El orgasmo de azucena gana la medalla de oro...

Estábamos solos en la oficina y solo teníamos un solo minuto… ¿Qué hacer?

Hola de nuevo amigos.

Esta mañana de sábado he tenido que ir a hacer papeleo atrasado a la oficina y de paso comprobar si Azucena tenía memoria de pez…, o había sido cosa de mi imaginación.

Aun no le había dicho nada a Marga, pensando en que hubiese sido algo esporádico.

A Marga también le había gustado al presentársela la otra tarde cuando fue a recogerme a la oficina  y ya me había dicho que indagase a ver si podíamos hacer algo con ella y su marido, si fuese posible…

Le apetecía estar con aquella mujer…

-          Claro, mi amor. Te tendré al corriente.

Volvamos al sábado…

Allí estaba Azucena…, seguramente, o al menos eso deseaba yo…, a terminar cosas que ayer dejó a medias...

Habíamos follado dos veces…, pero de manera…,  no rápida…, sino de manera supersónica.

Al verme su rostro se había iluminado como jamás lo había visto nunca antes en las semanas previas.

Sin mediar palabra nos besábamos apasionadamente y sin darnos cuenta íbamos camino del sofá de mi despacho.

Estaba absolutamente excitado desde ayer… Mi polla endurecida tropezaba con las piernas de Azucena, mientras torpemente llegábamos al sofá, dando vueltas como peonzas.

Empecé a recordar.

Todo el mundo se estaba yendo deprisa, dado que era viernes por la tarde.

Los planes del fin de semana ponían a prueba la educación social y el compañerismo de otros tiempos en la oficina.

Hacía años que después de salir los viernes por la tarde nos íbamos a tomar algo. Costumbres del pasado…

Hacía meses que no habíamos quedado y este viernes era el primero que volvíamos a hacerlo.

La idea había sido promovida por Azucena, la nueva administrativa.

Azucena llevaba apenas dos semanas trabajando con nosotros…

El pasado miércoles, creyendo que no estaba, las tres estaban hablando a placer…

Dolo y Montse estaban muy sueltas y Azucena les había caído muy a ambas.

Montse llevaba ya un año con nosotros…, con Dolo no hacia muchas migas, eran muy diferentes…,  pero al entrar Azucena, se había desatado.

Azucena estaba casada y tenía cuatro hijos según nos había dicho el primer día…

Cuando había escuchado aquel comentario…, mi mente la había imaginado desde entonces a todas horas follando con su marido…, pero fue una ilusión que enseguida achaqué al pasado…, cuando poco a poco fui oyendo más cosas desde mi despacho aquel miércoles…

Llevaba meses sin sexo.

Le habían preguntado…

-          ¿Cómo es eso?

-          Nada chicas…, creo que estamos en las ultimas, creo que tiene una más joven. Hace que no me toca varios meses.

-          ¿Lo habéis hablado?

-          Sí, pero no suelta prenda. Me dice que estoy loca y que veo visiones. Me da excusas inverosímiles. Que si está cansado…, que si le duele la cabeza…, que si lo dejamos para el sábado… En fin…, mil mentiras estrafalarias… Con la falta que me hace... No podía antes pasar una sola noche sin hacerlo.

-          ¿Te tocaras mucho…,  verdad?

-          Nada de nada. Soy incapaz. Me pongo y me enfrío. Estoy que me subo por las paredes y no sé qué hacer.

Seguían hablando…

-          El viernes en la cafetería a ver si hay alguien que merezca la pena y te lo follas… (Había dicho Montse, la mas lanzada)

-          Soy muy rara para eso, me tiene que entrar por el ojito.

-          ¿Del jefe que sabéis?

-          No sé mucho de su vida privada, y solo sé que es muy bueno en su trabajo y tremendamente respetuoso. No me interesa nada más. (Dijo Dolo…, aunque lo último lo había intuido de forma poco sincera).

-          Pues como se ponga a tiro, me lo folló. (Dijo Montse).

-          La verdad, es que es el tipo de hombre que me gusta (Dijo Azucena).

-          ¿Y tú Dolo?

-          Está casado y eso lo respeto absolutamente. Es cierto que ya lleva varios matrimonios, pero con su actual mujer, Marga, parece que todo va bien. Es muy atractivo, lo reconozco, pero…, jamás daría yo el primer paso.

-          Yo llevo sin novio meses y aunque me toco todas las noches, me hace falta algo aquí dentro de manera urgente… (Decía Montse…, señalándose el coño seguramente)

-          Como está el patio… Dijo Dolo.

