El pastor y el chico de ciudad. IV El reencuentro
Hola a todos de nuevo, hoy vuelvo para contaros otro episodio de mis aventuras con aquella familia del pueblo y mi padre.
Hola a todos de nuevo, hoy vuelvo para contaros otro episodio de mis aventuras con aquella familia del pueblo y mi padre.
Como recordareis mi nombre es Javier, tengo 20 años, vivo en una ciudad de Andalucía y los veranos los paso en el pueblo de donde son mis padres, en el anterior verano me topé con aquel pastor y su hijo, y acabamos descubriendo la bisexualidad de mi padre y entre unos y otros acabamos follando todos. Fue sin duda el mejor verano de mi vida. La vuelta a la rutina fue dura después de lo ocurrido en aquella granja del pueblo, pero para llevarlo mejor había descubierto las intenciones de mi padre y podíamos disfrutar a escondidas los dos. Alguna que otra vez follábamos o le hacía alguna mamada rápida para que mi madre no sospechara. Pero sin duda lo que nos marcó y nos hacía sentir de maravilla era estar con Manuel padre y Manuel hijo. Aquel verano follamos alguna que otra vez más que aquel día. Papá y yo deseábamos que llegara el verano para poder irnos al pueblo otra vez y disfrutar con ellos. Llegó por fin agosto, como de costumbre mis padres tenían todo el mes de vacaciones por lo que se iban al pueblo. Yo esta vez no puse impedimentos como otro años, esta vez no fue necesario que me insistieran mis padres. Allá que pusimos rumbo los tres camino del pueblo. Al llegar, hicimos lo típico, saludar a la familia y conocidos, instalarnos en la casa de mis abuelos, y una vez todo dispuesto mi padre y yo le dijimos a lo parientes que nos íbamos a dar una vuelta por el campo a despejarnos. Pero en realidad lo que haríamos sería irnos a la casa de los pastores. Cogimos el coche y nos fuimos para el cortijo. Ambos ya íbamos nerviosos pensando en lo que pasaría. Diría que mi padre iba hasta empalmado. Llegamos al sitio, aquello estaba muy tranquilo, como siempre solo se escuchaban los ruidos de las ovejas y las gallinas. Pudimos ver que Manuel había construido una pequeña piscina, sería par pasar mejor el verano. Todo un detalle poder refrescarnos entre sesiones de sexo. No se veía a nadie por allí, tampoco había coches. Fuimos sin avisar y seguramente padre e hijo estaban en sus labores con los animales. Nos acercamos a la casa pero estaba cerrada, lo que si estaba abierto era las cuadras donde guardaban el ganado. Pero tampoco había nadie. Nuestra euforia fue desapareciendo viendo que nuestros amigos no estaban por allí. Mire a mi padre, tenía cara de frustración, pero su bulto aún seguía estando. Aprovechando que allí nadie nos molestaría me abalancé sobre él dándole un morreo para alegrarle algo la tarde. Me correspondió y rápidamente me agarro del culo haciendo que me frotara con su polla. Le desabroché las bermudas que llevaba dejándolas caer al suelo junto con sus gayumbos, su polla ya estaba dura como una estaca. Se la sobé un poco y me agaché delante de él. A estas alturas papá ya no me paraba cada vez que le intentaba chupar la polla, todo lo contrario, se acomodaba y me dejaba hacer. Eso hizo, se recostó sobre una pila de paja dejando su polla a mi antojo. Abrí la boca y empecé a comérsela, le encantaba que mientras se la comía jugase con sus huevos y le rozase el ano, lo hacía ponerse a mil. Apenas llevábamos 5 minutos cuando alguien nos interrumpió. - Vaya vaya, mira hijo lo que tenemos por aquí. Dijo Manuel en el puerta de la cuadra. Se ve que han empezado sin nosotros. Continuó diciendo. Allí estaba Manuel padre, sobándose el paquete sobre uno mono verde de trabajo con las manas cortadas y con la cremallera abierta hasta la barriga enseñando pectorales. - Sin son los forasteros! Y no han perdido el vicio!. Decía Manu hijo mientras entraba