El orgasmo de Lilith

La primera mujer que convivio con Adan, prefiere vivir en el infierno con Samael antes que en el paraiso.

Sexo en el paraíso (Primera parte)

El Orgasmo de Lilith

Esta historia que os contare a continuación es totalmente cierta pero ni la iglesia que siempre controla, la ha querido ocultar durante más de 2000 años. Esta historia nos cuenta el verdadero motivo por el cual a los hombres y mujeres se les hizo abandonar el Edén. Pero antes me gustaría contar otra historia que ocurre un tiempo antes de llegar Eva a la compañía de Adán

La primera mujer que vivió junto Adán, nació de la tierra, entre la libertad como él pero rápidamente las cosas se vieron que no funcionaban, Adán al creerse el centro del universo intento que todo lo que le rodeara le sirviese como el servia a Dios. Pero con Lilith, así se llamaba la primera mujer de Adán, se topo con una dura piedra. Lilith que era hija de la tierra no consentía que Adán le diera ordenes puesto que tanto uno como el otro estaban echos igual. En la cama eran los mismos aspectos, Adán mostrando todo su egoísmo solo pensaba en él. Lilith nunca supo cual era el mayor de los placeres hasta que un día huyo de los tentáculos de Adán y su Dios, harta de aguantar a hombres que solo pensaban en ellos huyo hacia al infierno.

Ya en el infierno conoció a un autentico maestro del amor, su nombre era Samael, el día en que se conocieron la tierra dio un vuelco sobre si misma, la noche se hizo día y el día se hizo noche. Samael agarro por la cintura a Lilith, ella sorprendida admiro la profundidad de sus ojos, ella se enamoro de el solo al primer contacto. La lujuria reino a partir de ese momento, Samael despojo con fiereza y suavidad las ropas de la mujer, ella estaba paralizada, nunca había visto nada así, su cuerpo perfecto se erizo, un escalofrió le recorrió des de el hueso sacro hasta la coronilla, sus pezones se erectaron con el simple susurro de las palabras del demonio en su oído:

hoy y siempre seras mía- dijo Samael- después de esta noche te olvidaras de ese Dios y ese hombre al que llamas Adán.

Lilith siguió sin contestar, al menos recupero los movimientos y sin mediar palabra beso profundamente, fue un beso verdadero, no como aquellos que le daba a su esposo, este beso lo sintió mejor que cualquier otro placer anteriormente probado. La joven no tardo en despojar de sus ropas al diablo, físicamente se le podría describir como un pecado a los actos impuros, todo el era sexo, erotismo y morbosidad. Desde sus músculos hasta su miembro olían a placer. Lilith no aguanto más, sensaciones nunca antes sentidas por su cuerpo, su primer orgasmo vino a ella sin apenas haber sido tocada, ella arrodillada por el placer agarro con sus manos el miembro de nuestro protagonista, el tamaño de este rondaba los 20 cm. Era la cosa más bella que había visto en su vida Lilith, tubo una sensación de lo hacer y empezó a masturbar lo, tal como Adán la había enseñado.

Rápidamente el miembro se puso duro cual piedra y Lilith empezó a besar lo. Al empezarlo a lamer Lilith descubrió que esto al contrario de cuando se lo hacia a Adán le gustaba, el echo de ver a un hombre disfrutar la hacia enloquecer, volvía a estar mojada, notaba el interior de sus muslos húmedo y por vez primera quería tener sexo. Samael, como príncipe de las tinieblas intuyo lo quería, la levanto y la beso, dulces palabras se vertieron en su oído y Samael la penetro con dulzura, ella podía sentir aquel falo entrando en lo más profundo de su ser, notando centímetro a centímetro como se iba abriendo camino por su angelical vagina. Él empezó con un movimiento suave mientras seguía con su ritual de besos y dulces palabras, Lilith estaba en el séptimo cielo los movimientos de su actual poseedor se iban acelerando mientras ella se iba concienciando de lo que era el sexo de verdad. Un inoportuno cambio de postura pareció que Lilith se despertara de un sueño pero una dulce voz la volvió a la resalida:

Mi amor, relájate ahora vamos a hacer que Dios se muera de envidia.

El diablo puso a Lilith a cuatro patas mientras la agarraba por la cintura, ella podía notar la respiración en su nuca, era dulce mientras otra vez aquel delicioso miembro volvía a entrar en su cavidad, la sensación fue, incluso mejor que la anterior, el diablo con sus embestidas hacia que el orgasmo de Lilith estuviera cerca, unos débiles gemidos iban saliendo de su boca, no aguantaría mucho. El dulce cuerpo de la mujer estallo en un orgasmo, los espasmos le recorrieron todo el cuerpo, ella agotada se giro y empezó a lamer de nuevo el miembro aún sin eyacular de Samael, este exploto en la boca de Lilith, comprobando y saboreando uno de los néctares más dulces y sabrosos que ella nunca antes había probado. Abrazados se quedaron durmiendo toda la noche.

Lilith ya nunca más volvió a los brazos de Adán ahora vive con Samael, donde su trato es de igual a igual y donde disfrutan del sexo los dos. Adán mientras se quedo masturbándose esperando a que llegara su segunda mujer esta si nacida de su costilla para que nunca lo abandonar.

(continuara)

Este es mi primer relato espero que guste. Decid lo que penseis de él.

Inspirado en la canción Lilith de Lujuria