El Paco

Un paco, oficial de policia en Chile, abusa de un chico hasta hacerlo su esclavo.

EL PACO

I

(Paco, así se les dice de forma despectiva a los carabineros en Chile)

Caminaba por las calles después de aquella fiesta de bestias, todo había sido una guerra de excesos, mucho alcohol, mucha droga, coca, hierba, éxtasis, todo lo que se pudiera imaginar en esos términos. Tuve suerte, me regalaron una potente reserva de esas delicias, lo que había sobrado, que era bastante, la verdad la fiesta había sido en grande. Y con eso se forjaba mi mal camino.

Caminaba entonces algo entonado, (un poco mareado por todo lo consumido) aquella madrugada y no note la patrulla que me seguía, una patrulla de carabineros (la policía chilena), la patrulla me adelanto en un momento, fue ahí recién que note su presencia, se estaciono unos metros delante de mi, y de ella descendió un paco (carabinero, pacos se les dice acá en chile), estaba solo, cosa rara porque siempre están de servicio con uno más al menos, era joven, unos 30 años más o menos, más alto que yo y de tez morena, de cuerpo macizo. El paco se acerco a mi y con las manos me llamo, ahí recordé todo lo que llevaba encima y mis piernas temblaron, le hice caso y me acerque, pensando que quería preguntarme algo y listo, confiando que mi apariencia de niño bueno me ayudara a no caer en desgracia con el paco (mido 1.70, delgado, Tez clara, pelo trigueño, ojos azules, y dicen que cara de niñito angelical).

¿De donde vienes a estas horas?- me pregunto con autoridad

No, de una fiesta señor-respondí tratando de disimular mi estado

Acércate más…-al hacerlo me puso la mano sobre el cuello y me arrojo sobre la patrulla, para luego proceder a catearme, fue tan rápido que cuando saco el paquete con drogas apenas y lo note. Me puse pálido, el procedió a ponerme las esposas mientras me decía cosas, no entendí nada, estaba en shock, no reaccione hasta que estaba dentro de la patrulla, dirigiéndome seguramente a la comisaría local.

Pensando en mi carrera arruinada (estudiaba derecho), en mis padres, gente humilde, muy estricta, y sin medios para ayudarme si caía en desgracia. Comencé a llorar como un niño pidiéndole que no me llevara, que me dejara ir, cometí hasta el error de ofrecerle las drogas, lo que solo empeoro mi situación, entonces dije la frase que cambiaria mi destino, a mis 21 años, sellaría mi papel en la vida para siempre, y lo haría yo mismo, yo haría la propuesta. "haré lo que quiera, pero por favor déjeme ir" "le doy lo que quiera", repetí aquellas frases una infinidad de veces, en distintos tonos, la verdad es que comenzaba a verme destruido en aquella situación. De pronto cuando ya estaba llorando desconsoladamente por mi situación, la patrulla se detuvo, mire por la ventana y no nos encontrábamos en la caminaría, de hecho nos encontrábamos fuera de la ciudad, en un sitio baldío, de tanto llorar no me di cuenta cuando fue que salimos de la ciudad.

¿Harás lo que yo quiera?- pregunto con voz firme.

Si….-respondí esperanzado

Si, lo que usted quiera, pero por favor no me lleve detenido…- dije más calmado, veía la luz al final del túnel.

El paco se bajo de la patrulla, abrió mi puerta y tomándome del cuello me saco del auto, me libero las manos, y se apoyo en el auto, dejándome ahí sin saber que hacer, yo no entendía lo que el quería de mi, el calmadamente saco un cigarro y empezó a fumarlo.

Desnúdate- dijo finalmente, no entendía la orden, quede mirándolo sin saber que hacer.

Desnúdate…o métete a la patrulla que te llevo preso weon- volvió a ordenar, mientras se fumaba el cigarro y ahora jugaba con mis documentos que me había sacado junto con la droga.

¿Cómo dice?- fue lo único que se me ocurrió preguntar

Eres lento, y eso que estudias en la universidad – decía esto con mi carné de biblioteca de universitario en la mano.- que te desnudes, si te quieres salvar de esto, será bajo un solo trato, me dijiste que harías lo que yo quisiera, que me darías lo que quisiera, pues bien weoncito, yo te quiero a ti, así de simple. Tómalo o déjalo.- me miraba con calma mientras se terminaba su cigarro, yo tenia cara de terror, el paco lo que quería era violarme, servirse de mi.