en la cuadra, tan solo llevando unos pantalones cortos rotos y unas botas. Se acercaron hasta donde estábamos, yo me incorporé soltando la polla de mi padre, al momento tenía a Manu abrazándome y cogiéndome el culo. Manuel en vez de saludar a mi padre dándole la mano le agarró la polla y se la manoseó y acto seguido me morreó. Manu le comió la boca también a mi padre. - Bueno y que os contáis a parte de lo evidente. Nos preguntó Manuel. - Nos habéis echado de menos?. Dijo el hijo. - Bueno nos hemos apañado como hemos podido, teníamos muchas ganas de encontrarnos otra vez con vosotros. Decía mi padre. - Aquí el amigo tiene que seguir aprendiendo a chuparla. Dijo Manuel echándole el brazo por encima a su hijo y mirándome a mi. - Eso está hecho, un curso intensivo y verás como mejora. Contesté yo sobándole el paquete al hijo. - Joder! pero si ya la tienes dura chaval. Le decía a Manu sin dejar de soltarle el bulto. - A sido veros y se me ha puesto así. Dijo Manu. Tan solo acabamos de llegar y el ambiente ya rebosaba lujuria. Seguí manoseando la entrepierna de Manu, a mi lado seguía mi padre con la polla dura y con Manuel mirándonos a unos y a otro con cara de deseo. - Bueno hijo, porqué no acabas lo que has empezado, se te acumula el trabajo. Dijo mi padre, cogiendo su polla y apuntando hacía mi mientras le bajaba la cremallera a Manuel. No hizo falta que me dijeran nada, me arrodillé delante de los tres, como estaba aún sobando el bulto de Manu aproveché y le bajé los pantalones dejándole los boxer, quería oler y recordar lo macho que era. Metí mi nariz en su paquete, oliéndolo, efectivamente, seguía oliendo como recordaba, mezcla de sudor y lefa. Al otro lado, Manuel ya se había sacado la polla por fuera del mono, mi padre aprovechaba y lo pajeaba, ya le había quitado los boxer a Manu, y fue su polla la que me lleve a la boca, sin dejar de acariciar sus piernas y torso velludo. Allí estaba yo en medio de la cuadra, de rodillas y rodeado de pollas. Primero fue la de Manu, esa polla jovencita, con esa curva, me encantaba. Lo mamé un rato y seguí con la de su padre, su rabo rudo y venoso, la chupaba mientras que con las manos pajeaba a mi padre y a Manu. No perdía el tiempo, Manuel tampoco perdía el tiempo, tenía una mano detrás de mi padre, supuse que por los gemidos de él le estaría metiendo los dedos por el culo. Al otro lado Manu le mordía los pezones a su padre. Después de una buena ronda de mamadas a tres, decidieron incorporarme, Manu me ayudó a desnudarme, mientras que mi padre hacía lo mismo con Manuel. Una vez todos desnudos y sin salir de la cuadra, Manuel puso a mi padre contra la pared, de espaldas a él. Se agachó y abriéndole las nalgas metió su boca y empezó a comerle el culo mientras se lo follaba con un dedo haciendo gemir a mi padre. - Me vas a enseñar tu técnica?. Me preguntó Manu, empujándome contra unos sacos de trigo haciendo que me sentara. Se arrodilló frente a mi y cogiendo mi polla empezó dándole lametazos. La verdad que era bastante bruto, le dije que fuera con más delicadeza, saboreando la polla bien, que pusiese los labios como si estuviera chupando un chupachup, parece que me hizo caso, me estaba dando una buena comida de polla. Al otro lado, Manuel ya había ensartado a mi padre con su nabo, lo tenía agarrado de las caderas y movía todo su cuerpo contra él. Me encantaba ver a mi padre gozar. Aparté a Manu de mi polla, nos pusimos de pie y le comí la boca, me gustaba sentir su cuerpo. Él no tardó en llevar sus manos a mis cachetes y estrujármelos, ya buscaba con sus dedos mi agujerito. Seguíamos besándonos, sin darme cuenta Manu me había levantado del suelo y me sostenía en volandas. - Lo tuyo es reventar culos, adelante con el mío. Le dije a Manu. Sin soltarme, y notando su polla rebotar en mi culo, me