El papá de mi novio y sus amigos

El papá de mi novio es muy guapo y quiero ser suya, no me importa tener que ser también de sus amigos

Cuando yo terminé la universidad me hice novia de un amigo de un primo, su nombre era Enrique, como ustedes saben el era uno de los tantos novios que tenía, ya que como he platicado en mis historias lo que más me gusta en la vida es ser puta. A él lo conocí en una fiesta en casa de otro amigo de ese primo,unos días después mi primo me dijo que su amigo había quedado fascinado conmigo y que me quería invitar a salir.

Con este primo de nombre Leonardo ya había cogido varias veces, el no tenía una gran verga ni era muy guapo, pero me cogía delicioso. Algunas veces me había cogido junto a sus amigos, así que le pregunté que si su amigo no sabía lo puta que era yo, y el me contestó que no. Le dije que saldría con su amigo, que le diera mi teléfono.

Al siguiente día recibí la llamada de Enrique, me dijo todo eso que dicen los hombres para tratar de quedar bien por último me pidió salir con él.

Estuvimos saliendo por poco más de un mes, cuando me pidió ser su novia. Así estuvimos como tres meses cuando me dijo que fueramos a comer a algún lado con su papá para que este me conociera. Ya me había platicado que sus papás se habían divorciado hace muchos años, que su mamá se casó nuevamente y se fue a vivir a Perú, el señor había tenido algunas novias pero nada formal.

Cuando fuimos a comer con su papá, lo hicimos en un restaurante muy bonito en el sur de la ciudad, ese día era muy frío así que me puse un pantalon de mezclilla negro, que marcaba perfectamente mi culo, despues una camisa blanca, botas de tacón de aguja negras, una chamarra de cuero negra, mi maquillaje fue sencillo. Esperabamos al señor en el restaurante mientras mi novio me platicaba de su trabajo, le pagaban muy bien pero lo explotaban demasiado, practicamente trabajaba todo el tiempo.

Mientras él me hablaba vi entrar al lugar a un señor muy guapo, con mucho porte, la mayoría de su cabello era canoso, usaba bigote perfectamente delineado, alto, fornido. Que sorpresa me lleve cuando se acerco a nuestra mesa y nos saludo, era el papá de Enrique, osea mi suegro, yo sentí como mi concha se mojaba toda. Me gusta mucho cogerme a mis suegros, me daba igual si eran guapos o feos, con el hecho de ser papás de mis novios era suficiente para desearlos. Pero con un hombre así ninguna mujer se resistiría a darle las nalgas.

E -Mira Pamela, el es Pablo mi papá, papá ella es Pamela mi novia.

Pa -Es mucho más bonita de lo que me había dicho.

Diciendo esto yo sonreí, nos dimos la mano y un beso.

P -Gracias señor.

Pa -Y llevan mucho espernado.

Le comentamos que llevabamos poco ahí, estuvimos platicando un rato, el señor además de guapo era muy divertido, me hacía reír mucho. Después de pedir la comida, fui al baño para llegar a este tenía que caminar hacía atrás de mi novio, quedando a la vista de mi suegro, por lo cual moví un poco más de lo normal las nalgas, no quise ser exagerada, tenía la idea de que por lo menos podía calentarlo un poco. Al regresar del baño camine sexy pero discreta, el me vio, yo le sonreí, el me devolvió la sonrisa, mi novio volteo hacia atrás, también le sonreí.

Comimos, estuvimos un rato más, yo ya no aguantaba lo caliente que estaba, me urgía una verga en el coño, mire a Enrique no deseaba que él me quitara lo caliente, tenía ganas de irme hacia abajo de la mesa, sacarle la verga a mi suegro y mamársela, mamársela hasta que estuviera muy dura, despúes metermela en el coño hasta que yo acabara y el me llenara de semen.

Mi novio me sacó de mis pensamientos para decirme que ya nos ibamos. En la entrada del lugar mientras esperábamos el carro de mi suegro y el de mi novio, mi suegro me decía el placer que había sido conocerme y que esperaba verme pronto, yo le dije que también había sido un placer para mí, y que también esperaba verlo pronto.

Mi novio y yo ibamos en su carro hacía mi casa, el tenía que trabajar, yo revisaba mi celular y le dije que mi amiga Diana me invitaba un café en un centro comercial cerca de donde estabamos, le pedí que me dejará ahí. Para el era más fácil que tener que ir hasta mi casa. Al llegar al lugar le di un pequeño beso y le di las gracias por invitarme a comer y pensar que era digna de conocer a su papá, él me dio las gracias a mí y me besó.

En el centro comercial, saque mi celular, no era cierto lo de mi amiga, solo necesitaba irme con algún macho y que me diera una buena cogida. Pensé en a quien llamarle, en mi lista de contactos vi diferentes nombres, no sabía a quien elegir, así que moví rápidamente la lista y donde mi dedo apuntara ese sería el hombre al que me entregaría.