Yo…-musite

Mira pendejito, haremos esto, me fumare otro cigarro, si al apagarlo no te has desnudado, te meto en la patrulla y te llevo preso por trafico de drogas…..llevabas suficiente como para que ese sea el cargo, deberías saberlo. Así que no me digas nada, solo déjame fumar, si cuando termine estas desnudo, serás mío, hasta que yo lo decida, y te salvas de ir en cana, piensa que en cana serías la putita de todos, eres muy lindo, así que no te faltarían pretendientes.

Yo estaba sin nada que decir, paralizado del miedo, lo que el paco me decía era una pesadilla, aceptar el trato era asqueroso, humillante para mi, pero no aceptarlo era el fin de mi vida. Veía como el paco se fumaba su cigarro, lo hacia pausadamente, lo que hacía que para mi el tiempo se hiciera aún mas eterno, la luz del alba comenzaba a iluminar aún más todo, podía ver que no había nada a kms a la redonda, no tenía como escapar , estaba atrapado con él.

El cigarro se iba consumiendo, ya quedaba poco, cuando se terminara, mi destino se sellaría, ir a la cárcel o ser propiedad de un paco.

La última aspirada estaba dando el paco cuando sin pensarlo, solo por miedo a la cárcel, comencé a desnudarme. Quede solo en bóxer mirando al paco arrojar la colilla del cigarro al suelo y pisarla con su pie.

Entiende que serás mío, podrás seguir con tu vida académica, familiar, pero en el resto, eres mió, ¿entiendes?

Si- dije casi susurrando

¿Qué dijiste? Dilo más fuerte

Si- susurre de nuevo

Más fuerte

Si!

Bien, así esta mejor weoncito

El paco se acerco lentamente, yo comencé a mirar hacia todos lados temiendo que alguien me viera así, aunque era imposible en el lugar donde nos encontrábamos. Se acerco y mirándome de frente me dio un golpe con el puño en la boca del estomago, caí ahogado por el dolor.

Te dije que te desnudaras….si no me obedeces te haré mierda a golpes, ¿entiendes?...ahora desnúdate ya!-ordeno amenazante, a duras penas me levante y me quite el bóxer, con lagrimas en los ojos por la impotencia, el dolor y la humillación.

Bien, así esta mejor- ahí de pie, derecho frente a mi captor, temblando de frió y miedo en las primeras horas de la mañana en un terreno desierto, a las afueras de la ciudad de Santiago, ahí me encontraba yo, el chico mujeriego que se había ido feliz de la fiesta por echarse dos polvos, y con dos chicas distintas, y ahora, era propiedad de un paco.

El paco me acaricio con fuerza, tocándome cada parte del cuerpo, a cada intento mió por alejarme me golpeaba con fuerza, pronto deje de alejarme, mis reflejos dejaron de escapar de él.

Tomo más tiempo en mis nalgas, blancas y lampiñas, las sobo a su gusto, luego me acaricio las bolas, apretándolas un poco.

habrá que afeitar esto- dijo mientras pasaba el dedo por mi pubis, lo único con más vello en mi cuerpo, puesto que soy muy lampiño- me gustas….eres lindo y lampiño, no tendré que trabajarte demasiado.

Esa frase "trabajarte demasiado" me helo la sangre, este hombre me convertiría en su esclavo enserio y había sido yo quien le había dado la idea.

Me tomo del cuello como lo había hecho antes, todo el peso de esa enorme mano gobernando mi cuerpo desde el cuello, me guío hasta hacerme poner de rodillas, en esa posición me dejo, se dirigió a la patrulla de donde saco una cámara digital y comenzó a tomarme fotos, no solo desnudo, pronto tomo la bolsa con la droga y me hizo tomarla con la mano, así me fue haciendo varias fotos, entendí sin necesidad de explicaciones, que eran su seguro para mantenerme controlado. Dejo la cámara dentro del auto, en el asiento trasero, con la puerta abierta, mirando hacia mi, entonces se acerco, yo ahí de rodillas, y su entrepierna en mi cara, comencé a temblar más de lo que ya lo hacía como un niño me largue a llorar y pedí piedad, pero por el contrario de ablandarlo, mi llanto solo lo calentó más, y mucho más, note de inmediato su bulto crecer con forme yo iba suplicando, mire hacia arriba y vi la sonrisa mas demoníaca que haya visto en mi vida, sonrisa que me perseguiría por siempre en mis pesadillas, las que tendría dormido, y las que sufriría despierto, en sus manos.

