El Orfanato XII

- Se sacó la toalla y volví a perderme en aquellas curvas, carnes y pecas que la hacían ser un pecado por el que pediría mil veces perdón... -

Quise salir a buscarte, ¿Pero donde?, quise encontrarte en la otra punta de aquel hilo rojo que nos une, pero si no estás aquí es tu decisión, desperté aun cuando el sol no inundaba de luz mi habitación y salí de casa y fui al lugar donde la encontré, entré al taller y encontré a Don

Raúl

solo.

  • Buenos días, ¿Don

Raúl

? - pregunté - * Buenos días - respondió él mientras se volteaba - usted es la amiga de Julieta si no me equivoco. * Un poco mas que amigas diría yo

papá - dijo una mujer que entraba al taller mecánico - * ¡Romina! - dijo don José en forma de regaño - * Tiene razón, Julieta es mi novia - dije mientras la miraba, confirmando sus celos - * ¿Algo le sucede a su auto señorita? * No, solo pasaba y quise agradecerle por el trabajo que le hizo a mi auto - mentí - * Romina, ¿Por qué mejor no vas a casa? - dijo él - * Que tenga un lindo día señorita - dijo mientras sus ojos me dejaban algo mas que resentimiento - * Muchas gracias, igual usted * ¿Le paso algo a Jul? - preguntó él mientras Romina se alejaba - * La verdad

...

no lo sé - dije sintiéndome afligida - * - Acercó un banco a la fogata y me invito a tomar asiento

  • cuénteme, ¿pelearon?
    • Negué con la cabeza mientras ese nudo en la garganta enmudecía mis palabras -

Le conté todo, desde cuando

éramos pequeñas hasta que mi esposo

es su hermano, todo...

no lo noté sorprendido, solo estaba atento a la historia, tuve que parar de vez en cuando porque aquel nudo aparecía y reaparecía entre medio, al terminar el solo acerco su mano a mi hombro y me dijo que le diera tiempo, ¿tiempo?, acaso ya no hemos perdido el suficiente, quizás mi ego

í

smo

esta reemplazando a aquella tolerancia que es fundamental dentro de una relaci

ó

n

, pero el ti

em

po

es lo que hace que un camino recorrido no tenga retorno y yo no estoy dispuesta a perderla, el solo leyó mis ojos y supo exactamente mi respuesta por lo que se puso de pie y me sonrió, no sé que me quiso decir pero supongo que me dio esa tranquilidad que olvide en cuanto la perdí del tacto de mis manos, ella estaría bien, eso fue lo que me dijeron sus ojos.

Volví a casa mas serena de lo que pens

é

que podía estar en esta situación,

quise subir la escalera pero mi mamá me detuvo.

  • Julieta esta duchándose arriba - me dijo en cuanto pase frente a la sala de estar - te llego esto - dijo dándome algo del correo -
  • ¿En que estado llegó? - pregunté mientras tomaba el sobre -

    • Q

uiso burlarse pero se contuvo - prefiero que tu misma la veas, aunque yo creo que la ducha la recompuso bastante - me miro y se sonri

ó

con aquella mueca burlesca que no me apetec

í

a

ver en este instante - ¿Qué es? - preguntó al ver mi cara - * Nos

aceptaron - le

dije desanimada -

nos

aceptaron - dije de nuevo esta vez un poco

incr

é

dula

-

¿Cómo llegó hasta acá esta carta? * Alex vino a dejarla, llegó junto con Julieta - dijo serena - * ¿Junto a Alex? - pregunte asustada - * Si,

¿

q

ué pasa? - pregunto mamá mientras se acercaba - * Nada

  • dije suspirando - voy a ver a Julieta
  • Y hay alguien mas que volvió - dijo, pero yo solo la escuche, no le preste atención -

Camine de vuelta a la habitación tenía mucho que hablar, que pensar, que contarle, cuando entre ahí estaba Luna acomodando ropa en mi cajón de ropa, por un momento sufrí un

déjà

vu

que me llevo a desearla como si el pasado fuese mas presente que el presente que marcaba el calendario, pero enseguida volví en sí cuando vi salir a Julieta del baño, Luna se disculpo y salió de ahí mirándome como si tuviésemos una conversación pendiente,

v

olví a mirar a Julieta y me perdí en la piel que la toalla no podía cubrir enseguida su disculpa me saco de aquel sueño en el que ella vestida de Eva me obligaba a absorber su belleza con sed infinita.

