El par de abuelos lubrifican mis conductos
Como aquel par de abuelos lograron doblegar mis piernas con unos polvos salvajes, lubrificando todos mis agujeros
Andaba Paco nuevamente de viaje por motivos laborales aunque antes de irme había dado cuenta bien de mí con unas sesiones completitas de cama para que yo soportara su ausencia de una semana, pero con la frecuencia que últimamente me tenía acostumbrada, a los dos o tres días de irse ya tenía cierto escozor por mis partes, deseando algún roce con alguno de los últimos ayudantes de cama que había tenido mi esposo, y así se lo hice saber por teléfono, el como siempre y tratando de complacerme me dijo que para soportar la espera llamara a Pablo o llamara al abuelo de vecino que tan bien se había portado últimamente.
Dude en llamar al abuelo pero su ultimo polvo me dejo buenas sensaciones y pensé en compensarle el sustito que le habíamos metido, me puse ropa un poco sugerente pero no demasiado provocativa pues no quería levantar sospechas de su esposa, y me dirigí a su casa con la excusa de pedirle algo para poder concretar una pequeña cita.
Justo al salir de casa bajaba junto a su mujer y otra pareja que rápidamente me presentaron pues ella dijo que era su hermana con su cuñado que estaban unos días de visita por casa, eran algunos años más jóvenes que ellos pero pocos pues rondaban los 65 años más o menos, ella aún se conservaba guapa y él lo cierto es que estaba mucho mejor, se notaba que eran elegantes y se mantenían muy bien físicamente, les conté que iba a su casa a por unas infusiones y ella me dijo, mira nosotras vamos de compras y ellos creo que regresan en diez minutos pues quieren ver un partido, cuando nos dejen en el centro comercial te tocan y te dan lo que necesites.
Mi mente rápidamente pensó en lo que realmente necesitaba y creo que ellos igual por la cara que pusieron, y ya me temía que Javier, el abuelo, le había contado a su cuñado que dijo llamarse Andrés, las fiestas que había tenido conmigo, pero no me importo viendo tan buena presencia de hombre como tenía.
Espere en casa y a la media hora más o menos tocaron a la puerta, Javier viendo que no había nadie en el rellano me dio un soberano beso, a la vez que echo mano a mi trasero, señal que su cuñado ya sabía todo, paso dentro junto a Andrés, me lo volvió a presentar dándome un beso también el, pero en la mejilla, rápidamente el abuelo tomo las riendas de la conversación dándole un tono picante, diciendo que tipo de infusión necesitaba y que se había traído un ayudante para poder degustar dos platos diferentes, se echó mano a su paquete y dijo ya sabes que si la quieres endulzar aquí tengo crema para ti y mi cuñado te diré que trabajo en la Radio y te garantizo que tiene buen micrófono, pues lo he visto desnudo y porta buen aparato y también he oído alguna noche a mi cuñada como gime cuando la monta.
Andrés se puso un poco rojo con las ocurrencias de Javier pero los tres nos reímos, Javier me dijo, ¿ahh no te lo crees?, mira, mira toca aquí, y cogiendo mi mano me la llevo al bulto de los pantalones de Andrés, y lo cierto es que estaba muy muy bien equipado, el intento como echarse para atrás ante ese atrevimiento pero cuando vio que yo palpaba tocando todo, se quedó quieto y sonrió picaronamente.
El abuelo rápidamente se puso por detrás de mí pegando su rabo a mi culito como tomándome en posesión y le dijo a su cuñado, mira que conejito más lindo tiene mi vecina y como te dije afeitadito y todo, y te garantizo que se lubrifica bien no como los de nuestras viejas, que ya andan algo secos y ásperos.. metió la mano y subió mi falta mostrando a su cuñado mi coñito que ya andaba mojándose con aquellos roces y conversación tan picante, Andrés soltó un ummmmmmmmmm que ricura, si esta mas buena de lo que me contastes, lanzando su mano rápidamente para palparlo, mis labios se abrieron rápidamente para que uno de sus dedos pudiera sentir la humedad de su interior, Javier por detrás me había subido la blusa y ya soltaba mi falta para liberarme de ropa, mostrándole al frente a su cuñado mis pechos sin nada que lo sujetara, con los pezones ya duros por el calor del momento, igualmente se había soltado el abuelo su pantalón dejando caer y liberando su pájaro que ya andaba duro restregándose por mi trasero.
