El orgullo de Paula

Paula, una niña prepotente y caprichosa se da cuenta que le excita ser usada aunque le duela el orgullo.

Hola, soy yo de nuevo, esta vez les relatare una historia más, producto de una mente oscura y perturbada (jeje), como espero recordaran soy Luis un Gótico ("darketo") más de los que son lectores y autores de esta pagina. En fin, hasta hace unos minutos me vino a la mente escribir esta historia y lo primero que hice fue imaginar a mi estrella, siempre me ayuda imaginar como se las describiré a ustedes, con que palabras o frases, pero me di cuenta que seguía el tedioso estándar: una niña, que para su escasa edad ya tenia unos grandes pechos, una cintura estrecha, una caderas amplias y unas fabulosas nalgas. Que tratamos de justificar tan escultural cuerpo con que la niña practica ballet o algún deporte, pero me dije, ningún relato será leído si su protagonista es una gorda desparramada de 70 años en adelante (lo digo con todo respeto, para las personas que tengan este físico y para las que les gusten estas mujeres).

Pero aunque me contradiga con mis conclusiones expuestas anteriormente, recordé que el verano del año pasado, mientras me encontraba conviviendo con los mortales en un típico mercado ambulante sabatino, que esta muy cerca de mi casa, vi pasar a una niña, típica hija de papi, que paseaba precisamente con sus papis, aparentaba tener unos 18 años, digo aparentaba por que esa edad le calcule inmediatamente pero luego razone un poco y me di cuenta que estaba atestada de maquillaje, por lo que supuse tendría menos, a pesar del calor, bestia un pans de algodón, ceñido al cuerpo como se usan siempre que no son para hacer ejercicio, si no para presumir la figura y ella tenia mucho que presumir.

En realidad estaba llenita, pero de esas llenitas que están muy, pero muy bien proporcionadas, en vez de tener lo que en México le llamamos llantitas, que son las lonjas de la cintura, esa grasa fue proporcionada a sus senos y nalgas, contrastando con su cintura que en medio de estas prominentes bellezas se veía estrecha, resaltando todo aun más con la estreches del pans, que a duras penas lograba mantener cubierto tan hermoso cuerpo, calculo que sus medidas serian 95-66-100, y que con su caminar prepotente, con el cuerpo erguido, levantaba mas el culo y senos, como diciendo –Vean nacos, lo que nunca van a poseer-.

Bueno esto fue una más de mis largas introducciones al relato, espero que les guste. Recuerdo que es inventado y que a dicho monumento nunca lo volví a ver L .

Ella era Paula, una hija de papi, caprichosa y que, aunque sus padres no eran ricos Vivian desahogadamente, pero ella se sentía como la hija del rey, tenia 18 años, estudiaba en un colegios de monjas, a pesar de la represión de dichas monjas, ella y sus compañeras sabían lo que era el sexo, y todo lo que se puede aprender de rumores y revistas cursis, pero en si no sabia nada, en su colegio no había niños y los de su colonia eran demasiado nacos para ella, sabía que era dueña de un cuerpo hermoso, y le gustaba contonearse por las calles cuando tenia que caminar a casa por que el camión se descomponía o no circulaba ese día. Le gustaba que le silbaran, le gritaran o que voltearan a verla, aunque le molestaban los piropos groseros típico de los albañiles. Cuando pasaba por el taller mecánico se volvía un verdadero escándalo de piropos y chiflidos. A lado había un lote baldío, que separaba su casa, del taller mecánico, cuando estaba a punto de abrir la puerta de su casa, salía la nana, y la regañaba por que de nuevo esta contoneándose por la calle y que un día le iban a faltar al respeto mas aya de las palabras, pero ella de manera prepotente le contestaba que nadie se atrevería a hacerle daño sabiendo que su papa era diputado. Pobre ingenua...

Un día la madre superiora y directora del colegio amaneció muy enferma, y decidieron cancelar las clases por que todas las monjas estaban muy preocupadas por la salud de la ya muy anciana madre superiora y no querían que las niñas estuvieran por si la madre fallecía, era sábado, ese día solo les daban clase de catecismo durante tres horas. Pensaba en que perder el tiempo o regresar a casa temprano. Mientras que inconscientemente tomo rumbo para su casa, cuando se le paro un hombre en frente y se dio cuenta que ya estaba frente al taller, se asusto por la sorpresa pero inmediatamente tomo su aire de grandeza e izo frente a aquel hombre con traje rojo y negro manchado de grasa y fuerte olor a gasolina:

MEC: ¡A, con que te vas a poner ruda mamacita!

Pau: ¡Déjame pasar mugroso!

Tomándola de la muñeca el mecánico la metió al taller y Paula ante su sorpresa no hizo nada mas que resistirse e insultarlo. El mecánico bajo la cortina metálica. Paula volteo buscando a alguien dentro del taller que la ayudara o en el peor de los casos que ayudara al mecánico pero este le dijo:

MEC: No te preocupes, los demás llegan dentro de dos horas, así que por estavez estaremos los dos solos y no te canses gritando, que las paredes son muy gruesas y por la cortina no pasa el ruido, así que mejor disfrútalo mamita.