La primer persona que salió fue Gabriel era un exnovio, muy mal amante, dije no, mejor hago otro intento, la siguiente persona que salió fue Roxana una amiga de la universidad, pero en ese tiempo no tenía sexo con mujeres, por lo cual hice otro intento, salió Roberto, él era nieto de un amante que tuve. Le llamé para decir que si me quería coger, no lo pensó dos veces, inmediatamente me dijo que sí.

Fue por mí, nos fuimos a un motel, ahí me besó por largo rato, mientras me besaba me agarraba las nalgas, mi culo como a tantos otros le volvía loco, yo comencé a acariciarle la verga, se la mamé, me la metío en la concha y el culo, me hizo llegar a varios orgasmos, el acabó tres veces, dos veces en mis nalgas y una vez en mi cara.

Ese día se me bajo lo caliente pero seguía con las ganas de ser de mi suegro. Las cosas con Enrique y mis otros novios iban bien, las cosas con mis amantes eran formidables, iba de verga en verga pero no dejaba de pensar en Pablo.

Pasó como un mes de que conocí a mi suegro, no tenía la forma de verlo pues jamás había ido a la casa de Enrique, pero afortunadamente un sábado ibamos mi novio y yo a una fiesta, esta sería por la noche, como a las 3 de la tarde mi novio pasó por mi, haríamos algunas otras cosas. Yo lo vi cansado le dije que si quería que no fuéramos a la fiesta, él me dijo que mejor fuéramos a su casa para descansar un rato, y lo que ibamos a hacer lo hicieramos después.

Al llegar a su casa, yo deseaba con todas mis ganas que mi suegro estuviera en la casa, por lo menos quería ver a ese macho que me hacía mojar mis bragas. Entramos, era una casa muy bonita en desniveles, escuchamos ruido abajo donde mi novio me comentó que había un pequeño bar, una mesa de billar y una mesa para jugar pokar.

Yo sabía que mi suegro tenía que estar ahí, tenía unas ganas locas de ir y darle las nalgas en ese momento.

E -Ven vamos a saludarlo.

P -Claro mi amor.

Al bajar vi a mi suegro quien estaba con tres personas más, él me sonrió, esa sonrisa hermosa que me hacía excitar, me escaneó toda, yo llevaba un pantalón de licra negro, encima una blusa blanca, que cubría hasta abajo del culo, un cinturón negro grueso que me ayudaba a dibujar mi cintura, unos tacones negros de aguja.

Sus amigos también me vieron, parecían cuatro lobos queriendo comerse a un pequeño corderito, Enrique estaba tan cansado que no se dio cuenta.

Pa -Hola guapa, ¿cómo estás?

P -Hola, muy bien y usted señor.

Nos dimos dos besos.

Pa -Mira te presentó a mis amigos, ellos son Edgar, Saúl y Alfonso.

A cada uno les di la mano, pero cada uno me jaló para darme un beso.

Edgar era alto, y muy fuere, Saúl era bajito y de complexión media, Alfonso usaba una gran barba, era muy gordo. De cara los tres no eran feos pero tampoco guapos, los tres deberían de tener la misma edad de mi suegro o muy cerca de ella.

Mi novio me dijo que lo acompañara a la cocina, fui con él. En ella me ofreció algo de tomar, nos fuimos a su cuarto donde prendió la televisión, se acostó en la cama, me hizo que me acostara con él y me abrazó. No pasaron ni cinco minutos cuando se quedo completamente dormido, yo tenía ganas de que él despertara hasta la noche, y que los amigos de mi suegro se fueran para decirle abiertamente que quería coger con él.

Habían pasado como 10 minutos desde que Enrique se durmió, yo seguía pensando en como ser de mi suegro, como lograr que me hiciera su mujer, de repente su celular sonó, él despertó y lo tomó, era una llamada del trabajo.

E -Quieren que vaya, dicen que no tarda más de dos horas.

P -Pues ve mi amor, ya que hacemos.

E -Quieres esperarme aquí, sigue viendo la tele y yo regreso en un rato.

Fuimos a avisarle a su papá, al decirle el plan de que yo me quedara viendo tele, me dijo que jugara un rato con ellos, Enrique les dijo que que buena divertida se iba a dar con cuatro ancianos, todos reímos.

Yo acepté jugar con ellos, mi novio se despidió y se fue.

Pa- Bien primero un juego de calentamiento.

Ganó Alfonso, Saúl me ofreció algo de tomar, pregunté que que estaban tomando ellos, me dijo que cubas, así que le pedí una, al probarla la sentí muy cargada, pensé este cabrón me quiere emborrachar y tratar de cogerme.

