El Pacto (1)
Tras pasar los veinte años el diablo viene a cobrar su deuda.
EL PACTO (I)
Mi nombre es Lucia, soy una mujer de 34 años, de piel morena, cabellos negros y ojos verdes, me he conservado bastante bien a lo largo de los años, no me he casado ni he tenido ningún hijo. Hace tiempo cuando tenia 15 años, soñaba con ser alguien famosa, con dinero y poder pero no estaba dispuesta a trabajar para conseguirlo, ni a dar favores sexuales a cambio de pruebas para poder llegar a lo mas alto, así que , hice un pacto con el diablo, un pacto por el cual, Él me daba todo lo que yo quisiese durante veinte años y el día de mi trigésimo quinto cumpleaños mi alma, mi cuerpo y en definitiva mi ser pasarían a ser de su propiedad. Mañana es el día.
El diablo se puede presentar de diferentes formas, Él estaba sentado en un sillón de mi habitación con un traje de seda azul marino, una camisa blanca y con corbata roja, su piel estaba totalmente morena y su pelo abundante, engominado hacia atrás. Fumaba un puro cubano mientras sujetaba un vaso con hielo y Whisky. Sus ojos negros no dejaban de mirarme mientras me desperezaba en la cama y asumía que era el día señalado.
Permanecía sentado con las piernas cruzadas, no hizo nada por presentarse, no hacia falta, sólo levantó las cejas y sonrió, una sonrisa discreta y burlona. Me levanté y desnuda me coloque delante de él, asumiendo mi sumisión , tal como habíamos pactado. Tenía un control perfecto de sus gestos y de sus acciones, parecía como si se moviera por el aire y situándose delante de mi, se llevo un dedo a la boca para mojarlo con su saliva y lentamente como intentando que me percatase de todo el proceso, lo colocó en mi clítoris frotándolo. No había dejado de fumar su puro cubano, y después de darle una calada y expulsar el humo en mi cara, sin dejar de frotar mi clítoris, comenzó a hablar.
Ya sabes quien soy, ya sabes que vengo a buscar y ya sabes que quiero de ti. Por lo tanto, no perderé mi tiempo en explicártelo. Ahora sacaré el dedo que tengo en tu coño y lo llevaré a tu boca, no quiero un gesto ni una palabra solo que lo chupes y entonces entenderé que estas dispuesta y asumes tu condición de que a partir de ahora tu ser, me pertenece sin ninguna condición ni prestación a partir de este momento.
Antes de sacar su dedo de mi coño, lo introdujo un poco mas adentro, tenia la sensación de que ese dedo no tenia fin y cada vez se alargaba y se ensanchaba mas, lo sacó con un movimiento rápido y tan finamente que cuando me estaba relamiendo de gusto me encontré con mi lengua saboreando todos mis jugos de su dedo.
Te felicito, has tomado la decisión correcta, no quieras ni pensar el sufrimiento al que te sometería si no fuese así, caminaba alrededor de mi cuerpo desnudo sin que sus ojos negros dejasen de observarme, a partir de este instante te utilizaré para lograr mi propósito de captar nuevos seres, tendrás que ser aleccionada y por eso te llevaré a mi residencia donde solo mis mas fieles esclavos tienen el honor de sufrir y enseñar a aquellos que se incorporan. Allí descubrirás el dolor, el placer que suministra en cantidades dosificadas por manos expertas, el sufrimiento, la angustia, la humillación, el respeto y la sumisión. No obtendrás compasión, ni perdón por tus errores, ni placer, ni descanso, comerás lo justo y necesario y solo cuando se te ordene y el beber será un ser preciado por el que tendrás que pagar. No podrás hablar mientras no se te ordene o pregunte y tus gritos y gemidos serán considerados como una falta por la cual tendrás que pagar, no tendrás ropa ni calzado, solo dispondrás de un collar de pinchos en tu cuello, se te rapará el pelo al cero de todo tu cuerpo y se tratará la piel para que no vuelvan a salir nunca mas y a menos que se te indique caminaras a cuatro patas con la cabeza mirando al suelo. Serás utilizada por cualquiera de mis esclavos sean hombres, mujeres o animales para lo que ellos consideren oportuno y tendrás que estar siempre limpia y aseada.
Se paró justo detrás de mi y apoyando su mano en mi espalda hizo que me doblara, me abrió las piernas y poniéndose de cuclillas sacó su enorme lengua para saborearme desde mi coño hasta el agujero de mi culo, allí se paró jugando con mi esfinge y poco a poco como si su lengua se transformara en un palo me la fue metiendo por mi culo sin ninguna resistencia. No tenia fin, ni siquiera me atreví ni a murmurar ni a reproducir ningún sonido pensando solo en lo que me pudiese ocurrir. Al sacar su lengua se quedó observando el tamaño que mi agujero había dilatado, y colocó su puro en él.
Ahora sígueme ..
CONTINUARÁ
Si queréis participar con vuestras ideas al aleccionamiento de Lucia , no tenéis mas que escribirme, pero recordar que es al diablo a quien os estáis dirigiendo.