Sin escuchar mis suplicas, bajo el sierre de su pantalón, y ahí saco su pene, aún no estaba del todo erecto y ya era imponente, no solo largo sino que también muy grueso, me dio asco y miedo lo que aquella herramienta podría hacerme.

No sacas nada con gimotear- dijo burlescamente, al momento que sentí un flash, la había dejado programada para sacar las fotos, en la posición que la dejo, la cámara me tomaba de manera perfecta, y de el solo se veía su miembro.

Ya weoncito, abre la boca , llora si quieres, pero con la boca abierta – y soltó una carcajada con el comentario. Yo no abrí la boca, seguí sollozando y eso me valió una cachetada que me hizo arder la cara, y caer al suelo, me levanto del pelo y me grito a la cara- ya te dije que te saco la cresta si me desobedeces, ahora abre la boca, te doy permiso de llorar, gimotear y gritar, todo lo que quieras, solo porque estas partiendo, pero nada más. Ahora abre la boca y me la chupas

Yo ya me gobernaba por el miedo, y ese paco era el miedo, mi miedo, así que abrí la boca, el introdujo su cada vez más erecto pene en mi boca, el que caía a duras penas en mi boca.

Tendrás que hacerlo mejor, pero te perdono porque eres nuevito….con practica te entrara todo weon!- decía mientras me follaba la boca, metía lo que podía de su pene en mi boca sujetándome la cabeza.

Continuó fallándome la boca por un buen rato, a veces me la hundía tanto que sentía deseos de vomitar, pero me contuve solo por el miedo ha hacerlo enojar. Mi saliva escurría por mi cuello y bajaba por mi cuerpo, me sentía asqueroso, humillado e impotente, mientras "mi dueño" disfrutaba de mi boca. Tras unos eternos 20 minutos así, me soltó la cabeza y saco su polla de mi boca, yo caí al suelo, llorando, sin decir nada, a el pareció darle gracia, porque lo sentí reír, me escupió en la espalda, y luego prendió otro cigarro, mientras se apoyaba en la patrulla, me saco más fotos, sentía el flash de cada una de ellas.

  • Ya perrito, sigue llorando, que me calientas mucho…- Sus palabras me dieron aún mas miedo, entonces se acerco a mi, me levanto un poco de las caderas y entendí de inmediato su intención, trate de safarme, pero me sujeto fuerte con sus manos, y situándose detrás de mi, con mis piernas abiertas y rodillas sobre el suelo me dio un golpe fuere en las costillas, el dolor me hizo desistir de mi intento de huir de "mi dueño"

  • Tranquilo, si esto tiene que pasar perrito, tengo que marcarte…acostúmbrate, que desde hoy no habrá día en que no tengas a tu paco dentro de ti.

Yo estaba con el mayor miedo que haya sentido en toda mi vida, lloraba y empecé a gritar sin resultados, por que en aquel sitio y a esas horas del amanecer, nadie escucho mis lamentos, mis suplicas. Sentí que escupió entre mis nalgas, y entonces la cabeza de aquella enorme polla que me había violado la bocha hace unos minutos se poso sobre mi ano, y empezó a empujar con fuerza, me dolía, di gritos de dolor y suplicaba entre gritos, lo cual solo le excitaba más, mas risas de su parte y mas cachetadas en las nalgas, al punto que sentí el culo ardiendo, y de pronto, mi esfínter cedió y en un grito ahogado me enterró su polla hasta el fondo.

Cada envestida era más dolorosa que la anterior, aumentaba las sensaciones desgarradoras con movimientos circulares de su pelvis, yo intentaba arrancarme, trataba de huir de aquel hierro caliente que me atravesaba las entrañas, pero el me lo impedía, uno, dos, hasta tres golpes fuertes con sus puños sobre mis flancos me hacían desfallecer sin fuerzas aún más de lo que ya estaba. No se cuanto tiempo duro exactamente, pero para mi fue una eternidad, la verdad es que pronto aprendería que mi "dueño" era un hombre vigoroso y de larga duración, para mi lamentable pesar. En un momento dado dio envestidas más fuertes, las cuales me hicieron gritar como un cerdo que están castrando, y a la tercera de esas tremendas envestidas, gruño como un perro rabioso y se dejo caer sobre mi, yo ahí me deje caer por completo en el suelo con su polla ensartada dentro de mi, y con su cuerpo entero sobre el mió, sentía su respiración agitada y su pene disminuir de tamaño en mi interior, también estaba atento de la sensación viscosa en mi interior, y en un rato, aquel sentir pegajoso que escurría por entre mis nalgas, yo lloraba y le pedía piedad, el solo reía y mordisqueaba mi nuca juguetonamente.

