El parque hundido...

Suena la alarma de mi celular, ya estaba despierta, la verdad era que no avía podido dormir muy bien esa noche...

Suena la alarma de mi celular, ya estaba despierta, la verdad era que no avía podido dormir muy bien esa noche, 7:10, sábado y tenía que ir al hospital todo el día, a lo menos no pensaría en ella. El camino como el de siempre, bueno casi como siempre, el cristal de la ventana golpeaba mi cabeza con el movimiento del coche, la verdad no me importaba, solo de ver aquel día soleado que contrastaba por completo con lo gris de mi interior me enfermaba. Y pensar que hacia exactamente una semana era la mujer más feliz del mundo, que pronto cambian las cosas.

El auto se detuvo frente al hospital, baje de prisa, ya iba algo tarde, llegue justo a tiempo para que me tomaran lista y me revisaran, como me molesta eso de enfermería, de estudiante no puedes ni llevar las bragas de otro color que no sea blanco porque te arman un lio y cuando sales de la escuela si no quieres llevarlas puestas nadie te dice nada, comencé el día con una buena noticia: me rolaron en terapia intensiva de neonatos, en otras circunstancias pediría que me cambiaran ya que no ahí no ay tiempo ni de ir al baño, mucho menos de ver el celular por si acaso avía una llamada perdida o un mensaje de ella dando una explicación, pidiendo disculpas o simplemente saludando, me caía perfecto el servicio,  no quería recordarla.

El día transcurrió como estaba esperado, trabajo sin parar eran minutos contados los que avía tenido tiempo de tomar mis pastillas para el dolor y la inflamación. El miércoles una abeja decidió entrar por la ventana del carro y dejarme su aguijón en el dedo índice, si el dolor era horrible y además de eso ¿Cómo iba a imaginarme que era alérgica? Jueves y viernes me la pase con fiebre y mucho dolor, de la inflamación la piel de mi dedo cedió dejándome unas llagas algo profundas, pero bueno ya estaba mejor aún que me dolía  flexionarlo, pero aun que fuera así ya no podía faltar a prácticas, ya lo avía hecho el sábado pasado, a pesar de que automáticamente tendré 75 en la nota final, valió la pena, pude mirar sus ojos, pude tomar su mano, pude volver a respirar su aroma después de 6 meses de no hacerlo.

Ya eran las 6:30pm entre al vestidor para cambiar mi uniforme e irme a mi casa cuando sin querer revise la bolsa de mi filipina ahí estaba mi celular sin ninguna señal de que hubiera querido comunicarse conmigo, los ojos se me llenaron de lágrimas en segundos ¿Cómo era posible? ¿Cómo podía hacerme esto después de todo lo que aviamos pasado? ¿Cómo es que ella continuaba con su vida y yo aún seguía esperándola? Seque mi cara con el dorso de mi mano y salí al estacionamiento, el frio penetro en mis pulmones y me recorrió un escalofrió, el camino me parecía eterno el trafico estaba terrible, lo peor era que cada cosa que veía traía consigo su imagen, y si cerraba los ojos estaba también su cara su sonrisa su vos… antes de bajar me tranquilice y trate de que pareciera como si no hubiera pasado nada, no quería que nadie se diera cuenta, no quería ser la tonta para todos de nuevo, la cena estaba servida y mi madre me recibió con un abrazo, un abrazo que casi logro doblegar mis fuerzas y soltar mi llanto en su hombro pero logre contenerme, cenamos y todo transcurrió normal, me retire excusándome con el cansancio, que a decir verdad era cierto, mis pies me estaban matando, pero más que nada me fui porque ya no podía seguir fingiendo la sonrisa. Al entrar a mi habitación oscura la computadora me llamo, y la curiosidad me venció, quería encontrar algo en las páginas sociales alguna señal de que me extrañaba tanto como yo a ella, inicie sesión ni siquiera pare en mis notificaciones me fui directo a su perfil, entonces el dolor se apodero de mi pecho, ese como ningún otro, ese que sientes que se te clava en el alma, en ese instante entendí a la perfección la expresión “tengo el corazón roto” exactamente era lo que sentía, como si me partieran en dos, como si me hubiera dado un paro cardiaco fulminante solo que para mi desgracia no avía caído muerta, seguía ahí viendo el monitor sin poder creérmelo: me avía bloqueo de su Facebook, ya no éramos “amigas”, era obvio que ya no quería saber nada de mí, apáguela computadora, encendí el televisor en cualquier canal, no quería que escucharan mis sollozos, me metí en mi cama ya que confundía el vacío que sentía con frio, y así con la luz apagada y el corazón roto recordé el día en que nos conocimos…….

Vainilla/nicotina

Hasta aquí lo dejo, espero que no esté tan mal, la verdad esto de escribir no es lo mío, pero un día escuche que entre más digas a alguien lo que te pasa es más fácil aceptarlo, como a mí no me queda alguien a quien contárselo, se los dejo a ustedes, a todos los que lo quieran leer y si quieren con música de fondo (arriba)… saludos