El padre de mi novio parte 1
Este año se ha convertido en un sin fin de acontecimientos en donde todo puede pasar....
Con el papá de mi novio
Por todo el tema de la cuarentena, decidí volver a mi ciudad. La ciudad de los vaqueros queda atrás, la pase muy bien con los norteños, pero vuelvo a mi ciudad, no sabia cuanto la extrañaba, el frio de mi bella capital, mi restaurante favorito de hamburguesas, que puedo pedir cuando se me antojen a Domicilio. Estuve con mi familia dos semanas, y ya estábamos en desacuerdos. Estaba retomando contacto con amistades del pasado, en eso el anterior amor de mi vida me escribió. El mismo que ya andaba con otro chico cuando estábamos juntos. Como no tenía a donde ir, le pregunte si podría quedarme unos días con él. Estábamos a dos horas de camino de la casa de mis padres.
Llegué a su departamento y estaba casi igual de cuando me fui, cuatro años han pasado y parece tan solo un mes. En la mesita de la cama aún tenía una foto de los dos juntos, por alguna razón extraña me encantan las rosas negras. Juan David me recibió con unas rosas negras. La vista por la ventana … me traía tantos recuerdos…
-Como estas Santi… tiempo sin saber de ti…ya eres todo un hombre.
-Y tu sigues igual Juanda no cambias…
Estuvo todo bien hasta que llegó el momento de los reclamos. Habíamos sido novios hace ya algunos años yo ni siquiera le dije que terminaríamos… solo le deje de hablar en ese momento. Resulta que Juanda había estado saliendo con un conocido de mi grupo de amigos, yo me di cuenta, pero no quise drama. No dije nada, solo me alejé y ya.
Me resultó bastante gracioso que él sabiendo que estaba saliendo con otra persona, me reclamara como si fuese yo el villano. Tengo mis momentos, y en ese momento lo que menos quería era comportarme como un adulto y explicarle todo ello, aparte que se incomodaría porque él no sabía lo que yo sabía de él. Use mi táctica que nunca falla, lo besé para que se callara, cuando alguien quiere hablar de más y los aburré bésenlo.
Juanda se emocionó y continuó el beso, la verdad nunca sabía que me pasaba con él… es decir, no me calentaba al máximo, no se si es que sus besos no son tan buenos, o es su forma de ser, pero nunca me ha calentado tanto. Estaba viviendo mi propia obra, como opio en las nubes en los nuevos años 20´s. Conozco a Juanda desde la escuela, y a su padre muy bien, ya que trabajaba con mi madre, Michelle mi exsuegro. Recuerdo siempre fue muy amable conmigo, y me encantaba la forma en que siempre estaba dispuesto a darte una mano, un tipo hermoso y no me refiero a su físico, si no a todo él. Porte, educación, galantería. Recuerdo que había rumores en aquellos entonces… decían que Michelle tenía un amante y era su guardaespaldas, las personas pueden llegar a ser muy imprudentes. En alguna ocasión recuerdo que fui con mamá a casa del guardaespaldas de Michelle por una urgencia de unos documentos, de pronto salió Michelle a abrir la puerta, su cabello estaba mojado, parecía que acababa de salir de la ducha y sin querer su guardaespaldas salió en toalla atrás de él. Cuando vieron que en la puerta estaba mamá, Michelle se noto incomodo y nervioso. Entregamos los documentos y nos fuimos. Desde ahí supe que Michelle y yo algún día podríamos tener algo. Tuve muchas fantasías adolescentes protagonizadas por Michelle. El se había casado con la madre de Juan David, pero se divorciaron rápido, y desde ese entonces no se le conoció otra mujer. Michelle hacia ejercicio desde siempre, lo mas resaltante de él eran sus ojos verdes y sus abundantes pestañas, siempre estaba sonrojado ya que era muy blanco y en nuestra ciudad siempre había sol, mucho sol.
Cuando Juanda y yo anduvimos fue en secreto, éramos “muy buenos amigos” duramos años así, al principio todo fue muy bueno, pero él era muy indeciso, me decía que quería estar conmigo, luego quería estar con una chica y así se la pasaba, eso hizo que yo nunca me enamorara de él, y así era nuestra relación de dos amigos que de repente tenían sexo.
Juan David estaba muy cambiado, hacia 4 años que no lo veía, ya es todo un hombre, más maduro, más guapo, pero igual de tonto, eso no cambia en él, su pésimo sentido del humor es algo que creo nunca dejará. Me contó que había sucedido todo este tiempo en mi ausencia, su padre lo había descubierto con un chico en la cama y de ahí salió de closet, incluso me comentó que le había contado a su padre Michelle que fuimos novios alguna vez. Eso me excito un poco, saber que Michelle sabía eso… Fuimos a comprar suvenires para pasar la cuarentena, entre platica y platica le pregunte acerca de Michelle, me dijo que se llevaban muy bien, de hecho, eran casi vecinos, él vivía en el edificio de al lado, eso me emocionó mucho, solo de pensar en volverlo a tener en frente me hacia sentir de nuevo como un adolescente.
