El parque
Félix estaba demasiado cachondo y quiso ir al parque para divertirse con su dildo.
Hacía bastante tiempo que no se encontraba en esta situación. Meses, de hecho. Meses en los que pensaba que no iba a poder sentir esa corriente en su cuerpo, pasando por todas sus extremidades hasta llegar al punto esencial. Incluso llegó a pensar que era completamente asexual pero, ahí estaba Félix. Con una erección, algo que... ya era nuevo. Miró los pantalones extrañado y al recordar el sueño que tuvo sintió su miembro palpitar. "Mierda," pensó y se giró "menos mal que estoy solo..." justo cuando esas palabras pasaban por su mente cogió una caja de debajo de la cama. Sacó una bolsa de esta y sonrió de lado.
-Aquí de nuevo, uff... -sacó un dildo enorme, casi 30 centímetros, de color negro y con la base hecha para pegarse a cualquier superficie. El de ojos rosas observó el pene de plástico, lamiendo sus labios- Ojalá fueras una polla negra de verdad, dios. Mi culito está tan... necesitado.
Repasó con los dedos toda la longitud del dildo, sintiendo cómo estaba hecho para parecer un largo pene venoso. Y lo que más le gustaba además de que fuera enorme: era negro y le hicieron el detalle de hacer las bolas enormes. Le encantaba aquello, incluso le llegó a gustar que le metieran hasta los testículos. Le encantaba chuparlos y notar lo hinchados que estaban, llenos de leche calentita que acabaría en su redondo culo. Miró por la ventana y se dio cuenta de que era de noche. Pensó por unos segundos y río leve. Sabía que las noches eran muy tranquilas en su barrio, nadie salía. Así que... se puso una sudadera grande con nada debajo, ni ropa interior. Vio cómo su verga enorme hacía un bulto en la ropa y sonrió, tocándola un poco y viendo lo grande y larga que era.
-Oh, soy una putita... tú vienes conmigo -dijo cogiendo el juguete-. Esta gran polla negra va a romperme el culo de zorra que tengo en medio del puto parque.
Y así, en unos diez minutos ya estaba pegando el miembro falso en uno de los bancos. Simplemente se sentó sobre él, sin prepararse. Soltó un gemido y miró a los lados, asegurándose de que no había nadie. Comenzó a cabalgar la verga de plástico mientras soltaba gemidos y tocaba su pollón, sintiéndose muy excitado al notar un poco de aire frío. Cuando estuvo a punto de correrse se sacó el juguete del culo y lo cogió, pegándolo a la pared. Flexionó una de las piernas y volvió a meter el falo en su estrecho ano, que palpitaba al igual que su miembro. Siguió así con los ojos cerrados hasta que, cerca del orgasmo, sintió una presencia. Miró a su lado y vio a un chico bastante algo y con barba, bajó la mirada a sus pantalones y vio como una gran polla estaba asomando. Gimió y se movió más rápido, tocando también su miembro que pedía atención al borde del orgasmo.
-No te corras ahora, putita. Llevo observándote un buen rato... -el hombre cogió a Félix y sacó de golpe el dildo, consiguiendo una queja del más bajo- y sé que es mejor follarse a una buena verga negra de verdad y no esa mierda de juguete. ¿Verdad, zorra?
No podía creerse lo que estaba pasando pero asintió gustoso y gritó cuando el hombre clavó su enorme polla en su ano, moviéndola rápido. Era un semental, tenía el falo enorme y venoso. Ni le dio tiempo a Félix para fijarse y ya tenía las grandes pelotas en su culo también, golpeando todo su interior. No podía aguantar los gemidos, el semen salía a chorros de su miembro pero no paraba. Sentía cómo su cuerpo entero vibraba al sentir el falo del desconocido romper su culo, llenándolos de leche caliente una y otra vez hasta que salió. Félix vio un charco de semen que se hacía más grande en el suelo y mordió su labio. Todo eso había salido del pene de aquel hombre.
-Vamos a probar algo, prostituta de mierda.- aquel apodo excitó más al chico, causando que de nuevo su pollón se pusiera duro y erecto. Esa polla larga y gruesa, que la puta zorra de mierda masturbaba todo el rato. La perrita no paraba de tocarla y masajear los huevos, quería probar ya lo nuevo.- Métete el dildo en tu culo, zorra -Félix se metió otra vez el juguete y le miró. El chico sonrió y suspiró.- Date la vuelta, muéstrame ese asqueroso culo de pervertido que tienes, basura. Mi polla va a entrar a la vez que ese dildo de mierda, zorra. Voy a romperte el puto ano.
-Dios, ¡hazlo ya! Rompeme, joder. Esta puta necesita polla ya, daddy -no pudo pedir más porque el miembro del negro entró por completo en su ano mientras movía el enorme dildo. Otra polla apareció, Félix comenzó a chuparla sin fijarse de quién era siquiera. Era enorme, un pollón negro que también tenía unas bolas enormes. Sintió cómo se agrandaba en su boca y lamió un poco, sacándolo de su boca.- L-los...
-¿Chuparme los huevos? Joder, eres un guarro -aún así puso las bolas en la boca del chico y gimió al notar cómo succionaba-. Eso es, putita. Cómeme los huevos.
-Creo que aquí hay hueco suficiente para otra polla, ¿verdad? -el primero hombre apretó el dildo- En este culo caben por lo menos seis pollones negros, puta.
-S-sí, seis vergas en-enormes -gemía cómo una mujer y movía el trasero para sentir el pollón dentro de su ano, pidiendo más. Estaba muy cachondo, seguramente se mataría a pajas cuando tuviera que irse a su casa. Gritó cuando sintió dos pollas más entrando en su maltratado culo y se volvió a correr. Su pene palpitaba y no dejaba de estar erecto, estaba disfrutando muchísimo esa follada. Cuando se corrieron dentro de él varias veces dejaron su culito y metieron rápido un plug que algún chico había traído.
-Deja la leche calentita, perra. Mira, hasta se te ha hinchado un poco la barriga -le cogió de la barbilla para mirarle a los ojos.- Otro día habrá más, nos vamos.
Sin duda Félix querrá repetir esto.
Bueno, primero de todo: este es mi primer relato, nunca escribí algo así y me daba algo de vergüenza publicarlo. No sé si habrán faltas de ortografía, pero perdón si hay alguna. Félix es un personaje mío, por lo que no es real. Tengo más personajes y haré más relatos así, aunque seguramente todos sean gays (pues yo también lo soy). Espero que alguien lea esto y haya sido de su agrado.