Mire a Andrés ya caliente como estaba y le dije, déjame ver ese micrófono tan bueno que dice tu cuñado que tienes , el rápidamente abrió su camisa mostrando un pectoral algo marcado por los años pero aun terso y superpoblado de pelo blanco, soltó el cinturón lentamente y dejo caer el pantalón, yo resople al ver el tremendo bulto que marcaba aquel slip blanco ajustado, metió las manos lentamente bajándolo y mostrando aquel pedazo de rabo ya semi duro y adornado por un matorral de pelo también ya en mayoría blanco que aunque espeso no ocultaban las dos enormes bolsas que colgaban de aquel micrófono colosal, y lo único que pude decir fue ¡ madre mía ¡ que buen aparato tienes y mirando al abuelo le dije, tenías razón menudo semental de cuñado tienes.
Javier me quito del todo la ropa mientras Andrés se liberó también de toda y sentándose en una silla tomándome a mi sobre el pero mostrándome al frente me abrió las piernas y le dijo mira que conejo más bueno tenemos aquí cuñado, tenemos que lubrificarlo bien y ya verás lo caliente que es Tere, rápidamente me metió los dedos y con la otra mano ya restregaba la cabeza rugosa de su polla que esta dura como nunca, yo gemía ya mojada deseando de comer el rabo de Andrés , rápidamente le dije déjame que hable por ese micrófono tesoro, y agarrando semejante mástil con la mano, note al instante lo gordo y duro que estaba, lo descapulle lentamente de la piel fina que recubría su enorme cabezón, mostrando este liso y brillante, muy diferente al de su cuñado todo rugoso.
Comencé a chuparlo con unas ganas locas metiéndome su enorme cabeza en mi boca, a la vez sobaba sus enormes pelotas con mi otra mano, gesto que agradecía el con fuertes suspiros, diciendo ummm que buena eres comiendo, sigue así tesoro que hoy te vamos a mostrar lo que dos buenos abuelos pueden hacer con un bombón como tú.
Ya Javier había introducido en mi caliente coñito su rabo que hoy estaba tremendamente duro, yo sospechaba que gracias a alguna pastillita azul, pero no me importaba, todo lo contrario lo agradecía, me tomo por la cintura y ya me hacía subir y bajar sobre su polla tiesa que hurgaba con su áspera cabeza por las paredes de mi conejito y lo cierto era que me daba mucho placer y más con aquel pollon en boca que apenas me daba opciones a gemir.
Mi mano ahora recorría el culo de Andrés, mucho más terso y duro que el de su cuñado, y lo atraía hacia mí para poder tener bien a boca su micrófono que ya soltaba algo de jugos, avisando de su excitación de lo que allí tenia almacenado, sus manos pellizcaban sabiamente mis pezones y su aureola roja y amplia, dándome un tremendo placer y llevándome al primer orgasmo, con una intensidad que sorprendió a aquel invitado a la fiesta, diciendo, mmm veo que eres más caliente de lo que me contabas cuñado.
Retiro su polla de mi boca y le dijo a su cuñado, espera no te corras aun y deja que te la coma ahora a ti mientras cata mi micrófono sus jugos calentitos, y tomándome me giro y me hizo agacharme sobre el rabo de Javier que andaba chorreando por mi corrida, con sus pelos medio empegostados en los huevos por mis caldos que habían fluido sobre él, me inclino hacia delante y me abrió un poco las piernas, restregando rápidamente su cabezón liso y lubrificado por mi boca, lo restregaba sabiamente sin meterlo entero pero dándole fuertes repasos sobre mis labios, esto me excitaba y cuando iba a decir algo, Javier me tome la cabeza y me la dirigió rápido a su rabo, diciéndome sácame toda la leche que hoy tengo mucha y te la voy a repartir en dos sesiones.
En ese instante , Andrés me pego una tremenda embestida seca introduciendo aquellos 20 centímetros de golpe dentro de mí, sentía el vaivén de sus bolas en mis muslos con cada embestida que ahora era pausada y rítmica, me tenía cogida por la cintura y me movía a veces sobre su rabo y otras era el que sacudía con aquello gordo y enorme y que me estaba matando de placer, en unos minutos me volví a correr con otro de mis intensos orgasmos, y esto le hizo acelerar algo su ritmo, iba a decirle que parara que me estaba destrozando cuando Javier me sujeto la cabeza fuertemente y dijo, traga mi niña traga mira que espesa esta hoy para ti, y comenzó a soltar ráfagas de espesa leche en mi boca que casi me ahogan, pues no me daba tiempo a tragar.
