El pasante -cap I-

Melina, mi malhumorada pero linda jefa, no es la típica abogada de traje, usa una camisa ceñida de color azul vibrante y unos pantalones tan ajustados que se pueden confundir con calzas deportivas, dejando ver su gran trasero...

Estaba muy apurado, ya se hacía tarde para mi primer día en la pasantía, lo ultimo que me quedaba para recibirme de abogado. Apure el paso, llegando justo a tiempo, un poco despeinado pero según mis "amigas" me queda bien. Entre en el edificio, más precisamente en el décimo piso, al abrirse las puertas del ascensor lo que vi era la recepcionista sentada en la típica silla giratoria de oficina.

Me presente con ella, una mujer ya entrada en años pero simpática. Le dije mi nombre y respondió mirándome de arriba abajo como chequeando a su nuevo “compañero”. Me dio la bienvenida se presentó como Zamira mientras me llevaba hacia una oficina que estaba cerrada pero sin ninguna traba, al abrirla observe dos escritorios, el primero más pequeño con algunos papeles acomodados muy por encima, se notaba que era una mesa de “apoyo”, el otro más grande que se notaba que era de mi jefa (y debo decir que no era una mujer muy ordenada); pero me agradaba, ya saben lo que dicen, que las mujeres desordenadas son muy buenas en la cama jeje. Me explicó lo referido a mi trabajo, me dio algunos archivos y recomendaciones, por ultimo me mostro mi escritorio el cual era claro que era el pequeño al costado de la oficina. Me parecía extraño que no haya una división entre ambos espacios sin privacidad para la jefa, pero tal vez no le gustaba la privacidad quien sabe, yo no era quien para juzgarla.

  • A la señorita Melina les gusta tenerlos bien vigilados, es muy exigente. La verdad que no sé si es porque les da mucho trabajo o que pero la mayoría no dura el tiempo necesario para su pasantía. Ninguno cumple con las exigencias según me dice.- Dijo la secretaria.

Me dijo algunas cosas más sin importancia y se fue a su puesto.

La verdad me asustó un poco, pero el hecho de que no haya llegado todavía me ayudo a sentirme cómodo en la oficina y aproveche a darle una ojeada a los documentos.

-Hu uhm...

Estaba tan concentrado en los archivos que no me di cuenta desde hace cuánto tiempo que estaba allí detrás mio.

Me levante de la silla apurado:

-Hola soy Gastón, el pasante.

Me acerque a saludar, como es costumbre, con un beso en la mejilla pero me freno en seco poniendo su brazo delante para saludarme con la mano.

-Disculpe señora melina, no fue mi intención.

-Toma nene lleva estos papeles a que los firmen en el piso 9 y tráemelos.

Yo asustado medio extraño por no saber cómo le había caído la primera impresión, que de por si ya se notaba algo enfadada o tal vez ella era así.

La comodidad y tranquilidad que tuve los minutos antes de que ella llegue se habían ido por completo, salí de mi escritorio camino al ascensor, dentro de mi decía: "es solo una pasantía si me voy no me pagaran, aunque así y todo voy a dar todo para cambiar esa primera impresión".

Aproveche mi tiempo de “paseo” en el ascensor para ver las mujeres hermosas que vería cada día dentro del edificio (a mí no me fascinan las mujeres flacas, por ello situaba mi mirada en las gordibuenas) había muchas mujeres piernonas que tenían unas polleras que daban ganas de hacer de todo en ese ascensor.

Me centre la vista sobre el espejo a una bien pechugona que llevaba el ultimo botón de la camisa denotando que se esforzó para encajar ahí, eso hacía que toda mi pija reaccionara calentándome como si estuviese en un lugar cualquiera, me frotaba con la mano libre por dentro del bolsillo del pantalón fue una hermosa distracción a lo que había pasado hace unos momentos. Así seguí, observe  y analice cada una de las mujeres de ese edificio por momentos sin disimular lo más mínimo.

Fui a firmar y casi inmediato me volvieron a dar los papeles, en quince minutos ya estaba de vuelta entregándolos a las manos de Melina.