Oh perrito, si que me harás feliz, no sabes cuanto espere un momento así, cuando te vi por la calle supe que eras tu el que esperaba, mi cachorrito- decía mientras besaba mi cuello, el muy hijo de puta me había escogido, sabiendo que un chico joven a esas horas de seguro y tendría algo con lo que el pudiese "negociar".

Por favor, déjeme ir…tengo que llegar a casa…ya es tarde- le decía entre sollozos.

Si se, yo mismo te iré a dejar, y hablare con tus padres para que te perdonen el retraso, pero recuerda, eres mió ahora, yo decido por ti, si se te ocurre desobedecerme, no solo te mando preso, le envió estas fotitos y videos cortos que te hecho con la cámara, a todos los que conoces, y a todo el mundo por Internet….entiendes perrito???

Si…si señor- respondí adolorido en el cuerpo y en mi alma.

Se levanto y con un gesto me ordeno levantarme y vestirme, se fumo un ultimo cigarro mientras me veía vestirme con lentitud, lo hacia de ese modo por que todo el cuerpo me dolía, sentí mucha pena y temor al ver la sangre que escurría por mis piernas junto con la leche de mi señor, porque el ya era mi dueño, aunque yo no lo quisiera. Subí a la patrulla por un gesto del, y comenzamos el viaje de nuevo a la ciudad, el no me decía nada y yo solo miraba hacia la ventana queriendo despertar de aquella pesadilla, imaginando métodos para librarme de eso, matarlo paso por mi cabeza de muchas maneras distintas. En un momento dado me pidió mi dirección, se la di y así llegamos a mi casa, justo como me había dicho, entro conmigo, mis padres al verlo se preocuparon, pero el con toda la naturalidad del mundo les dijo "No se preocupen, encontré a su hijo siendo asaltado por unos delincuentes, los cuales huyeron tras verme, no le ha ocurrido nada, pero le he llevado a la comisaría para dar constancia y como estaba muy asustado decidí traerlo yo mismo a su casa." Y ante mi, sin ningún poco de vergüenza, quedo como mi héroe delante de mis padres.

Antes de irse me llamo a la patrulla con un gesto de su mano, como autómata obedecí.

A que horas sales de clase mañana?

A las 14:30- respondí nuevamente como un autómata.

Bien, te vienes derecho a tu casa, a las 15:30 paso a buscarte, te espero en la esquina de más arriba, se puntual si no quieres que te castigue.

Y se fue, dejándome ahí con la cara hecha mierda de tanto llorar, y sintiendo una opresión que me ahogaba en el pecho, de solo saber que mañana volvería a verlo, y lo peor era esa ultima frase "si no quieres que te castigue".

Ese día lunes no preste nada de atención en clases, me aleje de mis amigos y sin decir nada partí a casa sin quedarme a parrandear como lo hacía siempre, debía llegar temprano y no atrasarme, no quería hacerlo enojar. Mientras me dirigía a casa arriba del bus pensaba en como el hijo de puta me había jodido la vida, mi cuerpo aun se resentía de la experiencia pasada ese domingo de madrugada, mi ano había sangrado y tuve que colocarme cremas con antiinflamatorios para poder sentarme, y lo peor, era la angustia, el terror psicológico, no quería estar ahí, no quería encontrarme con él, pero estaba atrapado, era su objeto, él mi dueño, "cuanto daría por retrasar la cita", solo en eso pensaba, pero luego me daba terror pensar en el castigo que me daría si llegase atrasado.

Con mil de esos pensamientos en mi mente llegue por fin a casa, quedaban aun 40 minutos para la cita, no quise almorzar ni comer nada, tenía un nudo en el estomago y una opresión en el pecho que me impedía siquiera pensar en comer algo.

Al fin la hora se acercaba, con 10 minutos de anticipación me dirigí hacia la esquina, no había llegado aún y ahí fui conciente de lo fuerte que me tenía dominado el muy cabrón, al saber que llegue a tiempo, sentí alivio de no haberme retrasado.

