceptar este estilo de vida,pero que había aprendido mucho más de mí misma durante este tiempo con el, que en toda mi vida.X me dijo:”Y tú, le has sido totalmente fiel o ya le has contado aventuritas” y se echó a reír pícaramente lo que hizo que lo viera aun más guapo y sexy  que hace un par de minutos,en dos segundos decidí lanzarme sin red y dije ”Aun no, pero quien sabe cuando podría contarle” mientras con un dedo le recorría desde el nudo de su corbata hasta su estómago.

El respondió con un suspiro profundo mientras se acomodaba en su silla inclinándose hacia mí.había leído perfectamente el mensaje enviado y  dijo “En serio? te gustaria contarselo esta noche?” En ese momento una rafaga de placer prohibido envolvió mi cuerpo y asintiendo con la cabeza dije “Nos vamos? O tienes planes esta tarde?” “Tenía planes, pero me acaba de cambiar el panorama;dejame llamar a  la oficina “

Mientras hablaba por su celular, lo recordaba a Él diciendo : ”tienes permiso para hacerlo con quien te plazca,pero no me des detalles de nada,simplemente pasó y ya” . Por primera vez me enfrentaba ya no con la posibilidad sino con el hecho de que estaría con alguien más.Pensé en llamarlo y avisarle,pero sabía que se pondría ansioso y molesto,sabía que él estaría pensando todo el tiempo y atormentandose pues lo mismo me pasaría a mi si la cosa fuese al contrario.Definitivamente es mejor decirlo luego,cuando ya no hay vuelta atrás y el daño sería menor.Porque a pesar de tener claras las reglas del juego y saber que el sentido de pertenencia es muy superior,estas cosas causan un poco de dolor.

Fuimos al estacionamiento y subimos a su auto. X me miro y me dijo “Estas segura?” “Tanto que aquí estoy,por favor X ya no tengo 15 años!” Le dije con cierto tono imperativo  y con la intención de creerme a mí misma. Tenía una mezcla de miedo y morbo que encendía mi pasión. Imaginaba estar de nuevo con aquel chico de mi juventud que me acariciaba dulce pero torpemente y que no sabía muy bien cómo tocar una vagina, convertido ahora en un atractivo hombre que de seguro había pulido sus técnicas amatorias

Me llevó a su apartamento “de recién divorciado”,era pequeñito,pero muy lindo y ordenado, solo tenía un sofá , un TV y una sola habitación con una cama queen impecablemente tendida. Aún tenía algunas cajas “con sus cosas” apiladas junto a un ventanal que fungía de balcón. En la kitchenette había una cesta de ropa colmada, avergonzado me dijo “creo que debo contratar a alguien para que me ayude con los quehaceres “ mientras abría la nevera y sacaba una cerveza que me ofreció directamente de la botella diciendo “En el instituto te encantaban asi de frias” “Te acuerdas de cada cosa” le dije sonriente.Nos sentamos en el sofá con nuestras botellas y brindamos por ese reencuentro.

X se veía muy guapo, muy seguro de sí mismo, aunque para mi aun era aquel muchacho que jugaba basquetbol en la cancha del instituto.Me miro largo rato en silencio, casi podia escuchar mi corazón latir aceleradamente, y se acercó para darme un húmedo beso que correspondí con todas esas ganas reprimidas tras unas semanas sin sexo. X me quito la botella de las manos y agarrándome por las muñecas entrelazo mis brazos alrededor de su cuello mientras me besaba deliciosamente y acariciaba mis senos a través de mi blusa blanca de seda cruda y procedió a desabrochar cada botón con una agilidad tal que apenas me di cuenta cuando  ya me había quitado mi brassier y apretaba mis pezones entre sus dedos índice y pulgar como si quisiera ordeñarme.Yo sentía como el calor invadía mi vértice, al tiempo que mi humedad empapaba mi panty azul oscura.Me apresuré a quitarme el pantalon para recostarme cómodamente en el pequeño sofá que servía de lecho en ese momento.X se subió sobre mi casi aplastandome , y empezó a restregar sus caderas contra las mías que ya sentían una erección increíble de su pene.

Mi excitación crecía a pasos agigantados, mi respiración se hacía rapida y mi corazón sincronizaba sus latidos con las paredes de mi vagina que ansiaba ser penetrada.

