El osito de peluche
Alucinar que esa persona llega hasta la puerta de tu casa y te besa... Eso se queda corto, cuando tienes un recuerdo constante de esa persona, el poder de las fragancias que embriagan los sentidos...
Tomo ese peluche que ella le regalo entre sus manos y se recostó en la cama, ella se acomodo de lado, coloco el peluche justo frente a ella y lo miraba, el aroma de su perfume impregnado en el osito, hizo que ella se embriagara con la fragancia…
Cuando abrió sus ojos, ya no veía al peluche, la veía a ella, se la podía imaginar completa frente a frente con ella, así que paso su brazo por debajo de su nuca y comenzó a acariciar su hermoso cabello café, tan largo que parecía que caía como una cascada sobre el colchón.
Miro sus ojos, los ojos que le mostraban el comienzo y el fin del universo en solo una mirada esos ojos que la veían solo a ella…
Con su mano libre le removió un mechón de cabello de su frente, lo acomodo tras su oreja y con la delicadeza con la que tocas una mariposa, ella paso su mano, desde su sien lentamente recorrió hasta su mejilla en dirección a su barbilla, y bajo lentamente por su cuello, mientras sus dedos se acercaban lentamente hasta su pecho, y la comenzaban a masajearla firmes pero delicadamente, ella se acerco poco a poco y tomo posesión de su boca, dándole el beso mas cálido, duradero y seductor que había experimentado.
Cuando sus dedos terminaron con su pecho y comenzaron a recorrer su abdomen ella se estremeció, era una sensación placentera, una chispa se encendía a través de una y pasaba a la otra.
Sus dedos jugueteaban, por su ombligo, cuando en un movimiento mas rápido, pero igual de delicado y placentero, bajaron hasta el encuentro con su sexo, miro sus ojos, comenzó a besarla en el cuello, ella se estremeció, era excitante, seria suya, se uniría la una con la otra…..
Y en ese momento abrió los ojos, miro de frente el osito que ella le regalo, la decepción de saber que no era ella se leía claramente en su rostro.
Coloco el peluche a su lado, ella se acostó boca arriba, y con expectación comenzó a lamer sus dedos, sabía que era un sueño, pero por un segundo fue tan real, que casi podía sentir el sabor de esa mujer que tanto amaba en su boca...