Pasaron unos 15 minutos y nada, empezaba a esperanzarme de que el tipo se había olvidado de mi, que sería libre, pero el temor a su enojo me hizo esperarlo unos minutos más, así, cerca de las 16 horas un auto se acerco a mi, y ahí, conduciéndolo iba el.

-Sube- me dijo, y obedecí, sin notarlo comencé a temblar, no de frío, sino que de miedo, la opresión en mi pecho me hacia sentir que en cualquier momento me desmayaría por falta de aire. El andaba de civil, por lo cual ese era su día libre, y el auto debía ser el suyo claro esta, apenas y me miraba, yo con pavor trataba de mirarlo para conocer como era su cara, pero si sospechaba que el se daría cuenta agachaba la mirada de inmediato, la verdad es que a ese hombre le tenía mucho miedo, mas que a la muerte.

Pasaron unos minutos y llegamos a un condominio por las afueras de la ciudad, bajo del auto y con un gesto me dio a entender que también debía bajar, y así lo hice.

Entramos a la casa, era pequeña, solo un par de habitaciones, un cocina americana y un living-comedor.

-debo volver a casa temprano, mañana tengo clases…- alcance a decir eso cuando una cachetada me tiro al piso.

-no te he dado permiso para hablar mierda!- grito, mi rostro atontado debió parecerle gracioso porque esbozo una sonrisa al verme en el suelo, la sonrisa mas cruel que he visto, y que solo mi amo es capaz de formar.

-Si no te lo ordeno, no hablas, solo hablas para responder mis preguntas, nada más, entendiste perro?

-Si…si señor- dije aguantándome las lagrimas, no quería llorar, no quería humillarme más ante él.

-quiere llorar la maricona?, jajajajajaja, ya te haré llorar…esta tarde te empezare a entrenar, si lo haces bien no sufrirás, no tanto al menos- y con esto volvió a brindarme esa sonrisa de demonio que de recordarla me da escalofríos.

-Desnúdate rápido-ordeno, con el miedo dominándome titubee, pero una patada suya me hizo reaccionar, y ni siquiera me di cuenta cuando ya estaba desnudo ante él.

-ve a la cocina, hay un bolsa, prepara lo que ahí en ella, te espero.- Y se sentó a ver televisión, mientras caminaba a la cocina pensaba en que querría él que yo le cocinara, porque la verdad es que no sabía mucho de cocinar, pero mi sorpresa fue grande al ver que no era comida, era un cacerola pequeña, y un paquete de cera depilatoria, y junto a eso, todo lo necesario para depilar. AL verlo la rabia me invadió, sentí deseos de matarlo, como era cocina americana, podía verlo sentado viendo la TV mientras me torturaba sicológicamente con aquellos implementos que yo mismo tendría que preparar, vi un cuchillo cerca y la idea de terminar con él se apodero de mi, así fue hasta que al verlo nuevamente, vi la mirada mas aterradora que jamás me hayan dado, si, él me miraba con posesión, con fuerza, adivinando mis pensamientos.

  • Ni se te ocurra weon, que soy paco, me haces algo y te joden mil veces más de lo que ya estas jodiendo , y si te matas , moderan a tu familia, así que prepara eso luego puto de mierda.

Sin decir nada puse la cacerola en el fuego, como había leído en las instrucciones y comencé a preparar la cera para complacer a mi dueño, cuando ya estaba lista, el apareció por la cocina.

Ya putito, esto no será tanto porque eres bien lampiñito, pero igual esos pendejos tuyos me molestan y los vamos a sacar, ¿entendiste?

Si señor- respondí, tal como a el le gustaba, temblaba de miedo ante el dolor de esa nueva experiencia, de la cual no podría escapar.

Me llevo tomado del cuello al comedor, me acostó sobre la meda y ahí de un golpe en el muslo me dio a entender que abriera las piernas.

No quiero molestar a los vecinos, así que si gritas, te juro que te arrepentirás toda tu vida.