-Por cierto, soy señorita. Me dijo mientras agarraba los papeles con una mirada fulminante.

  • Lee esto que es lo más urgente.

Agarre la carpeta y me fui a mi escritorio, se trataba de un típico divorcio donde el padre no pasa la cuota alimenticia. Montones de denuncias, mensajes de WhatsApp impresos y mi concentración ya no estaba al 100, gire mi silla y por fin la veo bien, con el nerviosismo del primer momento solo sabia que tenia ojos café, pero ahora estaba parada de espaldas junto a la ventana concentrada con su celular entre audios y mensajes. Melina, mi malhumorada pero linda jefa, no es la típica abogada de traje, usa una camisa ceñida de color azul vibrante y unos pantalones tan ajustados que se pueden confundir con calzas deportivas, dejando ver su gran trasero. No puedo creer como no lo noté antes! tiene un culo redondo de película porno, no podía no imaginarlo rebotando en mi pija(la que ya empezaba a crecer bajo mi pantalón) estaba claro que mi calentura no podía frenar ni en mi lugar de trabajo.

Giro hacia su escritorio y baje justo la vista para que no me viera, tomo una galleta de agua y comenzó a comerla, yo pensaba como me gustaría que se comiera mi pija, pero su siguiente movimiento fue lo que mas disparo mi imaginación, comenzó a sacudirse las migas de la camisa y sus tetas comenzaron un vaivén que me hipnotizo, baje una mano e intente rozarme la pija sin que lo note. Me hice el que leía atentamente y puse las hojas en mi regazo, poniendo una de mis manos de bajo de ellos, intente frotar lo que más podía con el mayor disimulo sin perder nunca de vista a mi linda jefa, suerte para mi que estaba bien tapado porque de pronto se acercó Zamira hacia ella dándole más papelerío, lo que me hizo entrar en razón de lo que estaba  haciendo. Solté mi pija deje mis manos y papeles en el escritorio y me concentre al menos un poco más en lo que leía.

Cuando al fin término la jornada le entregue eso diciéndole lo que me parecía del caso, no pareció importarle mucho así que fui a mi escritorio agarre mis cosas con ánimos de irme, a lo que ella me freno y me dijo:

  • Nene si estas caliente anda al baño, y SI lo veo todo. Mañana vení dos horas antes me vas a ayudar a acomodar todos los casos viejos para llevar a la bodega.

Yo asustado le dije está bien, pedí disculpas y salí casi huyendo de ahí.

En mi mente decía que no iba a volver que ya la había cagado y estaba volviéndome loco.

A medida que pasaban las horas ya llegando a mi casa quería llamar para decir que no volvería, pero no podía era buena oportunidad y si me hubiese querido echar con todo lo mal que me fue en el día ya lo hubiese hecho, así que me calme y me tranquilice.

Paso el tiempo en mi casa y decidí bañarme para sacarme la mala suerte que traía ese día, de pronto empecé a recordar a la gordita del ascensor, esas tetas… mmm… esas piernas... mmm... mis manos bajaban a mi pene primero solo enjabonándolo y de a poco se me iba parando, haciendo que me den obvias ganas de pajearme, me bajaba lento la piel de mi pija ya muy dura, la pase justo por la lluvia que caía de la ducha haciendo que me caliente mas, cada gota era satisfactoria para mi pija, ya sin espuma de jabón empecé a masturbar más rápido mi sexo, sintiendo la piel poco resbalosa pero caliente, la subía y bajaba más frenéticamente, pero despacio ya que le faltaba lubricar deseaba saliva de una mujer que este arrodillada en mi ducha uuf.... De pronto en mi mente vino una imagen de los pechos en movimiento de melina como se sacudía esas migas!.. Esas hermosas calzas ajustadas a su culo!... no aguante más y le di rienda suelta a mi pija para tirar toda la leche chorreando acabando contra los azulejos de la ducha, creyendo que ahí era donde estaban esas buenas tetas!...

¡En unos días ya subimos la segunda parte! Le estamos dando los ultimos retoques para que lo disfruten...