E -Bien jugabamos de dinero Pamela, pero ni modo que apostemos contigo.

P -Bueno, podemos apostar un rato.

Mi suegro dijo que apuestas de 5 pesos, todos estuvimos de acuerdo luego de 20 minutos, yo había perdido 50 pesos, realmente era poco, la cuba ya me la había acabado. Saúl ya me había servido otra, yo fingí empezar a emborracharme por lo cual me puse más amistosa agarrrando las piernas de Pablo y Edgar que eran los que tenía a los lados.

Mi suegro de vez en cuando me abrazaba, en ese momento supe que él sería mío en algún momento.

A -Ya me cansé de ganarles el dinero.

S -¿Y qué quieres?

A -Juguemos de castigos.

Pa -No creo que mi nuera quiera.

Lo dijo mientras se reía y me veía de forma retadora.

P -Aceptó, no soy una niñita, ya soy una mujer.

Les dije mientras abrazaba a mi suegro y le daba un beso en la mejilla.

E -Y que mujer.

Poniendo mi sonrisa más puta le di las gracias a Edgar.

El primero que ganó fue Saúl, mi suegro perdió, lo castigo haciendo que realizara una llamada de broma, después ganó Alfonso y perdió Edgar, su castigo fue bailar como teibolera. Después ganó Saúl, perdí yo, mi castigo fue también bailar como teibolera, baile un poco, me acerqué a Saúl quien sacó un billete y me lo puso en el pantalón.

Volvimos a jugar, ganó mi suegro y perdí yo de nuevo.

Pa -Quiero un baile, pero privado.

P -Muy bien, ¿dónde?

Mi suegro me subió me llevó a la sala, ahí se sentó y yo empecé a bailarle, le di la espalda y me senté sobre él, le pasé las nalgas por su verga, la cual ya estaba completamente parada, después me di la vuelta, me volví a sentar, empecé a darme sentones, tomé sus manos y las puse sobre mis nalgas, él me acariciaba, nos acercamos y nos besamos, estabamos en eso cuando de abajo se escuchó que Alfonso grito tiempo, él juego sigue.

Nosotros nos separamos, me paré mi suegro estaba como ido, lo tomé de la mano y lo llevé nuevamente con sus amigos. Yo ya estaba muy caliente.

S -¿Y qué, disfrutaste el baile?

Pa -Mucho.

Seguimos jugando, entre ellos se ponían castigos tontos, cuando me tocó perder otra vez, el ganador fue Alfonso, quien me pidió un beso. Lo besé, le metí mi lengua, él hizo lo mismo, me gustaba como se sentía ese beso con su barba, estuvimos así unos tres minutos, cuando dijeron tiempo y siguió el juego.

Ya todos estabamos muy calientes, volví a perder quien ganó fue Edgar quien me pidió que bailar para todos pero que me quitara el pantalón y la blusa.

Mi suegro me veía dudando que me atreviera pero deseando que lo hiciera, empecé a bailar, lo hacía lo más sexy que podía, me quite el cinturón, después la blusa, ellos aplaudían y chiflaban, después me quite el pantalón, dándoles la espalda, me lo quite sin doblar las rodillas, no me quite los tacones, me costó un poco de trabajo quitarme el pantalón pero lo logré.

Me acerqué a ellos, Saúl barajó las cartas, repartieron pero antes de sentarme Edgar me jaló y me hizo sentarme en sus piernas, al estar sentada comenzó a acariciar mis nalgas, me besó y yo le respondí el beso. Alfonso se puso atrás de mí y jugó con mis tetas, Saúl se acercó y me desabrochó el brassier.

Sentí una mano en mi hombro era mi suegro, se estiró para tomar una de mis manos, me jaló hacía él y me hizo ponerme de pie, me hizo dar unos pasos, me puso frente a él, se agacho enfrente de mí y me bajo la tanga, y me mamó riquísimo la concha, su lengua pasaba por mis labios vaginales y después con desesperación se movía frotando mi clítoris, yo me tomé de sus hombros, mi vagina estaba completamente mojada. Los otros tres pasaron a mi lado ya completamente desnudos, los tres se pararon enfrente de nosotros y se empezaron a masturbar, no aguanté más ante tanta calentura y me vine en un delicioso orgasmo.

P -Aaaahhhh sííííííííííííííííííííííííííí

Mi suegro se comió todos mis jugos, él se quito y Saúl terminó de quitarme el brassier, con su boca se prendió a mis tetas, me chupaba con muchas ganas, mis pezones estaban tan duros que podrían cortar algo. Yo tomé su verga ya dura y los masturbé, él comenzó a agitarse y antes de venirse me dijo que esperara que me la quería meter.

Me hizo acostarme en el suelo, abrí lo más que pude las piernas, él se acostó entre ellas y apuntando su verga a mi concha me la metió de un solo empujón.

