El otro

Sigue mis dos relatos anteriores EL NOVATO y EL CAMBIO, cuyo argumento, el de ambos, está fundamentado en el fenómeno de un miembro descomunal.-

A los tres meses de estar en la Capital me había convertido en otro hombre. Nada quedaba de mi antigüa timidez, convertida en gélida frialdaz, ni de mi innata bondad que me hacía confiar en la gente y ayudar al que lo necesitaba. Todo eso se había transformado en una simple hoja de cálculo, donde anotaba quién me convenía y lo que tenía que pagar por mi amistad y quién no me convenía ni aún pagando.

Ahora las visitas que recibía estaban orientadas por una Madame de reconocida solvencia en las altas esferas, que vió en mi su mina de oro. Para ello debía escuchar y poner en práctica sus consejos y cuidarme debidamente.  Llegamos a un acuerdo: yo necesitaba su asesoramiento y sus contactos y ella poder ofrecer algo insólito.

No mas de cinco visitas diarias y siete los sábados y los Domingos. Mi jornada empesaría a las ocho de la mañana. Hasta la diez en el Gimnasio. Desayuno y descanso hasta las doce, hora en que empezaría a recibir.

Todo va bien y confieso que ni en sueño pensé en ganar tanto dinero. No hago nada nuevo, al menos nada que no hubiera hecho en mi puesto de Reparador del Edificio-1000. Solo que he descubierto una tendencia Sado que no había observado nunca en mi. Ayer, sin ir más lejos, tuve la visita de una chica joven a quien sus amigas habían pagado la sesión por una despedida de soltera. Solo quería ver aquel sexo descomunal como espectaculo para . La aceotóocontar a sus amigas y compararlo con el de su novio la noche de boda. (Un verdadero despropósito). 25 años, abogada, hija de familia acomodada. Se casaba en solo cuatro días. Entró en el apartamento cohibida, aunque quería demostrar desenvoltura y me miró de frente. Yo también la miré: Era una mujer especialmente guapa. Pelo largo recogido, traje de chaqueta muy claro, camisa azul, zapatos de tacón.... Mi "uniforme" es discreto: pantalón y camisa abierta oscuros. Nos dimos la mano y le ofrecí una copa de vino. La aceptó. Cuando quiera que me desnude dígamelo y si quiere desnudarse usted en la segunda a la derecha tiene un cuarto de baño. Ella enrojeció un poco y me dijo: -No sé si he hecho bien en  venir, me siento un poco violenta. -Tomese el tiempo que considere, sin prisas, dije yo. Ella me sonrió y bajo los ojos. Yo me acerqué lentamente (me gusta esta mujer) y mis dedos rozaron levemente su cara... Ella retrocedió en el sofá... ¿Quiere irse? pregunté sin más. Ella no me respondió, pero siguió donde estaba con la cabeza baja sin mirarme. ¿Que quiere hacer? insistí, ella levanto la cabeza un poco y me miró.... en sus ojos vi pudor y un deseo que no podía disimular, un deseo salvaje al mirar mi pantalón donde ya se señalaba claramente mi polla.

Me fuí resueltamente hacia ella, la cogí del pelo deshaciendo su moño e hice que se pusiese de rodillas. -Abre y sácame la polla, dije con fuerza....  Ella me miro hacia arriba. -¡Hazlo! le ordené.... Y lo hizo. Me sacó la polla y acercó sus labios, su lengua lamió, pasó el capullo por su cara..... y sentí como se corría entre espasmos. Aquello fue el principio.... An se convirtió en mi esclava.... Una esclava que cumplía las ordenes de su Amo siempre y que le daba prioridad a todo. No llegó a casarse.... Vive para mi y solo al mirar mi sexo se corre sin parar.