El paquete de... cigarrillos (2)

Mi anterior relato finalizaba cuando Tomás mostró su intención de follarme. Mientras en le televisor la película había finalizado, pero la mía parecía que acababa de empezar.

Mi anterior relato finalizaba cuando Tomás mostró su intención de follarme. Mientras en le televisor la película había finalizado, pero la mía parecía que acababa de empezar.

Comenzó a meter su dedo en mi culito, lubricándolo con su saliva. De pronto noté como su polla entraba en mi culo, sintiendo al comienzo dolor, aunque inmediatamente sus embestidas fueron transformándose en placer. Sentía sus huevos apretando mis glúteos y estaba completamente excitado.

Mientras Luis metía su polla en mi boca, aun algo morcillona por su anterior corrida. . Estaba siendo follado por dos hombres.

Yo estaba a cuatro patas, y Tomas embestía mi cuerpo como si se tratase de una yegua. Mientras chupaba la polla de Luis, ésta poco a poco se ponía cada vez más dura. Este agarraba mi cabeza y lo empujaba contra su cuerpo. A veces la sacaba y me daba con ella en mi cara, provocando quejidos de placer. Cuando apretaba mi cabeza contra su miembro, éste entraba todo en mi boca, como si quisiese asfixiarme. Mis sonidos cada vez eran más guturales y menos entendibles, ya que apenas podía abrir la boca ante tanto placer.

Tomas apretaba más, y empezó a hacer fuerza, con un progresivo metisaca; cuando el miembro entraba hasta el fondo, me sentía morir. Entre la embestidas de ambos únicamente podía cerrar los ojos y disfrutar. Luis comenzó a disfrutar y su capullo estaba cada vez mas enrojecido. Acaricie su capullo hinchado y aún con algunas de gotitas de semen de su anterior corrida. Veía las venas de su pene a punto de explotar, mientras oía como Tomás disfrutaba dándome por el culo. Por momentos comía sus peludos huevos, que estaban duros como piedras.

De pronto la polla de Luis comenzó a emitir borbotones de semen. Inundaba mi boca con su leche caliente, el liquido viscoso, algo salado, penetraba por mi garganta, pero era tanta que al sacar aquel su polla de mi boca, parte de su leche salió a través de mis labios. Con su pirula Luis restregaba mi cara, llenándola de semen.

Tomas sacó entonces su polla de mi culo, y se sentó en el sofá invitándome a posarme encima de él. Yo notaba como mi agujerito estaba completamente dilatado, y acepté su invitación sin ninguna resistencia. Me monté sobre el dándole la espalda y con mis manos dirigí su enorme pirula hacia mi ano, no ofreciendo éste ninguna resistencia. Cabalgaba sobre el cada vez con mas ritmo, mientras Tomas acariciaba mi espalda y metía sus dedos en mi boca.

Mientras su pirula entraba y salía sin problemas, mi polla se movía de arriba abajo, dando golpes en mi barriga y las piernas. . Estaba loco de placer, y comencé a pajearme. Luis que había estado ahora como espectador, se agachó ante mí y comenzó a lamerme los huevos y la polla. Notaba como mis gemidos eran mayores cuando su bigote contactaba con mi carne, por lo que subía y bajaba rítmicamente restregando su pelo sobre mi rabo. No aguantaba mucho mas y grité que me corría. Toda mi leche inundó el peludo pecho de Luis, mezclando mi semen blanquecino con su vello rizado negro. Salía a borbotones, y las manos de Luis lo esparcían por su cuerpo.

Esta escena provocó una mayor excitación en Tomas, que aumentaba frenéticamente su ritmo. De pronto note dentro de mí su leche era caliente y espesa. Siguió corriéndose mientras daba gritos de placer. Estaba completamente exhausto y agotado. Había sido follador y follado en una misma tarde.

Tomamos algo para reponer fuerzas y estuvimos un rato charlando. Tomas se ofreció a llevarme a mi domicilio, la tarde había sido larga y agotadora, por lo que me llevó a mi apartamento. Noté que su conversación siempre giraba en torno a si había disfrutado, y con intención de calentarme de nuevo. Se interesó por si vivía solo o en compañía, etc. Le dije que tenía un compañero de apartamento pero que durante el mes de agosto estaba de vacaciones.

