El orgasmo de mi hermana

Obedecimos, cogimos nuestras ropas y fuimos a llenar la bañera. ¡Se te está poniendo grande! las paredes de su vagina constreñían mi dedo.

El orgasmo de mi hermana

Hola, mi nombre es Dani, tengo 23 años y esta mi historia y la de mi hermana Sofí que tiene 26. Antes de nada aclarar que esta historia es 100% real. Todo sucedió cuanto yo tenía 14 y ella tenía 17. Siempre hemos tenido los dos una relación muy abierta entre nosotros, ya que nuestros padres nos educaron en esos valores. Siempre nos estamos haciendo ligeras bromas a modo de gracia y complicidad. Hace tiempo estábamos comiendo cereales y me hizo una mueca mientras comíamos tirando con sus dedos de sus cachetes y dejando caer los cereales y la leche de nuevo en el plato. Lo cual hizo que yo dejara de comer. - Esta niña no es normal - jajajaja - dijo ella riéndose y enseñándome la lengua. Ella tiene un largo cabello negro, es delgada y tiene estatura media. Nada del otro mundo; una chica normal. Pero con un rasgo, una expresión, una gracia en su cara que remarcan su atractivo. Su sonrisa sin lugar a dudas dejarían loco a cualquiera. Eso sumado a que está a la línea, tiene buen cuerpo y tiene unos pechos no muy grandes pero si turgentes y redondos hacen que cualquiera desee besar el suelo en el que pisa. Desde pequeños dormimos en la misma habitación. Y el pudor ante el desnudo entre nosotros nunca a existido entre nosotros. Al contrario; siempre hemos mostrado interés por el cuerpo del sexo opuesto explorando nuestros cuerpos. Dormimos en una litera en “L”. Yo duermo en la parte de arriba y ella en la parte de abajo, de forma que nuestras cabezas duermen una sobre la otra pero yo miro hacia la puerta y ella hacia un lado en ángulo de 90º grados. Esta circunstancia hace que los espacios de intimidad sean compartidos, ya que desde arriba yo siempre e podido ver (y oir) “todo” lo que ella hace al dormir, o mejor dicho; mientras no duerme. Todo empezó una tarde después de almorzar, estábamos reposando la comida en nuestras respectivas camas. Cada uno con sus respectivos dispositivos (tablet y móvil) de repente vi cómo Sofí se metía la mano en sus braguitas mientras miraba el móvil. Yo observaba silenciosamente desde arriba y ella hacia unos extraños movimientos bajo sus panties cada ves mas agitados. Al día siguiente yo estaba sentado en su cama mientras ella se paseaba desnuda lista para irse a la ducha. Se acerco a mi para mirar su móvil en la mesita, de modo que su sexo quedo a la altura de mi cara y mi curiosidad no se hizo de rogar. Una rayita en forma de cono asomaba de entre los cachetes de su vulva. - Sofí - ¿Sí? - ¿que es esa cosa que te sale del chichi? - ¿En serio me estas preguntando eso Dani? Eso es el clítoris analfabeto!! - Se abrió los cachetes, abrió sus labios internos y se retiró el capuchón del clítoris en mi cara - ¿Lo ves? ¿ves que ahí hay como un granito? Eso es del clítoris. - Dijo mientras frotaba el capuchón de su clítoris ligeramente. No sabía si mi hermana hacía eso por inculcarme conocimiento o por calentarme directamente, pero mi pene se no aguantaba la tensión en el pantalón y ella no dejaba de mirarlo antojada . Su clítoris de vez en cuando palpitaba junto con vapor húmedo que emanaba del interior de su grieta. - Pero ¿qué haces? ¡Anda! Pero si se mueve… y esta mojado… - jajajaj sí - dijo con una risa falsa mientras soltaba las manos de sus partes y se daba la vuelta avergonzada mostrándome su redondo trasero y su vulva por detrás, de entre la cual sobresalían también dos pliegues de piel gruesa y turgente. Uno ligeramente mas grande que el otro, sus labios y su clítoris sobresalían incluso estando de pie. Al rato nuestra madre gritó desde la planta baja:

  • ¡Chicos bañaos juntos que hay que ahorrar el butano! - obedecimos, cogimos nuestras ropas y fuimos a llenar la bañera.