Asentí con la cabeza lleno de miedo, la opresión en mi pecho ya me ahogaba y sentía mi corazón latir a toda su capacidad, Entonces vi la espátula tomar una cantidad de esa cera caliente y dirigirse a mi pubis, ahí en mi bajo vientre, dejo caer la espátula y el dolor me hizo ahogar varios gritos, y chille como un cerdo, y al final, lo que no quería hacer, el gusto que no quería darle, se lo di, llore como nunca había llorado, de dolor , impotencia y humillación, y él ante el espectáculo, sonreía satisfecho

Si el dolor por lo caliente de la cera era muy fuerte, lo que venia era peor, sin piedad alguna saco las primeras tiras, diciendo antes –Ni se te ocurra gritar maricón!- y así lo hice, por miedo a él solo ahogue mis gritos y deje caer mis lagrimas, trate de cerrar las piernas para impedir la que venía, pero de un golpe de su puño en mi estomago me hizo cambiar de idea, así fue poniendo cera caliente en mis genitales y arrancándome los pocos vellos que tenía de una manera cruel y despiadada, la delicada piel de la zona no aguanto y varios puntos rojos salieron de ella, el muy canalla me había lastimado bastante fuerte, pero sin darle importancia, tomo una botella y sin saber yo lo que era derramo su contenido en mi recién depilada piel, ahí no aguante, y di un grito de dolor, era alcohol lo que el maldito me había derramado. Mi grito le causo gracia, pero de todas maneras me golpeo en el estomago hasta ahogarme.

que no grites weon!

Perdón…perdón señor- dije llorando

JAajajajaa, vas aprendiendo…-me contemplo depilado, como quien contempla un trabajo realizado- quedaste bonito weon, tenis suerte, eres lampiñito, ah otro hasta en el culo les he tenido que echar cera, y en el hoyo, ahí si que duele, jajajaj eso me han dicho los pobres maricones.

Así me entere que yo no era el primero al que este hombre le hacía eso, aunque no sabía si a los otros también los había sometido como yo, para esas alturas solo podía imaginar que así había sido.

Ven, sígueme, y deja de llorar weon, me aburren los lloriqueos.

Si señor- haciendo esfuerzos para no rozar mis partes al caminar y tratando de cortar mi llanto le segui, el me miro y se rio fuertemente al verme caminar así, debñia verme muy gracioso para él, desnudo, depilado, con mi aspecto de niño, sin vello de seguro pasaba por uno, y además caminando como vaquero arriba del caballo por el dolor de mis partes.

Llegamos a su habitación, se acostó boca arriba en la cama con las piernas abiertas.

-Ven, acércate.- así lo hice- vamos a jugar a algo, veras quiero entrenarte, que seas el mejor para complacerme, entiendes?- asentí con la cabeza- y para hacerlo más entretenido, lo haremos con juegos. Bueno, este juego es simple, ves esto? – tomo un cronometro de su velador- Asentí nuevamente con la cabeza, la verdad es que ya estaba asustándome, el dolor y la humillación sufridas me hacia temer lo peor de su "jueguito" por lo que las palabras no salían de mi boca.- Bueno, ahora ves esto- Y abrió el cajón del velador, sacando una aguja larga, y varios instrumentos más- estas son agujas para hacer piercing, pero no tengo anestesia- con eso empecé a temblar, el miedo ya no me daba mas, sentía que en cualquier momento caía desmayado, sentí ganas de llorar e implorarle de rodillas, pero el había dicho que no más llanto, y temía más desobedecerle que cualquier otra cosa, a esas alturas el ya era mi dueño total.-en esto consiste el juego, para que aprendas a chupar bien, lo haremos con premio-castigo, hoy será este el castigo, mira, pondremos el cronometro, por ser la primera vez te daré más tiempo, para las próximas veces el tiempo se ira reduciendo, así es la cosa, empezaras a chupármela y pondremos el cronometro por 10 minutos, si logras hacerme correr en tu boca dentro de ese tiempo, se acaba esto por hoy y te voy a dejar a tu casa, si no lo logras, recibirás tu castigo, te haré un piercing en un tetilla, sin anestesia, y créeme, te dolerá y mucho- me puse pálido mientras me explicaba el ""jueguito", no aguante más y empecé a sollozar, pero una de sus miradas asesinas me hizo contenerme, enojarlo no era la alternativa como fuese.