P -Aaaahhhh que rico.

Su verga era normal, la metía y la sacaba, mientras lo hacía sus manos jugaban con mis tetas, su verga estaba muy caliente, mi vagina se abría cada vez más.

S -Que rica estás Pamela, coges delicioso.

P -Así, cógeme, cógeme rico.

Nuestros cuerpos eran un mar de placer.

P -No te corras dentro.

No quería su semen en mi vagina, cada vez se movía más rápido, cuando sintió que se iba a venir me la sacó y terminó en el piso.

Alfonso se acercó a mí, me hizo ponerme en cuatro, comenzó a meterme la verga en la vagina, el peso de su estómago caía sobre mis nalgas, la metía toda para después lentamente sacarla casi hasta el final. Me tomaba de la cintura, yo sentía muy rico, su verga no era larga, pero sí muy gruesa. Mi coño estaba hirviendo, mi cuerpo ya estaba sudando, se escuchaban los golpes de el encuentro de nuestros cuerpos.

Saúl se acercó adelante de mi puso su verga más larga de lo normal pero delgada enfrente de mi. Sabía que quería que se la mamara así que la tomé con mi boca y se la chupé, mi lengua pasaba por todo su glande mientras estaba dentro de mi boca, por atrás mi vagina seguía siendo cogida por la verga de Alfonso.

Con mis labios apretaba la verga de Saúl, su líquido preseminal ya estaba por toda mi boca, Saúl me tomó de la cabeza, con desesperación empezó a cogerme por la boca, sentí como se hinchó su pito para después disparar su leche hasta el fondo de mi garganta, cuando me la sacó escupí lo que me quedo en la boca.

Alfonso siguió con el mete y saca, yo empecé a moverme en círculos,él ya no aguanto más, me la sacó y su descarga de leche fue a parar al suelo.

Ya solo faltaba mi suegro, lo miré, él me vio y sonriendo se desnudo, su verga, era enorme gruesa, larga, una cabeza grande, se me hizo agua la boca.

Hincada llegué a él, se la empecé a mamar, mi lengua le daba el mejor trato posible.

Pa -Así putita, sabía que eras un puta, como lo mamas.

Yo seguía con esa gruesa verga que parecía que me iba a partir la boca, la apretaba como podía con mis labios, él desde arriba me agarraba las tetas. Así estuvimos un rato hasta que me la saqué de la boca y le dije.

P -Vamos papi, quiero que me cojas ya.

Lo tomé de la mano y lo llevé a una de las sillas, lo hice sentarse, me puse encima de él viéndolo a los ojos tomé su verga y poco a poco me fui sentando sobre ella, me costaba trabajo metérmela pero al final lo logré.

Pa -Que buena estás.

P -¿Te gusto? ¿te gusto suegrito?

Pa -Demasiado.

P -Cógeme, dame duro con esa vergota.

Empecé a darme sentones, el me tenía tomada de la cintura me ayudaba a subir y bajar, su verga me hizo llegar a un rico orgasmo.

P -Me vengo suegro, me vengo.

Mis jugos mojaban la verga deliciosa de mi suegro, los otros tres nos veían mientras descansaban.

Pa -Eres toda una puta.

Mi concha estaba muy caliente, mi excitación era enorme, mi suegro era todo lo que una mujer sueña. Lo abracé fuertemente mientras él seguía agarrándome de la cintura, su verga entraba muy adentro en mi.

Me tomó de las nalgas, yo dejé de abrazarlo, me arqueé hacía atrás puse mis manos en sus rodillas y cogimos muy rápido, el mete y saca era delicioso, me veía con deseo con ganas de que esto no acabara, yo lo miraba y deseaba tenerlo para mí siempre, quería ser su puta toda la vida.

Cada vez gemíamos más fuerte.

P -Dame duro suegro, cógeme con esa gran verga.

Pa -Toma puta, siente como te cojo.

Acabamos en un delicioso orgasmo al mismo tiempo.

Pa -Me vengo puta.

P -Yo también me vengo suegro, lléname con tu leche.

Fue mucha la leche que me hecho, había pasado como una hora y media desde que se fue mi novio, me ayudaron a verstirme, después ellos hicieron lo mismo.

Seguimos jugando cartas, apostando dinero, no hablamos de lo que acababa de pasar.

Como a los 15 minutos llegó mi novio, nos encontró jugando tranquilamente. Me dijo que lo acompañara por unas cosas para la fiesta que ya no podría descansar.

Mi suegro y sus amigos me dieron las gracias por el rato tan agradable que pasamos, yo les dije que gracias a ellos, y que esperaba que repitieramos ese juego. Mi novio solo nos veía pensando en que que bueno que me llevara bien con su papá y su amigos sin saber que lo que realmente había pasado es que me habían cogido bien rico.