Menos mal que duro poco aquella corrida, pues me vi casi sin respiración, al liberar mi boca esta solo podía soltar gemidos por la colosal follada que me estaba dando aquel abuelo, Javier comenzó a pellizcar mis pezones otra vez y yo apenas podía mantener mis piernas tersas, menos mal que tenía aquella enorme viga dentro de mi sujetando el peso de mi cuerpo, que aunque entraba y salía, hacía de soporte para no desfallecer, pues ya andaba cerca de mi tercer orgasmo, y cuando llego mis piernas tambalearon haciendo que este semental de abuelo me sujetaba más por la cintura para darme ahora una sesión de cortos y fuetes envites que avisaban de la salida de ese manantial de leche calentita y viscosa que ahora soltaba dentro de mí, yo sentía su cremosidad en mi interior, añorando ahora tener un poco de esa en mi boca y poder ver como aquella cabeza regurgitaba ese rica crema.
Ni que decir tiene que cuando me soltó de aquel polvazo tan rico, tuve que dejarme caer sobre el sofá rendida y escurriendo leche por mi conejo, viendo como aquel viejo limpiaba su polla de las ultimas gotas que aun rezumaban por su cabezón, le pedí que me la diera y acercando sus dedos y su rabo me las dio para que la paladeara, como pude la tome pues casi no podía ni hablar ni moverme.
Tarde unos minutos en tomar aliento mientras ellos faenaban en la cocina haciendo un café, yo los miraba desnudos a los dos viendo cómo se movían esos dos rabos ahora relajados, y que con cada paso se balanceaba como dos péndulos de caramelo, me llevaron en una bandeja el café y lo tomamos para recuperar fuerza, pues vi rápidamente que ellos en minutos ya tenían más que morcillón aquellas herramientas, que como digo seguramente gracias a alguna viagra, pero yo no podía desperdiciar aquella tarde y tomando fuerzas de donde no había, me rehíce para comenzar otra faena.
Esta comenzó agarrando el rabo de Andrés y comenzando a chuparlo mientras el recostado para atrás recreaba su mirada en mi placentera comida, chupaba su cabezón y a veces lamia todo el recorrido de aquel mástil hasta llegar a los huevos que uno a uno me lo metía en la boca para paladearlo, eso lo mataba de placer, según me decía, baje y le comí debajo de sus enormes pelotas y llegue hasta su ano que con mi lengua le lamia con delicadeza a la vez mi mano ahora pajeaba su duro falo, mientras el abuelo me comía y limpiaba mi conejo con su áspera y dura lengua, dejándolo limpio de los restos de leche de su cuñado, parecía disfrutar ahora comiendo y lavando aquello, pues mire como pude su rabo y este estaba también enorme.
Cuando yo andaba ya cerca de otro orgasmo por aquella sabia comida del abuelo, este me tomo levantando mi trasero mientras seguía comiendo el rabo de su cuñado, y con delicadeza y cuidado me la clavo por el otro agujero, ahora andaba dando culeadas a la vez que azotaba mis posaderas, mirando como devoraba la polla de su compañero de faena , y diciendo,” que te dije cuñado,” a que es un tesoro esta niña jodiendo, el cuñado dijo, es más buena de lo que contabas y además un bombón, que pena no haberla conocido años atrás.
Las palabras me alagaban y ahora comía con más ansia aquel enorme pollon, chupando con esmero aquella cabeza y masajeando sus enormes huevos que ahora se contraían avisando de otra descarga inminente, y esta no tardó en llegar, dejando yo la primera ráfaga al aire para ver aquella cabeza soltando leche, pero rápidamente la tome y deguste todo el resto, tragando con esmero aquella cálida crema espesa que tenía aquel viejo semental.
Esto encendió al otro viejo que con fuertes culeadas comenzó a regar mi culo, a la vez que yo me corría como una jovial colegiala en manos de aquellos dos viejos expertos en el arte del sexo, dándome una tarde de placer difícil de olvidar, saco después descargar su leche su rabo ya algo menos duro y me lo ofreció para limpiar junto al de su cuñado, acabando comiendo aquellos dos ya flácidos pero bonitos aparatos, que tanto placer me habían dado.
Se lavaron un poco y se vistieron para prepararse e ir a por sus esposas, que ajenas a aquello estarían comprando en el centro comercial, desconociendo como les ponían los cuernos esos dos picaros abuelos, emplazando nosotros otro encuentro cuando llegara Paco, pues quería Andrés conocerlo y darle la norabuena como él decía por tener aquella mujer tan caliente.
Me dieron dos besos y se marcharon dejándome rendida y fundida en casa, pero con el depósito lleno de nata y todos mis agujeros bien lubrificados.