El pasante -cap II-

Me lo dijo de una forma tan sexy clavándome esa mirada profunda, pero a la vez llena de lujuria. Mientras puso su mano sobre la mía, la llevó a mi pija e hizo que me frotara un poco...

Esta vez iba lento a la oficina, un poco intranquilo por lo de ayer.

Entre al edificio, tomé el ascensor, recordé la gordita del día anterior y me empezó a subir el ánimo, no solo el ánimo...

llegue puntual y cuando salí del ascensor no había nadie en el piso, estaba desierto, camine nervioso algo asustado:

  • ¿Hola?

  • ¡estoy en el depósito Gastón! ¡Veni!

más nervioso me puse al saber que solo estábamos nosotros dos, pero mi pija reaccionó antes que yo: solo estamos nosotros dos...

Entré al depósito y no podía creerlo, ella con el sol de la ventana sobre la piel, el pelo recogido en un rodete, maquillaje atrevido labios rojos que me llamaban a besarlos con lujuria, una camiseta fina de tirantes blanca de esas que se llevan debajo de la camisa y una pollera roja a juego con sus labios, debajo para cubrir esas piernas unas medias que se traslucían, con unos zapatos negros que le levantaban el culo para querer montarlo.

Entre más caliente que nervioso con la pija parada

-no tenes novia vos?

No entendí porque lo decía hasta que continuó

-Vas a tener que controlar eso...

mientras me miraba el bulto y lo apuntaba con una carpeta.

-bueno no puedo hacer mucho, es muy temprano y la primera mujer que veo esta sudada casi sin ropa sujetando esas tetas- ya no me importaba nada. No sé cómo lo hice, pero todo eso salió de mi boca.

  • No te pases nene, que no te allá despedido es porque veo que tenes potencial, pero ojo con como seguís. Y dale ayúdame a pasar estas carpetas acá en estas cajas así después las clasificamos en la oficina.

Sin decirle nada me saqué el saco lo colgué en una silla y agarre de a una las carpetas acomodándolas para que entren más cantidad en las cajas.

En un momento ella se corrió y se puso con su teléfono, otra vez seductoramente cayendo por su cuello gotas de sudor que morían en el canal entre medio de sus tetas, yo imaginaba como seria tener mi leche espesa y caliente pasando por ahí, viendo el recorrido que harían las gotas más aguadas que saldrían de mí, y pensar que alguna que otra serían más osadas llegando directamente a su pezón. Que ella al ver esa situación levante sus dos tetas chupándoselas sacando el máximo semen antes de que se derroche en el piso.

Mis ojos lujuriosos vieron como sus piernas se movían caminando hacia la puerta y me dijo:

  • Me voy a la oficina, termina de llenar esa caja y tráelas con cuidado pendejo.

-Bueno Melina. - respondiéndole con algo de bronca.

-Cuando estemos solos decime "señorita Meli".

El tono seductor que uso me dejo más que claro que la tensión sexual no la estaba imaginando...

Me dieron ganas de ir tras ella, azotarle el culo y cogérmela ahí nomás, mi cuerpo se envalentono, pero me choque con una de las cajas y una pila de archivos cayó delante de mí bloqueándome el paso...

Cuando terminé de acomodar todo y salí del depósito con las cajas, ya estaba la secretaria en su escritorio "que mujer tan puntal" pensé mientras revoleaba los ojos, nos saludamos, cruzamos un par de palabras y fui a la oficina.

-Ya era terminé hora pendejo, con todo lo que tardaste no vamos a poder terminar hoy.

Melina ya estaba con su camisa negra puesta formal e incluso un tono más claro en sus labios "esta putita se había vestido para provocarme"

-tarde pensado en lo sexy que me espero mi jefa hoy e imaginando todo lo que pudo pasar

  • que se quede en tu cabeza, lo que yo imagino me gusta más...

Se produjo un silencio profundo y me miro a los ojos, una mirada profunda, tan sexy pero desafiante que no pude sostenerla y bajé la vista...

  • mmm así me gusta pendejo...

Me sentí algo incomodo, pero realmente excitado, lo que se notaba en mi pija dura...

Entro la secretaria antes de que pudiera responder, haciendo chistes sobre la cantidad de cajas y archivos en nuestra oficina....

El día transcurrió normal, bueno si se puede decir normal... mi jefa, la señorita meli, estuvo provocándome todo el día! Pasaba por delante mío meneando la cadera, se inclinaba sobre el escritorio para dejar esas enormes tetas aplastadas sobre la mesa, tomaba agua y una pequeña gota caía de la comisura de sus labios como si fuera mi leche caliente escurriéndose, y cada vez que quería acercarme o decir algo me mataba con esa mirada! Mi pija no daba más, estuvo dura casi todo el día ya sentía la cabeza mojada de preseminal, no había podido ni siquiera pajearme rápido en el baño porque cuando salía me tiraba un "volve rápido pendejo, no te pierdas por ahí" y se mordía el labio o me guiñaba el ojo...