  • Lo siento, se que debí llamar - dijo acercándose a mi -
  • Debiste - dije recobrando la cordura luego de reprimir la locura que provocaba su cercanía - ¿Cómo crees que me sentí cuando desperté y no te vi a mi lado?
  • Lo sé, lo sé mi amor, perdóname - hizo una pausa - necesitaba verlo
  • ¿a Alex? - pregunte dejando la carta sobre el tocador -
  • No, a Max - se sacó la toalla y volví a perderme en aquellas curvas, carnes y pecas que la hacían

ser

un pecado por el que pediría mil veces perdón - tuve un palpito y lo encontré en un bar no muy lejos de aquí, me quede con él toda la noche, nos emborrachamos y luego camino aquí nos encontramos con Alex, por eso llegué con él - me miró al terminar de contar su relato - ¿Roma? ¿me estas escuchando? * - Asentí con la cabeza - si, por supuesto - me giré, necesitaba tener esta conversación antes de perder la cabeza por estos deseos incontrolables - * ¿Roma? - se acerco a mi por la espalda - ¿estas bien?

Quizás no lo entiendan, pero tantos años lejos de ese cuerpo me hacen tan sensible a su tacto que los deseos son incontrolables ahora que la tengo por

mi espalda - ¿Estas bien? - me susurra tan despacio que mis piernas flaquean, me giro para mirar aquello que me pertenece y asiento muda porque las palabras sobran, comienzo a arropar su cuerpo con besos, sus vellos se erizan, su mirada me deja continuar, sus manos me hablan en aquel lenguaje que solo los amantes conocemos

y deseosas me suben al tocador, me quita la ropa con la ferocidad de la impaciencia y abre mis piernas concediéndome el deseo de ser suya una vez mas, gimo para ella y ella gime para mi en un viaje de ida y vuelta a las estrellas.

  • Creo que me perderé mas seguido si

est

e es tu recibimiento

    • L

a miré seria - ni de broma Julieta, me da pavor perderte - dije entrando a la ducha - * No volverá a suceder - dijo ella besando mis hombros por la espalda mientras el agua caía por nuestros cuerpos - * ¿Que hablaste con Alex? - pregunté - * Secreto de hermanos - respondió - * ¿Le contaste la verdad? * - Negó con la cabeza - prefiero que no sepa la verdad nunca * Algún día lo

sabrá - hice una pausa - ¿pasaste toda la noche con él? - ella se limito a asentir - eso significa que se llevaron muy bien * Bueno yo no diría eso - la miré sin entender - con el

tequila

hasta Alex seria el papá del año para mi * ¿Tequila? - reí - no lograba descifrar a que olías * ¿Aun así me amas -dijo acercando su boca a mi - * Si - dije alejándome - pero tu no me amarías mucho si te vomito encima * No te creas - dijo queriendo besarme mientras yo me negaba entre risas - * Permiso - dijo Luna dejando un par de toallas sobre mi cama mientras nosotras la observábamos desde la ducha

  • discúlpeme - dijo sin poder mirarme ahí con otra mujer -
  • Creo que no es bueno que yo esté aquí - dijo Julieta saliendo de la ducha -
  • ¿Qué? - dije cuando la vi colocarse la toalla - ¿Por qué?
  • Porque ella te ama Roma - dijo colocándose los zapatos - ya no quiero que le hagamos daño a nadie mas

con nuestro amor * Hablaré con ella - la abrace en cuanto la vi dispuesta a irse - no te vayas Julieta, tendrá que acostumbrarse a que tu eres mi mujer. * No creo que sea tan fácil - dijo

acariciándome - * - T

omé su rostro - será como tenga que ser, pero tu te quedas aquí conmigo, ¿si? * No podría negarme contigo así - aludiendo a mi desnudez - * Mejor me vestiré - dije mientras me abrazaba a ella y la besaba fugazm

ente - hoy fui a ver a tu jefe en el taller * ¿De verdad? - dijo sorprendida - * Si, estaba preocupada por ti, no sé - hice una pausa mientras me abrochaba el sujetador