X se puso de pie y tomándome de la mano nos dirigimos a la habitación donde  sin reparos me acosté en la cama que olía a su perfume delicioso mientras él se despojaba de toda su ropa, quedando desnudo parado  frente a mi.Me pregunto “Te gusta el sexo oral?” “Cariño, ven y te demuestro cuanto me gusta” y abriendo mi boca engullí completo su pene duro hasta casi ahogarme.Mientras lo masturbaba con mi boca ,mi lengua dibujaba arabescos en todo su tallo y mis manos acariciaban sus firmes y suaves nalgas,entretanto podía escuchar su voz diciendome “Asi, asi, delicioso” y de vez en cuando soltaba un resoplido que me excitaba mucho.

“No quiero acabar en tu boca,quiero cogerte duro” fue lo único que escuché antes de que sintiera como me empujada de espaldas y abriendome las piernas posaba su lengua en mi clítoris emulando una anguila que daba pequeñas descargas eléctricas en  mi ser mientras sus dedos inquietos hurgaban en el fondo de mis entrañas tratando de provocarme un orgasmo que nunca llegó. Me penetró suavemente primero, me torturaba pues solo me metia la punta de su pene cuando yo suplicaba por más,necesitaba ser penetrada pero mi vagina evocaba  el pene de mi cómplice a gritos...Me tuvo unos minutos sumida en la desesperación por sentirlo invadiendome completamente hasta que en un empujón intenso me lo clavó sacando el aire de mis pulmones en un pequeño grito de morbo. Entraba y salía de mi con un ritmo acelerado , casi desesperado, hasta que con un gruñido vació todo su semen en mi ardiente vagina que apenas sintió su calor y no aquel chorro de placer con el que mi complice ahogaba mis deseos.Sin embargo mi necesidad de placer obligó a que me masajeara como loca mi clítoris  hasta sentir un casi aburrido orgasmo mientras evocaba la presencia de mi ansiado y lejano compañero.

Caímos rendidos , acostados muy juntos, jadeantes, sonreidos, plenos.Volteo a mirarme y me dijo “Se lo dirás a tu pareja? “ Yo, aún no convencida de ello  simplemente lancè un “Sí” entre dientes. Él se abrazó a mi y se quedó dormido casi que enseguida, mientras mis pensamientos comenzaron a atormentarme.

Sabia que tenia la licencia por parte de mi pareja, sabía que la condición era decirle lo que había pasado sin detalles, sabía que mil veces me había dicho que no significa nada en nuestra relación, pero no pude evitar sentirme terriblemente culpable.creo que el permitir algo genera que la persona que otorga el permiso sea aún más respetada y cuidada. Ese permiso que me había concedido surtió un efecto terrible en mi, y allí, en la oscuridad de una habitación extraña, arropada por unos brazos ajenos, sentía como un nudo en mi garganta hacia de dique para mis lágrimas. Mi piel no quería esta piel, quería su piel. Necesitaba de su respiración tanto como de la mía misma. Y definitivamente la ausencia de aquel perverso en mi sexo fue la garrafal diferencia  para obtener mi gozo.

Esa noche no me atreví a contarle nada a mi complice.No pude,cada vez que lo intentaba mi voz se quebraba y la culpabilidad afloraba.

La noche siguiente después de tomarme dos shots de tequila,junté todo el valor y la fuerza,haciendo de mi vergüenza una bola de trapos y le dije “Mi amor,debo decirte algo.”

El, tan perspicaz como siempre solo dijo : “Lo sé,no digas nada,no quiero detalles.Dime ¿cómo te sientes?”

Con los ojos anegados no supe que responder.Solamente atiné a decir “No muy bien”

“Se sincera,lo disfrutaste?¿Te gustó?”

Respiré profundo y dije “Pensaba al principio que si,pero despues me di cuenta que no era eso lo que yo quería y necesitaba”

“Muy bien,está bien.”respondió con un tono que no logré descifrar su sentimiento

“Sabes que no debes sentirte mal.Ya tuviste tu experiencia y según lo que me dices no fue tan grata como esperabas.Yo sabía que algo así podría pasarte”

Sorprendida ante su aseveración,  dije “Por que me insistias en que podía hacerlo? “

Solo respondió “Quería que entendieras que yo estoy por encima de cualquiera, asi como tu estas por encima de cualquier mujer,somos únicos y el estar con otros no significa nada pues nada puede alcanzarnos.Nos pertenecemos”

Entendí.

Una lagrima al fin escapó y rodó libre por mi mejilla.

Una sola lágrima cargada de dolor, de culpa, de ternura, de amor y hasta de rabia.

Una sola lágrima.

Y tenía razón,nos pertenecemos.