-          Si os atrevéis, os venís con minifalda y sin bragas el viernes y cuando el jefe pase al servicio a mear la cerveza vamos por turnos a ver quién se lo folla antes. ¿Trato hecho?

-          Vale. Dijo Azucena…

-          No contéis conmigo. Dijo Dolo…

En silencio, había oído todos los detalles… Seguro que habían pensado que no estaba y por eso hablaban con toda libertad. Se sentían solas en la oficina…

Luego me había ido en silencio para no incomodarlas por la otra puerta trasera. Ninguna sabía que les había oído toda la conversación y estaba excitadísimo de aquellos comentarios tan calientes entre chicas...

Estaba deseando que llegase el viernes a ver si me podía follar a alguna de las dos.

Como saben por mis relatos, a Dolo, mi mano derecha, la había dejado pospuesta hasta la edad de jubilación, al menos de momento…

Aquel viernes, creía que era el último en irme de la oficina, cuando empecé a apagar luces…

-          José Miguel, no se te ocurra dejarme encerrada. Estoy en el baño.

Me acerqué.

Nuestros aseos están juntos, y ambos tienen el mismo hall, en donde hay dos lavabos juntos encastrados en un gran armario de dos puertas y un gran espejo, en donde casi siempre había alguna mujer arreglándose al final de la jornada.

Entré pensando que estaría dentro. Así era, aun cuando con la puerta entreabierta.

-          ¿Te queda mucho?

-          Estoy terminando.

-          Paso yo al mío. Date prisa, que nos están esperando…

Aquella última tarde del miércoles cuando se habían puesto al día de todo, las unas de las otras, aunque mucho menos, Dolo, que es la más reservada, habían quedado en volver a quedar los viernes por la tarde.

Habían puesto una nota en el tablón de anuncios para que todos estuviésemos enterados, y para que no fallase la habían redactado en rojo y letras grandes…

Salí del aseo y me estaba esperando delante de los lavabos…

La vi más guapa que nunca en aquel momento.

Eso ojazos detrás de aquellas gafas tan bonitas, con aquel pelo tan negro y precioso…, enseñando su sensual cuello.

Era Azucena una morena espectacular, con el pelo corto rizado. Tenía gafas de joven intelectual, a pesar de que era una cuarentona vieja, aunque de muy buen ver todavía…

Era delgadita y aquella tarde estaba esplendida…, se había vestido de “cazadora” sensual…, con una falda vaquera corta y una camiseta beige sin mangas…, a través de la cual se podía divisar un sujetador transparente y unos pezones enormes…

Me preguntaba si habría aceptado el reto de Montse.

Nos miramos y fue inevitable.

Nos abrazamos y besamos.

Estaba lanzado…

La cogí en volandas y la subí en medio de ambos lavabos.

La cortísima falda se había subido y de reojo pude apreciar que su coño estaba allí mismo, al descubierto.

Rápidamente abrí sus piernas y me dispuse a lamer aquel sexo que se me antojaba un manjar de dioses.

Estaba caliente y húmedo.

Olía absolutamente a hembra caliente, salvaje y deseosa…

Apenas le había dado un solo lametón cuando…, el timbre sonó varias veces… (Nos estaban llamando las chicas…)

Nos miramos. No sabíamos que hacer…, estaba perplejo, por aquella situación tan incómoda. Mi polla estaba dispuesta y no teníamos tiempo…

-          Fóllame.

No podía creérmelo…

Saqué rápidamente mi polla y se la clavé.

Entró sin problemas…

Apenas dos golpetazos solamente y estaba retorciéndose de placer con los ojos cerrados y sus gafas descolocadas.

-          Jamás me había corrido tan rápido… (Me dijo…, disculpándose).

-          No pasa nada, tranquila… (Dije).

-          Vámonos…, nos esperan. Luego terminamos…

Al menos, me daba esperanza.

Ya les cuento en otro relato lo que paso después en aquella cafetería durante las tres o cuatro horas siguientes de ayer viernes 10.07.2020…, tendrá por título: “Triplete rápido en el servicio…”

También les contaré después en un siguiente relato, lo que aconteció de esplendido en el sofá de mi despacho esta mañana del sábado 11.07.2020…, tendrá por título: “Llegué muy tarde a comer…”

De momento…, Azucena se llevaba la medalla de oro en la rapidez con que salió su primer orgasmo conmigo… Menos de cuatro segundos… un record absoluto…

PEPOTECR.