Se bajo el cierre del pantalón y saco su verga, la cual ya estaba algo erecta, me acerque temeroso y así mientras me acercaba la boca a ella, el me detuvo- Ah ah ah, aún no- tomo el cronometro y dijo_ a la una, a las dos, a las tres_ entendí inmediatamente y como en un concurso engullí toda su verga en mi boca, o lo que mas pude porque no lograba meterla toda, así empecé mi entrenamiento, haciendo lo mejor posible, tratando de recordar como las chicas me lo hacían a mi, como lo había visto en películas pornos, todo, ahora, en esos momentos, necesitaba hacerlo como un profesional, 10 minutos era lo que tenía, solo rogaba conseguirlo, mientras lloraba en silencio y mamaba su verga solo pensaba en el cronometro.

Lamía y chupaba con desesperación, tratando de recordar todo lo que había visto en las películas porno y todo lo que las chicas me habían hecho, y así trataba de reproducirlo para él, para mi dueño, solo pensaba en complacerlo y poder vencer al cronometro, de vez en cuando subía la mirada y ahí estaban sus ojos, su sonrisa, el rostro más cruel que he visto en mi vida, y ese rostro era mi dueño, yo su simple puto, su propiedad. El tiempo pasaba lento, para mi los minutos eran horas, temía que en cualquier momento sonara el maldito cronometro y ahí tener que resistir mi castigo, pero no, nunca pasaba, era tan humillante, tan denigrante, que empecé a desear que sonara y que el castigo llegase luego, pero luego recordaba que el castigo sería muy doloroso y no quería sentir ese dolor.

Así estaba mamando con desesperación cuando el pitido del cronometro comenzó a sonar, y el no se había corrido, ahí entre en desesperación, me aferre a su tranca con la boca devorándola con desesperación por si en esos pocos segundos lograba hacerlo correrse y librarme del castigo.

Ya, si no lo conseguiste perrito. Perdiste- dijo mi señor, el paco, el carabinero que era mi dueño y con su verga en mi boca estallen en llanto, temblé de miedo.

  • Ya putito si no lo hiciste tan mal, tienes talento, ya decía yo que con un cuerpo tan lindo y lampiñito serías un puto nato, pero te falta practica, ya lo harás mejor con practica.

Me saque su verga de la boca y mirándolo a los ojos en esa posición tan denigrante le suplique.

Por favor señor, no me castigue

No, hicimos un trato, debes cumplir- el muy canalla hablaba de un trato, de un juego cuando era solo su imposición y mi tortura.

Por favor señor, cualquier cosa, menos eso, otra castigo…por favor- Y una cachetada me voló la cara.

No! Ya dije, son las reglas del juego y las cumpliremos

No quise decir nada más después de eso, el terror que este hombre me producía me estaba matando por dentro, tiritaba del miedo desde la punta de mis pies hasta la punta de mi nariz, el miedo y la angustia me dominaba desde el interior de mi cuerpo, desde mis vísceras mismas.

Se levanto de la cama y me agarro del cabello, ahí a arrastras me llevo a la mesa del comedor, ahí donde me había depilado me tumbo de nuevo boca arriba, de solo pensar en lo que venía comencé a sudar helado, miedo y más miedo, tanto que no necesito atarme, yo ya estaba paralizado.

-Te dolerá mucho, jajajaja, pero es parte del juego cosita mía.

Tomo entonces la primera aguja, con verla una vez el terror me hipnotizo y así presencié todo el proceso de mi tortura. Tomo povidona yodada y con algodón me unto en la tetilla izquierda, y entonces sin más miramientos, sonriendo y con una erección enorme en su polla, empezó a traspasarme con la aguja, del dolor comencé a moverme, a patalear y a gritar, el se detuvo.

Maldito weon de mierda- y tomo el algodón que uso para untarme y me lo metió en la boca, agarrándome las bolas con fuerza tanto que me hizo llorar del dolor me dijo- Te mueves weon, te mueves un poco y te juro que te clavo la aguja en las bolas idiota!- Su rostro, esos ojos encolerizados, enfermos de maldad me hicieron quedarme quieto. Así traspaso mi tetilla, puso el piercing de esos de pesas, y hasta jugo un poco con él, durante el proceso llore y ahogue mis gritos gracias el algodón, sude como un puerco, pero me moví lo menos posible, solo por temor a él y sus amenazas, que para entonces yo ya sabía que se cumplían.