puso un dedo en mi boca para que se lo ensalivara, después lo llevó hasta mi culo y me lo metió, me lo folló un par de veces moviendolo en círculos, lo sacó y sin pensárselo me metió la punta de la polla. Todo esto en brazos, yo a horcajadas sobre él. Fui dejando caer mi culo sobre su rabo mientras él seguía empujándolo dentro de mi. Una vez dentro y sosteniéndome del culo empezó a mover sus caderas, clavándome su polla en lo más profundo de mi culo. Manuel seguía sometiendo a mi padre, su polla entraba y salía con facilidad de su agujero, le daba guantazos en el culo mientras le decía lo puta que era. Mi padre se pajeaba como un mono mientras se mordía el puño para evitar gemir como un loco. Ambos machos decidieron hacer una pausa para recuperar fueras, Manu me bajo de entre sus brazos y su padre liberó al mio de su polla. - Vámonos al porche de la casa, estaremos más cómodos y frescos. Dijo Manuel, recogiendo su ropa y guiñándome. - Por mi perfecto. Dije yo, saliendo junto a él. Todos salimos de la cuadra, desnudos. Nos pusimos en el porche que tenía la casa, estaba atardeciendo, la temperatura era ideal. Mis ojos se centraron ahora en la polla de Manuel. Se había sentado en un pollete de piedra, me miraba y me señalaba su polla, seguía dura y tiesa. Me senté sobre él, le daba besos por el pecho, lo sobaba, su polla seguí pringosa del culo de mi padre. - Dale caña al nene Pedro, está acostumbrado. Decía Manuel, refiriéndose a su hijo. Mi padre se lo tomó al pie de la letra. Hizo que Manu se apoyara en la baranda del porche, le abrió las piernas, le soltó un par de lapos en la raja del culo y otro tanto en su polla y lo embistió con todas sus fuerzas. A Manu no le dio tiempo a reaccionar, se agarraba a la baranda para no caerse de las embestidas que le daban, mi padre se agarraba a aquel culo gordo del chaval. Yo me di la vuelta, dándole la espalda a Manuel, poniendo mi culo en su polla, agarrándome a sus piernas, al contrario que con mi padre, a mi me la fue metiendo poco a poco, una vez dentro la deje para que me acostumbrara a su tamaño. Empecé a dar saltitos sobre aquel tronco, no recordaba lo grande que era, gemía en cada embestida. Manuel solo se limitaba a manosearme el culo, decirme lo bueno que estaba y lo que me había echado de menos. Con el buen ritmo que le estaba dando a Manuel acabaría con él en breve, mi padre ya había puesto a Manu de rodillas y con la boca abierta esperando su lefada. Cuatro y cinco chorros de leche le conté a la polla de papá que caían sobre la cara, boca y cuerpo. Mientras tanto yo seguía cabalgando la polla del pastor y viendo la corrida de mi padre me puse a mil y aumente el ritmo. - Manu, acércate, yo te limpio. Le dije. El chico se acercó a mi, aún con chorros de semen por su cara, los recogí con mi lengua y se los dí en la boca. Se estaba pajeando fuerte, no me dio tiempo a llegar a su polla cuando explotó sobre mi, llenándome el pecho y la cara. - Aarrrgggg joderrr me corroooo!!!. Gritó Manuel, dando espasmos en mi culo. Se corrió dentro de mi, llenando cara rincón de mi culo, el semen me salía del ano chorreando por su polla y huevos cayendo al suelo. Me quité de su polla, aún goteaba leche mi culo. Mi padre me dijo que fuese donde estaba él, estaba sentado en una silla, y sin decirme nada se metió mi polla en su boca, me masturbaba y me la mamaba, no tarde mucho en correrme en su garganta. Me senté sobre mi padre, abrazándolo y besándonos. Manu le acababa de limpiar la polla a su padre y se sentó a su lado. Todos suspiramos y reímos. - Queda inaugurada la temporada de verano jeje. Dijo Manuel. - Y que sean muchas!. Gritó mi padre. - Hay algo que os tenemos que contar chicos. Dijo Manu mirando a su padre. - Si bueno...veréis..hemos hecho otro descubrimiento. Explicaba el padre. Continuará.