Volvimos al departamento obviamente Juanda quería lo suyo… organizamos las cosas y comenzó a toquetearme el trasero, por aquí… por allá, entonces ya tomé las riendas del asunto, aunque él es mucho mas alto que yo siempre me había gustado dominarlo, tomé su verga por encima de la sudadera y ahí mismo se la bajé, esa verga… me traía muchos recuerdos, su olor característico de macho y un poco de orina, su sabor salado, su grosor y sus vellos, Juanda no era de depilarse la zona pélvica, no me gustaba usar las manos para procesar su exquisito miembro viril, con mi boca y labios lamía el glande, Juanda se mojaba mucho, su glande dejaba salir todo su liquido pre seminal, se lubricaba bastante, eso me encantaba de Juanda, en el sexo siempre nos entendimos, poco a poco fui introduciendo su miembro en mi boca, jugando con mi lengua por todo su miembro, su liquido pre seminal lubricaba muy bien mi garganta y hacia que entrara toda en mi boca, mis labios rozaban todo su vello púbico, lento y con mucha entrega mamaba su verga, lamía y besaba todo ese miembro el cual no sabía que extrañaba tanto, estuve arrodillado entregándole placer con mi boca a Juanda por unos minutos.
-Quiero tu semen Juanda. Dámelo.
-¿Me extrañaste mucho Santi?
-A ti no… pero a tu miembro si.
Juanda comenzó a masturbarse, mientras me daba golpes con su miembro en mi cara, luego jugaba conmigo, me la quería meter en la boca y luego me la sacaba, siguió masturbándose hasta que por fin llegó el momento, su cuerpo agitado indicó que el semen estaba a punto de salir, abrí mi boca y me dispuse a mamar el glande, no quería que ni una gota se desperdiciara, pude sentir la primera expulsión, su sabor característico, seguido de otros 3 o 4 disparos de semen, me lo trague y me levante para darle un beso, Juanda tenía el súper poder de follar unas 4 o 5 veces seguidas, sin que su miembro se pusiese sensible o flácido, podía venirse y como se nada continuar la segunda ronda, entonces después de besarlo me volteé baje mi sudadera y deje mi culo al descubierto, inmediatamente Juanda puso su verga entre mis nalgas escupió un poco y comenzó a penetrarme suavemente, aquella verga se lubricaba tanto que no se necesitaba nada más, poco a poco mi culo fue cediendo ante su vergota, sentir su verga entrando de nuevo entrando en mi culo era todo lo que no sabia que necesitaba. Cuando estuvo toda dentro tomo fuerte mis caderas y comenzó una fuerte embestida, Juanda era rudo para el sexo, mi miembro estaba muy lubricado sentía que en cualquier momento explotaría, ¿han tenido esa sensación? La sensación de que un miembro desde el comienzo de la penetración les cause la sensación inmediata de querer venirse. No aguante mucho más y mi miembro dejo salir todo mi esperma sobre el piso de la cocina, Juanda se cercioró de ello y me dio mas y mas duro, hasta que explotó dentro de mi culo. Pude sentir como todo su esperma escurría.
Nos fuimos a la ducha juntos, mientras nos bañábamos y fregábamos con el jabón Juanda me colocó de espaldas y nuevamente me penetró, ahí estábamos los dos, juntos de nuevo, así es la vida, a veces te lleva a lugares donde no pensabas regresar, Juanda me penetraba mientras besaba mi cuello, bajó el agua se sentía tan bien follar, las gotas de agua resbalaban por mi espalda y bajaban por mis nalgas y la verga de Juanda, era una sensación única. Yo empujaba mi culo hacia atrás para sentir todo el miembro, de pronto Juanda se detuvo y sentí como su miembro se hinchaba y explotaba su esperma dentro de mi. Me voltee y tome la cara de juanda con mis manos, nos quedamos viendo me empezó a gustar toda la situación, lo bese y terminamos de bañarnos.
Preparamos comida y Juanda me comento que su papá Michelle vendría a visitarnos y se quedaría a cenar. Eso me emociono mucho, en verdad deseaba ver a Michelle, platicar con él, era como mi amor platónico. Pero ese día Michelle ya no pudo ir, así que me quede con las ganas.
Como teníamos mucho tiempo libre comenzamos a hacer ejercicio y natación en el edificio, conocí a una pareja de vecinos que entrenaban con nosotros, a veces nos reunimos y platicamos, por fin después de una semana saco tiempo libre mi suegro para visitarnos. Estaba hermoso, venia de hacer ejercicio y estaba sudado, su cabello empapado de sudor completamente gris, barba recortada también gris, sus ojos, sus hermosos ojos. Michelle estaba mucho mejor, me resultaba aún mas atractivo.
-Santiago que gusto verte, ya no te pareces tanto a tu madre.
-No se como tomarme eso, si como halago o como insulto.
-Que ya no eres un niño, eres todo un hombrecito.
Nos abrazamos, sentí su sudor y su olor a macho. Tuve una erección involuntaria.
Nos dispusimos a cocinar y platicar, luego nos sentamos a comer y así hasta la media noche. Michelle se fue a su casa y yo me fui a la cama con Juan David. Estábamos muy cansados, nos metimos a la cama y yo no dejaba de pensar en mi guapo suegro, me tuve que masturbar, no podía contener mi lívido mientras Michelle estaba en mi cabeza. Juan David se cercioro de mi masturbada y se enojó… me dijo que porque en vez de buscarlo a él me lo hacia yo sólo. A veces los hombres son tan inmaduros…
Espacio para poema...
Desearia tener mi único verdadero amor esta noche, ¿Serias mio para siempre?
No tengas miedo todo estara bien si me besas en la oscuridad...
Todas las estrellas podrian birllar por ti...
Te espero... es todo lo que hago, pero no vienes..
Nunca lo haces.
¿Acaso no era yo él chico de tus sueños? Todas esas veces que me dijiste e hiciste sentir tuyo, era tu mundo entero.
No digas que me necesitas cuando te vas y te vas de nuevo.