Luego de el piercing, yo estaba en estado de shock por el dolor, el estaba muy excitado, me volteo en la mesa escupió en mi ojete y sin más lubricación que esa me penetro con fuerza, como un toro vuelto loco me poseyó, fueron esas envestidas terribles las que me hicieron reaccionar y además por la posición mi nuevo piercing rozba con la mesa y me dolía de puta madre, llore nuevamente, yo que no queria llorar cuando fui con él, que no quería darle ese placer, en unas pocas horas se lo había dado de forma continua y el bufaba y decía – si cosita, llora, llora maricona, mi maricona!- estera mi dueño, un hombre cruel y despiadado, un sádico de verdad, y yo su victima, su propiedad.

Después de follarme me ordeno bañarme y vestirme y luego me mando a la casa, pero antes de salir por la puerta lleno de dolor en el cuerpo y en mi alma me dijo.

Te queda por aprender, esta semana tengo turno de día, te pasare a buscar a las 21 todos los días para que me la mames, si de aquí al viernes consigues que me corra en menos de 10 minutos te daré un premio, si no lo logras te haré un piercing en la otra tetilla como castigo. Adios mi putito.

Y me fui, pensando en los días que vendrían, en las mentiras que tendría que decir en mi casa para poder salir a esas horas, y en el castigo que recibiría si no lograba hacerlo correrse antes de los 10 minutos, fue con esos pensamientos que subí al autobús para mi casa y ahí apoyado en la ventana del mismo deje caer las ultimas lagrimas de ese día, al menos.

Durante el resto de la semana la rutina fue la misma, me pasaba a buscar en la patrulla a la misma esquina, a las 21 horas, y me llevaba a un sitio baldío para que se la mamara, siempre con cronometro en mano, pero nunca me dijo como iba y puso en silencio el cronometro así que nunca supe si alcanzaba la meta, si mejoraba o no, era parte de su juego psicológico, para mi, el tiempo era eterno, y lo peor era el momento último en que eyaculaba, me sostenía la cabeza con fuerza y me enterraba su pija al punto de que su leche inundaba mi garganta, me daba asco, y ganas de vomitar, pero sabía que eso solo sería peor. A ratos mientras se la mamaba me metía mano por entre la polera para jugar con mi tetilla y mi piercing, eso me dolía mucho "así con dificultad putito, para que aprendas mejor" me decía, así que con lagrimas en mis ojos seguía con mi "entrenamiento".

El temido viernes llego, así que me en la patrulla el iba muy feliz mientras nos dirigíamos al sitio baldío, yo iba temblando, de no hacerlo, tendría que sufrir otra vez, y no quería eso, a esas alturas el miedo al dolor era lo que me hacía obedecerle en todo, ya la humillación ni siquiera la sentía, solo sentía miedo.

Bien perrito, a lo que venimos, haber si has mejorado.

Solo dijo eso, y se bajo el sierre del pantalón, y ahí comencé a chupar, como si mi vida dependiera de eso, lamí sus huevos, su pene, como un helado, succione el glande, todas las cosas que había hecho esos días y que notaba el más disfrutaba, así lo hice hasta que note sus convulsiones y eyaculo, trague todo y me relamí para darle en el gusto, lo mire feliz, contento, lleno de felicidad, había conseguido la meta, me había salvado, o no?

-Bien hecho, pero- Y estallo en risa al verme la cara de satisfacción, ante esa mirada siniestra, entre risa y crueldad me asuste, y más risa le dio- No, hoy tampoco puse la alarme….no lo lograste perrito.

Mi rostro se transformo, llore, suplique, lamiendo sus partes para ver si me perdonaba de ese modo.

Ya no seas weon, ten dignidad- y rompió en una carcajada gigantesca, el "chistesito" de mi dignidad le causaba gracia y a mi solo más dolor, porque me doia ser su perro, su cosa, su propiedad.

Pare de sollozar un rato, aguantandome las lagrimas como un niño a quien han castigado.

Bien….señor, cuando me lo hará

Hacer que?- pregunto con aquella sonrisa torturante

Mi castigo por no cumplir- dije entre sollozos. Y en eso estaba cuando la alarma del cronometro sonó, había vencido los 10 minutos. El viendo mi rostro de sorpresa se volvió a reír, de una manera maniática.

Te creíste que habías perdido, serás weon, eres un puto de mierda, universitario, pero weon, idiota a morir, jajajajaja, si putito – y me acaricio la mejilla- lo lograste- y me sonrió, pero esta era una sonrisa más calida, no era hacia mi, era hacia el mismo, se regocijaba de su logro, volverme a mi, un hetero en su mamador experto, en su perro de utileria.