Nos restábamos despidiendo o educadamente quedando para repetir otro día. Cuando abría la puerta de edificio donde estaba mi apartamento, Tomas me dijo que necesitaba ir al baño, por lo que subió al mismo. Yo me encontraba agotado y extenuado, con la única intención de darme una ducha y meterme en la cama.

Estuve esperando unos diez minutos a que Tomás saliese del baño. Cuando lo hizo se notaba claramente que estaba empalmado, y al acercarse su erección era evidente. Yo no tenía mas ganas de sexo, o materialmente creía que no podía, por lo que intenté rechazar sus insinuaciones, pero en ningún momento le invité a marcharse. Se sentó a mi lado y se quitó su camiseta. El olor a macho, sudor y semen era evidente, lo que provocó en mí una cierta excitación.

Acercó su mano a mi cabeza y acarició mis cabellos y las orejas. Nunca me han gustado estas caricias, sino que prefiero el sexo directo, pero me gustaba como lo hacía. Deje que me quitase la camisa y levantó mi brazo. Su lengua fue directa mi axila y comenzó a lamerla el escaso vello sudoroso que tenía. Esto provocó directamente una erección en mí, por lo que comencé a restregar mi mano sobre mi paquete. La lengua de Tomas bajaba a través de mi cuerpo y llegaba a mi pantalón. Yo suspiraba de placer y comenzó a desabrocharme el pantalón, le bajó y chupaba mi polla por encima del calzoncillo. No podía aguantar y le dije que se desnudase. Estaba de nuevo dispuesto a ser follado. Retiré mi calzoncillo de forma inmediata y comencé a acariciarme mi polla.

Tras desnudarse Tomas me dijo:

-¡ Quiero que me folles igual que has hecho con Luis?

Aquello me sorprendió, ya que durante la tarde siempre se había mostrado como una persona posesiva, y que llevaba la voz cantante. Ambos comenzamos a chuparnos las pollas, yo debajo y Tomas encima. El olor a semen era evidente y eso a mí me excitaba más. Mis dedos buscaban su culo, era curioso que no sabía como era tras haber intimado con él, pero siempre lo había visto de frente. De pronto vi un agujerito rosado, con poco pelo sobre el que mis dedos se dirigieron, lo presionaban y lo inundaban de saliva. El seguía chupando mi polla y mis huevos, aumentado mi calentura.

Entonces me arrime el culo frente a mi cara, y le separé los glúteos para jugar con la lengua. Entonces empecé a chupar como loco. Tomas se movía involuntariamente presa del placer. Era evidente que mi lengua lo ponía como loco (a mi me ponía su rabo). Mi lengua exploró caliente ano. Lo tenía muy abierto y dilatado. Cuando sentí que estuvo bien lubricado, me levanté y puse mi pirula entre sus nalgas. Él mismo se fue ensartando en mi miembro, Sentí el calor de su interior y su abertura adaptándose al tamaño de mi polla que a esa altura había crecido enormemente. Follaba y follaba como loco, sintiendo como contraía su ano sobre mi polla. Gritaba más y mas que le follase, quería que le rompiera su culo, estaba como desquiciado. Gemía de una forma exagerada, lo cual provocaba en mí una mayor excitación.

Me pidió que me cambiase de postura y me puse tendido, sentándose sobre mí de frente, clavando mi polla en su cuerpo. Subía y bajaba de forma descomunal y sus manos recorrían mi pecho, apretaban los pezones y mi barriga. Veía como su polla subía y bajaba, golpeando al caer mi cuerpo. Gritó como un loco y su leche salió disparada. Tomás echaba su piel hacia atrás, dejando libre un capullo que escupía enormes cantidades de semen. Fue entonces cuando no aguanté más y me corrí dentro de el. Al sacar mi polla, Tomas estaba con el culo abierto y chorreando sobre mi cuerpo la leche que yo había dejado en su interior. Después comenzó a lamerla y a tragarla. Que excitación mas grande. Cayó sobre mí y así estuvimos un rato hasta que decidió marchar a su casa.

Inmediatamente después de marcharse me metí en la ducha y me acosté. El día había comenzado en un lugar que no me gustaba, pero había finalizado de la mejor forma posible, tras una larga tarde de sexo y desenfreno.