¡Solo quería cogerla!

Se hizo la hora de salida, agarre mis cosas para irme rápido y me levante del escritorio

  • a dónde vas pendejo? ¡Mezclaste todo en el depósito! Ahora me ayudas a ordenar, vamos a mi casa.

  • Pero el horario termino y vine temprano, tengo planes- no tenía planes, pero por más buena que este ya estaba cansado de estar trabajando.

-quedate tranquilo te voy a pagar las horas extra, y mañana podés entrar más tarde, el tiempo que estemos de más en mi casa.

La plata no me venía mal por unas horas de acomodar papeles así que acepte.

La ayudé con las cajas bajamos el ascensor, donde todavía salía gente y no pude evitar ver bien de cerca esas piernas, aunque mucho no podía hacer por lo cargado que iba, pero más cargada estaba mi pija que de pronto me la empecé a frotar despacio con la caja.

Bajamos a la planta de estacionamiento, ella abrió el baúl de su coche para que ponga las cajas y me dijo de manera bien provocadora al oído

-si eso te produce frotar una caja no quiero imaginarme lo que te hace frotarte a una mujer pendejo.

La cosa ya estaba inaguantable, como salían todos subiendo a sus autos no podía hacer nada, pero tenía muchas ganas de apoyarla al baúl del auto subirle la falda y enterrarle mi pija en todo el culo a la puta esa, ya estaba desesperado.

Subimos al coche, cuando se sentó para conducir se le subió bastante la falda haciendo que se vea casi todo su muslo y dejando ver un portaligas negro sin pensarlo mucho lleve mi mano a ella y se lo agarre con cariño, pero presión a la vez

-Dale ya esta no aguanto más me calentaste todo el día melina.

  • Señorita melina, por ahora...

Me lo dijo de una forma tan sexy clavándome esa mirada profunda, pero a la vez llena de lujuria. Mientras puso su mano sobre la mía, la llevó a mi pija e hizo que me frotara un poco, pero cuando vio que estaba por moverme la saco rápido, encendió el auto y se puso a conducir.

Durante el camino, que me pareció eterno, intenté tocarla todo el tiempo, pero cada intento agarraba mi mano y la apoyaba sobre mi pija sobándome mientras me decía:

-tranquilo pendejo, ya vamos a llegar...

Ya la calentura me estaba haciendo estar de mal humor, tanto que ni siquiera intente seguir tocándola y la ignoré maldiciendo el momento en que llegue a esa oficina, cuando de pronto siento su mano sobándome la entrepierna, se sacó el cinturón e inclino su cuerpo dejándome ver sus grandes tetas, cuando mi pija recobro la dureza, se acercó a mi oído, lamio el lóbulo de mi oreja y susurrando me dijo:

  • no te enojes, vas a ver que no te vas a arrepentir de lo que viene...

Me beso el cuello justo antes de alejarse y bajar del auto, dándome una vista perfecta de su culo, quise darle una nalgada, pero me olvidé del cinturón y no pude.

Baje y fui a la parte de atrás del auto esperando que abra el baúl para sacar las cajas, pero ella ya estaba en la puerta de su casa.

  • cuando saques todo entra.

Otra vez la odié, pero la sobada que me dio y sus palabras me dieron ánimo y lo hice. Puse una caja arriba de la otra y cerré el baúl.

Entro, una casa normal, con luz tenue. Melina no estaba a la vista, así que sin saber que hacer deje todo al costado de la puerta, de pronto siento un aroma dulzón y música de fondo que ya hacia volar mi imaginación pensando que estaba en una porno a punto de cogerme a la puta de mi jefa...

Espere unos minutos, escuche que me dijo sentate que ahí voy, me senté cómodamente en un sillón mullido en el que solo me faltaba esa putita arriba para completar mi comodidad.

Espere unos cinco o diez minutos y apareció.

El sonido de unos tacos me hizo voltear la vista hacia un cuarto, ahí estaba Melina, tenía solo los tacos, sus medias cambiaron a negras de red y solo una tanga que no dejaba nada a la imaginación la cual era negra de encaje que, y un corpiño casi no soportaba sus tetas que en cualquier momento salían por encima, y en su mano llevaba algo así como una vara.

Mi pija parecía que iba a explotar solo con verla...

En unos dás ya subimos la parte III ¡No se la pueden perder!