El parking

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EL PARKING

Había salido de la reunión, casi no tuvo tiempo de cambiarse, ya que le corría prisa ir al hipermercado

Llevaba una falda de tubo negra ajustada y medias de rejilla, con unas estupendas botas de piel y un tacón mas alto de lo que permitía su ya altura.

Era una mujer alta para su generación, estaba bien proporcionada y sus piernas eran rectas y sin celulitis. Llevaba aquella blusa blanca que tanto le gustaba y se había puesto a propósito el sujetador negro de puntilla, que se transparentaba a través de su blusa. Siempre dejaba un botón mas de la cuenta desabrochado, dejando entreveer sus pechos redondos, con unos pezones marcados que al menor contacto se ponían erectos. Sus pezones eran oscuros y no muy grandes, con una areola la mar de coqueta.

Su cabello era liso, rubio y tenia media melena que ondulaba cuando se movía dándole un aire de misterio. Siempre se calzaba gafas de sol oscuras bastante grandes. Que reposaban en esa minúscula nariz adornada con pecas para esconder sus ojos color miel, que la hacia deseable.

Ella lo sabia y por ese motivo jugaba con su cuerpo. Sabia que producía un efecto de atracción entre los hombres nada desdeñable. Pero aquel mediodía, llevaba prisa, tenia que hacer la compra de la semana y solo contaba con dos horas, para volver a meterse en otra de aquellas reuniones tediosas

Paso por la estantería donde reposaban las cremas y los champús

Le encantaba comprar cremas con las que acariciar su cuerpo. Ponía unas gotitas en sus manos, las frotaba y después lentamente le iba extendiendo a lo largo de su cuerpo.

Sus hombros, los antebrazos, para seguir dándose un leve masaje en el cuello y bajar hacia sus pechos.

Empezaba haciendo un pequeño masaje por debajo de sus pechos, haciendo círculos y jueguteando con sus pezones, que pronto se ponían duritos con el leve contacto de sus dedos

Después ponía otro chorrito de crema, esparciéndolo por la barriguita, lisa, apretada y dejaba caer con el frasco un poco de crema que les resbalara hacia su sexo.

Allí se entretenía con la palma de la mano en acariciar esas zonas intimas y excitantes para después con el contacto de sus dedos ir introduciéndolos entre los labios para lograr encontrar el punto exacto: El clítoris.

Le encantaba sentir el frescor de la crema ahí y dejas que sus dedos se movieran rítmicamente introduciéndolos en su vagina, primero uno después el otro y a veces los dos... sacándolos y metiendolos en un movimiento que se aceleraba por momentos. Sintió su clítoris inflamado y más y más necesidad de tocarse y restregarse, imaginando ocasiones en los algún amigo se lo hiciese.

Entonces ya no podía parar hasta el orgasmo, sus movimientos sé hacia más compulsivos, y sentía como su espalda se arqueaba y una contracción del bajo vientre le venia..

Ella estaba mirando la crema que iba a comprar e imaginando esa situación cuando una mirada se cruzo con la de el . Era un joven que llevaba un pantalón tejano y una camisa azul.. Pero lo que más le llamo la atención fueron sus labios. Unos labios carnosos que quedaron en su punta de mira, imaginando que harías esos labios en sus zonas erógenas, como seria esa lengua fresca y dulce acariciando su coño húmedo...

Fue tan solo un instante donde sus miradas se cruzaron. Él la miro lascivo o a ella le pareció así, y ella le devolvió la sonrisa.

Después ella cogió la crema, y la metió en el carro, girándose sobre si y dándole el culo para que lo admirase. Ese culo prieto y respingón que se movía al caminar dejando entrever y marcándose el minúsculo tanga de color negro que llevaba debajo..

No se giro, ni siquiera le miro

Pago en la caja con la tarjeta de crédito y bajo al parking. Era mediodía y no había demasiada gente. Descargo el carro de la compra poniéndolo en el capo del coche y abandono el carrito a su suerte que corrió unos metros mas abajo..

Busco las llaves del coche y se metió dentro.

No arrancaba, siempre le pasaba lo mismo. ¡ese maldito coche que ya estaba para tirar ¡

No sabia que hacer, se estaba poniendo nerviosa, ya que le quedaba menos de una hora para volver al trabajo..

Intentaba con la llave encender una y otra vez el coche, pero el ahogo del motor parecía inevitable..

De repente, le vio como se acercaba. Era el chico del hipermercado, el de los labios libidinosos y venia en dirección hacia ella.

Seguro que ha visto mi torpeza por no arrancar el coche..

-¿qué te pasa ¿, le dijo sin mas, con una voz dulce, penetrante..

-No arranca el coche –le contesta ella

-Espera, abre la puerta- le dijo él acercándose.

Ella abrió la portezuela, sin moverse del asiento. Tenia los pies en los mandos del coche y su falda demasiado corta se le había subido un poco mas, dejando entrever sus medias de rejilla..

El se agacho y le dijo que lo volviera a intentar.

Lo tenia muy cerca de su cara, podía notar su olor. Ese olor que la ponía cachonda , era un olor especial, el de las ferormonas dicen, pero ella sabia que era la clave de su inicio. Después no podría parar y lo sabia..