Sentados en la bañera esperando a que se llenara ella observaba mi pene, el cual se encontraba a media erección. - ¡Se te está poniendo grande! - dijo ella con las piernas cerradas y tocándose por debajo del muslo sus sobresalientes labios - No que va. Se me está poniendo pequeña. Antes estaba grande. - ¿cuando te lo enseñé? - Exacto. - Jaja ¿ósea cuando hice así? - dijo abriendo sus piernas y volviendo a abrir sus largos y gruesos labios menores a la vez que frotaba suavemente con un dedo su “rayita” superior (clítoris) - Pero ¿que haces? - Intentar que se te ponga grande jaja - dijo mientras mi falo crecía sin prisa pero sin pausa - ¡Anda! Está creciendo - dijo hipnotizada con una sonrisa de oreja a oreja. Yo lo agarré con mis dedos estimulando suavemente mi frenillo. Ella al ver eso y ver cómo palpitaba aceleró rápidamente su frotis. - En serio Dani ¿cómo puedes tener eso tan grande? … Y tan gorda, parece que vaya a reventar jaja… parece dura- dijo tragando saliva. - ¡Eso mismo digo yo de ti! ¿Tú te lo has visto? - Si es grande también, es genético hermanito- dijo sonriendo sin parar de frotarse. Al momento pude ver cómo de sus labios comenzaba a colgar un líquido espeso que llegaba hasta el agua de la bañera. - ¿Vas a hacerte una paja? - dijo ella - No se, puede ser - dije encogiéndome de hombros. Luego fue bajando lentamente los círculos que hacia con los dedos hasta que de repente hizo algo que yo no le había visto nunca hacer: ¡Se metió un dedo por su vagina! - Pero ¿qué haces Sofí? ¡por dios!. ¿Es que no te duele? - que va - dijo ella silenciosamente metiendo y sacando suavemente el dedo de su interior. - ¡Buaj! por dios - Es de lo mas normal Dani a las chicas nos gusta hacernos esto, aunque hay que hacerlo con cuidado por que a veces duele. Ven pruébalo tú - ¿QUE?… ¿Qué dices? ¿No por dios!. - Que si hombre que no pasa nada - dijo cogiéndome el dedo e introduciéndoselo ella misma. Yo no podía evitar fruncir el ceño con expresión de dolor. Pero he de reconocer que su interior estaba calentito. - Está caliente - comenté - Y mojado - Hombre claro, dijo ella - ¿Que te crees que a mi no me pone ver ese tronco todo empalmado? - No saques el dedo ¿vale? - Vale - Ella continuó su faena frotándose mientras yo intentaba seguirle el ritmo en la parte de abajo metiendo y sacando el dedo como ella lo hacía. Ella (como de costumbre) aceleraba su velocidad gradualmente, mientras yo notaba como cada vez mas las paredes de su vagina se tornaban turgentes y constreñían mi dedo. De pronto comencé a notar cómo mi hermana retorcía sus caderas ligeramente y su respiración se agitaba poco a poco, hasta que ella miró hacia arriba cerrando los ojos y su vagina parecía querer expulsar mi dedo. De repente su constreñido agujero se abrió ligeramente hacia fuera de la tensión y de repente note como esta me dio un fugaz mordisco en mi dedo con una fuerza equivalente al orgasmo que estaba teniendo. Ella estaba en silencio ya que nuestra madre no podía encontrarnos en esa situación, pero su respiración acelerada cual jadeo no podía evitarla. Su vagina seguía contrayéndose cada vez más fuerte al rededor de mi dedo indice y pareciera que el interior de su vagina se fuese a revirar del revés como si fuese un calcetín, con sus cachetes vulgares tornándose fibrosos cual músculo de culturista, cuál grieta abriéndose en el suelo para así liberar su volcán de placer. De su vagina brotaba espesa miel que chorreaba. Y sus cachetes externos se tornaban fibrosos en cada contracción. Cuando terminó y bajó su cabeza mirándome, su vagina seguía dando las últimas palpitaciones. Y yo le pregunté asustado - Sofí ¿estás bien? ¿por que te palpita el chichi y se contrae de esa forma? - Lo notaste - dijo ella exalando un suspiro y sonriendo. - Claro. Como para no notarlo - Eso nos pasa a las chicas cuando tenemos un orgasmo. … Venga ya Dani que a mi también me ha parecido habértela visto palpitando cuando te eyaculas al hacerte una paja - Si, puede ser es posible, ahora que lo dices. - ¿Eso te pasa siempre hermanito?… lo de que palpite digo - No siempre, y no de esa forma que lo hace tu… eso… - Aquí es donde mi hermanita me dijo una sabia frase que demuestra que es una toda una mujer inteligente hecha y derecha en el sentido es intelectual de la palabra: - Escucha Dani. El ser humano a nivel social se ha venido sintiendo castrado. Nos han cortado las alas, nos han dicho lo que debemos, lo que tenemos que hacer o dejar de hacer. Realmente no hemos tenido una expresión libre. Incluso hoy en día con la denominada “libertad de expresión” seguimos teniendo esa castración, esa sensación de que de verdad uno no puede ser uno como realmente quiere ser. Tenemos ese miedo a que de verdad nos puedan “ver”. Cuando una persona no tiene respeto por sí misma, no se siente respetado o no respeta al otro, de alguna forma lo está castrando. El ser humano está aquí para experimentar. El ser humano sabe lo que está bien y lo que está mal por sí solo. Toda aquella persona que no está en el respeto está siempre en el juicio, la culpa o la queja. Cuando te revelas ante esa castración te vas al polo opuesto; a la lujuria. Es decir: no puedo ser libre sexualmente porque me siento castrado, porque no está bien visto, porque no puedo hablar con sinceridad o expresar mi amor. Cada uno de nosotros tenemos esos momentos continuos de castración. Ante la familia, ante los amigos, cuando estamos en la escuela, cuando queremos expresar algo pero no nos atrevemos. Es importante observar cómo me hablo internamente o como me expreso externamente. Cuando tenemos un bloqueo de lo que es ese respeto utilizamos mucho lo que es el: debería o no debería. Si estas en ese juicio hacia lo que te rodea o a la persona que tienes enfrente o tienes ese sentimiento de culpabilidad por algo que no has podido hacer y estás deseando hacer. Esos dos polos; o castración o lujuria, ese momento de acción o inacción es el que te va a marcar a lo largo de tu vida. Recuerda esto Dani: Yo soy un pájaro, mis alas baten fuerte (lo acabas de comprobar ahora) - Risas mutuas - No me cortes esas alas. No me juzgues por nada de esto. Y déjame volar. Disfruta de la vida hermanito que son dos días. - Yo no te juzgo sófi - Dije en tono cariñoso - Es mas me siento muy orgulloso de que hayas sido capaz de compartir ese momento tan íntimo conmigo. Eres una valiente y te aprecio. Seguro seguro que llegaras lejos hermanita.