  • pensé que estabas ahí - la noté distraída perdida en el tocador - ¿Amor?
  • ¿Que es esto Roma? - dijo mostrándome la carta que olvide ocultar - ¿

que te aceptaron? * Junto con un grupo de doctores hicimos un proyecto de investigación y pedimos financiamiento y nos aceptaron

  • dije quitándole importancia -
  • ¿Donde? - preguntó mientras se le dibujaba una sonrisa enorme en el rostro -
  • En Canadá - respondí para ver como su sonrisa de orgullo y felicidad se transformaba -
  • ¿Que piensas hacer? - dijo con una

sonr

isa

fingida con la que intentaba sacarme la verdad - * No iré a

ningún

lado sin ti - le dije mientras la besaba - * ¿De que es tu proyecto? - pregunto mientras me frenaba en mi

inútil

escape - * Enfermedades autoinmunes

  • le dije mirando el suelo -
  • ¿Cuanto tiempo estarías afuera?
  • Julieta... - susurre no creyendo lo que me pregunta - no lo sé, podría estar años fuera de Chile, pero ya te dije que no me iré a

ningún

lado sin ti * ¿Cambiarías el mundo si tu investigación saca a relucir nueva información sobre la enfermedad? - preguntó mientras intentaba esconder de mi aquella pena - * - Solo pude asentir - no iré si tu no vas conmigo - dije acercándome para darle la seguridad de mi

cercanía

- * - Retrocedió - solo sé dos cosas Roma, tu no me puedes pedir que me vaya contigo y yo no puedo dejar que te quedes.

Ella tenía razón, no podía permitirme abandonar una investigación así, pero tampoco me podía permitir abandonarla a ella, menos

podía pedirle que me siguiera cuando recién esta conociendo a su mamá, debía dejar de ser su niña caprichosa, esta vez debía ser su mujer y confiar en que la distancia y el tiempo no nos separe como alguna vez lo hizo mi ego, hice mis maletas tres días después mientras ella dormía desnuda en mi cama, no pude dejar de llorar sentía que una parte de mi se desgarraba y se pegaba a ella como si mi alma hubiese cobrado vida propia y se hubiera metido dentro de su cuerpo para que n

uestras almas por fin solo fueran una y así la distancia fuera solo un par de números que la razón entiende

pero que la locura del amor desco

noce

, se giro solo para secar mis lágrimas que en ese punto eran incontrolables.

  • Todo estará bien mi amor - dijo mientras hacía a un lado mi maleta y me besaba -
  • ¿Como lo sabes? - dije mientras la

abrazaba

- * Porque tu me amas y yo te amo a ti - dijo sonriente - * ¿Eso debería consolarme? - pregunté mas por su sonrisa que por sus palabras - * No,

imaginar que me amabas es lo que me mantuvo viva todos estos años, lo que debe consolarte es que estaré aquí esperándote

, además estaré a tu lado todas las noches aun cuando la cordura te obligue a ver un espacio vacío en la cama, estaré ahí * ¿Lo prometes? - pregunté - * Te lo juro amor mío

La abrace por que era lo único que me quedaba por hacer, ella tenía que irse a trabajar y yo tenía que irme, acordamos no despedirnos porque no era un para siempre, desayunamos en la cama, como si fuese un día cualquiera, pero no era un día cualquiera... fue el día en que le volví a decir adiós.

# Gracias por la espera... Gracias por los emails un saludo especial para todos ellos, cariños y besos desde Chile.