-Arranca ahora – le dijo el seguro

Y agachándose un poco mas, le apretó ligeramente los pies en el acelerador con sus manos, entrando prácticamente todo sus cuerpo en el coche.

Se giro y la miro directamente a los ojos. Tenia sus manos encima de sus botas de piel. , Y se encontraba agachado con la portezuela abierta del coche, por lo que estaba protegido de las miradas de los pocos viandantes que se encontraban en el parking a esas horas del mediodía.

Ella noto como el calorcito le subía directamente hacia su coño, pero no hizo nada, es mas abrió un poco mas las piernas sin darse cuenta o quizás con toda la intención.

Él desliza sus manos, por las botas de piel hasta llegar a la rodilla. Unas manos suaves que le acariciaban sus media, sin dejarla de mirar ni de sonreír. Ella abrió un poco más sus piernas y él siguió con sus manos a través de su minúscula falda, hasta llegar a sus braguitas que ya a estas alturas estaba humedad..

Se arrodillo, entrando desde fuera el asiento para desplazarlo hacia atrás, mientras sus dedos se metían entre sus braguitas.

Realmente se estaba humedeciendo. Le levanto la falda hasta dejar sus bragas ala aire, ya que las medias que llevaba no eran pantys, sino que llegaban hasta media pierna, dejando el triangulito de su sexo a la vista

Sus dedos no dejaban de moverse y ella cada vez deseaba más. Él separa sus braguitas hacia un lado y lamió su coño húmedo. Primero lentamente, después con fuerza. Ella le cogió su cabeza entre sus manos y le obligo a lamerla más. Él estaba como loco, la comía por todas partes ya con las bragas fuera dejándola a la altura de la rodilla.

Ella se excitaba, quería mas, necesitaba esa lengua húmeda y dura que lamía su clítoris, que mordisqueaba sus labios..

Follame con la lengua – le dijo ella

Y el obediente metió su lengua en la vagina caliente, metiendola y sacándola, mientras lamía después su labio y su clítoris. Ella se movía y no dejaba que la cabeza de el se moviera. La tenia entre sus piernas y la apretaba con fuerza. Se movía en el asiento del coche mientras el arrodillado no dejaba de comerla.

Ella sintio como los músculos se contraían en el bajo vientre y como le estaba llegando el orgasmo.

Me quiero correr en tu boca –le dijo ella

-Y él llego hasta que el orgasmo le llega, desparramándose en su boca

Después de suspiro largo, ella abrió los ojos y le dijo que se pusiera de pie.

La portezuela está aun media abierta así que nadie sospecharía. Coloco una tolla que llevaba en el coche en la parte anterior del cristal delantero y le dijo que se apoyara en el coche, apoyando sus manos en el techo del coche, para que le quedara a la altura de su boca.

Le dasebrochó el pantalón poco a poco, notando como su polla abultadas se notaba en la bragueta, le masajeo un poco con el pantalón aun puesto, notando como creía por momentos..

Sin bajarle los pantalones, busco solo desabrochándolo, busco entre su calzoncillo con sus manos, hasta dejar el pene fuera.

Era grande y rosado en la punta. El Glande estaba tapado y ella se lo acercó a la boca.

Rimero lentamente desde la punta haciendo circulitos desde el meato hacia arriba, rodeándolo con la lengua y amarrándolo por el culo para atraerlo hacia su boca más..

Rodeaba el glande y lamía hacia arriba todo el pene sujetándolo con amabas manos haciendo movimientos de arriba hacia abajo con sus manos calientes..

Haciendo desear que ella lo metiera en su boca, pero sin meterla, dejando caer saliva y lamiéndolo desde fuera, hasta los testículos y hacia atrás otra vez

Él cogió su cabeza con las manos y ella siguió lamiendo, metiendose la puntita de la olla un poco en la boca, sacándola. Haciendo desear más..

Un poco mas dentro, el pene ya todo dentro de la boca, y ella succionando, chupadolo y él con su cabeza moviéndose

Como le gustaba eso..

Que placer sentia..

Siguió chupandosela, cada vez más rápido y el se movía mas y más

Sacándola de vez en cuando para volver a metersela en la boca..

Me voy a correr. le dijo él

Espera le dijo ella.

Y abriéndose de piernas le ofreció ese coño rosado para que la penetrase

El se volvió a agachar y de rodillas se la monto encima

Estaba muy excitado, pero ella quería mas, así que le dijo que las masturbara con los dedos

Estaba como loca, sentía el pene dentro de su vagina como entraba y salía y al mismo tiempo como sus dedos se movían encima de sus clítoris

El tenia un pene grande que la llenaba por completo

El pene entraba y salía, mientras él la sujetaba. mas y más deprisa

-No puedo mas, me voy a correr – dijo él

No sé dentro –le dijo ella

El la saco de su vagina y se corrió encima de sus calzoncillos, mientras ella lo miraba tocándolo

Se subió las bragas

Se coloco la falda

Y se despidió

Cerro la portezuela y encendió el coche.

Su coche salió de la puerta del parking a toda velocidad.

-Seguro que llego tarde –

Viuda Negra