Pau: No, déjame mugroso, mi papá es el diputado y te va hundir en la cárcel tan solo por ensuciarme con tus asquerosas manos y tu sola presencia.

MEC: Eso, con tu aire de altura me calientas más, sigue, sigue, que me decías, que tu papi es puto, ja ja, tu papi tiene muchos enemigos que me van a agradecer si lo mato, así que nuestro amor va a ser nada más de nosotros, si el se entera lo mato y sirve que me gano unos pesos por quitárselo del camino a muchos.

Paula lo miro con miedo, el le había destruido la imagen del papá invencible que tenia. Y solo se dispuso a llorar, sin o ponerse a nada, parecía una muñeca de trapo que lloraba. Y que levemente murmuraba, no, papi, déjame no me hagas nada.

El mecánico al notar su resignación la tomo de la cintura, la acaricio recorriendo centímetro a centímetro, pasando a sobar una de las nalgas, sobre la falda amplia hasta la rodilla, pero que marcaba las hermosas nalgas que cubría, luego subía por el torso y sobaba uno de los senos, alternando con la otra mano sobando una nalga y un seno, besándola en la cara y cuello, mejillas y frente.

Poco a poco fue subiendo la falda, para acariciar las nalgas y los muslos ahora al desnudo, tomándola por el muslo justo por encima de la rodilla, y subiéndola a la cintura, y con la otra mano rodeando todo su cuerpo, con gran facilidad de un tirón arranca el calzoncito de algodón, sin dejarla de besar baja el sierre de su traje que es de una sola pieza, quitando se solo la parte de arriba, repite la misma maniobra con la otra pierna de Pau, que sigue solo sollozando y murmurando lo mismo –déjame por favor – la levanta recargando las piernas de Pau en su cintura y con dificultad logra sacar su pené por entre la abertura del bóxer, apuntándolo a la virgen vagina, la levanta un poco para ir dejando caer su cuerpo sobre su pené, percatándose de su virginidad, sin bajarla la lleva a la parte de atrás donde tienen unos catres para descansar mientras no hay clientes. La acuesta así, con las piernas abiertas la falda remangada en la cintura entonces de un tirón abre la blusa, llevándose la sorpresa de que no llevaba sostén, se abalanza sobre ellos, amasando unos mientras lame, muerde y chupa el otro, dando principal atención a los pezones rozaditos y ya erguidos por sus caricias.

Entonces se levanta, toma su pené y lo apunta de nuevo hacía la virginal vagina y empujando lenta pero firmemente perfora hasta el fondo, llevándose consigo a la niña para dar paso a la mujer.

Paula llora, ahora con abundancia pero en silencio, más halla del dolor físico por su reciente desvirgación le duele el orgullo mismo, un mugroso como ese, la estaba utilizando y a parte la tenia en sus grasientas manos. El mecánico que había estado quieto un momento para disfrutar de la calidez y estreches de la vagina de Paula, comenzaba a bombearla firmemente y aceleraba por momentos para comenzar de nuevo lentamente e ir acelerando. Le excitaba ver el vaivén de los senos y como ligeramente temblaban las mejillas de laura a cada estocada de el, hasta que en un momento las arremetidas comenzaron a ser mas frenéticas, y subiéndole los tobillos a sus hombros acariciando de nuevo los muslos y después tomándola de los senos apretándoselos como si quisiera enterrarle los dedos y arrancárselos. En una de las estocadas más frenéticas se detuvo cuando estuvo hasta el fondo, rozando con sus testículos el ano y nalgas de Paula y retirándose lentamente casi hasta salirse por completo volvió a arremeter contra la vagina de Paula, una y otra vez hasta que la dejo llena de su leche, hasta que se cercioro de dejar el ultimo de sus espermatozoides en lo mas profundo de Paula. Se levanto se acomodo el traje y salió sin antes indicarle que se vistiera. Corrió a la farmacia a comprar unas pastillas de emergencia cuando regreso la alcanzo cruzando la mitad del lote la tomo del hombro:

Pau: Ya por favor, déjeme ir se lo suplico.

MEC: Ya terminamos por ahora mi amor, ten te tomas una en una hora, si no quieres ser la madre de uno mas de mis hijos. Y las demás quédatelas para después.

Paula tomo la caja de pastillas la guardo en su morral y se fue a su casa, no salió de su recamara en todo el día, mientras se bañaba pensaba en matarse, mas que la violación, le había herido su orgullo y tenia una rabia por no haber podido evitar ser violada, nadie, nunca la había contradicho, sus padres siempre hacían lo que ella quería, pero aquel mugroso, la había utilizado a su antojo y ella no pudo hacer nada.

Aun seguía pensando esto mientras se secaba, pero noto que en su entre pierna seguía mojada, una y otra vez se secaba y de humedecía, sabia que eso ya no...

Pau: Pero que? Esto no es la leche de mi mecánico, esto es mío...

Que? A la muy zorra le gustaba sentirse ultrajada, utilizada y por primera ves sumisa, muy a su pesar, aunque le doliera el orgullo o tal vez eso era lo que más le excitaba, el dolor de su orgullo.

Pero esto solo es el comienzo de algo más...